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Usar siempre la misma vara.

Andres Velasco, Ministro de Hacienda

Chile tuvo un boom de crecimiento hace un año atrás. La economía creció 7% a fines
del 2007 y más de 6% a comienzos del 2008. Analistas de todos los sectores alabaron
profusamente este tremendo salto de la economía chilena.

¿Suena conocido? No precisamente. Pero eso es exactamente lo que ocurrió en Chile


por esas fechas. Ocurrió ese crecimiento -si uno mide el cambio de trimestre a
trimestre del Imacec desestacionalizado- pero no las alabanzas, claro está, porque
nadie entonces medía el crecimiento de este modo.

Si no lo hicimos entonces, ¿por qué habríamos de hacerlo ahora? Esa es la pregunta


que deben responder quienes argumentan que hoy deberíamos cambiar la vara con
que medimos la actividad económica.

En Chile siempre nos hemos centrado en el crecimiento en 12 meses. Comparamos


diciembre de un año con diciembre del anterior (comparando así peras con peras,
como corresponde). Si la economía produce más bienes y servicios que un año atrás,
entonces concluimos que el país crece.

El Banco Central recién entregó el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de


diciembre del 2008. Comparado con el mismo mes del año anterior, la economía
produjo 0,5% más. Es decir, creció. Se expandió bastante menos que hace algunos
meses y menos de lo que todos querríamos, pero se expandió. Al mismo tiempo que
Norteamérica, casi toda Europa y buena parte de Asia ya se contraen aceleradamente.

En este momento, algunos economistas han descubierto -muy de repente- que hay
más de un modo de medir el crecimiento. Y que si uno toma un índice
desestacionalizado y lo compara con el del trimestre anterior, entonces aparece una
contracción. Al ocurrir ello por dos trimestres consecutivos, se argumenta, el país
entraría en recesión "técnica".

Ese es el mismo método que hace un año habría mostrado que estábamos en medio
de un tremendo boom. Es decir, es un método que da resultados muy volátiles y, por
lo tanto, no muy reveladores. Si no lo usamos antes en Chile, es por buenas razones.
Hay muchos factores que varían de mes a mes, o incluso de trimestre a trimestre, por
razones que tienen poco o nada que ver con la dinámica de fondo de una economía.
Tampoco es un método que se usa generalizadamente en los países avanzados, como
se ha sugerido en algunos medios. Fui por muchos años investigador asociado del
National Bureau of Economic Research (NBER), instituto que identifica los comienzos y
finales de los ciclos económicos en los Estados Unidos. El NBER, explícitamente,
desaconseja usar criterios demasiado rígidos o mecánicos para determinar si un país
está en boom o en recesión.

Vivimos, junto con tantas otras naciones, una coyuntura económica difícil. El FMI
proyecta que en el 2009 el mundo experimentará su menor crecimiento en seis
décadas. En esta situación, es más importante que nunca tener criterios estables para
medir la evolución de la actividad económica.

Para saber si una criatura tiene fiebre, hay que tomarle la temperatura siempre con el
mismo termómetro. Para saber lo que pasa con nuestra economía, midamos el
crecimiento siempre con la misma vara. Así tendremos un diagnóstico certero, que nos
permitirá actuar bien durante un 2009 que no será fácil.

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