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Lic.

Florencia Cremona
Centro de Comunicación y Género
Facultad de Periodismo y Comunicación Social
UNLP.

Un proceso de aprendizaje supone preguntas obvias a las respuestas posibles que


organizan nuestra vida. Con la certeza de que seremos protagonistas de un proceso que
nunca comienza y que tampoco termina. El cambio.

La complejidad del cambio: aprender para trasformar.

Entendemos que el camino de aprender es un proceso que se va develando a medida que


activamos y reconocemos nuestros saberes y los ponemos en diálogo con las distintas
situaciones de la vida cotidiana. Sabemos muchas cosas por el simple hecho de ser y
estar en el mundo. Por vivir cada día.

Ahora: ¿Es posible obtener nuevas pautas para poner nuestros saberes en acción?

Si pensamos la comunicación como producción de sentidos y de saberes, podríamos


comenzar por rescatar nuestra mirada y la experiencia que da sentido a los procesos.
Mirando mejor lo que nos pasa, será mas sencillo asumir nuestra participación/ creación
en dichas prácticas.

“No han sido solo los paradigmas sino los tercos hechos de América Latina lo que
nos ha cambiado los objetos de estudio a los investigadores de la comunicación”.
Jesús Martín Barbero

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OBJETIVO

Identificar y problematizar los enfoques teóricos y prácticos de la comunicación desde el/los cual/es

Pensamos y trabajamos.

TÓPICOS

 El proceso de la comunicación

 La comunicación como producción de sentidos y diálogo de saberes.

 El sentido político y el proyecto de la institución: la organización que produce sentidos.

Durante los años 80 la crisis del proyecto de la modernidad se percibe y la comunicación


vivencia esa crisis replanteando sus prácticas y objetos.

Como lo nuevo no acaba de morir y lo viejo no acaba de nacer, siguiendo el planteo de


Antonio Gramsci respecto a la “crisis orgánica”, el surgimiento de nuevas miradas y
perspectivas no implica que los otros enfoques y prácticas dejen de existir o estar
vigentes. Todo está actuando al mismo tiempo en pugna por el sentido. La preocupación
por el sentido entonces puede abordarse desde varios lugares, no solo desde la
transmisión de mensajes e información, abriéndose así un modo complejo (que no quiere
decir complicado) de entender/hacer comunicación.

Preguntarnos por los sentidos que se crean y recrean en la comunicación es pensar a la


comunicación como transformación social.

Según el análisis que ofrece Saintout en Los estudios de recepción, en la mencionada


crisis del paradigma moderno en la comunicación ocurre que:

 Comenzamos a hablar de cultura y no solo de ideología.

 De sujetos y no solo de aparatos y estructuras.

 De producción y no solo de reproducción.

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a) La comunicación se convierte en cuestión de culturas y no solo de ideologías. Los
procesos de comunicación comienzan a ser mirados como escenario de transformación
de la sensibilidad de la percepción social.

Dejan de estar dominados por la obsesión de lo que pasa en los medios, para reubicar la
mirada en la transformaciones de la vida cotidiana, de los modos de sentir ver y
congregarse.

b) La comunicación es entendida como una cuestión de sujetos y no solo de aparatos:


Michel y Armand Mattelart escriben que la legitimidad de los temas de la cultura
popular ha tenido que ver con la crisis de un concepto de saber que desplaza la primacía
del ideal racionalista y la visión de sujeto unificado y sin contradicción consigo mismo
hacia el reconocimiento del sujeto y la pertinencia de una teoría que parta de la
percepciones de aquel, de su subjetividad que acoja las oscilaciones de sentido, que
capte la comunicación como un proceso dialogante donde la verdad, que nunca es única
se desprende de la intesubjetividad.

c) Y finalmente, la comunicación como cuestión de producción y no solo de


reproducción: se libera al sujeto de aquellas estructuras marco que lo sujetaban, que lo
atrapaban, determinándolo, y se comienza a pensar en los complejos proceso de
producción de sentidos, desde las condiciones pero también desde las libertades y la
creatividad donde no todo esta dicho de antemano: “contra el imperio de la estructura y
la idea de permanencia, y la producción estática que le es inherente, entra en juego el
estatuto de lo instantáneo. Contra el héroe de la teoría, contra el héroe de la producción,
contra el héroe de la historia, se libera el estatuto del hombre sin calidades”.

La comunicación en la gestión de la organización.

La comunicación es un componente estratégico para conectar la visión, la misión y los


objetivos de la organización con las fuerzas y oportunidades que existan.
Esta afirmación también se encarna/confunde con prácticas distintas: el departamento de
marketing, la oficina de prensa, el enfoque, en los contenidos. Hay múltiples y muchas
maneras que responden en general a distintos modelos de comunicación y a distintas
miradas del mundo.

La idea de comunicación como instrumento está bien arraigada en nuestras prácticas y


responde a iniciativas desarrollistas, extensionistas que centraban a la comunicación en su
dimensión de instrumento para obtener otros objetivos. Entonces el énfasis se hacía en el
mensaje, en lo que quería decirse, dejando en un segundo lado las relaciones de poder
que se gestan en el cotidiano.

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Si bien una de las prácticas de la comunicación es informar, difundir, no es esta la única,
ni tampoco es neutra. Lo que se comunica es siempre una mirada, un punto de vista una
opción de relato.

Por eso muchas veces creemos que una comunicación que permita la posibilidad de
hacerse preguntas es una comunicación comprometida y democrática. De ella resultan las
posibilidades de formar criterios y tomar decisiones.

La comunicación ocurre en nuestra organización, movimiento y no es un componente


aislado del proyecto político sino todo lo contrario, es en los procesos de encuentro de
comunicación/ educación donde se tejen de manera implícita y explícita los objetivos
políticos institucionales.

El poder identificar la dimensión de transformación social y política de la comunicación,


nos invita a pensarnos como sujetos productores de sentidos y de aprendizajes. Porque
somos nosotros quienes en nuestra vida cotidiana hacemos comunicación cuando
hablamos, pero también cuando no hablamos.

La comunicación es transformadora si en/desde ella podemos crear relatos de futuro.

Un abordaje complejo de la comunicación, que pueda poner en dialogo distintos enfoques


y perspectivas, desarrolla la posibilidad de que seamos protagonistas de nuestra toma de
decisiones. Porque lo que construye el relato de nuestra vida es lo que podemos hacer con
la puesta en acto de nuestra experiencia.

¿Qué hacemos con nuestra experiencia?

Comunicarnos es construir cultura, es ponerse de acuerdo con los otros en cuanto a los
símbolos, las prácticas y las reglas. Es tratar de entenderse y generar de nuevo otros
sentidos, otros discursos, otras relaciones.

También comunicarse es no estar de acuerdo. La comunicación que transforma es una


comunicación que no niega el conflicto, que lo reconoce y que trabaja desde/en el.

Cuándo hablamos de que mientras nos comunicamos producimos sentidos, decimos que
el sentido no se da de una vez y para siempre, sino que se construye en cada situación
individual y en cada comunidad. Pensamos a la comunicación como “proceso de
producción social de sentidos”; como un “enriquecimiento”, una herramienta a
disposición de un juego que no transmite únicamente, sino que integra, complementa y
construye con las y los otros. Pensar y hacer comunicación supone un modelo de red
desde el entramado social, donde se da una circulación de sentidos.

Algunas pistas para pensar la comunicación de nuestro espacio político:

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La comunicación para ser estratégica tiene que permitir una mirada crítica de la
cotidianidad e identificar las alternativas de transformación.

Si comunicarnos nos permite construir nuevos relatos, relatos de futuro que se tejen con
los retazos de una mirada crítica del presente no se puede desvincular la comunicación
del proyecto político.

El proyecto político comunicativo es un plan de trabajo de la comunicación en todas las


dimensiones. Implica necesariamente una discusión política entendiendo a la política
como la gestión colectiva de nuestras necesidades sentidas y de nuestro proyecto de
mundo. También de los modos de relacionarnos, de las contradicciones personales y
colectivas, de cómo pensamos alcanzar los objetivos que decimos que queremos alcanzar.

Por eso debe hablarse del proyecto político comunicativo como proceso de reflexión
móvil que suma caminos, que cambia, que permanentemente incorpora otros elementos a
la discusión pero que básicamente es flexible y esta siempre problematizándose a si
mismo a la vez que avanza y es capaz de incorporar los aprendizajes para su autogestión.

OBJETIVO

Actualizar la mirada sobre la gestión de la comunicación.

TÓPICOS

 El paradigma racional de la organización de saberes: cambiando el concepto de


verdad por el de vigencia.

 Los mitos de la comunicación: la narrativa de los otros.

 El enfoque de género de la comunicación.

 Organización de saberes para la acción.

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“El proceso es un tiempo cargado de momentos.”

El autor Thomas Kuhn, en su libro “La estructura de las revoluciones científicas”,


observa que los paradigmas científicos son bastante consistentes y durante un cierto
período, reciben el apoyo de todos los científicos. Sin embargo, con el tiempo surgen
nuevas observaciones y descubrimientos que no encajan en las creencias prevalecientes.
Cuanto más descubrimientos y observaciones, más probabilidades habrá de que se acabe
realizando la teoría. Primero a los relatos y las anomalías se los considera periféricos y de
escasa importancia

Fritjof Capra dice que hay un malestar por la modernidad, por sus discursos y paradigmas
dominantes. No podemos encajar la complejidad de nuestra vida cotidiana en la polaridad
positivo/negativo. Necesitamos legitimar otros saberes y ponerlos en juego en la
construcción de nuestros relatos de presente, de pasado y de futuro.

Las personas queremos superar las contradicciones, integrar nuestros saberes con los
sentimientos por eso se da un momento de búsqueda de alternativas, de constitución de
nuevos paradigmas mucho más dialogantes y sensibles que los anteriores intentos de
teorías y modelos abarcadores.

En la conformación de estos paradigmas la metodología y la estética de trabajo son


elementos claves. La metodología porque es el camino político y la estética porque desde
la forma se comunica.
Queremos decir con esto que no solo hay que enunciar que vamos a integrar saberes, sino
que debemos preveer en acción cómo lo hacemos, quienes participan, a partir de que tipo
de creencias vamos actuando, quienes dicen y quienes no dicen. Si hacemos de esto un
ejercicio permanente de coherencia tal vez estemos aportando a generar transformación
desde la comunicación.

EL PROCESO DE LA GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN

Gestionar la comunicación es un proceso permanente, situado en el tiempo y que requiere


una mirada critica por parte de sus protagonistas mientras las cosas van pasando,
identificar las contradicciones y trabajarlas con el equipo.

Pensar a la comunicación dentro de una estrategia de desarrollo, nos permita reconstruir


la historia, los momentos en un diálogo con los otros. A través de ella se pueden
reconocer y analizar las diferentes problemáticas del ámbito en que nos encontramos.

Partir del futuro deseado permite cambiar la perspectiva sobre el presente.

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Sin embargo, poder indentificar lo que queremos como conjunto, es un proceso
comunicativo complejo para el cual es necesario problematizar nuestras prácticas y tratar
de enunciar una posibilidad, algunos objetivos para los cuales trabajar. Sabiendo que esos
objetivos no van a traer la solución a nuestros problemas, sino que como la vida es
dinámica y cambiante, van a surgir nuevas posibilidades y dificultades. Pero si como
grupo, como colectivo, como persona en la comunidad logramos identificar pautas para
organizarme con otros, quizás tenga nuevas herramienta para gestionar la vida.

La planificación y gestión de la comunicación tiene algunos pasos que podrían definirse


como:

- Diagnóstico: Diagnosticar es indagar con intuición y técnica situaciones, prácticas,


discursos, datos que arrojan resultados que pueden ser percibidos como negativos y
positivos para nuestro grupo, organización, comunidad.

Este proceso comunicativo que es el diagnóstico implica reunir datos, elegir esos
datos, elegir el modo de tomar la información y componer una malla de
significación en torno a ellos a partir de las coordenadas que marca el territorio, la
cultura, las expectativas y la memoria colectiva.

Desde la comunicación tratamos de organizar los sentidos, los significados


acuñados socialmente para tal o cual situación y tenemos que atrevernos también a
ver lo que no se dice, lo que no se discute y darle un sentido a aquello que no se
problematiza. Sumando estos elementos podemos organizar un mapa que nos ayude
a encontrar una pauta de transformación.

- Planificación: El primer paso de la planificación es identificar la situación deseada,


aquella situación que queremos alcanzar. Pero identificar la situación deseada es
una consecuencia de un trabajo problematizador de la vida cotidiana que logre
desanudar las causas corrientes que le asignamos a lo que nos pasa y buscar otras
posibilidades para formular mejor lo que nos parece que es objetivo a alcanzar...
Cuando el objetivo esta trazado, tenemos que elegir una metodología que arroje
orden y factibilidad a la acción que decidimos.

- Gestión: La gestión de la comunicación es un proceso permanente, no es una


acción que ocurre cuando está diseñado el plan. La comunicación se gestiona
en/desde el proyecto político comunicativo de la organización, pero también en las
relaciones interpersonales en la discusión política.

De ahí que mencionemos la importancia de identificar donde está situada en el


organigrama la comunicación, si es solo una herramienta para difundir, si es un eje
transversal a todas las actividades.

Gestionar la comunicación es poner en acto las decisiones de cómo queremos


transformar nuestra realidad entre todos y todas.

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- Evaluación:

Es necesario poder reflexionar sobre lo que ocurre en nuestro entorno y en la


gestión misma del proceso. La evaluación es un espacio donde todos y todas
aquellas que participaron del proceso discutimos y analizamos la práctica
reconociendo logros y obstáculos. De esta discusión podemos llegar a conclusiones
que nos va a permitir aprender de nuestra práctica, reordenarla permanentemente e
incluso modificar los objetivos que nos propusimos alcanzar.

También hay que pensar que la metodología de evaluación debe ser construida
desde la misma matriz cultural desde la que generamos el proceso. Es preferible no
apostar una modalidad de evaluación que se hayan pensado por fuera del proceso
mismo de la gestión del proyecto a evaluarse. Y es también importante que en el
modo de evaluar estén presentes los valores perspectivas y enfoque que queremos
trabajar.

Fuente: Unidad de prácticas la UNLP

Si por ejemplo estamos revisando la perspectiva de género, el modo para realizar la


evaluación y la metodología deben también ser coherentes con esa perspectiva. Si
nuestro objetivo fue proponer la formación de comunidades de aprendizaje y la
evaluación luego la realiza un experto que tiene por objetivo hacer un dictamen sobre
nuestro proceso. Allí también hay una contradicción fuerte a menos que la hayamos
trazado así porque nos aporta un elemento que consideramos clave para nuestro
desarrollo.

Nos resulta importante compartir algunos sentidos muy utilizados en la planificación y


gestión de la comunicación:

Una de las claves para mirar críticamente nuestra vida cotidiana es poder
problematizar. Esto significa hacernos preguntas o preguntarnos sobre nuestras
opiniones que ponen en juego distintas miradas de los demás actores. Pero para
problematizar tengo también que conocer nuevas opciones. El educador, el comunicador,
el que esta trabajando con un grupo tiene que brindar siempre nuevos elementos para

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enriquecer nuestra mirada del mundo. Cómo, informándonos, estudiando, trabajando,
experimentando y creando. Nadie puede problematizar con una sola mirada de las cosas.
La problematización es un ejercicio complejo que exige trabajo, esfuerzo, ganas, alegría,
información, estudio, continuidad.

Los otros y otras: nosotros.

En el interjuego comunicativo siempre estamos hablándole a los otros y siendo otros para
los otros.

Es importante trabajar y desarrollar la empatía, aprender a ser flexibles y negociar


sentidos. Sin embargo no podemos negar lo que somos en el afán de comunicarnos con
otros. A veces por acercarnos a personas que creemos que son distintas a nosotros
cargamos nuestra mirada de prejuicio y terminamos componiendo prácticas llenas de
ideas como estas:

 El otro no me entiende.
 Hay que hablarle fácil para que entienda.

 Es pobre y la pobreza es su principal problema.

 Esos temas no le interesan, están fuera de su alcance, cultura, gustos, etc.

Una comunicación transformadora es una comunicación que parta de las


potencialidades que estimule a desarrollar lo mejor de nosotros mismos, a ser flexibles
en la escucha y en la práctica pero constantes y sistemáticos en nuestro trabajo para
alcanzar los objetivos que nos proponemos.

GÉNERO Y GESTIÒN DE LA COMUNICACIÓN

Si el poder no es dominio (uso de la fuerza, autoritarismo o arbitrariedad) es positivo, es


productor de deseo, de conocimiento, de justicia. Es intensidad, potencia renovadora y
vital. El poder, así entendido, configura una relación de fuerzas entre seres atravesados
por enunciados que producen efectos de verdad. Pero conviene deconstruir o desmitificar
el sentido tradicional de las verdades, analizando su nacimiento histórico y su vigencia o
des-actualización según se modifican los procesos. Sin desatender la lucha de poderes de
las que brotaron y las estrategias desplegadas para su mantenimiento.

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Convenimos en que la comunicación desde la producción de la vida cotidiana puede contribuir
a la renovación de las instituciones sociales. Para ello es necesaria una reflexión crítica que
aporte a los procesos comunicativos entendidos estos como procesos de producción de saberes,
prácticas y sentidos.
Mirar la comunicación con enfoque de género, supone un aporte fundamental para
desarrollar críticamente elementos para construir sin exclusión y con justicia social.
Creemos que una transformación en este sentido, exige y demanda una reflexión
profunda sobre la institucionalización de la violencia, la distribución del poder, los
imaginarios sociales, nuestros deberes y derechos-como seres humanos.
Las estrategias políticas continentales que buscan reconstruir el tejido social y achicar la
brecha de desigualdad, no pueden ya asumirse sin el enfoque de género.
Siguiendo esta tendencia nos importa impulsar para que se asuman los medios de
comunicación y los espacios de gestión de la comunicación como campos de
comunicación dónde la perspectiva de género es transversal y permanente en la
problematización de la vida cotidiana y en el diseño de nuestros relatos de futuro, en la
toma de decisiones y en la trama de nuestras relaciones.

Trabajar desde el género comprendido como la construcción cultural de la diferencia


sexual, es trabajar a favor del acceso y participación en las manifestaciones de la vida
cultura, la libertad de expresión, el derecho a la información, la educación y esparcimiento
sin restricción ni diferencia según la vivencia que hagamos y otorguemos a nuestro sexo.

Género es la construcción cultural de la diferencia sexual1.


Marta Lamas.

Nuestro objetivo político es que la diferencia no se transforme en desigualdad.

1
Lamas, Marta, (comp.) El género, la construcción cultural de la diferencia sexual. PUEG UNAM, México

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Entendemos también que para poder relacionarnos desde lo que somos o queremos ser y
desde lo que el otro es o quiere ser, tenemos que mirar al género por fuera de la opción
moderna de la heterosexualidad compulsiva. Es decir la heterosexualidad no es la medida
de la sexualidad. La sexualidad es construida de manera cultural y relacional. Entonces
cuando hablamos de género hablamos siempre de todas las formas de expresar y vivir la
sexualidad.

¿Cómo comunico?

Los procesos de comunicación son procesos interactivos es decir de dialogo con el


entorno y es necesario tener en cuenta algunos elementos:

- Mi emotividad.

- Mi lectura del territorio.

- Mi propia historia.

- Mis propios momentos de trabajo.

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- Las relaciones colectivas...

- El tejido de las relaciones.

- El momento en el proceso.

LA METODOLOGÍA DE TRABAJO

Vale entonces reflexionar sobre que toda metodología que elijamos hacia un objetivo es
un camino político.

Decir que la metodología es un camino político es creer que es una opción entre muchas
y aceptar que implica y conlleva la construcción de una mirada de mundo y un tipo de
opción de gestión. Esto nos invita a reflexionar sobre lo político.

Se vuelve necesario, entonces, partir de la distinción general entre “la política” y “lo
político”. Mientras que “la política” se restringe a los fenómenos relacionados con la
representatividad y con la organización institucional, “lo político” designa una compleja
configuración de distintas manifestaciones de poder (incluyendo “la política”), reflejando
la condensación de distintas instancias del poder sociocultural y reconociendo la relativa
autonomía en el desarrollo de distintas esferas de la vida sociocultural.
Fundamentalmente lo político se rige según una lógica de cooperación o antagonismo
entre voluntades colectivas. (Argumedo, 1996)

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“Es muy importante encontrar caminos, desde una intención de diálogo de saberes, que
permita evidenciar criterios de legitimidad diferentes y propicie caminos de relación en
medio de la diversidad de actores. Esto es muy difícil si se (valora) desde quién está a
favor, quién en contra y quién hasta ahora es neutral”. “Ahondar en la experimentación
comunicativo – educativa -afirma Forero- a partir de los recursos disponibles y del
importante acumulado metodológico, es esencial”. (Forero; 2004)

A veces nuestra educación escolarizada nos hace poner mayor importancia en las
herramientas y demasiada desconfianza en nuestra propia capacidad de construirlas. Las
herramientas efectivamente tienen un carácter formativo, pero también tienen un sentido
político y un sentido comunicativo. Entonces en el momento de construir nuestras
herramientas hay algunas preguntas que se vuelven indispensables:

- ¿En que visión de la comunicación se encuadran las herramientas?

- ¿Se inscriben en un proceso más amplio de producción de sentidos político y


formativo o encarnan una visión instrumental?

- ¿Cuales son nuestras contradicciones a la hora de confeccionar herramientas?

- ¿Pensamos que las herramientas de trabajo son un recuso comunicativo?

El diseño de una herramienta comporta en si un proceso comunicativo, que propone una


mirada de mundo e invita a construir un proceso.
Si problematizamos las herramientas y problematizamos los saberes es necesario
problematizar también la noción de saber experto.

Comunicación y política

La gestión política de la comunicación: poder hacer entre todos

La idea fuerza que problematiza nuestra mirada del poder es la ruptura de la modernidad
como relato organizador de occidente basado en el desplazamiento de la tradición como
argumento explicativo y la incorporación de la razón como única unidad de verificación de
los procesos. Esta situación nos permite cuestionar la idea del poder. Seria muy rico
articular estos tres conceptos como eje de reflexión, porque necesariamente implican un
mutuo movimiento para la práctica.

¿Para qué hacemos lo que hacemos? ¿Cual seria el sentido político de nuestros
proyectos de comunicación alternativa?

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Me respondo con una multiplicidad de preguntas y no una cantidad de respuestas, me
refiero justamente a que nunca hay un solo sentido, una motivación única. Sino sentidos
que se multiplican y motivaciones que nos impulsan a pensar en qué es lo que hacemos, por
que lo hacemos y para qué.

De primera se me ocurre afirmar que cuando producimos una pregunta de esta naturaleza
pareciera que una estuviese buscando una definición de ontología política. Pareciese
también que requiere una única respuesta lo que también es imposible porque siempre son
una suma de motivos.

Prefiero iniciar la reflexión partiendo de la pregunta permanente como metodología de


construcción política de los movimiento sociales, la pregunta dicha y la pregunta que no
logra todavía formularse pero que se intuye como incomodidad, como duda.

Entonces como podríamos ensayar a lo lago de este texto algunas preguntas que nos ayuden
a caminar mejor nuestro territorio.

Se sabe que no existe la propia voz, la voz distinguida, distinta, sin mácula. Porque se
habla desde unas posibilidades de decir, se habla desde el territorio del cuerpo, desde la
nomenclatura que el otro tiene de una misma y desde las posibilidades de decir.

El problema de la voz del otro, es un tema que tenemos que atrevernos a volver a desandar,
la idea de otro que aparece en quienes detentan el poder de nombrar a unos OTROS que
NUNCA son ellos mismos: es otro desvalido, otro minoría, otro que necesita ser narrado.
La narrativa del otro es siempre la narrativa de LO OTRO.

El diálogo con nuestras experiencias me sugiere que cada vez que los proyectos para salvar
el mundo que trataron de promocionar la voz del otro o bien crearon un experto sobre los
otros y las voces otras, que mezclaron sabiduría académica con clarividencia, o bien un jefe
para los otros, que los representó e interpretó.

La visión moderna del paradigma positivista de las ciencias exactas a partir del cual se
amalgama a las ciencias del hombre, las llamadas humanidades, hereda sus peores
desgracias aunque la complejiza agregándole de manera permanente elementos que
requieren y exigen un nuevo modo de pensar y hacer ciencias sociales.

Esta visión heredada del mundo dividido de la modernidad fue con la que intentamos
resolver...si tan temible como pensar en RESOLVER los problemas del mundo.

Se aparece, se traduce, se implica en nuestros proyectos de comunicación, en los que o se


esta de un lado con la hegemonía o se esta del otro con lo que al ser cada vez mas otro
termina fortaleciendo cada vez más a la hegemonía.

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Además, muy poco esfuerzo se ha hecho por conocer como es que esa voz de los otros es
recepcionada una vez que se convierte en relato. Es decir que piensan los indígenas sobre
los relatos de la interculturalidad, que pensamos las mujeres sobre el problema de género, y
los jóvenes en fin.

El mismo poco esfuerzo y dinero que hemos pedido para poder sistematizar los proyectos
de comunicación y educación de nuestro continente.

EL PROBLEMA DE ACOPIAR IDEAS COMO POLÍTICA PODER E


INCIDENCIA

La brutalidad neoliberal y su correlato, el patriarcado, no están en discusión ni en los


valores ni en las practicas. Partiendo de esta afirmación habría que pensar como miramos y
desde que lugar miramos lo que nos pasa y desde que territorialidad pretendemos soñar una
posibilidad distinta.

Habría por lo menos dos posibilidades desde las cuales pensar los problemas del mundo,
uno por dentro del mundo y otro por fuera. Pensarnos por dentro del mundo implicaría
atenernos a las reglas ya sea negándolas, aceptándolas o transformándolas y pensarnos por
fuera, nos convierte en observadores.

Esta segunda posibilidad que separa y escinde el sujeto y el objeto. Es decir crea un sujeto
que se separa del objeto que mira y al que le cuesta observar las propias modificaciones que
el sujeto que es mirado sucede con la sola influencia de la mirada.

De todos modos como se sabe no es necesario ver y observar cada uno de los proyectos
para ver si tal afirmación se cumple, cada proyecto puede leerse por si mismo, como a la
poeta amar por un solo verso.

En la historia de los proyectos alternativos no hay una mirada de procesos, cada uno de
ellos no se articula, habría que ver por que no hay una mirada de proceso.

Del mismo modo que una institución habla por sus obras y la complejidad que ellas
presentan. Cuando hablamos de lo complejo no lo ponemos por oposición a lo simple ni
entendemos a la totalidad como una suma de partes.

Es decir que la complejidad es el modelo procesal, dinámico, permanente orgánico en el


que se suscitan los procesos sociales.

Sin embargo el modo en el que miramos los proyectos es no complejo, los vemos separados
del contexto, de nuestra propia vida y de la historia, que muchas veces desconocemos de la
comunidad en la cual está emplazado.

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- No se toma en cuenta la complejidad de las obras con los modos de participación
neoliberales.

- Se promueven acciones en vez de procesos.

- Hay voluntad de hacer, falta voluntad de conocer.

- Marcado vaciamiento del sentido político y ocultamiento de los sentidos políticos de


participación.

Ruptura del contrato social entre el pueblo y el Estado:

- Lógica del consenso.

- El poder y los intelectuales.

¿Cómo conocemos? ¿Cómo sabemos lo que sabemos? Esas preguntas se hacen poco
porque darnos cuenta de cómo sabemos, lo que sabemos implica recoger el proceso de la
vida cotidiana donde no se separa lo técnico de lo político. La metodología, y el modo de
pensar son una opción de mundo, una opción política. Está bien, así funciona el paradigma
de la modernidad y su correlato económico que es el capitalismo. Ahora cuando todavía y a
pesar de tanto dolor, de tanto darse cuenta tememos que desandar los lugares cómodos para
ejercer el poder, somos incapaces de construir saberes colectivos.

Mejor dicho, sí somos capaces de construir saberes colectivos, sin embargo, no vemos una
manera articulación acumulativa de esos saberes y su dimensión política.

Incidir entonces es pensarse desde el afuera del decidir. Es una mera estadística que
muestra un numero de casos en un determinado tiempo, de ahí que se trasforma en un
acontecimiento fenomenológico, es decir a ver cuantos de nosotros que estamos afuera
logramos incidir en eso que es, como logramos presionar para que se escuche nuestra voz.

Vernos como posibles incidentes no nos fortalece como otro desde afuera. Por lo tanto,
superar estos obstáculos implica preguntarnos:

- Como pensarnos como creadores, como productores de políticas publicas.

- Como deberíamos orientar nuestras acciones para ello.

- Como deberíamos enredarnos con otros grupos para pensar fortalezas y debilidades y
puntos estratégicos de unión.

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- Como podemos reflexionar sobre el sentido de nuestras acciones en un contexto
global .

Los sentidos de este texto se seguirán tejiendo, en un ir y venir de nuestra relación con las
otras y los otros. Así que podemos pensar los saberes construidos en este proceso como
resultados intermedios o parciales.

El proceso de aprendizaje es un proceso continuo e infinito que se va resignificando en la


vida cotidiana. En estos paginas propusimos preguntas que esperamos inviten a mirar los
proyectos/procesos comunicacionales de los que somos parte con la certeza de que
transformar no es una entelequia sino una opción posible.

ALER. Proyecto político comunicativo de ALER

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