Está en la página 1de 9

LA DOCTRINA DEL PECADO Página 1 de 9

LADOCTRINA DEL PECADO


Parte 4: EL PECADO PERSONAL

Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron
Rom 5:14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no
pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de
venir.
Rom 5:15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de
aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia
y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.

EL PECADO PERSONAL

Con el término pecado personal nos referimos al pecado que se originó o que cometió
una persona. Esta designación incluye tanto el pecado de los ángeles como el de los
seres humanos.

Hemos venido estudiando desde un punto de vista bíblico, el hecho de que este estudio
reconoce que el pecado tuvo tres comienzos diferentes:
1. La eterna previsión del pecado en la presciencia de Dios
2. El primer acto concreto de pecado, que sucedió en el cielo y lo cometió un ángel
que no había caído, y
3. El primer acto concreto de pecado en la tierra que lo cometió el ser humano que
tampoco había caído

Con respecto a “La eterna previsión del pecado en la presciencia de Dios”, estudiamos
que, aunque por la voluntad permisiva de Dios se ha levantado un reino de tinieblas, en
el cual se reúnen los ángeles caídos y los seres humanos caídos, y aunque ese reino se
levanta en rebeldía contra Dios, tal reino no ha existido eternamente, y su fin está
claramente predicho. La Biblia enseña que el mal es de carácter transitorio, y señala su
comienzo, su desarrollo y su fin. La previsión del pecado y la realización del pecado son
dos asuntos completamente diferentes. Y no se puede afirmar ninguna otra cosa en
relación con la existencia eterna del mal, sino que Dios sabía que habría de producirse y
que lo permitió. Examinamos lo que dice:

Ecc 7:29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero
ellos buscaron muchas perversiones.

Dios creó a los seres humanos para vivir rectamente. Pero ellos han dejado el camino de
Dios para seguir sus propios caminos descendentes. Dios creó una humanidad sana,
pero tanto el hombre como la mujer se han contaminado con el pecado. En
consecuencia, nadie está libre de culpa.

También, a este respecto, examinamos que la dureza del corazón del hombre es lo que
hace que el hombre rechace la revelación general de Dios y su revelación especial en las
escrituras. A esto se refiere el apóstol Pablo cuando habla de la ignorancia del hombre,
en su epístola a los efesios:
Ef 4:17-18 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 2 de 9

entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la
dureza de su corazón

Con respecto a “El primer acto concreto de pecado, que sucedió en el cielo y lo cometió
un ángel que no había caído”, se observó que generalmente se establece el origen del
pecado a partir de la caída del hombre en el edén. Es cierto que el pecado humano
comenzó allí; pero, aunque Adán sólo volvió a cometer el pecado que ya había cometido
en el cielo un ángel principal, el carácter esencial del pecado debe determinarse, en gran
medida, tomando en cuenta el pecado de ese ángel, y no sólo mediante la reproducción
que de ese pecado hizo el primer hombre.

La Biblia nos dice que “El primer acto concreto de pecado, que sucedió en el cielo”, lo
cometió en el cielo uno de los ángeles de más elevado rango; y, después de haber
causado las más trágicas consecuencias en el ambiente angelical, tentó al hombre de la
creación de Dios en el jardín de edén para que también lo llevará a la práctica, y de esta
manera el primer hombre, Adán, también lo hizo. Esto es lo que afirma el apóstol Pablo
en Ro 5:12 cuando dice que "el pecado entró en el mundo por un hombre" así nos
revela la verdad de que el hombre no fue el primero que pecó sino que más bien fue el
medio por el cual logró entrada en la tierra aquella forma de pecado que ya había
sucedido en el cielo.

Estudiamos este primer acto concreto de pecado, revisando dos aspectos: a) la primera
persona que pecó, y b) la naturaleza del primer pecado.

A)Al examinar La Primera Persona Que Pecó, vemos que el carácter sumamente
perverso del primer pecado que se cometió en el universo se determina en gran parte por
el carácter y la posición del primer ser que pecó. Examinando el texto de Ezequiel
28:11-15, la identificación de este ser se puede resumir así:
1. El era el sello de la sabiduría, la perfección y la belleza
2. Había estado en edén, el huerto de Dios
3. Se cubría con piedras preciosas
4. Los tamboriles y las flautas sonaron ante él desde el día de su creación
5. Él pertenecía al orden de los querubines y se le dio el cargo de guardián de Dios
sobre el monte santo
6. Se paseaba en medio de las piedras de fuego
7. Había sido perfecto en todos sus caminos desde el día de su creación

Así se nos describe al más exaltado de todos los seres celestiales creados. Y del mismo
modo se nos revela que llegó un día cuando se halló en él iniquidad. El hecho de que
esta descripción, hasta donde llega la revelación, no se puede aplicar a ningún otro ser
que no sea satanás, es prueba de que este pasaje de Ezequiel 28 se refiere a Satanás.

B) Con respecto a la LA NATURALEZA DEL PRIMER PECADO. Observamos que


el profeta Isaías inspirado por el espíritu de Dios, nos dice en Is 14:12-14 cuál fue la
naturaleza de los detalles del pecado de Satanás.

Los versos de Is 14:12-14, se dirigen a uno que lleva el nombre de Lucero, hijo de la
mañana. Este título lo relaciona con la más alta jerarquía de ángeles, y su grandeza y
poder se nos revelan en el contexto. Allí se nos dice que él "debilitaba a las naciones".

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 3 de 9

Un aspecto en extremo importante es que en el versículo 17 de Isaías 14 leemos: "que


puso el mundo como un desierto, que asolo sus ciudades, que a sus presos nunca abrió
la cárcel". En este punto es obligatorio citar a Isaías 61:1 que dice con respecto a
Jesucristo: "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me
ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”. Este
contraste entre satanás y Jesucristo nos muestra que satanás sólo tiene poder para
encarcelar a sus cautivos, este hecho nos deja claro, porque todos los sistemas
religiosos basados en los engaños de satanás, como el satanismo, y todas sus variantes
hechiceras, son las fuerzas más autodestructivas que existen y el hecho manifiesto de
que ninguno puede por si mismo salir de estas cautividades, porque esto es potestad de
nuestro Señor Jesucristo, una persona no sale de las garras de satanás por si mismo,
solamente Cristo le hace libre porque Él vino a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel”

El hecho que se resalta en Is 14:12-14 al afirmar que satanás ha caído del cielo y que
fue cortado por tierra indica que Isaías está contemplando a este ser al final de su
carrera, cuándo ocurrirá la completa manifestación del mal que Dios permite. Entonces
se le vendrá a Satanás el juicio que está previsto y que él no ha experimentado todavía.
Los juicios futuros que han de caer sobre el sistema de cosas que gobierna satanás están
predichos en las escrituras, y también esta predicho el fin trágico que le espera a satanás
y a todos sus ángeles. Su destino será el lago de fuego como lo expresa Ap 20:10
cuando dice: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los
siglos de los siglos”.

De esta manera queda descrita la naturaleza del primer pecado, en la persona de


satanás, esa voluntariosa ambición que se manifestó contra Dios y que se proponía
lograr el dominio del sistema del mundo o cosmos. satanás es el dechado y la norma de
todo pecado. Todos los seres humanos que actúan independientemente y que no se
preocupan de cumplir la voluntad de Dios están cometiendo el mismo pecado, y su
destino ha de ser el mismo del diablo y de sus ángeles, a menos que decidan por la
gracia salvadora de Dios revelada y dada en la persona de nuestro Señor Jesucristo, ya
que como está escrito Él es la provisión contra el pecado y contra las obras del diablo,
como lo expresa 1 Jn 3:8 “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca
desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo”

Como este estudio reconoce que el pecado tuvo los siguientes tres comienzos
diferentes:
1. La eterna previsión del pecado en la presciencia de Dios
2. El primer acto concreto de pecado, que sucedió en el cielo y lo cometió un ángel
que no había caído, y
3. El primer acto concreto de pecado en la tierra que lo cometió el ser humano que
tampoco había caído

Nos toca examinar ahora:

EL PRIMER ACTO CONCRETO DE PECADO EN LA TIERRA QUE LO


COMETIÓ EL SER HUMANO QUE TAMPOCO HABÍA CAÍDO

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 4 de 9

La doctrina del pecado es una de las doctrinas más importantes. Difícilmente pudiera
haber otra fase de la revelación divina que sea más necesaria para el correcto
entendimiento de todas las doctrinas que la doctrina del pecado.

Prácticamente, todos los sistemas heréticos de doctrina se basan en conceptos errados


con respecto al pecado. Por tanto, las herejías tienen que estar por necesidad saturadas
de error. El intento de enumerar en forma completa todos estos conceptos errados con
respecto al pecado, sería bastante extenso para este estudio. En relación con esto, sin
embargo, debe observarse que hay siete formas de subestimar el verdadero carácter del
pecado
1. La primera manera de subestimar el verdadero carácter del pecado es contradecir
los términos explícitos empleados en la Biblia para establecer la suprema
perversidad del pecado, con lo cual haríamos a Dios mentiroso. A esto es a lo
que se refiere el apóstol Juan cuando afirma en: 1Jn 1:8 “Si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros” y en 1Jn 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros”.
En la época que el apóstol Juan escribe esta carta, algunos decían que no
tenían una naturaleza que tendía al pecado, que su naturaleza pecaminosa había
sido eliminada y que ahora no podían pecar. Ese es el peor engaño de sí mismo,
peor que una mentira evidente. Se negaron a tomar en serio el pecado. Querían
que se les considerara cristianos, pero no veían la necesidad de confesar sus
pecados ni de arrepentirse. No les importaba mucho la sangre de Jesucristo
porque pensaban que no la necesitaban. En vez de arrepentirse y ser limpiados
por la sangre de Cristo, introducían impurezas doctrinales en el círculo de
creyentes. En esta vida, ningún cristiano está libre de pecar; por lo tanto, nadie
debiera bajar la guardia delante del pecado.
Los falsos maestros no solo negaban que el pecado quebraba la relación
con Dios (1 Jn 1.6) sino que estos falsos maestros de la época del apóstol Juan,
afirmaban que ellos tenían una naturaleza no pecaminosa (1 Jn 1.8), y afirmaban
que, sin importar lo que hicieran, no cometían pecado (1 Jn 1.10). Esta es una
mentira que pasa por alto una verdad fundamental: todos somos pecadores por
naturaleza y por obra. Al convertirnos, son perdonados todos nuestros pecados
pasados, presentes y futuros. Más aun después de llegar a ser cristianos, todavía
pecamos y debemos confesar nuestros pecados delante de Dios y pedir perdón
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Esa clase de confesión no es ganar la
aceptación de Dios sino quitar la barrera de comunión que nuestro pecado ha
puesto entre nosotros y Él. Sin embargo, es difícil para muchos admitir sus faltas
y negligencia, aun delante de Dios. Requiere humildad y sinceridad reconocer
nuestras debilidades, y la mayoría de nosotros pretende en cambio ser fuerte. No
debemos temer revelar nuestros pecados a Dios; Él ya los conoce. Él no nos
apartará, no importa lo que hagamos. Por el contrario, apartará nuestro pecado y
nos atraerá hacia sí.
2. La segunda manera de subestimar el verdadero carácter del pecado, es
contradecir, en alto grado, el carácter santo de Dios. De esta manera el apóstol
Pedro afirma en: 1Pe 1:16 “porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo”.
3. La tercera manera de subestimar el verdadero carácter del pecado, es viciar el
concepto correcto de culpabilidad humana. A esto se refiere el apóstol Pablo
cuando afirma en: Rom 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de
la gloria de Dios”. Nunca nadie alcanzará por sí mismo las normas divinas de

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 5 de 9

absoluta perfección moral para merecer la gloria de Dios. Por lo tanto, si va a


haber alguna salvación, debe venir por otra vía. Cristo es la necesidad absoluta
de cada ser humano.
4. La cuarta manera de subestimar el verdadero carácter del pecado, es no estando
de acuerdo con el carácter sagrado y la autoridad de la palabra de Dios. A esto se
refiere el apóstol Pablo cuando le escribe a Timoteo en: 2Ti 3:16 “Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia”. La Biblia no es una colección de historias,
fábulas, mitos o simplemente ideas humanas acerca de Dios. No es un libro
humano. Por medio del Espíritu Santo, Dios reveló su persona y su plan a ciertos
creyentes que escribieron su mensaje para su pueblo (2 Pedro 1.20, 21). Este
proceso es conocido como inspiración. Los escritores escribieron desde su
contexto personal, histórico y cultural. Aunque usaron sus propias mentes,
talentos, idioma, y estilo, escribieron lo que Dios quería que escribieran. La
Escritura es absolutamente confiable porque Dios controló sus escritos. Sus
palabras son completamente autoritativas para nuestra fe y vidas. La Biblia es
inspirada por Dios. Léala y use su enseñanza para que guíe su conducta. Toda la
Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Porque es inspirada y confiable, debemos
leerla y aplicarla a nuestras vidas. La Biblia es la norma para probar todo
aquello que pretende ser verdad. Es nuestra protectora de las enseñanzas falsas y
nuestra fuente de dirección para saber cómo vivir. Es nuestra única fuente de
conocimiento acerca de cómo podemos ser salvos. Dios quiere mostrarle lo que
es verdadero y equiparlo para vivir para Él. ¿Cuánto tiempo emplea usted en la
Palabra de Dios? Léala regularmente para descubrir la verdad de Dios y llegar a
tener seguridad en su vida y en su fe. Desarrolle un plan para leer toda la Biblia
y no sólo los pasajes conocidos.
5. La quinta manera de subestimar el verdadero carácter del pecado, es considerar
que la inevitable reprobación de Dios contra el pecado es un juicio extremo y sin
garantías. El apóstol Pablo se refiere a esto como el justo juicio de Dios en:
Rom 2:5 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”. En su
bondad, Dios retarda su juicio para darle tiempo a la gente para que se
arrepienta. Es muy fácil confundir la paciencia de Dios con la aprobación de la
forma equivocada en que vivimos. La autoevaluación es difícil, y más difícil aún
es sincerarnos con Dios y permitirle que nos diga en qué debemos cambiar. Sin
embargo, como cristianos debemos orar siempre a fin de que Dios nos señale
nuestros pecados y nos cure. Es lamentable, pero es más fácil sorprendernos de
la paciencia que Dios tiene con otros, que humillarnos ante la que Él tiene con
nosotros. A pesar de que por lo general no recibimos el castigo inmediato por
cada pecado, el juicio final de Dios es cierto. No sabemos con exactitud cuándo
ocurrirá, pero sabemos que nadie escapará del encuentro final con el Creador. A
este respecto nuestro señor Jesucristo afirmó en: Jn 12:48 “El que me rechaza, y
no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le
juzgará en el día postrero”. El propósito de la primera misión de Jesús sobre la
tierra no fue juzgar a las personas, sino mostrarles cómo encontrar la salvación y
la vida eterna. Cuando Jesucristo vuelva otra vez, uno de sus principales
propósitos será juzgar a las personas según la vida que llevaron en la tierra. Las
palabras de Cristo que no quisimos aceptar y obedecer serán las que nos
condenarán. En el día del juicio, quienes aceptaron a Jesús y vivieron según su
voluntad serán levantados para vivir eternamente (1 Corintios 15.51–57; 1

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 6 de 9

Tesalonicenses 4.15–18; Apocalipsis 21.1–8), y quienes lo rechazaron y vivieron


según su antojo deberán enfrentarse al castigo eterno (Apocalipsis 20.11–15).
Decida ahora de qué lado estará, porque las consecuencias de su decisión
perdurarán para siempre
6. La sexta manera de subestimar el verdadero carácter del pecado, es no
considerar digno de confianza los grandes hechos de la redención, la
reconciliación y la propiciación. A esto se refiere el apóstol Pablo cuando escribe
a los corintios en: 2Co 5:18-19 Y todo esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación”. Dios nos atrae hacia sí mismo (nos reconcilia),
borra nuestros pecados (véase también Efesios 2.13–18) y nos hace justos.
Dejamos de ser enemigos, extraños o extranjeros para Dios, cuando confiamos
en Cristo. Al ser reconciliados con Dios, tenemos el privilegio de animar a otros
para que hagan lo mismo, y de esa manera somos aquellos que tienen «el
ministerio de la reconciliación».
7. La séptima forma de subestimar el verdadero carácter del pecado, es no tomar en
consideración la única razón suficiente que explica la muerte de Cristo. El
apóstol Pablo en su epístola a los romanos, resalta la razón de la muerte de
Cristo cuando afirma en: Rom 5:6 “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles,
a su tiempo murió por los impíos” y en: Rom 5:8 “Mas Dios muestra su amor
para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Éramos débiles e incapaces de salvarnos. Alguien tuvo que venir a rescatarnos.
Cristo no solo vino en un buen momento de la historia, sino a su debido tiempo,
de acuerdo al plan del Padre. Dios controla la historia, y controló la ocasión, los
métodos y los resultados de la muerte de Jesús. La expresión “Siendo aún
pecadores” son palabras maravillosas. Dios envió a Jesucristo para que muriera
por nosotros, no porque seamos buenos, sino porque nos ama. Cuando no se
sienta seguro del amor de Dios, recuerde: si Él lo amó cuando usted aún era
rebelde, puede sin duda fortalecerlo ahora que le acepte y le confiese como su
único y suficiente Señor y Salvador.

Se ha venido afirmando, que el pecado es perverso, por el hecho de que es desemejante


de Dios, y de que sólo se demuestra que algo es malo cuando se compara con el carácter
Santo de Dios. Es igualmente cierto que el pecado exige que haya juicio, por cuanto está
en rebeldía contra Dios y contra la ley.

Puesto que Dios es infinito y su bondad no tiene límites, el pecado también llega a ser
infinito y su carácter perverso llega más allá de cualquier cálculo humano. El pecado no
sólo afecta al que peca de una manera inmensurable sino que se caracteriza aún más por
la ofensa que le hace a Dios, por cuanto desprecia los derechos del creador, quebranta su
santa ley y echa a perder su propiedad.

Los profundos efectos del primer pecado humano se descubren a medida que se estudia
su desarrollo a través de dos aspectos completamente diferentes:
1. la naturaleza de pecado
2. el pecado que se inculpa

Fijaremos por ahora nuestra atención en el primer pecado en sí mismo. El relato sobre el
primer pecado humano se halla en Génesis 3:1-19. Habiendo prohibido específicamente

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 7 de 9

que el hombre comiera del fruto de cierto árbol, y habiéndole advertido que el castigo
por la desobediencia a esa prohibición sería la muerte, Dios colocó al primer hombre y a
su mujer en una condición de prueba.

Ellos comprendieron completamente el asunto y aparentemente cuando quedaron


responsabilizados en este aspecto, ellos se abstuvieron de comer del fruto prohibido. La
aparición del tentador fue lo que los condujo a no respetar lo que Dios les había dicho.

El hecho esencial sobre el cual nunca haremos el suficiente énfasis es el de que Satanás
les propuso a nuestros primeros padres que siguieran el mismo camino por el cual el
mismo se había aventurado, y en el cual proseguía, y que consistía en declararse
independientes de Dios y apartarse de su voluntad y de sus planes.

La ambición, un tanto corta de vista, indudablemente cegada por un orgullo impío,


estuvo dispuesta a cambiar el estado y el destino que el amor, la sabiduría y el poder
infinito de Dios les habían dado, lo cambiaron por el infeliz bienestar de una vida
egoísta con su eterna experiencia agónica de muerte. Evidentemente, a estos seres
humanos no se les presentó la verdad íntegra. Se les dijo que serían como Dios. Así lo
relata Gn 3:5 “sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal ”. Cuando Satanás les dijo que serían
como Dios, eso era solamente en un sentido: en el sentido de que sus ojos serían
abiertos y sabrían el bien y el mal.

Ellos como seres creados estaban disfrutando del bien; pero como seres caídos
experimentarían el mal. Ellos no iban a ganar nada, sino que lo iban a perder todo. Toda
criatura, sea angélica o humana, es por creación, no sólo propiedad del creador, según
los derechos más vitales que pueda haber, sino que, por ser creada, depende
completamente del creador. Esta relación era bendita realmente y no causaba ninguna
ofensa.

El oponerse Adán y Eva a Dios por medio de la desobediencia, se embarcaron en una


nave peligrosa, sin brújula, sin timón o gobernante para navegar en un mar tempestuoso
y sin costas. Tal rumbo sólo podía conducirlos a un fracaso ignominioso y a los juicios
finales a que serán sometidos por aquel a quien rechazaron y del cual se apartaron.

Podemos realizar un análisis considerando que no hay sino dos filosofías de la vida. El
estar de acuerdo con la voluntad de Dios es una de estas filosofías. Ese fue el arreglo
divino original para los humanos. La otra filosofía de la vida consiste en abandonar al
creador y rebelarse contra su autoridad y propósito.

Con respecto a esta última filosofía de la vida, se puede decir que probablemente no hay
ningún orgullo tan desventajoso como aquel que se levanta contra la autoridad del
creador, y que presume inventar un programa de vida y de realizaciones que le sirva de
sustituto al plan y al designio de Dios. De acuerdo con todo lo que hemos venido
analizando, esta última filosofía de la vida, es satánica, en el sentido que está de acuerdo
con los propósitos de Satanás, tal como se describe en las escrituras.

Con la aparición de Satanás en el huerto de edén, y habiendo cumplido su innoble


propósito con la estrategia que sólo Satanás sabe emplear, estrategia que es sonsacar a
los deseos humanos, empequeñeciendo el pecado, y atacando el carácter de Dios, al

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 8 de 9

indicar que a Dios le hace falta amor y que no es digno de confianza, de esta manera le
propuso a Adán y a Eva la semejanza con Dios. En la expresión “seréis como Dios” se
expresa perfectamente la filosofía satánica, y conduce, a pesar del breve momento de
satisfacción para el orgullo propio, al lago de fuego. Se anuncia el mismo fin para los
ángeles y para los hombres que adopten y prosigan este camino hasta su amargo fin.

El propósito de Satanás no consistía solamente en rechazar a Dios; él tenía en sus


designios un gran sistema universal, un cosmos, un mundo en el cual se proponía
emplear mal los elementos que correspondían a la creación de Dios, los cuales son
buenos en sí mismos.

Satanás no crea nada. A esto se refiere Jesús cuando dice en: Jn 10:10 “El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia”. En contraste con el ladrón que viene para arrebatar la
vida, Jesús da vida. La vida que Él da ahora es abundantemente más rica y plena. Es
eterna y, sin embargo, comienza de inmediato. La vida en Cristo se disfruta en un plano
más elevado debido a su sobreabundante perdón, amor y dirección. ¿Ha aceptado la
vida que le ofrece Cristo?...

De manera similar nuestro señor Jesucristo responde duramente a algunos líderes


religiosos de la época como se relata en:

Jn 8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis
hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es
mentiroso, y padre de mentira.

La pretensión de los líderes religiosos de la época de Jesús de ser descendientes de


Abraham era algo fútil, porque sus obras evidenciaban la ausencia total de un vínculo
moral con él. Si ellos hubieran sido verdaderamente hijos de Dios, habrían reverenciado
al Hijo de Dios. En cambio, su reacción contra Jesús sólo revelaba el hecho triste de que
su padre era el diablo. No es la estirpe étnica o familiar la que nos hace aceptables a
Dios, sino el honrarlo a través de la fe y el amor a Jesucristo.

Las actitudes y acciones de estos líderes claramente los identificaba como seguidores de
Satanás. Es posible que no hayan tenido conciencia de esto, pero su desprecio por la
verdad, sus mentiras y sus intenciones homicidas indicaban cuánto control tenía el
diablo sobre ellos. Eran sus herramientas para llevar a cabo sus planes; hablaban el
mismo idioma de mentiras. Satanás sigue usando a las personas para obstruir la obra de
Dios.

Uno de los propósitos principales de Satanás era el de lograr la alianza con la


humanidad. Los hechos que estaban en juego en el jardín de edén eran los relacionados
con la carrera de Satanás, que determinarían la realización de toda su empresa. Desde el
huerto de edén, Satanás se propuso lograr la supremacía sobre el hombre, pues de lo
contrario hubiera fallado completamente. Muy poca fue la comprensión que tuvieron
Adán y Eva, de que mientras lograban la independencia de Dios, llegaban a ser esclavos
de Satanás. Todo el propósito de Satanás es que la humanidad cumpla su voluntad. A
esto se refiere el apóstol Pablo en los siguientes textos:

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2
LA DOCTRINA DEL PECADO Página 9 de 9

Eph 2:1-3 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás
Col 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo
1Jn 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno

La expresión “Estabais muertos” significa que el hombre no necesita meramente a un


guía o a un maestro. Él está muerto espiritualmente y lo que necesita es a alguien capaz
de resucitar su espíritu. El modo y las actitudes de la sociedad son formados por el
príncipe de la potestad del aire, un título para Satanás que tiene relación con la
influencia que ejerce sobre todas y cada una de las culturas existentes

«Príncipe de la potestad del aire» significaba para los lectores de Pablo que Satanás y
sus fuerzas espirituales de maldad habitan entre la tierra y el cielo. Satanás, de esta
manera, se describe como el que ejerce autoridad en el mundo espiritual de maldad, o
sea, los demonios y los que están en contra de Cristo. Satanás significa «el acusador».
También se le llama el diablo (Ef 4.27).

En la resurrección, Cristo triunfó sobre Satanás y su poder, y además, Jesucristo es el


gobernante permanente del mundo; Satanás lo es temporalmente y solo de una parte del
mundo que decide seguirlo.

El hecho de que todas las personas, sin excepción, cometemos pecado prueba que
tenemos la misma naturaleza pecaminosa. Estamos perdidos en pecado y no podemos
salvarnos por nuestra propia cuenta. «Hijos de ira» se refiere a los que reciben la ira de
Dios porque rechazan a Cristo

¿Significa esto que solo los cristianos hacen cosas buenas? Por supuesto que no,
muchos hacen bien a otros. En una escala relativa, muchos son morales, bondadosos,
respetan las leyes, etc. Comparados con los criminales, diríamos que son muy buenos.
Pero en la escala absoluta de Dios, nadie es lo suficiente bueno como para ganar la
salvación («estabais muertos en vuestros delitos y pecados»,como dice Ef 2.1). Solo al
unir nuestras vidas a la vida perfecta de Cristo podemos llegar a ser buenos ante los ojos
de Dios, de la manera que dice:

Jn 1:12-13 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”

Escuela Bíblica de la Iglesia Evangélica Central


La Doctrina del Pecado. Parte 4. EL PECADO PERSONAL_2

También podría gustarte