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NEUQUEN, 25 de Marzo de 2009.
VISTOS: Los presentes autos caratulados “INCIDENTE DE
debe expedirse el Dr. Daniel Gustavo Varessio quien dijo:
Como última mención, debo resaltar que se advierte, luego
de revisadas las actuaciones principales y del presente
incidente, la disconformidad por diferencia de criterios
y estrategias o disensos asumidos en la instrucción por
el Sr. Juez de Instrucción y lo pretendido por la parte
ahora recusante. Así se ha dicho: “la mera discrepancia
con el criterio del juez en la dirección del sumario,
entonces, no será para justificar su apartamiento.( CCCF,
Sala I JA 1994III,indice 147;CCC,Sala I, del 6 /10/95,
causa 3724 “ Acuña M” Navarro Daray , Ed, Hammburabi, Bs.
As. 2004 , tomo I pag, 225.”
Por todo ello, entiendo que corresponde rechazar por
inadmisible el planteo recusante efectuado.
Es mi voto.
VI. A su turno, el Dr. Héctor Guillermo Rimaro,
manifestó: Compartir los lineamientos sobre los que el Sr.
vocal preopinante estructura su voto, además de la
resolución que propicia.
Sin perjuicio de ello, me permito efectuar unas
breves acotaciones a continuación.
En realidad, lo que se advierte son dos visiones
antitéticas sobre la normativa que debe aplicarse para
definir la continuidad (o no) del Dr. Piana en el ejercicio
funcional en relación a estos autos. Una, la de los
recusantes, que asientan su pretensión en legislación
internacional incorporada a nuestro país con rango
constitucional y, fundamentalmente, en orden a
jurisprudencia de orden nacional en el precedente "Llerena"
de la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación. La
otra visión, es la que circunscribe el ámbito de decisión,
sin desconocer los postulados insertos en legislación
internacional, a lo prescripto por el ordenamiento procesal
de la provincia.
Entiendo, analizada la situación con la máxima
prudencia, que la última enunciada es la postura que debe
primar. Ello así porque: a) en primer lugar, el plexo
normativo superior que otorga regulación general necesita
ser reglamentado. De no ser así se abrirían puertas tan
grandes aunque reconozcan la mejor inspiración que en
definitiva desdibujarían las concretas pautas que emergen
del ordenamiento ritual vigente para el proceso penal. Así,
por ejemplo, por qué no resolver el conflicto suscitado en
una causa por el sistema de jurados si desde antaño lo
prevé una norma constitucional o, por qué no ajustar en
esta u otra causa de trámite los procedimientos al sistema
acusatorio (sin necesidad de reforma alguna al Código
actual), si normativa supranacional otorga cobijo. Todo
ello fluctuando según los criterios de quienes tengan que
aplicar normas que contienen sugerencias o
recomendaciones como derecho con carácter operativo
directo; b) En segundo lugar, porque el Digesto Adjetivo
provincial resulta ser, justamente, ordenamiento
reglamentario; que pueda resultar insuficiente, es otra
cuestión, pero queda claro que no es incompatible,
circunstancia que proyectaría a otro tipo de
pronunciamiento; c) En tercer lugar, interpreto sin
desconocer el mayor protagonismo que ha adquirido la
víctima en el procesal penal en los últimos tiempos y aún
adscribiendo a la idea de que debe reglamentarse una mayor
participación que las citas normativas y jurisprudenciales
aludidas supra están orientadas a tutelar,
fundamentalmente, el derecho del imputado a ser juzgado por
jueces imparciales, con toda la dimensión que este concepto
encierra.
Si, como expresé, el ordenamiento procesal vigente
como marco regulatorio vigente de la normativa
jerárquicamente superior es en el que debe abrevarse para
resolver la recusación planteada, no cabe ninguna duda que
el rechazo a la pretensión se impone. Máxime, como se
sostiene en el voto precedente, que no se invoca ninguna
causal concreta subsumible dentro del catálogo que ofrecen
los doce primeros incisos del art. 47 del CPPyC. A ello
aduno que las explicaciones contenidas en el informe que el
Dr. Piana elevara (cfr. art. 53 del CPPyC) resultan
convincentes en función de los reparos puntuales que los
recusantes hicieron de su proceder.
Por las razones expuestas, soy también de opinión que
debe desestimarse la recusación impetrada. Es mi voto.
VII. A su turno, el Dr. José Víctor Andrada, expresó: Por
compartir en lo sustancial la opinión de los dos colegas
que iniciaron la votación, considero que el planteo de
recusación debe ser rechazado.
Solamente me permito agregar que toda la construcción
dogmática y jurisprudencial que se ha hecho e invocado
sobre la imparcialidad del juzgador, ha sido
fundamentalmente efectuada en torno al derecho que tiene
todo imputado en una causa penal. Es por ello que en mi
entender no pueden todos sus extremos ser extendidos in
totum del modo pretendido por la querella, parte no
necesaria en el proceso, quien con más razón deberá
atenerse a la reglamentación que de tal derecho ha
efectuado el legislador local, y a la restrictiva
interpretación de las causales previstas.
Señalo además que según la normativa procesal vigente
el juez de instrucción es el director del proceso penal,
necesariamente conflictivo, con facultades jurisdiccionales
propias, entre ellas la de decidir las cuestiones que se
susciten durante su tramitación, que no necesariamente
tiene que ser compartidas por las partes quienes, en todo
caso, tienen abiertas las vías procesales pertinentes para
lograr su revisión por un Tribunal de instancias superior.
VII. Por todo lo expuesto, esta Cámara de Apelaciones
en lo Criminal,
RESUELVE: I. NO HACER LUGAR a la recusación planteada
por el Dr. Gustavo Eduardo Palmieri con el patrocinio
letrado del Dr. Ricardo J. Mendaña contra el Sr. Juez de
Instrucción Dr. Cristian Amadeo Piana, a cargo del Juzgado
de Instrucción en lo Criminal y Correccional Nº 4, con
asiento de funciones en esta ciudad, I Circunscripción
Judicial de esta Provincia (cfr. art. 47 y concordantes del
CPPyC).
II. Regístrese, notifíquese y, cumplido que sea,
vuelvan las presentes actuaciones al Juzgado de origen.
RESOLUCION INTERLOCUTORIA Nº 101/09.