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http://links.es/16402 . . . No recuerdo haber escuchado un sólo comentario amable sobre Gloria Fuertes en toda mi infancia, ni tan siquiera de mis profesores de literatura (¡ah, raza escogida para propagar el odio a los libros entre sus pupilos!); fraude poético es lo menos grave que se insinuaba en las parodias sobre su aspecto bonachón y, digamos, poco femenino. De aquella inicua memoria me separa un paréntesis laaargo, exactamente hasta las siete de la tarde de ayer, cuando desempolvaba sin pensar La momia tiene catarro (1978) y sus rimas naif aletearon frente a mi.
Es la obra que sigue a la publicación de La oca loca (considerada su consagración en el género infantil) y, además de atar las palabras por el rabo para que se persigan, aquí centellean con los naranjas eléctricos del dibujante Sánchez Muñoz. Él es otro pequeño gran (re)descubrimiento que quiero compartir con vosotros, un poquito en la onda psicodélica de Heinz Edelmann pero con una infalible simpatía que nos devuelve a esas primeras y locas, locas lecturas.
http://links.es/16402 . . . No recuerdo haber escuchado un sólo comentario amable sobre Gloria Fuertes en toda mi infancia, ni tan siquiera de mis profesores de literatura (¡ah, raza escogida para propagar el odio a los libros entre sus pupilos!); fraude poético es lo menos grave que se insinuaba en las parodias sobre su aspecto bonachón y, digamos, poco femenino. De aquella inicua memoria me separa un paréntesis laaargo, exactamente hasta las siete de la tarde de ayer, cuando desempolvaba sin pensar La momia tiene catarro (1978) y sus rimas naif aletearon frente a mi.
Es la obra que sigue a la publicación de La oca loca (considerada su consagración en el género infantil) y, además de atar las palabras por el rabo para que se persigan, aquí centellean con los naranjas eléctricos del dibujante Sánchez Muñoz. Él es otro pequeño gran (re)descubrimiento que quiero compartir con vosotros, un poquito en la onda psicodélica de Heinz Edelmann pero con una infalible simpatía que nos devuelve a esas primeras y locas, locas lecturas.
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http://links.es/16402 . . . No recuerdo haber escuchado un sólo comentario amable sobre Gloria Fuertes en toda mi infancia, ni tan siquiera de mis profesores de literatura (¡ah, raza escogida para propagar el odio a los libros entre sus pupilos!); fraude poético es lo menos grave que se insinuaba en las parodias sobre su aspecto bonachón y, digamos, poco femenino. De aquella inicua memoria me separa un paréntesis laaargo, exactamente hasta las siete de la tarde de ayer, cuando desempolvaba sin pensar La momia tiene catarro (1978) y sus rimas naif aletearon frente a mi.
Es la obra que sigue a la publicación de La oca loca (considerada su consagración en el género infantil) y, además de atar las palabras por el rabo para que se persigan, aquí centellean con los naranjas eléctricos del dibujante Sánchez Muñoz. Él es otro pequeño gran (re)descubrimiento que quiero compartir con vosotros, un poquito en la onda psicodélica de Heinz Edelmann pero con una infalible simpatía que nos devuelve a esas primeras y locas, locas lecturas.
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