Está en la página 1de 5

1

DECLARACIÓN PÚBLICA
ANTE EL DEBATE ACERCA DE LA DESIGNACIÓN DEL ABOGADO OSCAR PANDOLFI
COMO PROFESOR CONSULTO DE LA UNCOMAHUE

¿SE DEBATE SOBRE EL DERECHO A DEFENSA DE LOS ACUSADOS POR


VIOLACIÓN o SE DEBATE SOBRE EL DERECHO DE LA UNIVERSIDAD
PÚBLICA A DESIGNAR A SUS PROFESORES CONSULTOS?

¿ SE DEBATE SOBRE EL DERECHO A DEFENSA DE LOS ACUSADOS POR


VIOLACIÓN o SE DEBATE SOBRE CUÁLES SON LOS PRESUPUESTOS
ÉTICOS QUE DEBEN ORIENTAR ESTA DESIGNACIÓN?

Una de las preguntas que con más o menos precisión articuló los argumentos que se esgrimieron
en la sesión del consejo superior del pasado 7 de abril, ante la situación de tener que decidir si se
nombraba al abogado Oscar Pandolfi como Profesor Consulto de la UNCo, fue si defender
sistemáticamente a violadores o a acusados de delitos sexuales puede constituirse en un valor
académico para ser nombrado profesor consulto en la universidad pública. Esta pregunta es
ética, es política y es una pregunta pertinente para ser respondida por un órgano de gobierno de una
universidad pública.

Oscar Pandolfi es un abogado muy conocido en la región por el poder que tiene dentro del campo
de la justicia, de la corporación de abogados/as y también por el poder político que ejerce. Es
importante remarcar: por el poder que tiene y que ejerce. Esto quedó claramente expuesto cuando,
no ya en su actividad privada, sino en un cargo público, el de Ministro de Gobierno de Álvarez
Guerrero en la provincia de Río Negro, indultó a un condenado por violación. Nos referimos al
caso de Jorge Teodoro Aikes, quien habiendo sido condenado por la justicia primero a 10 y luego a
8 años de prisión, fue dejado en libertad por el indulto promovido y firmado por Oscar Pandolfi en
el año 1984.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE EL CONSEJO SUPERIOR TOME EN


CUENTA ESTAS CONDUCTAS, LAS DEBATA Y SE PRONUNCIE AL
RESPECTO?
Los profesores consultos constituyen una figura excepcional. No hay llamado público, no hay
evaluación de un jurado, no hay posibilidad de que se inscriban otros/as, no concursan. Los/as
designa el Consejo Superior por la votación de sus miembros/as, sin más. Designación que se
extiende por un año y que puede prorrogarse. Esta Universidad no cuenta con un reglamento al
respecto. Pero, si revisamos reglamentos de otras universidades públicas nacionales, encontramos
que tal cargo es una distinción que se otorga por méritos extraordinarios.

Si el nombramiento de un profesor consulto es una atribución del Consejo Superior y a través de


esa elección marca sus políticas en cuanto a quién contratar para ejercer, no ya la docencia de
grado (a la que se accede por concurso), sino actividades de formación específicas; si a través de
sus argumentaciones y resoluciones, y más en temas como estos, el Consejo Superior de la
Universidad Pública emite mensajes sociales, nos preguntamos:
* ¿Qué mensajes emite la universidad pública si nombra, o premia con el cargo de profesor
consulto a quien defiende sistemáticamente a personas que cometen delitos sexuales?
* ¿Qué mensajes sociales produce la universidad pública si sostiene la decisión ya tomada de no
nombrar a Oscar Pandolfi como profesor consulto?
* ¿Qué mensajes da a sus estudiantas/es y a la comunidad universitaria en general?
2
* ¿Qué mensajes da a las estudiantas que han pasado por la dramática situación de haber sido
violadas?
* ¿Qué mensajes sociales genera para aquellos que han cometido delitos de esta índole y son parte
de la vida universitaria?
Porque, digámoslo, en la Universidad y seguramente en la sala del Consejo Superior, hay mujeres
que llevan las marcas en sus cuerpos de la experiencia de la violación. Pero también ha habido y
sigue habiendo denuncias contra personal de esta casa de estudios por delitos sexuales. Por eso,
este tema no es como cualquier otro. No lo es especialmente para las mujeres y no lo es para la
pedagogía que construimos y ponemos en circulación en el día a día de las aulas.
Porque la decisión del Consejo Superior también se convertirá en un acto disciplinador, el tema es
ver para quién lo será.

Sin embargo, las cuestiones que el Consejo Superior considera importantes para debatir, o varias
consejeras y consejeros estiman prioritario abrir al análisis y reflexión pública, son objeto de un
reduccionismo: Poner el eje en el derecho a la defensa. Derecho que se estaría violando de no
ser designado como profesor consulto el abogado Oscar Pandolfi. Esto no es ni más ni menos
que inhabilitar la mirada sobre los derechos humanos de las niñas, niños y mujeres; es intentar
instalar un falso debate que, en realidad, pretende eludir el debate central.

No son los principios garantistas del código penal los que están en discusión desde nuestros
planteos. Vamos a escribirlo, vamos a repetirlo y vamos a insistir con esto hasta que hagamos
audible nuestro reclamo: postulamos que los violadores tienen que tener abogados que los
defiendan, todas las personas deben ser defendidas y a todas se les debe garantizar un
procedimiento justo, sea cual fuere el delito cometido. Los narcotraficantes, muy emparentados
con las redes de trata de mujeres para ser prostituidas, tienen que tener abogados que los
defiendan. Los asesinos, los feminicidas, los curas abusadores como el padre Grassi, los
represores, las mujeres que cometen neonaticidio, los que cometen apremios ilegales, los que
saquean las riquezas del territorio, los tratantes de personas, los que trafican armas, drogas,
órganos, los políticos corruptos y un largo etcétera.
Una vez más: TODAS LAS PERSONAS, entiéndase TODAS TIENEN DERECHO A SER
DEFENDIDAS y a que el procedimiento de instrucción y el juicio que se lleve adelante no esté
viciado de violaciones a los derechos humanos.

Lo que está en discusión, lo que venimos a traer a la discusión desde nuestras convicciones
feministas, como estudiantas, graduadas y profesoras, es el derecho que la universidad pública
tiene de nombrar a un docente como consulto y el derecho a establecer cuáles antecedentes
otorgan méritos extraordinarios y cuáles no, o cuáles antecedentes van en sentido contrario a los
principios que la propia universidad viene sosteniendo en materia de derechos humanos. Venimos a
decir que así como Oscar Pandolfi tiene derecho a elegir en sus actividades privadas defender al ex
gobernador Jorge Sobisch, al ginecólogo y profesor Carlos Anzaldo, la Universidad Pública tiene
el derecho a designar a sus profesores consultos, bajo el criterio de discrecionalidad; y el límite de
esa discrecionalidad es la razonabilidad.

Definido esto, demos un rodeo más todavía. Ubiquemos un elemento central para el análisis, y que
otorga un plus a este debate: no se trata sólo de considerar si el abogado Oscar Pandolfi defiende
sistemáticamente a abusadores y a violadores sino también la forma de defensa que lleva adelante
por su propia ideología o por sus convicciones (analizando su historial de defensas, leyendo sus
argumentaciones en alegatos, nos preguntamos si acaso no es “un profesional al servicio de la
misoginia”). Forma que no coincide con la que inspira la legislación vigente, forma que dificulta
una adecuada y respetuosa actividad respecto de las víctimas. En la frase “revictimizar a las
víctimas” que venimos escuchando en los tiempos que corren, se condensan acciones, dichos,
argumentaciones que socavan uno a uno los derechos más elementales de quienes denuncian. Y
eso, no es ni más ni menos, que violentar aspiraciones vigentes en leyes de rango constitucional
3
que se asientan en propiciar procedimientos basados en los derechos humanos y los principios
democráticos.

Los tratados internacionales refrendados por Argentina establecen que la violencia contra las
mujeres atenta contra los derechos humanos. Nos referimos especialmente a instrumentos como la
Convención de Belem do Pará y a la Convención CEDAW y su protocolo facultativo1.
No hay duda de que las mujeres hemos avanzado en instalar en la sociedad y en las instituciones
que las violaciones son delitos contra los derechos humanos, tal como lo establecen los protocolos
antes mencionados, ahora nos preguntamos: ¿de qué vale ese avance legislativo internacional?, ¿de
qué vale el avance político conseguido para que la Argentina adhiera a ellos, si luego en la
cotidianeidad de las instituciones se pueden tomar decisiones que van en sentido contrario o no se
toman decisiones para concretar lo prescripto en dichos pactos?

Conviene otro paréntesis. Cuando nos referimos a las violaciones y/o delitos contra la
integridad sexual no estamos hablando de delitos comunes. La violación no es un delito como
cualquier otro, recordemos como ejercicio de memoria colectiva que se constituyó en método de
tortura contra las mujeres usado por los genocidas en la dictadura militar y que es el método de
guerra utilizado a la hora de dirimir conflictos colonialistas e imperialistas.
La pediatra Mónica Belli consultada por abusos sexuales expresa que: "el abuso es un trauma
devastador, se equipara con las víctimas de la tortura", (Diario Río Negro 21-01-08).
La antropóloga Rita Segato (2003), sostiene la tesis feminista que expresa que los abusos, las
violaciones, los crímenes sexuales no son obra de desviados individuales, enfermos mentales o
anomalías sociales, son expresiones de una estructura simbólica profunda que organiza actos y
fantasías. Hay uso y abuso del cuerpo de la otra sin que ésta participe con intención o voluntad, la
violación se dirige al aniquilamiento de la voluntad de la víctima, cuya reducción es justamente
significada por la pérdida del control sobre el comportamiento de su cuerpo y el agenciamiento del
mismo por la voluntad del agresor. La víctima es expropiada del control sobre su espacio-cuerpo.
Este acto está vinculado también a la consumición de la otra, su resto de existencia persiste sólo
como parte del proyecto del dominador. Y es que debido a la función de la sexualidad en el mundo
heteropatriarcal que conocemos, ésta conjuga en un acto único la dominación física y moral de la
otra.
Pero algo más, los violadores y abusadores sexuales no actúan en soledad, no son animales
asociales que acechan a sus víctimas como cazadores solitarios, sino que lo hacen en compañía. Y
esa compañía será física o simbólica, pero es compañía al fin. Una violación además de ser
violencia física y asesinato psicológico, es un acto semiótico público. Es un acto de lenguaje
corporal manifestado a otros hombres a través de y en el cuerpo de una niña, una joven, una adulta
o una anciana. Se trata de una exhibición de la sexualidad como capacidad viril y violenta. Y esa
exhibición es posible porque el edificio social en el que nos socializamos lo sustenta.

La teoría crítica feminista viene aquí a habilitar conceptualizaciones y preguntas. Visibilizar


fenómenos aparentemente dispersos (como puede ser el nombramiento de un profesor consulto y
qué hechos deben considerarse también en la lista de méritos académicos) y buscar las redes en
que dichos fenómenos pueden ser inscriptos. Visibilizar para irracionalizar e inmoralizar
1
Los primeros instrumentos específicos de derechos humanos destinados a las mujeres, fueron adoptados a mediados
del siglo pasado y giraron en torno a la nacionalidad y al reconocimiento de los derechos civiles y políticos.
Posteriormente, los sistemas internacionales de derechos humanos han identificado en la discriminación y la violencia,
los dos ejes temáticos principales para desarrollar una protección específica hacia las mujeres. Es por ello que
finalmente, en 1979, la Organización de las Naciones Unidas adopta la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) y en 1993, la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, que deja puesta las bases para la futura adopción de una convención en la materia de carácter
universal. Por su parte, el Sistema Interamericano adopta en 1994, la Convención para la Prevención, Erradicación y
Sanción de la Violencia Contra la Mujer (Convención Belem do Pará). Estos instrumentos amplían el concepto de
derecho de las mujeres, contemplando tanto las violaciones de derechos que sufren en el ámbito público, como en el
privado. (Los derechos humanos de las mujeres: fortaleciendo su promoción y protección internacional. De la
formación a la acción. IIDH – CEJIL, 2004, Costa Rica)
4
conductas. Si el profesor consulto a designar no fuera Oscar Pandolfi, tengamos por caso que se
tratara de un abogado contratado por los grandes carteles de la droga, o un abogado de las grandes
mafias, o un abogado de estudios que defienden a los acreedores propietarios de los fondos buitres,
o un abogado de los que defienden a la empresa Botnia contra los intereses de la Argentina, o un
abogado de los que defienden al imperio británico en sus pretensiones sobre las Malvinas y
plataforma continental, o un abogado defensor de represores de la última dictadura militar ¿acaso
algo de esto sería causal de mérito académico? Seguramente serán muy buenos profesionalmente.
Nada les prohíbe realizar estos trabajos en la actividad profesional que desarrollan, pero nada
obliga al Consejo Superior a premiarlos, a designarlos y a ocupar fondos del presupuesto de la
universidad pública para rentarlos.

Como muy bien nos enseñara el sociólogo Pierre Bourdieu (1999), es preciso comprender la
amplitud y el poderío de la dominación masculina que habita en nuestros inconscientes y que no
percibimos; es tan acorde y funcional a nuestras expectativas que tenemos una gran dificultad para
cuestionarla. Más que nunca es indispensable resolver las evidencias y explorar las estructuras
simbólicas del inconsciente androcéntrico que sobrevive en los hombres y las mujeres. ¿Cuáles son
los mecanismos y las instituciones que realizan el trabajo de reproducción del "eterno masculino"?

Quizás es hora de preguntarse cómo la Universidad Nacional del Comahue, en manos de este
Consejo Superior, puede dar pasos que intenten socavar ese eterno masculino. Cómo puede gestar
una pedagogía que propugne que los derechos de las mujeres también son derechos humanos y que
la defensa de los mismos se juega también -y muy especialmente- en actos concretos como es hoy
la designación de un profesor consulto al que no puede honrarse con este cargo. A modo de
ejemplo transcribimos párrafos que ilustran su accionar sexista:
“Solicitan al tribunal se autorice la presencia, a título de observadores, del presidente del Colegio de
Abogados de esta circunscripción y al Dr. Mendaña, y a los profesores Gustavo Vitale y De la Rosa. Ya
que la víctima tiene más de 18 años y ha hecho declaraciones en medios televisivos, por lo que su
pudor parece importarle poco”. [Leáse: en vez de denunciar hay que sentir vergüenza]
[…] “Este es un caso de cifra negra de criminalidad alta, coincido con la Dra. Sckmunck. Hay más hechos
que los que se denuncian. Más en el caso intrafamiliar. Al lado de esto se da una paradoja, que si bien se
denuncia un escaso porcentaje, el 50% de las denuncias son falsas. Véase Achaval, Francoise Gorf
(pág. 30 a 123) o en mi libro de delitos contra la integridad sexual. Los reyes del siglo XVI estaban tan
hartos que se prohibió que durante diez años hubiera ese tipo de denuncias”. [¿Prohibirá denunciar
los delitos sobre la integridad sexual el postulado profesor consulto?]
“En ese país tan avanzado [refiere a EE.UU], llegaron a la conclusión de que en 192 casos los acusados
decían la verdad y estaban condenados por sentencia firme. Aquí, cuántos son los condenados inocentes,
yo diría que el 50%. Se ha dicho que no hay más remedio que conformarse con la declaración de la
víctima”. (Extractos del Fallo "ANZALDO, Carlos Alberto s/Abuso sexual con acceso carnal", expte. nº CR-
11/07. 2/11/09)2

¿CUÁL ES EL LÍMITE ÉTICO DEL CONSEJO SUPERIOR DE LA


UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE EN ESTA COYUNTURA?

Cuando consultamos al Dr. Carlos Rozanski3 por el efecto que había provocado la decisión del
pasado Consejo Superior, nos relató que hace unos años cuando integraba la
Cámara en Bariloche, confirmaron el procesamiento del empresario Juan Giglio por abuso de una
nena. El juez nos comentó que Pandolfi defendió el caso, cuestión que conocíamos porque fue muy
difundido en la zona, y que cuando presentó una apelación del procesamiento de Giglio en el
2
El subrayado es nuestro. Para solicitar el fallo completo comunicarse a nuestras direcciones de mails.
3
Carlos Rozanski presidió el Tribunal Oral que condenó a cadena perpetua al ex policía Miguel Etchcolatz por
crímenes contra lesa humanidad, es Juez de Cámara, preside el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata;
es miembro fundador de la Asociación Argentina para la Prevención del Maltrato Infanto Juvenil y del Foro para la
Justicia Democrática. Escribió numerosos libros y artículos sobre abuso sexual y violencia intrafamiliar y es autor del
texto legal que reformó el Código Procesal Penal de la República Argentina, en lo referente a la regulación de la
declaración de los niños abusados en sede policial y judicial (Ley 25.852). Gran parte de su carrera la desarrolló en la
ciudad de Bariloche.
5
desarrollo de las argumentaciones, aseveró que si hubiese sido cierto el hecho por el que
acusaban a su defendido (abusar de una niña, obviamente), “respecto de lo segundo, cabe detenerse
en una conclusión efectuada por los recurrentes a fs. 381. Allí, luego de describir los hechos
imputados a Gilio (fs. 380), calificando las atribuciones como de “proezas sexuales” y de
“hazaña”, efectuaron la siguiente afirmación: “ Si todo ello fuera cierto, Excmo. Tribunal,
convengamos en que frente a la casa del imputado en Bariloche, habría cotidianamente, largas
colas de varones mayores de edad, para pedirle una transfusión de sangre… o al menos, un
autógrafo…” (SIC).
Rozanski cita este pasaje en su libro como ejemplo de brutalidad ideológica, completamente
incompatible con casi cualquier cargo público.

Como ya dijimos, la violación y el abuso sexual infantil no son un tipo de delito penal entre otros,
por eso no es un hecho menor que este tema se esté debatiendo. Lo que la Universidad Nacional
del Comahue defina con relación al nombramiento de Pandolfi va a tener efectos a largo plazo,
asimismo el hecho de que este Consejo Superior trate el tema también va a tener efectos profundos
y duraderos. Las instituciones no quedan en el mismo lugar cuando se instalan y visibilizan estos
debates y conflictos.

¿Qué imágenes evocaron las y los consejeros que en la reunión del consejo superior del 7 de abril
no refrendaron el nombramiento de Pandolfi como profesor consulto? Si hoy cambian su voto,
¿tendrán presentes esas mismas imágenes o inclinarán la balanza por la presión de la corporación
de abogados y su poder? ¿Qué imágenes evocan estudiantes de abogacía abusadas, violadas ante la
presencia de un profesor con claros sesgos sexistas? Finalmente ¿cuál es el espacio, si no éste, para
discutir cuestiones de derechos humanos de niñas, niños y mujeres que hacen ciertamente a la ética
académica?

En algún sentido, esta votación puede parecer un hecho menor, pero si no se acepta la
reconsideración del tema y se mantiene la votación ya realizada, se está dado un paso más hacia
esa gran aspiración ética, una sensibilidad ética, definida como dice Rita Segato, como
“sensibilidad” al “otro”, a lo ajeno, y transformada en pivote del movimiento transformador.
Segato cita a Cornell, quien define ética, no como un “sistema de reglas de comportamiento, ni un
sistema de estándares positivos a partir de los cuales es posible justificar la desaprobación de los
otros. Es, más que nada, una actitud hacia lo que es ajeno para uno” (Segato, 2003: 124) 4. Esta
sensibilidad ética tiene que ser parte del derecho penal y tiene que ser parte de las decisiones del
Consejo Superior.

Colectiva Feminista “La Revuelta”


Sin Cautivas –Feministas por la Resistencia-
Docentes Feministas

Neuquén, 6 de mayo de 2009

4
Segato Rita (2003): Las estructuras elementales de la violencia. Buenos Aires, Prometeo-Universidad Nacional de
Quilmas.

También podría gustarte