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Encomienda

Como la disponibilidad de españoles para el trabajo físico en las colonias era


escasa y además estaba afectada por el clima tropical, la organización
económica y social, descansaba sobre la fuerza de trabajo indígena. Sin
trabajadores, la tierra no tenía valor alguno, y el oro y la plata codiciados no
se dejaban recoger si no era con fatiga.
Sucedía, sin embargo que conforme a la voluntad de la Corona, los
aborígenes de los reinos americanos debían ser súbditos libres, no
sujetos a ninguna prestación forzada. Según este principio, los indígenas
debían incorporarse al proceso económico en calidad de asalariados (no de
esclavos). Por otra parte, la Corona deseaba la conversión a la fé cristiana
de los aborígenes, por lo que se llegó al establecimiento de la institución de
la Encomienda.
La Encomienda fue una institución característica de la colonización española
en América y se entendía como el derecho que daba el Rey a un súbdito
español, llamado encomendero, en compensación de los servicios que
había prestado a la Corona, para recibir los tributos o impuestos por los
trabajos que los indios debían cancelar a la Corona. A cambio el español
debía cuidar de ellos tanto en lo espiritual como en lo terrenal,
preocupándose de educarlos en la fe cristiana. El tributo se pagaba en
especie -con el producto de sus tierras-, o en servicios personales o trabajo
en los predios o minas de los encomenderos
La idea de la Encomienda de indios fue tomada de la institución medieval
que protegía a los pobladores, pero tuvo que ser adaptada para poder
implementarse en la recién descubierta América.
Derechos y deberes del Encomendero
La Encomienda consistía en “encomendar” un determinado grupo de
indígenas a un español., lo cual generaba en éste - el encomendero- una
serie de deberes y derechos.
“A vos fulano, se os encomienda en el cacique mengano 50 o 100 indios
para que os sirváis de ellos en vuestras granjerías y minas
y enseñadles las cosas de nuestra santa fé católica.”
- Derechos de los colonos con Encomienda
Era derecho fundamental el de la cobranza del tributo indígena.
Todo indígena varón que tuviera entre 18 y 50 años de edad, era
considerado tributario, es decir estaba obligado a pagar un tributo al
rey, en su condición de “vasallo libre” de la Corona de Castilla. Este
tributo, era el que cedía el Rey al encomendero como merced
otorgada a su labor en la Conquista. Dicho de otro modo, el
encomendero se lo llevaba crudo...
- Deberes de los colonos con Encomienda
- Velar por que los indígenas encomendados fueran
adecuadamente adoctrinados en la fe católica. Para ello debía
pagar los gastos del cura doctrinero, que era el encargado de
evangelizar a la población indígena. Este adoctrinamiento se llevaba
a cabo en los días de fiesta (domingo) y otros días establecidos a tal
efecto.
- Pagarles un salario adecuado y alimentos.
- Residir en la ciudad cabecera de los términos en los que vivían
sus indígenas encomendados. Se obligaba al español a vivir en la
ciudad y no junto a los indígenas encomendados, porque se había
observado que la cercanía física del encomendero con sus indígenas
generaba muchos abusos.
- Acudir en la defensa de la tierra en caso de que fueran llamados
por las autoridades para esa actividad.
La práctica de la Encomienda
En la práctica, la cesión de indígenas se establecía a través de un Cacique
aborigen (por el respeto que le tenían sus administrados).
Ni que decir tiene que inicialmente no había control tributario y por tanto los
encomenderos abusaban de sus indígenas buscando el mayor beneficio.
Con el tiempo se establecieron controles tributarios a través de funcionarios
cuando controlaron el territorio americano. Se establecieron las tasaciones,
que eran la valoración de lo que los indígenas podían entregara como
tributo, bien fuera en trabajo - denominado servicio personal- , en especies o
en dinero.
Con las Reales Ordenanzas de Burgos de 1512 se establecieron unas
pautas para garantizar el buen trato de los indígenas, incluyendo la figura del
VISITADOR, pero aun así no cesaron los excesos sobre los indios.
La Encomienda no era a perpetuidad, sino por un plazo de dos vidas: la del
beneficiario y la de su inmediato sucesor. Aunque se solicitó, como es de de
suponer una Encomienda a perpetuidad, esto no se aceptó por la Corona,
siempre temerosa de que con ello se desarrollara una aristocracia señorial
que dificultara el a afianzamiento del poder de la monarquía a través de sus
funcionarios. En la tercera década del siglo XVII, sin embargo, se estableció
que los encomenderos podrían disfrutar de la merced por una vida más, a
cambio de un pago a la Real Hacienda.
Evolución de la Encomienda
Con el tiempo la Encomienda fue perdiendo importancia:
- a) Influyó el fuerte descenso poblacional indígena que se produjo a
lo largo del siglo XVI. Sin población indígena no había encomienda.
- b) Pronto surgió en América (en especial en la América nuclear:
Perú, México y Antillas) una creciente diversificación económica.
Nuevas actividades - la minería, el comercio, la agricultura, etc-
generaban cada vez mayores beneficios y exigían una mano de obra
más especializada. El indígena dejaba de ser la riqueza por
excelencia.
En las zonas periféricas a la América nuclear, allí donde no había tanta
riqueza primaria, no hubo una diversificación tan acentuada, y por tanto la
presencia del indígena en una institución como la Encomienda continuaba
siendo la mayor riqueza posible. Esto fue característico de zonas Yucatán,
Tucumán, Paraguay o Chile.
El fin de la Encomienda
Las Leyes Nuevas de 1542 dictaban la abolición de la esclavitud, la
servidumbre personal de los indios y el fin de las encomiendas. Esta
prohibiciones desataron en los conquistadores españoles la rabia y la
sensación de injusticia, ya que consideraban legítimo el uso de los sistemas
antes mencionados. Entre protestas y rebeliones en Perú, se obligó a la
Corona a dictar artículos más severos en las Leyes Nuevas.
Finalmente, la Encomienda fue abolida en 1718.

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