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Florencia Cremona
Centro de Comunicación y Género
Facultad de Periodismo y Comunicación Social
UNLP.
Ahora: ¿Es posible obtener nuevas pautas para poner nuestros saberes en acción?
“No han sido solo los paradigmas sino los tercos hechos de América Latina lo que
nos ha cambiado los objetos de estudio a los investigadores de la comunicación”.
Jesús Martín Barbero
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OBJETIVO
Identificar y problematizar los enfoques teóricos y prácticos de la comunicación desde el/los cual/es
Pensamos y trabajamos.
TÓPICOS
El proceso de la comunicación
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a) La comunicación se convierte en cuestión de culturas y no solo de ideologías. Los
procesos de comunicación comienzan a ser mirados como escenario de transformación
de la sensibilidad de la percepción social.
Dejan de estar dominados por la obsesión de lo que pasa en los medios, para reubicar la
mirada en la transformaciones de la vida cotidiana, de los modos de sentir ver y
congregarse.
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Si bien una de las prácticas de la comunicación es informar, difundir, no es esta la única,
ni tampoco es neutra. Lo que se comunica es siempre una mirada, un punto de vista una
opción de relato.
Por eso muchas veces creemos que una comunicación que permita la posibilidad de
hacerse preguntas es una comunicación comprometida y democrática. De ella resultan las
posibilidades de formar criterios y tomar decisiones.
Comunicarnos es construir cultura, es ponerse de acuerdo con los otros en cuanto a los
símbolos, las prácticas y las reglas. Es tratar de entenderse y generar de nuevo otros
sentidos, otros discursos, otras relaciones.
Cuándo hablamos de que mientras nos comunicamos producimos sentidos, decimos que
el sentido no se da de una vez y para siempre, sino que se construye en cada situación
individual y en cada comunidad. Pensamos a la comunicación como “proceso de
producción social de sentidos”; como un “enriquecimiento”, una herramienta a
disposición de un juego que no transmite únicamente, sino que integra, complementa y
construye con las y los otros. Pensar y hacer comunicación supone un modelo de red
desde el entramado social, donde se da una circulación de sentidos.
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La comunicación para ser estratégica tiene que permitir una mirada crítica de la
cotidianidad e identificar las alternativas de transformación.
Si comunicarnos nos permite construir nuevos relatos, relatos de futuro que se tejen con
los retazos de una mirada crítica del presente no se puede desvincular la comunicación
del proyecto político.
Por eso debe hablarse del proyecto político comunicativo como proceso de reflexión
móvil que suma caminos, que cambia, que permanentemente incorpora otros elementos a
la discusión pero que básicamente es flexible y esta siempre problematizándose a si
mismo a la vez que avanza y es capaz de incorporar los aprendizajes para su autogestión.
OBJETIVO
TÓPICOS
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“El proceso es un tiempo cargado de momentos.”
Fritjof Capra dice que hay un malestar por la modernidad, por sus discursos y paradigmas
dominantes. No podemos encajar la complejidad de nuestra vida cotidiana en la polaridad
positivo/negativo. Necesitamos legitimar otros saberes y ponerlos en juego en la
construcción de nuestros relatos de presente, de pasado y de futuro.
Las personas queremos superar las contradicciones, integrar nuestros saberes con los
sentimientos por eso se da un momento de búsqueda de alternativas, de constitución de
nuevos paradigmas mucho más dialogantes y sensibles que los anteriores intentos de
teorías y modelos abarcadores.
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Sin embargo, poder indentificar lo que queremos como conjunto, es un proceso
comunicativo complejo para el cual es necesario problematizar nuestras prácticas y tratar
de enunciar una posibilidad, algunos objetivos para los cuales trabajar. Sabiendo que esos
objetivos no van a traer la solución a nuestros problemas, sino que como la vida es
dinámica y cambiante, van a surgir nuevas posibilidades y dificultades. Pero si como
grupo, como colectivo, como persona en la comunidad logramos identificar pautas para
organizarme con otros, quizás tenga nuevas herramienta para gestionar la vida.
Este proceso comunicativo que es el diagnóstico implica reunir datos, elegir esos
datos, elegir el modo de tomar la información y componer una malla de
significación en torno a ellos a partir de las coordenadas que marca el territorio, la
cultura, las expectativas y la memoria colectiva.
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- Evaluación:
También hay que pensar que la metodología de evaluación debe ser construida
desde la misma matriz cultural desde la que generamos el proceso. Es preferible no
apostar una modalidad de evaluación que se hayan pensado por fuera del proceso
mismo de la gestión del proyecto a evaluarse. Y es también importante que en el
modo de evaluar estén presentes los valores perspectivas y enfoque que queremos
trabajar.
Una de las claves para mirar críticamente nuestra vida cotidiana es poder
problematizar. Esto significa hacernos preguntas o preguntarnos sobre nuestras
opiniones que ponen en juego distintas miradas de los demás actores. Pero para
problematizar tengo también que conocer nuevas opciones. El educador, el comunicador,
el que esta trabajando con un grupo tiene que brindar siempre nuevos elementos para
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enriquecer nuestra mirada del mundo. Cómo, informándonos, estudiando, trabajando,
experimentando y creando. Nadie puede problematizar con una sola mirada de las cosas.
La problematización es un ejercicio complejo que exige trabajo, esfuerzo, ganas, alegría,
información, estudio, continuidad.
En el interjuego comunicativo siempre estamos hablándole a los otros y siendo otros para
los otros.
El otro no me entiende.
Hay que hablarle fácil para que entienda.
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Convenimos en que la comunicación desde la producción de la vida cotidiana puede contribuir
a la renovación de las instituciones sociales. Para ello es necesaria una reflexión crítica que
aporte a los procesos comunicativos entendidos estos como procesos de producción de saberes,
prácticas y sentidos.
Mirar la comunicación con enfoque de género, supone un aporte fundamental para
desarrollar críticamente elementos para construir sin exclusión y con justicia social.
Creemos que una transformación en este sentido, exige y demanda una reflexión
profunda sobre la institucionalización de la violencia, la distribución del poder, los
imaginarios sociales, nuestros deberes y derechos-como seres humanos.
Las estrategias políticas continentales que buscan reconstruir el tejido social y achicar la
brecha de desigualdad, no pueden ya asumirse sin el enfoque de género.
Siguiendo esta tendencia nos importa impulsar para que se asuman los medios de
comunicación y los espacios de gestión de la comunicación como campos de
comunicación dónde la perspectiva de género es transversal y permanente en la
problematización de la vida cotidiana y en el diseño de nuestros relatos de futuro, en la
toma de decisiones y en la trama de nuestras relaciones.
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Lamas, Marta, (comp.) El género, la construcción cultural de la diferencia sexual. PUEG UNAM, México
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Entendemos también que para poder relacionarnos desde lo que somos o queremos ser y
desde lo que el otro es o quiere ser, tenemos que mirar al género por fuera de la opción
moderna de la heterosexualidad compulsiva. Es decir la heterosexualidad no es la medida
de la sexualidad. La sexualidad es construida de manera cultural y relacional. Entonces
cuando hablamos de género hablamos siempre de todas las formas de expresar y vivir la
sexualidad.
¿Cómo comunico?
- Mi emotividad.
- Mi propia historia.
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- Las relaciones colectivas...
- El momento en el proceso.
LA METODOLOGÍA DE TRABAJO
Vale entonces reflexionar sobre que toda metodología que elijamos hacia un objetivo es
un camino político.
Decir que la metodología es un camino político es creer que es una opción entre muchas
y aceptar que implica y conlleva la construcción de una mirada de mundo y un tipo de
opción de gestión. Esto nos invita a reflexionar sobre lo político.
Se vuelve necesario, entonces, partir de la distinción general entre “la política” y “lo
político”. Mientras que “la política” se restringe a los fenómenos relacionados con la
representatividad y con la organización institucional, “lo político” designa una compleja
configuración de distintas manifestaciones de poder (incluyendo “la política”), reflejando
la condensación de distintas instancias del poder sociocultural y reconociendo la relativa
autonomía en el desarrollo de distintas esferas de la vida sociocultural.
Fundamentalmente lo político se rige según una lógica de cooperación o antagonismo
entre voluntades colectivas. (Argumedo, 1996)
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“Es muy importante encontrar caminos, desde una intención de diálogo de saberes, que
permita evidenciar criterios de legitimidad diferentes y propicie caminos de relación en
medio de la diversidad de actores. Esto es muy difícil si se (valora) desde quién está a
favor, quién en contra y quién hasta ahora es neutral”. “Ahondar en la experimentación
comunicativo – educativa -afirma Forero- a partir de los recursos disponibles y del
importante acumulado metodológico, es esencial”. (Forero; 2004)
A veces nuestra educación escolarizada nos hace poner mayor importancia en las
herramientas y demasiada desconfianza en nuestra propia capacidad de construirlas. Las
herramientas efectivamente tienen un carácter formativo, pero también tienen un sentido
político y un sentido comunicativo. Entonces en el momento de construir nuestras
herramientas hay algunas preguntas que se vuelven indispensables:
Comunicación y política
La idea fuerza que problematiza nuestra mirada del poder es la ruptura de la modernidad
como relato organizador de occidente basado en el desplazamiento de la tradición como
argumento explicativo y la incorporación de la razón como única unidad de verificación de
los procesos. Esta situación nos permite cuestionar la idea del poder. Seria muy rico
articular estos tres conceptos como eje de reflexión, porque necesariamente implican un
mutuo movimiento para la práctica.
¿Para qué hacemos lo que hacemos? ¿Cual seria el sentido político de nuestros
proyectos de comunicación alternativa?
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Me respondo con una multiplicidad de preguntas y no una cantidad de respuestas, me
refiero justamente a que nunca hay un solo sentido, una motivación única. Sino sentidos
que se multiplican y motivaciones que nos impulsan a pensar en qué es lo que hacemos, por
que lo hacemos y para qué.
De primera se me ocurre afirmar que cuando producimos una pregunta de esta naturaleza
pareciera que una estuviese buscando una definición de ontología política. Pareciese
también que requiere una única respuesta lo que también es imposible porque siempre son
una suma de motivos.
Entonces como podríamos ensayar a lo lago de este texto algunas preguntas que nos ayuden
a caminar mejor nuestro territorio.
Se sabe que no existe la propia voz, la voz distinguida, distinta, sin mácula. Porque se
habla desde unas posibilidades de decir, se habla desde el territorio del cuerpo, desde la
nomenclatura que el otro tiene de una misma y desde las posibilidades de decir.
El problema de la voz del otro, es un tema que tenemos que atrevernos a volver a desandar,
la idea de otro que aparece en quienes detentan el poder de nombrar a unos OTROS que
NUNCA son ellos mismos: es otro desvalido, otro minoría, otro que necesita ser narrado.
La narrativa del otro es siempre la narrativa de LO OTRO.
El diálogo con nuestras experiencias me sugiere que cada vez que los proyectos para salvar
el mundo que trataron de promocionar la voz del otro o bien crearon un experto sobre los
otros y las voces otras, que mezclaron sabiduría académica con clarividencia, o bien un jefe
para los otros, que los representó e interpretó.
La visión moderna del paradigma positivista de las ciencias exactas a partir del cual se
amalgama a las ciencias del hombre, las llamadas humanidades, hereda sus peores
desgracias aunque la complejiza agregándole de manera permanente elementos que
requieren y exigen un nuevo modo de pensar y hacer ciencias sociales.
Esta visión heredada del mundo dividido de la modernidad fue con la que intentamos
resolver...si tan temible como pensar en RESOLVER los problemas del mundo.
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Además, muy poco esfuerzo se ha hecho por conocer como es que esa voz de los otros es
recepcionada una vez que se convierte en relato. Es decir que piensan los indígenas sobre
los relatos de la interculturalidad, que pensamos las mujeres sobre el problema de género, y
los jóvenes en fin.
El mismo poco esfuerzo y dinero que hemos pedido para poder sistematizar los proyectos
de comunicación y educación de nuestro continente.
Habría por lo menos dos posibilidades desde las cuales pensar los problemas del mundo,
uno por dentro del mundo y otro por fuera. Pensarnos por dentro del mundo implicaría
atenernos a las reglas ya sea negándolas, aceptándolas o transformándolas y pensarnos por
fuera, nos convierte en observadores.
Esta segunda posibilidad que separa y escinde el sujeto y el objeto. Es decir crea un sujeto
que se separa del objeto que mira y al que le cuesta observar las propias modificaciones que
el sujeto que es mirado sucede con la sola influencia de la mirada.
De todos modos como se sabe no es necesario ver y observar cada uno de los proyectos
para ver si tal afirmación se cumple, cada proyecto puede leerse por si mismo, como a la
poeta amar por un solo verso.
En la historia de los proyectos alternativos no hay una mirada de procesos, cada uno de
ellos no se articula, habría que ver por que no hay una mirada de proceso.
Del mismo modo que una institución habla por sus obras y la complejidad que ellas
presentan. Cuando hablamos de lo complejo no lo ponemos por oposición a lo simple ni
entendemos a la totalidad como una suma de partes.
Sin embargo el modo en el que miramos los proyectos es no complejo, los vemos separados
del contexto, de nuestra propia vida y de la historia, que muchas veces desconocemos de la
comunidad en la cual está emplazado.
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- No se toma en cuenta la complejidad de las obras con los modos de participación
neoliberales.
¿Cómo conocemos? ¿Cómo sabemos lo que sabemos? Esas preguntas se hacen poco
porque darnos cuenta de cómo sabemos, lo que sabemos implica recoger el proceso de la
vida cotidiana donde no se separa lo técnico de lo político. La metodología, y el modo de
pensar son una opción de mundo, una opción política. Está bien, así funciona el paradigma
de la modernidad y su correlato económico que es el capitalismo. Ahora cuando todavía y a
pesar de tanto dolor, de tanto darse cuenta tememos que desandar los lugares cómodos para
ejercer el poder, somos incapaces de construir saberes colectivos.
Mejor dicho, sí somos capaces de construir saberes colectivos, sin embargo, no vemos una
manera articulación acumulativa de esos saberes y su dimensión política.
Incidir entonces es pensarse desde el afuera del decidir. Es una mera estadística que
muestra un numero de casos en un determinado tiempo, de ahí que se trasforma en un
acontecimiento fenomenológico, es decir a ver cuantos de nosotros que estamos afuera
logramos incidir en eso que es, como logramos presionar para que se escuche nuestra voz.
Vernos como posibles incidentes no nos fortalece como otro desde afuera. Por lo tanto,
superar estos obstáculos implica preguntarnos:
- Como deberíamos enredarnos con otros grupos para pensar fortalezas y debilidades y
puntos estratégicos de unión.
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- Como podemos reflexionar sobre el sentido de nuestras acciones en un contexto
global .
Los sentidos de este texto se seguirán tejiendo, en un ir y venir de nuestra relación con las
otras y los otros. Así que podemos pensar los saberes construidos en este proceso como
resultados intermedios o parciales.
ARGUMEDO, Alcira, Los silencios y las voces de América Latina, 1996. ALER. Quito,
2007
CAPRA, Fritjof. El Punto Crucial: ciencia, sociedad y cultura naciente. Integral Ed.,
Barcelona, 1989
CREMONA, Florencia Que cosa es investigar: Documento de Trabajo, Aler quito, 2005
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CREMONA, Florencia, La vuelta y media. ALER, quito, documento de sistematización
de la experiencia ELFO
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