¿Cuando fue la última vez que leíste algo que atrapa y no pudiste parar de
leer?
Quisiera que conocieras una historia de la vida real, solo te voy a pedir que la
leas cuando tengas suficiente tiempo para que puedas disfrutarla sin
interrupciones, no te adelantes para ver el final o las partes medias porque
echarás a perder la diversión del suspenso y la sorpresa que te ofrece cada
cambio de párrafo
Esta historia estaba destinada a perderse de no ser por que su confesión llegó
al conocimiento de quien tenía los recursos del lenguaje para entregarla al
mundo entero, siendo colocada por fin en: http://poesiamas.net/ en Diciembre
del 2008, por razones de elemental ética profesional: los nombres y los
lugares han sido ocultados para proteger la privacidad de los protagonistas
* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *
Actualmente tengo 17 años, pero recuerdo cuando tenía 14 y vivía con mis
familiares en una hermosa hacienda a las orillas de la ciudad, un bonito lugar
donde teníamos toda la comodidad posible, en ese ambiente campestre
pasaba largos ratos paseando por el hermoso paisaje natural y contaba con el
cuidado y la atención de los sirvientes de la casa entre los que había un
jardinero que decoraba nuestros patios, era un hombre de baja estatura
maduro como de cincuenta y tantos años de fiera y dominante mirada robusto
casi obeso calvo y prieto como llanta de carro llamado Don Bernardo aunque
todos ahí le decían Bernasno, en un principio pensé que eso se debía a sus
toscas y feas facciones del clásico lugareño de esa región, sabía por los
chismes de las cocineras que en alguna etapa de su vida había trabajado
como guardia interno de un reclusorio para mujeres que en realidad era una
correccional para las menores de edad que fue donde conoció a la que fue su
esposa por un tiempo pero que habiendo enviudado muy joven no se volvió a
casar y decepcionado y amargado vivía solo junto a uno de los graneros que
había acondicionado como habitación
Parecía que habíamos metido la pata, por un momento nos olvidamos de las
edades y parecíamos dos adolescentes coqueteando, después de eso me
alejé de él y ya no me volví a acercar, tal vez tuve miedo de lo que sentía al
acercarme a él, pues a partir de ese suceso empecé a sentir algo que en ese
momento no podía definir, me sentía nerviosa en su presencia, si me miraba
de frente evitaba cuanto podía esa mirada que me perturbaba por completo y
me hacía cometer errores con las cosas más obvias y cuando estaba tras de
mi sentía como esa fiera y dominante mirada me acariciaba con fuego desde
la nuca hasta los tobillos, por esas fechas cumplí los 14 y como era de
esperarse cada amigo incluidos los sirvientes me abrazaban y daban un beso
en la mejilla todos lo hicieron pero esa mañana no vi a Don Bernardo, no le di
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mayor importancia a eso y estando en el comedor con mi madre
preparándonos para el desayuno me pidió que trajera un condimento que
estaba en un sótano que servia como bodega de vinos, yo había estado
nadando y aún tenía puesto un mini atuendo de dos piezas para playa y sólo
me cubría con un delgado y escotado suéter azul que se anudaba bajo las
costillas, no acostumbraba vestirme completa estando dentro de casa
La mano que me colocó en la nuca era grande caliente y áspera por el trabajo
y me había provocado unas cosquillas muy semejantes a las que me había
hecho en el cuello con su boca
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bastante rato, pero traté de no preocuparme por eso pues convenientemente
el sentido común de mi educación me decía que el prolongado y tradicional
abrazo que él me estaba dando con tanto cariño por esa ocasión tan especial
debía continuar hasta que él lo terminara, y tal parece que él no tenía
intenciones de terminar mientras yo permaneciera inmóvil y sin protestar, y la
verdad yo tampoco quería que terminara, me tenía bien atrapada
completamente rendida y sin voluntad a causa de la excitación, sentí que no
tenía forma de defenderme y que si él quisiera plantarme una docena de
besos en el cuello y la boca me sería realmente imposible negárselo, y ante la
imposibilidad de escapar pensé que mi hora había llegado y que por azares
del destino sería este pequeño asno el que se encargaría de mostrarme el
paraíso de la carne
Le volví a dar las gracias y me fui tan rápido como pude pero por los nervios
me equivoqué de puerta y abrí una que dejó caer un montón de latas, dejé en
el piso el frasco del condimento y las tuve que juntar, él me ayudo y tan pronto
acabamos corrí pero otra vez olvide el frasco con el condimento y cuando
llegué al comedor mi madre me preguntó por el frasco y me quedé como
estatua sin saber que decir, pero escuché una voz a mi espalda que dijo:
El alivio me volvió y le di las gracias a Don Bernardo, esta vez si tenía ganas
de darle un beso pero me contuve por la presencia de mi madre y sólo le
obsequie una sonrisa dándole las gracias por su amabilidad, no sólo por
librarme de una reprimenda de mi madre sino por algo mas que sólo él y yo
sabíamos, durante todo el desayuno noté que mi frente estaba perlada de
sudor y mi corazón se mantenía acelerado como si hubiera corrido, sin
embargo esa vez devoré todo el desayuno como nunca lo había hecho antes
lo cual sorprendió gratamente a mi madre
Esa noche tuve dificultades para dormir, la sensación del apretado abrazo y
de los besos en el cuello nuca y mejilla que me había plantado Don Bernardo
así como su picante barbilla en la piel de mi plexo no dejaban de hacerme
cosquillas, en sueños sentía que él me tomaba de la nuca con ambas manos
para inclinarme y aplicarme un beso en la boca luego me volvía a dar uno de
esos efusivos abrazos y despertaba con la sensación del beso en mi boca y
de que alguien me había apretado con fuerza, me sentía confundida, no podía
creer que me gustara para eso alguien tan feo y me levanté para asomarme a
la ventana de mi cuarto al ver las luces de un carro que llegaba, por ese
tiempo mi hermana mayor tenía un novio y a veces llegaban por la noche en
el carro de él y desde la ventana de mi habitación veía como él simulaba irse
escondiendo su carro en una esquina y regresando a escondidas ella lo metía
a su cuarto para pasar la noche juntos mientras que yo no tenía ni siquiera un
perro para que me lamiera … las manos claro
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En fin un viernes al atardecer cuando todos los sirvientes se fueron a una
fiesta del pueblo que ellos celebraban una vez al mes por casualidad o tal vez
por curiosidad se me ocurrió ir a las habitaciones de Don Bernardo, la reja que
protegía su casa tenía por dentro un candado que yo sabía bien que no servía
pues varias veces lo vi abriéndolo sin llaves cuando paseaba con mi bicicleta,
entré y vi que ahí había una buena colección de vinos y latas de cerveza pues
este hombre tenía fama de embriagarse los fines de semana, luego entré a su
cuarto de dormir y encendí la luz sólo para recibir un gran susto que casi me
hace gritar, en su cama había una persona durmiendo pero al tratar de huir
tumbé cacerolas que hicieron ruido y pensé que ahora tendría que
disculparme, pensaba alegar que buscaba a Don Bernardo para algún trabajo
de jardinería o que sé yo, estaba realmente nerviosa
Me acerque pero parecía seguir durmiendo, era una chica muy joven y
acostada boca abajo, me llamó la atención que tenía la espalda desnuda y
una falda muy corta a cuadros rojos, era mi falda roja que desde hace tiempo
que no la veía, aunque no dejaba de sorprenderme que no se despertara con
el ruido que hice y decidí acercarme a ella para asegurarme de que realmente
estuviera dormida, así podría irme tranquilamente, sin embargo tenía gran
curiosidad por saber quien era, no le tenía miedo pues se trataba de una chica
muy semejante a mi en aspecto y edad y cuando estuve lo suficientemente
cerca pude por fin saber de quien se trataba, la mujer era una muñeca de
silicona, tan perfectamente bien hecha que parecía una persona de carne y
hueso reposando sobre esa cama, y aquí va lo más sorprendente: la muñeca
era una copia perfecta de mi persona pues Don Bernardo era también un hábil
artesano que hacía figuras plásticas para las tiendas de ropa, perfectas
figuras para lucir la ropa de moda, pero esta vez había creado una figura con
ese hule tan especial que imita la consistencia de la carne para incluir hasta el
mínimo detalle de mi cuerpo, recorrí las cortinas de la ventana para observarla
con la luz del sol y admiré durante largo rato su obra, la piel era de un color
blanco dorado exactamente igual a la mía, hasta incluía un pequeño lunar que
tengo en uno de los muslos, la forma de los senos la amplitud de las caderas
y hasta el tipo y color de cabello también coincidían con el mío, no le
encontraba explicación a como estaba enterado él de todos esos detalles,
hasta incluía unos finísimos zapatos de tacón alto de mi medida que hacían
juego con la falda, eran de esos que van atados a los tobillos con unas
coquetas cintillas de amarre, su desnuda y arqueada espalda tenía todo el
detalle de la anatomía muscular, se veía tan real que tuve que tocarla
aplicándole presión a modo de masaje y quedé sorprendida por la
consistencia de ese dorso pues parecía tener también una estructura de
huesos por dentro, enseguida le flexione brazos y piernas y comprobé que la
elasticidad consistencia y peso de cada pieza de su cuerpo engañarían a
cualquiera en un ambiente de poca luz, aquello era increíble, era como verme
a mi misma desde afuera, ahora empezaba a comprender porqué llamaba
tanto la atención de los hombres
Sin darle mayor importancia a eso revisé algo que pensé que sería imposible,
levanté la falda y vi que tenía perfectos orificios anal y vaginal, el vaginal
estaba intacto pero “el otro” … esta vez no aguante soltar una carcajada, así
que Don Ber … no lo podía creer, ese picaron mañoso y degenerado señor
soñaba con hacerme esto, pues si que tenía un sueño imposible, ahora
comprendía porque la muñeca tenía ese tatuaje en el brazo, sin dejar de reír
la tomé por el cuello que era exquisitamente largo y delgado, contemplé ese
rostro que era toda una filigrana de bien copiados detalles y que con sus ojos
cerrados daba la genuina impresión de sufrir en silencio y bromeando le dije:
“Porque sufres muñeca? … será porque tienes una herida que nunca te
cierra? … ¡Ja Ja Ja! … no me digas que se te hinchó por picadura de asno …
¡Ja Ja Ja!”, hacía tiempo que no me reía tanto pero en fin cuando dejé de
reírme le revisé la boca, tenía una dentadura perfecta labios abultados y
sensuales una lengua de silicona tan suave y roja como la original y una
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abertura oral que llegaba mas allá de la garganta, si introducía un dedo en su
boca al extraerlo los masturbantes labios de la muñeca se estiraban haciendo
una succión por el vacío interior, y de nuevo no soporté decirle: “eres una p…
bien hecha muñeca … ¡Ja Ja Ja! … empiezo a sospechar que eres una
calientota … ¡Ja Ja Ja!”, en general puedo decir que la muñeca era una copia
exacta y un estuche de monerías para hombres, ese tipo de trabajo sólo se
hace en ciertos países de Europa y Estados Unidos, a Don Bernardo debió
llevarle meses hacerla pero por fin gracias a su destreza artesanal se había
hecho de una chica de súper lujo para hacerle todo lo que él quisiera sin que
se negara a nada absolutamente a nada, realmente lo admiraba por su
habilidad, haber invertido su tiempo talento y esfuerzo en hacerla fue para mi
el mayor halago que jamás recibí de un admirador y para él sin duda algo muy
importante en su vida, con justicia debía dejarlo que siguiera divirtiéndose con
mi “hermana gemela”, su inofensivo y secreto juego a nadie afectaba y a
nadie debía importarle
Para ser honesta, de nuevo sentí que la atención que él daba a mi persona
era un halago que nutría mi vanidad, luego regresé al dormitorio y al observar
con atención la cabecera de la cama me di cuenta de que ahí había una
imagen con una deidad venerada por los habitantes de esa localidad y junto a
ella una oración de poder que decía:
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terriblemente imponente y peligroso dando el aspecto de ser una mezcla de
fiero guerrero con perro de caza
Lo que siguió a continuación fue toda una clase de educación sexual para
nivel universitario, a pesar de que la noche era fresca casi fría yo estaba
sudando, y sin poder siquiera parpadear tragaba saliva y se me atoraba
mientras veía como ese hombre se movía sobre su muñeca a la que tenía
apresada por un fuerte abrazo mientras ejecutaba sobre ella vigorosos
movimientos dorsales con los que se clavaba fuertemente contra ese firme y
bien asegurado nalgatorio produciendo un rítmico golpeteo que me hacía
morderme los labios al ver que sin ninguna consideración por la fragilidad
aparente de la exquisita y femenina figura de su muñeca Don Bernardo daba
rienda suelta a una lujuria incontenible
Desde donde yo los veía la muñeca daba la impresión de ser una chica de
verdad con la frente clavada en la cama sufriendo horrores mientras era
sacudida de pies a cabeza por el enardecido asno, ahora me daba cuenta de
que la expresión de sufrimiento que Don Bernardo le había dado a la cara de
su muñeca estaba bien justificada, y tras dos o tres pausas en las que se
detenía por breves momentos podía escuchar como su agitada respiración
emitía sofocados gruñidos al tiempo que sus dientes rechinaban por la
excitación mientras se aferraba a su muñeca en un apretado abrazo como si
luchara consigo mismo controlando su propia lujuria, y en un momento dado
los “movimientos de burro encabronado” se volvieron mas y mas agitados
hasta que Don Bernardo lanzó un fuerte gruñido para luego echarse por
completo sobre la espalda de su muñeca quedando desfallecido sobre ella
con la respiración agitada y el rostro desencajado por el esfuerzo mientras
continuaba rugiendo como bestia satisfecha hasta que poco a poco se calmó
por completo
Durante ese día lo vi muy tranquilo haciendo sus arreglos florales en uno de
los jardines, me pasee por ahí para que él me viera, quería hacerlo sufrir un
poco por haberse tomado el atrevimiento de copiar mi imagen, para ese fin
llevaba puestos unos sexy short pants de los que usaba para mis recorridos
en bicicleta a los cuales les había hecho algunos recortes y arreglos para que
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ajustaran apretando mi forma para darle un aspecto mas provocativo, una
escotada blusa anudada bajo las costillas, un femenino sombrero de ala
ancha y lentes para tomar el sol, todo lo había escogido cuidadosamente para
hacerme lucir tal y como a ellos les gusta, escogí un lugar cercano a donde él
estaba trabajando para ejercitarme arqueando mi espalda para resaltar mi
forma, y mientras me lucía como pavo real sabía que él tenía su mirada
clavada en mi cuerpo con ese morboso y especial interés en mi, fue divertido
que durante todo el tiempo que pase ahí él no se movió del mismo lugar
desde el que me podía ver, finalmente pretendiendo estar cansada me senté
en el borde de un estanque cercano en el cual mojé mis manos para masajear
y refrescar mis piernas luciendo unos zapatos con cintillas de amarre
parecidos a los de su muñeca para luego acostarme bocabajo dejando
expuesta por completo la forma de mi cuerpo que tan especial interés tenía
para él, cuando me cansé de jugar a eso salí de ese jardín para continuar con
mis “ejercicios” en otra parte pasando junto a él pero no sin antes haberle
obsequiado una sonrisa con la que le hacía saber que no era tan tonta como
para no saber que me había estado devorando con la mirada
Así que durante la noche del siguiente festejo vi que él había dejado a su
muñeca preparada para su regreso y observé con atención todos los detalles,
la escena fue la misma que la vez anterior pero esta vez al verlo enfundado
en su imponente atuendo de cuero montarse sobre su muñeca para
penetrarla tuve una extraña sensación de cosquillas en el vientre y en la
región o conducto por el que Don Bernardo estaba usando a su muñeca y
como llevaba puesta una delgada playera sin sostén palpé mi pecho y sentí
con horror que las puntas de mis senos estaban endurecidas y bien
resaltadas por una presión interna, casi sin pensar decidí salir huyendo de ese
lugar, al llegar a mi cuarto pude ver que los pezones habían adquirido una
forma que me recordaba los chuponcitos que usan los bebes, tal y como los
tenía la muñeca de Don Bernardo y que en ese momento supuse que era una
exageración, pretendiendo librarme de eso recé durante horas prometiendo al
cielo jamás volver a espiar a nadie, pero la implacable y rebelde sensación en
todo mi cuerpo no desaparecía hasta que bien entrada la noche y tras
haberme duchado con agua tan fría como podía soportarla finalmente me
quedé dormida
A partir de aquella noche algo pasó con mi cuerpo, yo sabía lo que era la
excitación pero la fuerza con que la había sentido esa noche produjo ese
cambio que había llegado para quedarse, como consecuencia ya no pude
seguir usando esas simpáticas playeras sin sostén, pues bastaba con que
algún hombre mayor me tocara afectuosamente para que casi de inmediato
esos botones se hicieran notar sobre la ropa, no soy supersticiosa ni creo en
vudus pero poco a poco se fue incrementando en mi el deseo de ocupar el
lugar de esa muñeca, estaba segura de que Don Bernardo aceptaría
fácilmente y lo único que me frenaba era recordar el tamaño de esa cosa que
tenía Don Bernardo, pero si la muñeca podía ¿por que yo no?, después de
todo éramos idénticas, sólo necesitaría un poco de práctica
No tuve mas remedio que conseguir uno de esos Juguetes de hule como los
que le llevaba a mi hermana su novio como broma, compré uno en una tienda
especializada de la ciudad, de entre una amplia colección escogí el que mas
se parecía a lo que yo buscaba y según me dijo la vendedora de esa tienda lo
que había escogido era la réplica exacta creada en molde del jerarca de cierta
tribu de cazadores salvajes de África del sur, era casi tan grande como la de
Don Ber y coincidía exactamente con las características de la hinchada forma
de su estado de erección incluido ese color negro azabache que la hacía lucir
como las de los burros, era tan parecida en tamaño forma y color que sin
duda me serviría como si fuera la pieza real, así que al llegar la noche en la
tranquila soledad de mi cuarto y tras haber tomado un baño ungí mi cuerpo
con una crema suavizante que me proporcionó un intenso relax pero mientras
lo hacía no podía apartar de mi vista ese largo y anchuroso cuello africano
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cuyas brincadas venas parecían las hinchadas varices de un potente músculo
en tensión cuya sola visión me hacia sentir palpitaciones y cosquillas en el
lugar que pronto ocuparía
Durante una fría y lluviosa noche de Octubre que coincidía con el famoso
festejo mensual miraba por la ventana de mi habitación hacia la casa de Don
Bernardo y veía las cortinas de su dormitorio cerradas y no dejaba de
imaginarme lo que estaba haciendo con su muñeca, esa noche tuve un sueño
por demás extraño: soñé que se repetía la escena en la que yo bajaba a la
bodega de vinos en busca de un condimento y lo encontraba ahí avanzando
hacia mi con esa mirada que me desnudaba mientras yo retrocedía
lentamente hasta tocar con mi espalda la pared del oscuro final de la bodega
donde él me tomaba con ambas manos por la nuca con la misma suavidad
con la que él trataba a sus flores inclinándome para acercarme a su rostro, e
inclinada como estaba y con mi trasero apoyado en la pared escuché como
con su dominante y grave voz me decía muy cerca de mi rostro:
“MI ESTIMADA SEÑORITA, DESDE HACE TIEMPO HE SEGUIDO SUS PASOS CON
LA MIRADA SIN QUE USTED SE DE CUENTA, SU EXQUISITO Y SENSUAL MODO DE
CAMINAR ME PROVOCA LA MAS DELICIOSA DE LAS SENSACIONES PUES COMO
USTED SABE LOS HOMBRES A DIFERENCIA DE USTEDES LAS MUJERES
ESTAMOS PROGRAMADOS POR LA MADRE NATURALEZA PARA SENTIR CON
SOLO VER, ASÍ QUE QUIERO QUE SEPA QUE DESDE QUE LA CONOZCO NO HE
TENIDO UN SOLO MOMENTO DE PAZ MENTAL, PUES CON SOLO RECORDAR EL
MOVIMIENTO DE ESE MARAVILLOSO CULO DE FANTASIA QUE USTED TIENE LA
VERGA SE ME PARA A REVENTAR Y POR MAS QUE TRATO DE OLVIDARLA ESE
ESFUERZO ES ALGO QUE SIEMPRE TERMINA EN TREMENDA PUÑETA QUE DEJA
EMBARRADAS DE SEMEN LAS PAREDES DE MI BAÑO
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OPORTUNIDAD SE DESPERDICIE POR UN MAL ENTENDIDO, MIS INTENCIONES
CON USTED SON DE LO MEJOR
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mentón clavado en medio de mis desnudos y expuestos senos continuaba
con el tormento mental:
Luego aplicaba lentos y succionantes besos a los lados de mis senos que
estaban completamente a su disposición debido a la elevación a la que me
tenía abrazada haciéndome derramar lagrimas de placer producto de la
terrible emoción que esa libidinosa caricia me provocaba sin que pudiera
mover ni un solo dedo, hasta que finalmente mi cerebro me obligaba a
despertar al no poder resistir por mas tiempo el delicioso tormento de esa
perversa caricia, los sueños con Don Bernardo continuaron noche tras noche,
a veces él aparecía tras de mi cuando espiaba desde mi escondite y me
llevaba de los cabellos hasta su recamara para darme mi merecido, siempre
con un tormento mental como preámbulo que me inmovilizaba como su
muñeca de hule para luego hacerme las cosas mas inimaginables que
finalmente me hacían despertar en medio de la noche en las mismas
desastrosas condiciones de siempre hasta que una de esas noches de fin de
semana que coincidía con el festejo popular y con la cercanía de mi periodo
menstrual no pude mas y aprovechando que él estaba en el pueblo
embriagándose pensé que no podría notar la diferencia entre la muñeca y yo,
y si la descubría: pues no me importaba, él no se negaría a tener su propia
muñeca de carne y hueso
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cuatro horas de erección, se tomó dos, enseguida se levantó y casi frente a mi
rostro ungió su erecto miembro con una aromática crema, era uno de esos
lubricantes especiales de los llamados retardadores, todo eso no lo había
visto antes pero en ese momento yo había llegado demasiado lejos y
arrepentirme ya no era una opción, sin ninguna prisa se acomodo para
completar el exquisito masaje hice un gran esfuerzo para no mover un solo
músculo, luego se acostó sobre “su muñeca” abrazándola hábilmente y
uniendo su velludo y oscuro cuerpo a la blanca piel de su amor
Embestida tras embestida el insistente asno por fin consiguió abrirle la parte
más interna estrecha y resistente de su conducto avanzando tan solo unos
cuantos centímetros mas, y de un solo golpe Don BernAsno quedó clavado
hasta la raíz acción con la cual arrancó a su muñeca un desgarrador grito que
ahogaba en la almohada que sujetaba con sus dientes anunciando con esto el
triunfo del asno que por fin había doblegado la juvenil resistencia de su
virginal carne, la muñeca sentía que Don BernAsno se había alojado tan
adentro de ella como le era posible entrar, tal y como él acostumbraba hacerlo
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con su muñeca de hule, pero a pesar de haber entrado por completo Don
BernAsno continuaba con la frenética inercia de una feroz lucha por
adentrarse todavía mas de lo que ya estaba, la muñeca apretaba con fuerza
sus parpados expresando el dolor que le provocaba el enfurecido asno que
gruñendo con furia y con su severo rostro deformado rojo y contraído por el
esfuerzo presionaba una y otra vez las redondeces posteriores del frágil
cuerpo que tenía en su poder hasta que se convenció de que ya no podía
penetrar mas
La muñeca sabía que adentrarse por completo era una necesidad instintiva
del macho para asegurar el máximo alcance de sus descargas y poder preñar
con éxito a su hembra como instintivos eran también los vigorosos
movimientos de entrada y salida los cuales sabía bien iban a comenzar en
cualquier momento y en el caso de nuestro buen BernAsno serían los de un
asno encabronado que no pararía hasta saciar sus bestiales ansias de
descargar la lujuria contenida durante un mes de abstinencia, la muñeca
había dejado de luchar, tenía miedo de lastimarse mas si lo hacía, razón por
la cual se mantenía muy quieta y silenciosa con sus piernas bien separadas
tratando de acomodar a Don BernAsno de la mejor manera posible sobre su
arqueada espalda para que reposara sobre ella con la esperanza de retardar
los inevitables movimientos el mayor tiempo posible, todas las condiciones
para la consumación de un exitoso apareamiento estaban dadas y este se
cumpliría de acuerdo al bestial antojo de Don BernAsno
Don BernAsno la tomó con sus manos de gorila a la altura del cuello y la nuca
sujetándole la cabeza para acercarla y contemplar divertido como el hermoso
rostro de su muñeca con los ojos cerrados expresaba cada movimiento, cada
acomodo y hasta los cambios de presión que hacía con su potente y agitada
respiración de asno en celo, luego le dio un largo y apasionado beso y
acercándose a su oreja le dijo:
Sin poder hablar la muñeca elevó un poco sus temblorosas manos que
estaban a la altura de su cabeza extendiendo los cinco dedos de su mano
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izquierda y cuatro de su mano derecha, pero Don BernAsno con una amplia
sonrisa tomó su mano derecha y extendió su quinto dedo indicándole así el
numero correcto haciendo que su muñeca cerrara con fuerza sus parpados
emitiendo un ahogado sonido en su garganta al enterarse de las medidas del
asno que había dejado entrar en su cuerpo, ahora estaba segura de que las
palabras escritas en el tatuaje de su muñeca realmente podían ser escritas a
todo lo largo de ese inflamado y nervudo dardo de amor que metafóricamente
le tenía atravesado el corazón y que muy pronto haría realidad cada una de
esas frases
Pero no todo era dolor para su nueva muñeca pues esta si estaba capacitada
para gozar y puedo asegurarte que no la estaba pasando del todo mal, pues
después de todo eso era lo que ella quería, tener esa verga de asno tan
adentro de ella como solo la brutal fuerza de un hombre como Don BernAsno
podía clavarle haciéndola sentir el calambre del placer que ella había
experimentado con el juguete africano pero que con Don BernAsno era diez
veces mas poderoso y ahora podía sentirlo recorriendo sus entrañas a todo lo
largo de ese palpitante miembro de asno, la muñeca sentía que en ese
momento los dos eran uno solo y aunque la rudeza de los acomodos de Don
BernAsno la hacían cerrar con fuerza los parpados y quejarse al sentir que se
aproximaba el momento en que darían inicio los movimientos del macho
soportaba todo con la frente clavada en la cama pues desde el principio sabía
bien la forma en que su virginal orificio iba a ser usado y ansiaba el momento
de que esto ocurriera
“¡Auuch! … !Despacio Don Ber! … ¡Despacito Por Plis! … ¡Oh! ¡Oh! ¡Au! ¡Au!”
Pero los femeninos escándalos que su muñeca hacía cada vez que el ansioso
asno se ponía en movimiento no solo eran de dolor sino de placer también y
el “calambre sagrado” que arreciaba con los movimientos la hacía disfrutar
intensamente al sentir como con cada jaloneo este activaba recónditas
terminales nerviosas que ramificaban al resto de su cuerpo la copia exacta del
rabioso deseo que ese asno sentía por ella inmovilizándola como una
verdadera muñeca, el sueño de ambos estaba hecho realidad y tras hacerla
pronunciar todo un abecedario de dolientes quejas Don BernAsno como la
parte activa que era de este acto dejó pendientes los movimientos de
apareamiento y sin ninguna prisa se dedicó a explorar descubrir y disfrutar
todos los encantos que podía ofrecerle su nueva muñeca aplicándole todo el
arsenal de mañas y trucos que se pueden hacer con una mujer, enseguida le
volvió a sujetar la cabeza para acercarse a una de sus orejas la cual atrapó
con los dientes sin apretarla para luego introducir en su oído la punta de su
impúdica lengua de asno aplicándole una prolongada sensual y
enloquecedora caricia de la que no se podía defender, la muñeca sentía como
si esa lengua de asno acariciara su cerebro ambos estaban en el paraíso y
mientras Don BernAsno le besaba y mordisqueaba las orejas le murmuró al
oído lo siguiente:
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LA PENA VIVIR TANTO TIEMPO, PERO SI ESTO ES TAN SOLO UN SUEÑO
PREFIERO VENIRME HASTA MORIR ANTES QUE DESPERTAR”
Aunque lo que realmente buscaba el asno con tanta insistencia no solo era
darle ese excitante masaje sino montar en su nervudo y grueso tronco raíz los
sensibles y virginales nervios de la entrada que al dilatarse unían y sumaban
esa infame y desvirgante sensación con el profundo y celestial calambre que
la tenía postrada, y mientras Don BernAsno continuaba restregándose su
muñeca con la cara en la almohada se sujetaba con fuerza a las cobijas de la
cama y empezaba a encabritarse hundiendo su vientre al arquear su espalda
con la frente clavada en la cama haciendo lucir su cintura mas delgada de lo
que ya era mientras emitía los gemidos característicos de la hembra excitada,
esa era la señal que Don BernAsno estaba esperando, los femeninos chillidos
de placer de su muñeca eran la música que esas orejas de asno querían oír y
aprovechando el espacio que su muñeca había liberado bajo su vientre paso
sus fuertes brazos para sujetarla diciéndole:
“PUEDO SENTIR CON CLARIDAD QUE TIENE MUY ADENTRO UN DIABLITO QUE ES
EL QUE PRODUCE ESE FUEGO QUE CIRCULA POR SUS VENAS GUERITA, PERO
SEPA DE UNA VEZ MI REINA QUE ESE DIABLITO AUN ESTA DORMIDO, EN
REALIDAD ES UN BEBE RECIEN NACIDO AL QUE ESTA MISMA NOCHE UN ASNO A
SU SERVICIO TENDRA EL GUSTO DE DESPERTARSELO Y DARLE EL BAUTIZO DE
LEY”
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endurecida verga desde la raíz hasta la henchida punta, el libidinoso proceder
de Don BernAsno y su hábil verborrea habían dado en el blanco derrumbando
hasta el último vestigio de resistencia que le quedaba, entonces la abrazó con
mas fuerza haciéndola sentir como las imitaciones de púas de aquellos
brazaletes de cuero que traía en sus antebrazos se clavaban bajo sus
costillas al apretarse contra su dorso mientras simulaba morder su cuello y su
nuca gruñendo como perro de caza atrapando a su victima, el canino
proceder de Don BernAsno le provocaba a su muñeca un verdadero diluvio de
goces al sentir las docenas de besos y cariños que caían sobre su nuca y su
espalda haciéndola gozar como nunca imaginó que pudiera hacerlo, aunado a
eso cada movimiento cada acomodo con los que el excitado asno forcejeaba
con su inmóvil e inerte cuerpo era llevado a su interior por ese glorioso
calambre que la espoleaba hasta la locura, luego pudo sentir como el asno la
apretaba con furia mientras lo oía gruñir y rechinar sus dientes para
controlarse tal y como lo había visto hacerlo con su muñeca de hule,
finalmente se dio un respiro y Don BernAsno levantó la vista para recitar la
oración que tenía en la cabecera de su cama, cada palabra quedó grabada
con fuego en la memoria de su muñeca, la dominante y grave voz de Don
BernAsno parecía transmitirse como vibración a todo lo largo de su erecta y
vigorosa verga excitando aun mas a su muñeca cuyo orificio tenía ahora la
misma sensibilidad de una herida abierta
Tras la violenta acción la muñeca soltó por completo todo su hermoso cuerpo
y quedó inmóvil con la frente clavada en la cama y los parpados apretados
mientras la respiración retenida en sus pulmones escapaba trabajosamente
en forma de agudos y apagados gemidos mordiéndose con fuerza los labios
para ahogar en su garganta los aullidos de dolor que no emergieron debido al
terrible e instantáneo estado de excitación que le había provocado recrear el
bestial ensarte de un asno en celo con una estocada que le había atravesado
el alma dejándola completamente rendida y sin voluntad experimentando una
lujuria que superaba al dolor tras haber sentido de nuevo la posesiva y
dominante brutalidad de un asno disponiendo de su hembra, la muñeca jamás
creyó que su cuerpo pudiera experimentar tal nivel de excitación, sin embargo
la magistral cornada de profundidad era tan solo el primer relámpago de la
tormenta que se avecinaba, y haciendo caso de este primer anuncio: la
muñeca atrapó con sus dientes la almohada que tenía a su alcance, y sin mas
preámbulos y sabedor de que su muñeca se encontraba en optimas
condiciones para resistir Don BernAsno accionó con vigorosos movimientos
de entrada y salida que amenazaban con desarmar la cama los cuales en un
momento dado se volvieron mas agitados
Con los brazos y las piernas extendidas la indefensa muñeca era sacudida de
pies a cabeza con cada uno de los impactos de entrada de una serie de
enérgicas y vigorosas estocadas con las que parecía estar crujiendo todo el
mobiliario de ese cuarto, y mientras gemía con el mismo ritmo con el que se
movía Don BernAsno la muñeca veía pasar por su mente toda su vida
sintiendo que cada momento era su último momento, la suerte de su delicado
y tierno orificio había quedado en poder de un asno salvaje que cobraría muy
caro los coqueteos con los que lo había provocado
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lanzaba fuertes gruñidos que semejaban los mugidos de un asno en celo
saciando su bestial lujuria haciéndola disfrutar con esa sensación hasta el
momento desconocida para ella la cual le provocaba atormentados gritos de
placer y frases incoherentes y sin sentido que ahogaba en la almohada que
sujetaba con sus dientes mientras sentía correr en lo mas profundo de sus
entrañas el calor de los potentes furiosos e interminables chorros de semen
de Don BernAsno, el mes de abstinencia empezaba a ser desencadenado,
ahora la muñeca sabía que esa increíble sensación de fuego que le estaba
comunicado Don BernAsno era la misma que lo atormentaba cuando la veía
caminar con esas cortas faldas escolares o tomar el sol en la alberca con
esos provocativos bikinis
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el cepillado de esa dura y mal rasurada barba le provocaba a ella las mas
placenteras emociones de su naturaleza femenina desatadas por ese hombre
al que rendía con esa caricia un agradecimiento casi animal, con sus ojos
cerrados y una expresión facial que delataba el placer que le provocaba el
pesado asno acomodándose en su espalda la muñeca continuaba relamiendo
el curtido y severo rostro de Don BernAsno extasiada por el placer y la
satisfacción, la muñeca había sido domada por el culo y ahora ebria de placer
como estaba tenía la imperiosa necesidad de rendirle abundantes y cariñosas
muestras de tributo y servicio a su domador hasta que satisfecha y
avergonzada finalmente escondió su cara en la almohada
El acto venéreo había sido consumado por completo, sin embargo la muñeca
sabía bien que esto de ninguna manera era el final, su delicado tierno sensible
y recién desflorado orificio tendría que continuar al servicio de Don BernAsno
que pronto le daría por lo menos otro par de embestidas iguales, pues como
ya lo había comprobado ella con la anterior muñeca Don BernAsno era capaz
de repetir la acción en más de una ocasión, así que esperó mientras
disfrutaba sintiendo como las anchas narices del asno al que había entregado
su delicado orificio resoplaban el agitado y caliente aire de su respiración a un
lado de su rostro sabiendo que pronto empezaría otra salvaje embestida
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podía contener el atormentado “llanto de placer” que delata la satisfacción
extrema de la hembra humana
HASTA CUANDO VAN A ENTENDER USTEDES LAS REINAS CHIQUILLAS QUE PARA
GOZAR DE VERDAD NECESITAN UN ASNO VIEJO Y ASOLEADO, CON
EXPERIENCIA Y RESISTENCIA”
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entrado al paraíso montada por un asno en llamas que controlaba hábilmente
sus riendas de yegua fogosa para llegar juntos al ansiado clímax del orgasmo
Con cada llegada del asno la muñeca sentía como si perdiera de nuevo la
virginidad de ese orificio una y otra vez, amen de que con cada embestida sus
excitadas entrañas sentían el mismo desahogo del largo y anchuroso
miembro que las eyaculaba, ahora Don BernAsno se dedicaba a disfrutar con
el espectáculo que le ofrecía su muñeca chillando de placer y restregando su
rostro contra la cama mientras continuaba aplicándole a su antojo ese férreo
control a las riendas con el que seguía haciéndola gozar, el lujurioso asno la
había arrastrado una vez mas por el pantano del placer y la había hecho
gozar con tal intensidad que la sensibilidad femenina de su cuerpo la hacía
disfrutar cada vez con mas fuerza y por más tiempo de los brutales orgasmos
que ese asno le provocaba con su enorme verga, ahora la inocente muñeca
sabía muy bien lo que significaba ser tomada por el culo, era más de lo que
ella había imaginado o soñado pero tras esta última embestida Don BernAsno
la empujó para que cayera de nuevo en la cama echándose sobre ella y
ganchada aun por su enorme verga como la tenía buscó con su boca la parte
mas carnosa de su espalda, enseguida la muñeca abrió cuanto pudo sus ojos
mientras sentía como con rebuznantes gruñidos y sin clemencia alguna Don
BernAsno le aplicaba una prolongada y fuerte mordida en su espalda, pero ni
las suplicas ni las ahuyantes y repetidas peticiones de clemencia lograron
impedir que Don BernAsno gruñendo como fiera y con sus ojos parpadeando
en blanco continuara apretando con fuerza sus potentes mandíbulas hasta
marcarla como ganado de su propiedad, al terminar el castigo la muñeca
quedó inmóvil sintiendo hervir su sangre por la excitación como si la hubiera
mordido la serpiente del amor
Aunado a eso el dolor que le provocaba el asno y al que tanto terror le había
tenido lejos de ser la factura que cobrara esos increíbles placeres resultaba
ser la parte mas importante de los mismos y sin la cual no sería posible la
brutal complacencia que experimentaba al ser usada por el asno, luego de un
rato la muñeca exhaló su retenida respiración cuando el asno dejó de
moverse para adentrarse con rebuznantes gruñidos impulsándose con los
dedos de sus pies en la contra cabecera de la cama apoyado por la
ortopédica almohada que no le permitía a ella mas acomodo que dejar
expuesta su soberbia montura para que el asno probara el alcance máximo de
su inflamado y nervudo dardo descalibrado ahora por la extrema presión que
le provocaba el relax del sueño, la muñeca sabía lo que esto significaba y
mientras el asno apretaba con fuerza su delgada cintura tomó con sus dientes
la almohada que estaba a su alcance cerrando con fuerza sus parpados, casi
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en seguida la muñeca abrió cuanto pudo sus ojos llenando sus pulmones de
aire al sentir en su interior un tremendo chorro de semen eyectado en sus
entrañas con furiosas repeticiones pues inconsciente pero instintivamente Don
BernAsno extraía rápidamente una y otra vez el calado de su larga verga para
volver a clavarla violentamente y con cada chaquetazo la muñeca sentía que
el asno quedaba clavado hasta la raíz lanzando un nuevo chorro de semen
que la enviaba al paraíso, luego de cinco o seis impactos de entrada el asno
quedó inmóvil sobre la espalda de su muñeca, tales eran las emisiones
involuntarias provenientes del almacén del asno que aun en su éxtasis de
adoración y soñando con su diosa de la que seguía fuertemente abrazado
eran expulsadas a toda presión, la muñeca no tenía idea de la cantidad de
semen que podía arrojar un asno enardecido a consecuencia de la
desquiciante abstinencia al estar en su éxtasis de adoración repasando su
sueño favorito una y otra vez como una masturbación mental que se
complementaba con la masturbación física con la que su apretada y elástica
carne masajeaba la raíz y el tronco de ese pulsante cuello de avestruz cada
vez que el asno se movía
Así permanecieron los dos sin perder sus posiciones durante algo mas que un
buen rato, con sus cuerpos inmóviles y en reposo, Don BernAsno durmiendo
profundamente, sin embargo su muñeca se mantenía despierta, no era fácil
dormir con un asno clavado hasta la raíz, además sentía curiosidad por saber
que estaba soñando el lujurioso asno que de vez en cuando ejecutaba algún
movimiento que la hacía cerrar con fuerza los parpados y quejarse con
apagados gemidos que ahogaba en la almohada que continuaba sujetando
con sus dientes mientras con sus manos crispadas en los barrotes de la
cabecera y abrazada por el asno la muñeca sentía que estaba en una cárcel
de amor de la que era imposible escapar
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experiencia de haber sido multi inseminada por tan vigoroso ejemplar también
estaba cobrando su cuota, por su sangre corrían hormonas de asno que le
provocaban excitantes cosquillas con cada movimiento de su cuerpo
Por su parte Don BernAsno sabía bien que tenía en su poder a una
adolescente capturada en falta que necesitaba de una imagen de autoridad
que le aplicara un correctivo a su conducta, ahora quedaba a su elección el
tipo de castigo que debía darle, Don BernAsno no tardó en decidirse y tomó
un cordón como los de las cintas de los zapatos y le unió y ató las manos por
las muñecas para colocárselas cruzadas tras la nuca y con el largo que
sobraba del cordón se las ató al cuello haciéndole el nudo de cierre justo en la
garganta, entonces la llevó sujeta de los cabellos hasta la pared chorreada de
feas y amarillentas manchas y la acostó boca arriba en el acojinado banquito
alargado que estaba justo bajo esa ventana, la intención era bastante clara,
Don BernAsno ya no ensuciaría mas las paredes ni el piso de su baño, ahora
sería su muñeca la que se tragaría todo el semen que el arrojara
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“AHORA GUERITA DARAS MAMADAS, PERO SIN TIRAR NI UNA SOLA GOTA”
Sin saber que hacer ante tal orden la muñeca estiró sus labios cuanto pudo
para darle un minúsculo beso a la punta de la erecta verga que tenía frente a
su cara pero Don BernAsno como buen conocedor del comportamiento
femenino sabía bien que esa inocente caricia no duraría mucho y esperó
pacientemente a que su muñeca sintiera la instintiva necesidad de abrir su
boca para introducir la ancha punta de su enorme verga lo cual hizo bien
pronto succionando con fuerza el resto de esa larga ubre haciéndolo
introducirse cada vez mas hasta hacer presión contra su garganta, la muñeca
pudo sentir como las hinchadas y pulsantes venas de esa verga estaban
brincadas a reventar como las de su juguete africano debido al brutal estado
de erección que no menguaba, los largos velludos y bien desarrollados
testículos del asno alcanzaban a posarse sobre el cuello de su muñeca justo
donde tenía el nudo de cierre que aseguraba sus manos a la nuca, el blanco
rostro y cuello de la muñeca así como sus rosados labios hacían un tremendo
contraste de color con esa larga negra y excitada verga que se encontraba
haciendo presión contra su garganta
Luego de un rato Don BernAsno muy lentamente extrajo su larga verga hasta
sentir en la punta la succión de los labios de su muñeca haciendo vacío para
sujetarla hasta que la soltó, en seguida Don BernAsno empuñó el tronco de su
larga verga con su mano y la apuntó al rostro de su muñeca para mostrarle
como de la dura punta nacía una gota del mas blanco semen mientras
iniciaba una lenta masturbación, luego tocó de nuevo los labios de su muñeca
con la punta de su largo miembro esparciendo en ellos la viscosidad seminal
de esa espermatorrea que toda verga excitada segrega copiosamente
mientras es mamada y que a partir de ese momento la muñeca tendría que
saborear durante todo el tiempo que durara semejante acto, Don BernAsno se
volvió a adentrar dándole fuertes jaladas al tronco de su larga verga con su
puño, la muñeca sabía bien que por fin había llegado el momento en que iba a
saber como se hace una puñeta solo que no sería una simple observadora
sino la receptora de cuanto semen resultara de tal acción, y comprendiendo
que no tenía otra opción que seguir sintiendo con su cuerpo los desahogos de
ese lujurioso asno se dedicó a masturbar con su boca la tremendamente
hinchada verga de Don BernAsno con el mismo reflejo de succión que le
había copiado a su muñeca de hule alcanzando en breve tiempo la misma
habilidad de una consumada profesional haciendo un “servicio oral completo”,
cada caricia que la muñeca hacía con sus labios su lengua y su garganta eran
complementadas con el firme jaloneo que don BernAsno le daba con la mano
empuñada al tronco de su tremendo miembro manteniéndolo tan adentro de la
garganta de su muñeca que al momento de hacerla devorar los furiosos y
calientes chorros de semen ella solo se daba cuenta por la súbita y pulsante
expansión del tronco y por el tremendo calor que circulaba por su cuello y su
pecho, luego Don BernAsno retiraba un poco su miembro para darle
oportunidad a su muñeca de limpiar el desorden que había provocado con sus
excitantes caricias y cuando su muñeca cumplió obedientemente con todas
sus exigencias dejando completamente limpia de semen todo el largo de su
enorme verga con tan solo su lengua y su boca una nueva venida tuvo lugar,
esta vez el semen se derramaba hasta afuera de su boca pero la muñeca que
ahora conocía bien su trabajo engulló cuanto pudo y continuó con su labor de
limpieza mamando y remamando esa negra y dura verga mientras Don
BernAsno con su fiera y lujuriosa mirada supervisaba la acción manteniéndola
sujeta de los cabellos con una mano y con la otra su largo miembro mientras
el ancho y amenazante cinto de castigo colgaba a ambos lados de su grueso
cuello
Luego de dos tremendas puñetas como las que habían embarrado de semen
la pared que estaba sobre su cabeza la muñeca comprendió que de no tener
esa verga en su boca la pared habría quedado embarrada por el espeso y
blanco semen de Don BernAsno esparcido abundantemente en una amplia
área de varios disparos donde los gruesos y calientes torrentes de vigor
reproductivo estarían chorreando pared abajo hasta alcanzar el piso, en
seguida Don BernAsno retiró la cabeza de su verga hasta dejarla frente a los
labios de su muñeca como cuando empezaron pero de inmediato la muñeca
la volvió a atrapar con su boca, ella quería continuar dando esos besos de
semen que ahora embarraba desordenadamente en sus abultados y
sensuales labios en contacto continuo con la henchida punta de esa enorme y
dura verga que aun seguía exudando el blancor de las gruesas y calientes
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gotas de vigor reproductivo que ella saboreaba con sedienta ansiedad
mientras hacía hábiles movimientos circulares con su cabeza
“ASI QUE TE GUSTARON LOS MECOS CABRONA, ERES UNA SEÑORITA MUY
CALIENTE Y BUENA MAMADORA, DE LAS QUE ESTAN SEDIENTAS DE LECHE,
PERO SIN DUEÑO TERMINARAS POR CONVERTIRTE EN UNA PUTA”
Aquellas palabras sonaban terribles para los oídos de una princesa aunque
pronto comprendió que esa era la verdad solo que expresada por un hombre
sincero y de rudos modales, luego Don BernAsno la hizo girar su cuerpo hasta
dejarla bocabajo para empezar a darle con sus enormes ásperas y calientes
manos un lento y relajante agasajo que iba desde sus pantorrillas hasta los
muslos camino hacia las redondeces posteriores que tanto excitan al macho,
luego de un rato la muñeca sabía que el morboso asno se estaba solazando
con la contemplación de las consecuencias físicas que el desahogo de su
desenfrenado deseo habían dejado en su juvenil cuerpo el cual aunque en
diferente lugar y forma ahora padecía la misma hinchazón del robusto
miembro al que había dado alivio, estar en esa situación con las manos
amarradas a la nuca inmovilizada y sintiendo el manoseo del asno la hizo
recordar el momento en que revisó a la muñeca de hule por primera vez y
arrepentida recordó todo lo que le dijo y como se rió de ella, ahora sabía que
ser “trabajada” por un asno no era cosa de risa, enseguida Don BernAsno la
puso de pie y la abrazó de frente levantándola del suelo para llevársela de
nuevo a la recamara donde la tumbó en la cama y atada como estaba se
lanzó sobre ella como perro rabioso haciéndola gozar de nuevo, su largo
cuello y sus excitados senos eran blanco fácil de un certero incansable
minucioso detallado y concienzudo agasajo que recorría con labios dientes y
lengua cada centímetro de su piel haciendo especial énfasis en aquellas
zonas donde era captada la mayor sensibilidad, esta vez Don BernAsno
reclamaría su virginidad y así se lo hizo saber apuntándole a su rostro con un
índice de fuego que la hizo sentir la inflexible decisión de sus palabras, pero la
muñeca que no era tonta ya había previsto esa posibilidad y parte de su
preparación fue tomar anticonceptivos de los que usaba su hermana mayor,
por su parte Don BernAsno también estaba haciendo uso de la magia de las
pastillas azules cuyo efecto estaba en pleno apogeo y aun le quedaban como
tres horas de erección continua y una recarga completa en su almacén de
semen, justo para amanecer trenzado en amorosa batalla con la causante de
su obsesión a la cual regresó el favor que le hiciera en el baño haciéndola
revolcarse por toda la cama al lamerle su área vaginal con el mismo
entusiasmo y dedicación de un perro sediento que la atrapaba a cada
momento clavándole su inquieta lengua hasta hacerla reír gritar y llorar al
mismo tiempo por la emoción, atrapada y sin salida en un momento de
resignación la muñeca aflojo por completo todo su hermoso cuerpo quedando
tan inmóvil como una verdadera muñeca, no tenía caso seguir luchando,
sabía bien que de esta no se salvaría y que en cuanto Don BernAsno
terminara de comérsela viva seguiría el “plato fuerte”, y mientras el asno
continuaba con su canina labor la muñeca con el rostro desencajado por el
placer y con su cabeza colgando al borde de la cama y sus manos atadas a la
nuca pensaba que lo que quería el asno era lo justo pues después de este
breve noviazgo había llegado el momento de hacerlo como marido y mujer,
ahora conocía bien a Don BernAsno había probado en carne propia como
eran las cogidas de burro encabronado que le daba a su muñeca de hule y
había mamado como puta enamorada su enorme dura y lechosa verga de
campeonato, los ensayos terminaron y todo estaba listo para la prueba final
de amor, poco a poco y casi inconscientemente la muñeca y el asno
empezaban a acomodarse para el acto, estar atada y con la cabeza colgando
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al borde de la cama no era ningún inconveniente para ella, su atlético y bien
entrenado cuerpo de gimnasta le permitía estar cómoda en las mas increíbles
posiciones, así que con sus piernas extendidas a ambos lados del asno y los
zapatos de tacón alto aún puestos la muñeca respiro profundamente estirando
por completo su dorso dejando expuesto su cuello en señal de entrega
mientras sentía una dura y bien lubricada punta acoplándose contra su
sensible y virginal vagina
Con los ojos casi cerrándosele por el sueño la muñeca aceptó con un
movimiento de su cabeza haciéndole saber que estaba de acuerdo con sus
peticiones pero antes de cerrar la puerta de su cuarto Don BernAsno la tomó
de la nuca con una de sus manos e inclinándola un poco la acercó a su rostro
para decirle:
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Cuando por fin fue expelida toda la formidable cantidad de semen que rodaba
muslos abajo hasta llegar a sus descalzos pies, confundida y perturbada aun
por la emoción que le había causado esa repentina e inesperada expulsión de
semen como si esta hubiera sido una masturbación de ella, la muñeca pudo
asear su cuerpo y hacer sus arreglos, al terminar cayó en un acojinado
banquillo del baño, desnuda y con sus piernas separadas sentía que su
conciencia la tenía en el banquillo de los acusados, recargada en la pared y
con la cabeza baja como si contemplara sus partes intimas pensaba en lo
tonta que había sido, se preguntaba una y otra vez ¿como era posible que
hubiera perdido los dos orificios?, a pesar de los dolores con los que su
juguete africano le había advertido que no jugara con un asno dejó que este
le hiciera un enculamiento y la mostrara de cara al cielo como trofeo de caza,
luego vino lo peor, su virginidad había quedado en el tronco de esa verga de
asno y su semen guardado por toda una noche en su matriz excitándola de
nuevo al ser expulsado, la poderosa e irresistible atracción que Don BernAsno
había ejercido sobre ella era la causante de todo, aunque por otra parte la
muñeca también hacia un recuento de sus ganancias las cuales por ser
demasiado extrañas y novedosas la seguían confundiendo, pues no estaba
segura de cual de sus dos orificios la había hecho gozar mas, el vaginal tenía
un contacto continuo del clítoris con el potente y expansivo tronco raíz de esa
enorme verga y un intimo pero electrizante “Punto G” de indiscutible
excitación natural, en conjunto toda una victoria de la naturaleza femenina,
mientras que “el otro” el primero que recibió al asno parecía ser “Punto G”
desde la entrada hasta donde su BernAsno alcanzara, un verdadero diluvio de
goces y un verdadero “Tormento G” cuyo solo recuerdo bastaba para hacerla
morderse los labios y con los ojos cerrados sentir los agitados movimientos
del abusivo asno procurándose el máximo de placer, y aunque muy diferentes
en cuanto a la sensación de orgasmo los dos eran entradas al paraíso y su
BernAsno era el dueño total y absoluto de ambos, y tras hacer este breve
balance de sus perdidas y ganancias la principal preocupación de la princesa
era lo que seguía, sabía bien que tendría que cumplir con la promesa que le
había hecho a su BernAsno de volverlo a visitar, pues no quería arriesgarse a
ser llevada de los cabellos pero no tenía idea de que hacer la próxima vez que
lo viera durante el día, finalmente se decidió por simular que nada había
pasado y evitar los lugares cerrados u oscuros donde la pudiera atrapar, sin
embargo todo volvió a la normalidad ese día, Don BernAsno volvió a ser el
jardinero y su muñeca la inalcanzable princesa de la casa, si cruzaban sus
caminos ni siquiera se miraban, no hacía falta, cada uno había ganado lo que
quería y su posesión estaba bien asegurada, Don BernAsno ya no necesitaba
una muñeca de hule ni observar por la ventana de su baño, y en cuanto a la
princesa de la casa, en menos de una semana comprobó que la necesidad
que su cuerpo tenía de ser copulada por Don BernAsno tal y como él lo hacía
con su muñeca de hule lejos de desaparecer se había multiplicado, parecía
ser que Don BernAsno había dejado en ese orificio un diablito que todo el
tiempo le recordaba quien era su dueño, sin embargo esta vez durmió
tranquilamente pues sabía bien que esa juvenil ansiedad sería desahogada
ese mismo fin de semana cuando asistiría puntualmente en la oscuridad de la
noche a ocupar el lugar de muñeca esclava de Don BernAsno … desde luego
que con el pretexto de devolverle los zapatos de su muñeca que se había
llevado puestos
Por donde quiera que la princesa pasara caminando era un imán para los ojos
de los hombres entre los que no podía faltar Don BernAsno ante quien se
lució como pavo real cuando en compañía de otras dos amigas de su escuela
que la visitaban les mostró el invernadero haciendo un recorrido con ellas
hablándoles en su lengua nativa, una era de Francia y otra de Italia, ella se la
pasó posando continuamente frente a él para excitarlo mostrándole todo lo
que ya era suyo, luego se recostó en la orilla del estanque con el pretexto de
refrescar sus piernas acariciándolas con el agua remojada en sus manos
lanzándole agua a Don BernAsno que en ese momento estaba absorto con la
contemplación haciendo reír a sus amigas sabiendo que eso lo tendría que
25
pagar bien caro en cuanto cayera la noche, mientras tanto Don BernAsno en
silencio seguía haciendo su trabajo de jardinería con la maliciosa sonrisa de
quien tiene una bien cargada factura por cobrar en su bolsa, y cuando por fin
llegó la ansiada noche luego de un reconfortante baño la princesa dio los
últimos retoques a su deslumbrante belleza, para ello había conseguido un
impresionante juego de lencería en finísimo acabado color oscuro, era un
arreglo especial de los que rodean las caderas para sujetar con tirantes unas
oscuras y finas medias, la princesa ajusto la diminuta banda corsé a su cintura
y modeló frente a su espejo alineando cada detalle, las tenues y oscuras
líneas de esa prenda estaban diseñadas para hacer un contraste perfecto con
el blanco de su piel resaltando toda curva que partiera desde su delgada
cintura hasta los torneados muslos de sus piernas enfundadas en unas finas
medias oscuras sujetadas por delgados tirantes rematando al piso con unas
exquisitamente suaves y femeninas zapatillas de tacón alto encintadas a los
tobillos y que la hacían verse más alta
Con las formas que ya tenía mas ese arreglo esta vez parecía una ramera de
película, el sueño dorado de todo hombre, luego terminó de vestirse con la
misma ropa que usó durante el día para que su BernAsno no creyera que se
había preparado en forma especial para él, por último y pensando siempre en
la comodidad de su BernAsno para disfrutarla hizo con su pelo un arreglo de
esos que llaman “Cola de Yegua” atándolo muy por encima de su nuca para
evitar que su pelo estorbara las áreas de su cuello pues desde que lo vio en el
invernadero la princesa notó que Don BernAsno no se había rasurado ese
día, así acostumbraba los fines de semana, y terminado su arreglo con los
ojos cerrados tocó su cuello y su plexo recordando y casi sintiendo el trabajo
que esa dura y mal rasurada barba podía hacer sobre su piel desnuda, y muy
a su pesar procuró hacer un breve retraso que le pareció una eternidad antes
de visitar a su BernAsno, y mientras caminaba por el oscuro patio sentía que
le temblaban las piernas y un enjambre de mariposas recorrían sus entrañas,
era la ansiedad que su cuerpo sentía por el deseo, sin embargo como
protocolo femenino pensaba decirle que estaba muy adolorida y que
necesitaba una semana mas, aunque sabía bien que la “Cola de Yegua” que
había hecho con su pelo era un inconfundible mensaje de entrega que ella no
se atrevería a expresar ni con el pensamiento, además vestida tal y como
había andado todo el día una vez que la viera no la dejaría escapar
Lentamente Don BernAsno giró su cuerpo para luego avanzar hasta quedar
frente a ella sin quitarle en ningún momento esa fiera mirada a los ojos que la
inquietaba y perturbaba su control, la princesa esperaba que el asno se
abalanzara sobre ella para derribarla en cualquier mueble, sin embargo Don
BernAsno parado frente a ella continuó aplicándole muy de cerca esa fiera e
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inexpresiva mirada sin decir una sola palabra, lo cual era una bien aprendida
técnica de interrogatorio usada en algunas prisiones cuando la indefensa
victima era encerrada con un experimentado verdugo que con la sola mirada
luego de un rato la hacía quebrarse confesando hasta lo que no les interesaba
a los verdugos, y cuando la chiquilla estaba a punto del colapso nervioso
doblándosele a cada rato las zapatillas de tacón alto Don BernAsno con una
sutil pero maliciosa sonrisa la tomó con suavidad y la invito a sentarse en un
sofá donde la princesa acomodó su cuerpo y perfectamente erguida como
toda visita distinguida cruzó sus bien torneadas piernas cuidando la cobertura
de su corta falda
“No Don Ber, yo solo vine a dejarle los zapatos, lo de la otra noche… quiero
que sepa que…”
Pero Don BernAsno le estampó un calido y largo beso con el que atrapaba
completamente su boca y mientras hacía esto la princesa fingía una débil y
femenina defensa durante la cual tocó por breves instantes con sus manos la
rapada cabeza de Don BernAsno sintiendo en ellas una picazón tan excitante
como la de esa mal rasurada cara ahora en contacto con su cuello razón por
la cual tuvo que soltarlo o terminaría abrazada a él, en seguida Don BernAsno
pasó su otra mano de gorila por debajo de su playera haciéndola recargarse
en el respaldo del reclinado sofá y echar la cabeza hacia atrás, ahora con
ambas manos bajo su playera el agasajo a senos y cuello empezaba a tomar
forma provocándole una emoción tan fuerte que la dejó sin habla, el ajustado
y fino escote de su playera apenas unido por frágiles botones de presión se
había abierto por completo dejando al descubierto su medio cuerpo y mientras
Don BernAsno le daba succionantes besos al cuello la sujetaba de los brazos
para hacer lo propio con sus desnudos senos, con el forcejeo la playera había
caído a la altura de la cintura y el encendido asno que no perdía oportunidad
trepó al reclinado sofá poniendo una de sus rodillas a un lado de la cadera de
la princesa y luego la otra para quedar frente a ella con ambas rodillas
apoyadas en el mueble, y con la bata completamente abierta se pegaba a la
desnuda parte del cuerpo de la princesa haciéndola sentir como el contacto
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de la desnuda parte de su cuerpo era presionada contra ese erecto vergón
que apuntaba al cielo poniendo en contacto también sus peludas y bien
desarrolladas gónadas contra su sensible piel haciéndola exclamar con una
apagada y entrecortada voz que realmente era un femenino murmullo de
placer:
“!Oh Don Ber! que es lo que me hace usted sentir… estoy tan confundida”
Como si esa terrible frase hubiera sido el último pase que la princesa
necesitara para entrar al mundo de lujuria de Don BernAsno a partir de ese
momento quedó completamente quieta con la espalda recargada en el sofá y
la cabeza caída hacia atrás de cara al cielo con los ojos cerrados y los brazos
caídos completamente inmovilizada por el placer mientras el abusivo asno
completamente encaramado sobre ella continuaba dando rienda suelta a su
bestial lujuria, Don BernAsno la sujetó de la cabeza con ambas manos y la
besó por largo rato en la boca aspirando extasiado la frescura de su aliento,
luego colocándola con los brazos extendidos en el respaldo del sofá succionó
a su antojo cada parte de ese exquisito y femenino cuello que estaba a su
completa disposición y dio lujuriosos besos y caricias a toda parte desnuda
del expuesto cuerpo de su princesa arrancándole sofocados chillidos de
placer sin que se atreviera a mover ni un solo dedo
PERO DESDE LUEGO QUE PRIMERO TENDRÁ QUE CHUPARME LA VERGA CON
ESA BOQUITA DELICIOSA QUE YA SABE COMO HACER PUÑETAS, ESOS LABIOS
DE ESTRELLA DE CINE Y ESA LENGUA DE FUEGO QUE HABLA EN TRES IDIOMAS
TENDRAN QUE DARLE UNOS CHUPETONES DE SACA LECHE A ESTA VERGA DE
ASNO
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Con su cara atrapada por las manos del asno los ojos cerrados y la
respiración agitada la princesa se retorcía de placer al escuchar esas
sentenciosas y vulgares frases, cada una de esas palabras expresadas por el
grosero asno hacían en ella un trabajo interno que le era imposible disimular,
y sabedor del estado emocional que le había provocado a su princesa Don
BernAsno puso una de sus manos en la nuca de la princesa y su cabeza fue
atraída hasta que su cara quedó pegada al velludo pecho de Don BernAsno y
sin poder contenerse más y con una expresión facial que parecía sufrimiento
gimiendo y casi gruñendo la princesa restregó su rostro contra la velluda piel
que tenía frente a su rostro, en seguida Don BernAsno la sujetó de los
cabellos para deslizar su cabeza o mejor dicho sus labios por su velludo
cuerpo y mientras lo hacía podía sentir como la princesa sacaba la lengua
para acariciar la velluda piel que sus labios tocaban, pronto la llevó hasta el
bajo ombligo donde acarició y succionó la mata de pelo y la raíz de su dura
verga, luego los lados de la misma después la parte baja, y para dondequiera
que Don BernAsno colocara esa dócil cabeza que sujetaba de los cabellos los
labios de la princesa hacían una suave y femenina succión, y sin grandes
esfuerzos lentamente fue llevada hasta las oscuras y colgantes gónadas a las
que dio un masaje oral de los más completos para luego hacerla subir con esa
misma succión hasta la endurecida punta de esa enorme verga en brutal
estado de erección y cuyo lubrico y espermatorreico blancor empezaba a
erupcionar por la punta lo cual en forma natural es una visión que excita hasta
la locura a una chica que esta completamente poseída por el deseo, y sin más
recato ni pudor y con movimientos de cabeza que delataban por completo su
estado emocional la princesa embarró sus labios y buena parte de su rostro
con la viscosa y caliente espermatorrea que manaba lentamente por la punta
de esa erecta verga como la cera de una vela encendida para luego darle
entrada en su boca a la dura punta lo cual hizo lentamente acomodando con
cuidado sus labios al ganar terreno y durante un rato la princesa acarició esa
lechosa punta como si sus labios y su lengua se movieran expresando
palabras que jamás se atrevería a pronunciar, y sin más remilgos la princesa
se dio a la tarea de atrapar cuanto cabía en su boca de esa enorme y negra
verga calibrada con la misma presión de una llanta de trailer deslizando sus
labios desde la henchida y dura punta hasta el medio tronco, iniciando lentos
movimientos de vaivén con su cuello
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los rigores de un feroz enculamiento que ya había empezado y no pararía
hasta la fecunda y total consumación para la cual eran inevitables los rudos y
salvajes movimientos de asno en celo que ya conocía, pero esta vez no había
tenido ninguna práctica previa con su juguete africano y la brutal abertura que
tanto la había preocupado en la ocasión anterior estaba completamente
cerrada lo cual duplicó el dolor de la penetración pero también el placer de la
misma hasta que finalmente y tras vencer las mil dificultades que se
presentaron la princesa sintió tener al asno en plenitud de funciones llegando
hasta la parte interna de su ombligo, y sin haber emitido más queja que un
sofocado gemido la princesa derramaba lágrimas de luna producto de un
ovulante deseo de entrega que pagaba con dolor, era como la protesta
callada de una geisha que muere envainada por sable negro de incomparable
dureza y calidad, y una vez ganchada y asegurada por el asno el lampiño
trasero de la princesa era presionado con furia por el enardecido asno en un
continuo e instintivo esfuerzo por adentrarse cuanto podía hasta que
finalmente se calmó echando el peso completo de su cuerpo sobre ella, y con
los escasos movimientos que la princesa podía hacer con el arco de su
espalda trataba de buscar el mejor acomodo posible para el asno que
excitado insistía en pegar por completo su pesado y oscuro cuerpo al de ella
embonando perfectamente su barriga en la parte baja de la espalda de su
princesa y su velludo pecho contra el resto de la misma
“Mhh… ¡Oh Wey!… ¡Oh Por Dios!… ¡Oh!… ¡Auu!… ¡Dios Mío!… ¡Creo que
voy a morir!”
La terrible práctica del “abreculos” que sabía bien era del todo necesaria para
darle facilidad a los vigorosos movimientos que vendrían a continuación la
hizo recordar la primera vez que vio a Don BernAsno hacerle eso a su
muñeca y pensaba que si alguien los observara en ese momento vería lo
mismo que ella vio desde arriba, una oscura y robusta masa mecerse y
retorcerse sobre la blanca y lampiña figura de una exuberante y virginal chica
de increíbles formas cuyas extremidades a pesar de estar extendidas dejaban
apreciar que ella era ligeramente más alta que el enardecido asno que
apretaba con furia su delgada cintura haciendo un gran contraste entre ese
calvo obeso y velludo hombre enfundado en cuero contra la delgada femenina
y bien proporcionada figura de la chica que tenía bajo su completo dominio
Las cosas continuaron con su delicioso curso repitiendo una y otra vez esas
interminables y lujuriosas noches de “Luna de Miel”, que me cambiaron por
completo el modo de caminar, ahora era el doble de provocativa que antes y
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mi BernAsno ya me había prohibido varias veces que hiciera esos
movimientos al caminar, pues como todo hombre quería que su muñeca fuera
una reina en el exterior y una puta bien hecha en la alcoba, en una ocasión
me llevó a la bodega de la que el tenía llave para “estirarme la rienda”
tomándome de los cabellos de la nuca y apuntándome con su dedo índice al
rostro me dijo que no le gustaba que su muñeca fuera tan coqueta, el pobre
tenía miedo de que se la fuera a ganar otro asno pero yo no podía hacerlo de
otro modo, en cuanto me descuidaba lo hacía sin darme cuenta pues esa era
mi forma natural de moverme, lo que me hizo ganarme algunos azotes con el
cinto los cuales debido al cuidado y suavidad con que los aplicaba
pretendiendo asustarme solo lograban excitarme, en realidad mi piel era mas
resistente de lo que imaginaba y sentir el quemante golpe de su cinto
lamiendo mi espalda lejos de ser el castigo que parecía era algo que me
provocaba las mas increíbles sensaciones de placer, así que mientras lo
hacía yo le arañaba la mano con la que me sujetaba de los cabellos y le decía
palabrotas para hacerlo enojar y en esa forma conseguía que aumentara el
castigo a su rebelde muñeca lo cual pronto se convirtió en una práctica que yo
manipulaba a mi antojo sin que él se diera cuenta
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culpa que le producían los intensos placeres a los que la sometía, pues por
increíble que parezca ese tratamiento le permitía disfrutar y gozar de cada
entrega amorosa como si se tratara de la primera vez y su efecto persistía
durante largo tiempo, era como si su conciencia le dijera: Muy bien “Niña
Mala”, ya pagaste por adelantado tu falta, ahora si, tienes derecho a gozar
todo lo que quieras sin temor a represalias de mi parte
Durante un tiempo todo parecía marchar sobre ruedas y sin tropiezos para
esta muñeca, sin embargo hubo una ocasión en que Don BernAsno tuvo que
salir de viaje por negocios de la hacienda ausentándose por un par de meses,
tiempo en que la muñeca tuvo que soportar la necesidad que su cuerpo tenía
de ser copulada, sobre todo durante las tranquilas y pacificas noches de ese
campestre lugar donde podía sentir como le circulaba fuego por las venas y el
silencio de la noche era roto por los insistentes rebuznos que se escuchaban
en la campiña los cuales eran interpretados por su mórbida imaginación como
un llamado de la naturaleza para el apareamiento y tenía que resistir el
tormento de sentirse obligada por sus entrañas a atender con urgencia el
rebuznante y primaveral llamado del macho en celo
Sabía bien que todo eso era obra del diablito que le había despertado Don
BernAsno y que ahora corría libremente por su cuerpo provocándole una
necesidad que ya no podía ser engañada con una simple masturbación, pero
conseguir lo que necesitaba no era propio de una jovencita como ella que
estaba obligada a soportar la difícil situación de guardar una apariencia
angelical cuando sus emociones eran las de un demonio, sin embargo la
muñeca sabía que en uno de los establos cercanos había un burrito miniatura
que era el que hacía esos ruidos que tanto la inquietaban, este pequeño era
un verdadero capricho de la naturaleza que no servía para ningún trabajo pero
que a ella si podría servirle para resolver su problema, pues en su inquieta y
lujuriosa mente tenía el conocimiento de que este tipo de bestias eran usadas
para ese servicio y de que eran muy efectivos, cosa que no dudaba pues ella
misma lo había visto en varias ocasiones montarse sobre los bultos de grano
para gancharlos gruñendo con furia cuando encontraba la abertura para
adentrarse cuanto podía, luego durante todo el acto les aplicaba un fuerte
abrazo que los dejaba con la forma de un reloj de arena y divertida veía como
los bultos violados por el pequeño y malvado burro quedaban escurriendo su
espeso semen casi hasta el extremo contrario del bulto debido a la tremenda
presión y abundancia con la que este manaba de su largo miembro, y en
secreto pensaba en lo que este lujurioso animalito podría hacerle a una
muñeca de carne y hueso, desde luego que no sería tan cómodo como
hacerlo con Don BernAsno amen de que estaba enterada de que se requería
de ciertos aditamentos deportivos para protegerse, tal y como lo había visto
en un video en el que se mostraba como uno de estos pequeños enloquecido
de placer con una chica a la que traía ganchada literalmente paseaba a su
victima por todo el cuarto buscando como todo macho el mejor y mas firme
acomodo para inmovilizar a su hembra la cual a pesar de ser una exuberante
y bien desarrollada chica de aspecto nórdico en comparación con el pequeño
y humilde burro era gobernada con toda facilidad por ese pequeño cuyas
ventajosas armas para dominarla eran su potente y largo miembro alojado por
completo en la región rectal y un férreo abrazo a su cintura del que no había
forma de librarse, así que sujetada y ganchada en esa dolorosa forma el
femenino y escultural cuerpo de Venus estatuaria de esa singular chica era
llevado de aquí para allá como si fuera una muñeca de trapo incapaz de
oponerse a los caprichos de su atacante unas veces contra la pared y otras
contra el piso gruñendo con furia y tironeando a su victima por la cintura el
indeciso burro la cambiaba continuamente de un lugar a otro
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cabello de su excitada victima para casi en seguida continuar abusando de
ese cuerpo perfecto que tenía en su poder, y en su fantasiosa mente la
muñeca se imaginaba a si misma durante una oscura y fría noche de terrible
tempestad caminando hacia el establo como solo ella sabía hacerlo, con sus
protectores de rodillas deportivos y su casco de ciclista puestos para ofrecerle
a ese infeliz bruto que estaba condenado a vivir sin aparearse un manjar de
incalculable valor, imaginaba que acomodaba su cuerpo sobre una pila de
sacos de trigo que dieran la altura necesaria para apoyarse contra estos
descansando sobre sus protectores de rodillas mientras esperaba el apretado
abrazo seguido de la inevitable cornada y de las indescriptibles emociones
que esa salvaje criaturita le podría arrancar como recompensa por servirle de
burra tal y como lo hacía la chica del video a la cual el fiero burro arrancaba
genuinas y espontáneas expresiones de placer que serían muy difíciles de
fingir para una actriz mientras era mantenida de cara al piso y abrazada a uno
de los postes del corral debido a la difícil posición que le había impuesto el
burro mientras repasaban la lección de “quien manda”, y mientras la cámara
enfocaba su hermoso rostro cubierto por un antifaz podía apreciarse como
sentía aproximarse la llegada del burro debido a los gestos que hacía así
como a las casi involuntarias expresiones que escapaban desde su garganta
como sofocados gemidos de placer, al terminar ambos quedaban en el suelo
postrados por el éxtasis, el burro completamente inmóvil mientras la chica aun
hacía contracciones con su cuerpo moviendo al pesado burro hacia delante y
hacia atrás hasta quedar exhausta, sin embargo el burro no dejaría de
aplastarla hasta que perdiera por completo la rigidez de su largo miembro
amen de hacerle dos o tres travesuras mas de su repertorio, luego la cámara
se retiraba para que se apreciara por completo el dantesco cuadro, pareciera
que ese drama venéreo representaba un pequeño pago que una especie le
hacía a otra por haber abusado de ellos durante tantos siglos como bestias de
carga, ahora estos pequeños debido a sus adecuadas dimensiones y a su
infalible método para provocar placer eran los encargados de cobrar por su
milenario trabajo
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posición por este pequeño no habría marcha atrás, y que ese largo y
anchuroso miembro cuya tremenda hinchazón primaveral lo mantenía casi
pegado a su panza invariablemente sería clavado contra lo único que estaba
a esa altura, y que una vez internado en sus entrañas no la soltaría hasta
quedar deslechado a mas no poder y la hinchazón primaveral aliviada por
completo
Sin embargo la vida nos lleva de un lugar a otro y tras los festejos de mis
quince primaveras mis padres me mandaron a estudiar al extranjero, la noche
antes de mi viaje la pase con mi BernAsno y le aseguré que jamás lo
abandonaría, por la madrugada antes de salir de su habitación a modo de
broma le dije a su muñeca de hule: “Te lo Encargo Hermana Cuídalo y
Quiérelo”, Don BernAsno me abrazó tan fuerte que me tronaron los huesitos
de todo el cuerpo y tuve que separarlo de mi o me lo tendría que llevar de
equipaje
El tiempo pasó, en verdad miles de cosas pasaron y cada vez surgían nuevos
compromisos y retos que ocupaban mi mente por completo, con innumerables
tropiezos iniciales había logrado hacer grandes cosas, pues en algún
momento cuando me sentí derrotada y triste tratando de recordar todo lo que
amo y no tengo encontré algo que cambio por completo el rumbo de mi vida,
descubrí que con solo cambiar los términos de la petición la oración de Don
BernAsno servía para atraer como imán las cosas que amamos pero que
siempre están fuera de nuestro alcance, no soy religiosa pero creo que eso
mas bien tiene que ver con formulas de inducción mental pues en poco tiempo
logré realizar una de mis mayores ambiciones, algo para lo que muchas
nacimos pero que muy pocas consiguen, las semanas se convirtieron en
meses y un buen día cuando por fin encontré la oportunidad de visitar mi país
y mi hacienda surgían de nuevo los recuerdos y mientras el vuelo y los
tramites de aduana transcurrían pensaba en mi BernAsno el dueño de mis
tres virginidades y a quien tendría que rendirle cuentas a mi llegada, pues yo
no había tenido actividad sexual en todo ese tiempo y pensaba que mi
encuentro con él sería igual de doloroso que la primera vez pero no me
importaba, tenía ansias de ser atormentada de nuevo por esa verga de asno
que no conocía la clemencia y quería darle la sorpresa, decirle que su
muñeca fue seleccionada para participar en la Primera Línea de la exclusiva
pasarela “Victoria’s Secrets” y que esta vez tendría en su cama a una
autentica “Súper Modelo“ para hacerle todo lo que él quisiera, después nos
iríamos a una playa donde podría presumir con su chica paseándola con una
deliciosa tanga, la cercanía de esa situación y la vibración de las ruedas del
avión al posarse suavemente en tierra me produjo unas cosquillas que ya me
eran bien conocidas
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los labios por la ansiedad y casi sin discreción volteaba continuamente hacia
el área donde habitaba mi BernAsno pero no lo veía, en fin pensé que andaría
ocupado en el pueblo cercano, luego mi madre organizo el desayuno y
casualmente vio que hacía falta cierto condimento y de inmediato vinieron a
mi mente los recuerdos de la bodega de vinos y con el mayor disimulo le dije
a mi madre que le pidiera a Don Bernardo que lo trajera ya que seguramente
él estaba en la bodega
Luego de varios días tuve que partir de nuevo a cumplir con mi pesada
agenda de compromisos pero antes de irme fui al cementerio del pueblo,
quería darle el último adiós a quien no solo me enseño a gozar sino a ser
humilde a pesar de tenerlo todo, a valorar el contenido humano por encima
del aspecto, y por sobre todo: a obrar milagros con el poder mental del amor.
No fue difícil encontrar la lápida que yo misma le mandé hacer, llevaba
conmigo una flor como la que él me obsequió cuando me dio mi primer beso,
la deposité en su lápida la cual tenía la siguiente inscripción: “Aquí yace un
hombre de verdad a quien tuve el privilegio de hacer sus sueños realidad”
http://video.google.es/videoplay?docid=1965303756041345978
Te sugiero que dejes pasar un día para leer lo que sigue mas abajo
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Bueno era solo una sugerencia en verdad nadie lo hace
* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *
Escena Culminante 10
Toma 1
La Muñeca tras su primer Orgasmo
Como ya lo había comprobado ella con la anterior muñeca Don BernAsno era
capaz de repetir la acción en más de una ocasión, así que esperó mientras
disfrutaba sintiendo como las anchas narices de Don BernAsno resoplaban el
agitado y caliente aire de su respiración sobre su nuca y su espalda
La Muñeca empezó a mover al asno que tenía montado sobre ella hacia
adelante y hacia atrás hasta que …
Que te pasa Muñeca, debes de moverte lentamente, poco a poco y solo hasta
que Don Ber .. digo Ron te de la señal lo haces mas rápido
Acá entre nosotros, te diré que ya rodé todas las escenas que me
interesaban, estas que ves son las de menor importancia pero debo rodarlas
solo como requisito para completar la historia
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DIRECTOR: Con el presupuesto que me asignaste?, olvídalo no les
podríamos pagar ni una semana, esta aceptó porque cree que con esto se
convertirá en actriz … ¡Si Como No!
PRODUCTOR: y Pamela?
DIRECTOR: Mhmm … Si así es, pero con ella siento como que estoy
cometiendo incesto, tu sabes: al final E.T. diciéndole “se buena niña” y todo el
publico llorando, para que ahora la vean en veinte uñas montada por un asno
profesional, no mejor no, creo que nos puede salir peor el remedio que la
enfermedad, nos tenemos que seguir quedando con esta inútil que es puro
cuerpo y nada de cerebro
La muy tonta no sabía que teníamos un tope de diez millones para negociar y
se podía haber embolsado los ocho que se esta llevando mis ojos solo por
hacer lo que mejor sabe hacer
DIRECTOR: Bueno recuerda que para que la obra tenga éxito debemos cubrir
también al publico gay, y con los antecedentes de ella de paso le pegamos
también a sus amigas las lesbis, así al final de la obra todo el mundo ama a
uno de los dos
¡Oh por Dios! princesa, borra esa sonrisa de placer cuando te toco que me
enfermas, se supone que te acaban de reventar y estas sufriendo, no puedes
estarte chupando los labios cada vez que se acomoda Ron, él es un
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profesional y solo esta buscando lucir como lo ordena el guión, entiendes lo
que es eso? … no?, Ron agárrala de los cabellos con las dos manos, si eso
es, mas fuerte … mas fuerte … lo vez mi amor?, esa es la cara que quiero
que pongas, verdad que es bien fácil actuar?
* * * * * * * * * * * * * MUÑECA VIVIENTE * * * * * * * * * * * *
Escena Culminante 10
Toma 2
La Muñeca tras su primer Orgasmo
Como lo anticipó ella en breves minutos Don BernAsno volvió a la carga tal y
como lo había visto desde su escondite en el techo con la diferencia de que
ahora ella era la pobre muñeca
PRODUCTOR: (En voz baja) Oye Steven ven acá necesito hablarte en
privado … es urgente
DIRECTOR: (Fuera del área de filmacion) ¡Que pasa!? Que es tan urgente
para que me interrumpas?
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DIRECTOR: Tu sabes bien quien es, solo hay alguien que puede escribir así
DIRECTOR: Bueno, digamos que así la veía él, pues según me explicó esa
chica a su entender y su sentir era el complemento perfecto que había estado
buscando para producir el “éxtasis dorado” que muy pocos logran conocer en
su vida
Como parte de su conciencia que soy traté de advertirle que ella solo se
estaba burlando de él, y así fue, solo le hizo creer que “el arroz se estaba
cociendo” para luego voltearle todo al revés
Pero solo para que te rías, el muy tonto sigue enamorado de ella y es por esa
causa que estamos ocupados con esta obra
Aunque a decir verdad creo que ella también es tonta, pues algún día
comprenderá que lo mas escaso y raro que hay en el mundo es el amor de
verdad, curiosamente es típico de las mujeres el hecho de que rechacen a
quienes las necesitan y en cambio acepten lo mas inconveniente
DIRECTOR: Hace tiempo recibí el guión para una obra que nunca realicé,
trataba sobre un cuento bíblico en el que cuando Dios planeó crear a los
humanos el Diablo se enteró de que iban a ser tan perfectos que serían
inmunes a su influencia, pero este protestó obstruyendo todas las vías lácteas
de constelaciones y galaxias con una copiosa marcha de ángeles rebeldes y
reclamó el derecho de participar en dicha creación
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DIRECTOR: Según la obra la protesta de los ángeles diseñadores no se hizo
esperar y luego de una prolongada discusión y tras arduas negociaciones en
las que el Diablo no quitaba el dedo del renglón tuvo que intervenir el “mero
jefe” de todos y se suspendió el proyecto de creación de los humanos, y solo
hasta después de muchos siglos estos aparecieron repentinamente en el
tercer planeta de un sistema solar, la versión oficial entre los ángeles fue que
se optó por rediseñar la mente de ambos, hombre y mujer pero con la
participación del Diablo, bajo el hábil argumento por parte del Diablo de que si
eran tan listos algún día evolucionarían hasta encontrar la formula para
hacerse inmunes a su influencia, los registros de dicho acuerdo fueron
grabados en sus cuerpos y por ordenes del “mero jefe” no podrían ser leídos
hasta el siguiente alineamiento de cuatro planetas de un sistema solar de
nueve planetas o mas que el Diablo eligiera para colocarlos, casualmente ese
alineamiento ocurrió en el año en que terminaron el “Genoma Humano”,
parece ser que el “mero jefe” sigue jugándonos rudo pues ya encontramos la
escritura pero ahora tenemos que aprender a leer, solo para saber: ¡que
remolidos diablos hicieron con la mujer!
PRODUCTOR: Muy gracioso, pero creo que eso no le hará ninguna gracia a
nuestros amigos los religiosos. Bueno sea cual sea la causa mientras ese
tonto siga enamorándose así y escribiendo historias nosotros seguiremos
ganando dinero … Mhh dinero, creo que es lo único bueno que hizo el Diablo,
casualmente es con lo único que logras enamorar a las mujeres
Bueno Steven será mejor que te pongas a editar de inmediato todas las
escenas con las que contamos, como siempre confió en ti, no me falles, a
propósito, como dices que se llama?
DIRECTOR: No, no soy tan vulgar, solo te diré que en este momento ella nos
esta leyendo
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