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TERCERA PARTE :
GES PATRIoTAS SAiVñóREÑoS DE
1811
\ IA IORNADA DEL s DE NOVIEMBRE

| | lrurcs 4 de noviembre de 1811 el jefe delo que era el gobierno


,rlv,rtloreño recibió una sorpresa mayúscula: una multitud se
,,¡,,,lotonó enfrente de sus oficinas, lelanzó gritos y lo amenazó
,
'n l()mar medidas drásticas contra todos los españoles.
r\t¡uel lunes, se supo que Manuel Aguilar había sido
, 'l rado en Guatemala y que el intendente Antonio Gutiérrez
rl rr

t llo,r había dispuesto que todos los españoles se armaran.l La


,r,rl¡1'i¿ cambió por completo el ambiente de la ciudad y las
.,rllt's com€nzaron a ser ocupadas por grupos de gente cada
, r,,/ nrás grandes.
l,rr la ciudad habían circulado rumores alarmantes que
',',,'¡',rrraban que todos los sacerdotes serían apresados y que el
¡,,r,lrc José Matías Delgado sería asesinado por orden de Ber-
rr,rrtlino Moline. Aunque esto último presentaba todos los aires
,h' r¡n infundio al respecto R. Barón Castro- las
-comenta
,,lr,rs noticias tenían suficiente fundamento.2 En efecto, la
, ,r¡rl¡¡¡¿ de Manuel Aguilar parecía demostrar que las amenazas

;r,r'st¿lban convirtiendo en realidad. El ánimo popular se alteríl


lr l,rvía más cuando se tuvo conocimiento que las autoridades
',
lr,rlrían ordenado la comparecencia de Nicolás Aguilar, quicn
''r,r cura de la capital. En el barrio de Candelaria se hicieron
,rl,l('iones para capturar a los sacerdotes, lo que "acaloró al
I'rrt'blo", aseguraría después Manuel José Arce.3
Además,las hostilidades no estaban limitadas a San Salv¡-
rlor', pü€s Vicente Aguilar, quien era cura de San I't'rl¡'o
l'r'rtrlapán, había tenido que salir a marcha forzada del ptrt'blo,
I'r,,tcgido por el alcalde de ladinos, José Joaquín Castclla rros, y
l',,r'cl de indios, Manuel Campos, porque un grupo dt'itrtlirx¡
lo lrirbía querido matar. Manuel Campos diría despLtós r¡ttt' l,ttt
rr',rl fue el intento de asesinato, que él había rt't'ilritlo trtr
rrr,rt'hetazo en la nariz por auxiliar al sacerdote.a
l,¿r ciudad se convirtió en un campo de a¡;utll Ittt'lr,r ¡
'oIIIlr ,t

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al borde del enfrentamiento violento. El jefe del gobit,nr,,
:,,,. 1os subversivos no creían las buenas noticias que llegaban
salvadoreño, Antonio Gutiérrez Ulloa, había ordenado qut,h,. ¡, I ulopá, ni las victorias monárquicas sobre los insurgentes
cuerpos militares se mantuvieran alertas y que los españoh.=
.,. i r( (ulos, ni tampoco que Fernando VII estuviera vivo, y que
se armaran. La orden fue dictada discretamente prrt¡
== l,rrr'laban de las gacetas y papeles públicos que se referían a
resguardarse de cualquier reacción popular. Los españoiisl,r,=
=,,,, lrt'chos.6
recalcitrantes, como el teniente coronel José Rosi, s€ sintielur
noviembre las polémicas habían llegadb a un
l'r,r'o €n aquel
envalentonados con la disposición del Intendente, abandonilrnr,
ii l'l nLlevo araíz de la acumulación de tensiones y amenazas.
toda confidencialidad, hicieron pública la orden y profirit,r,rrn
,r.', "[¡gs o cuatro días antes de la revolución del año once,
nuevas amenazas contra la población. Aquello fue como er'lr,rr
.,, rr,lo ¿rlcalde Bernardo Torres, citó a los de su barrio para que
leña al fuego, pues la parte de la población más politizadir nr.
¡,rr,,ri('r-r a custodiar al Padre Cura y Dr. D. José Matías Delgado,
puso en movimiento para impedir que las amenazas se hicicl,,ur
¡;, rr.rrtlo que los europeos lo querían rnatat", relató después
efectivas. Mariano Fagoaga fue un testigo privilegilrl,
porque al mismo tiempo que -queestaba emparentado con Lr6
:li r,:rtr€ Analla.T
I rr cse ambiente es que el pueblo se presentó el lunes ante
líderes criollos hacía las funciones de secretario de Gutién,r,¡
. ,,r;.r del Intendente para exigirle que no se efectuaran las
Ulloa- dice que el movimiento popular "no se cortó en tiempu il,lur'¿'rs y que se establecieran seguridades para los sacerdotes.
oportuno por que Rosi no cumplió con la reserba de la orrk,rr
,,rrr sl intendente Gutiérrez se negó a satisfacer ese
tlue el Sor. Yntendente Gutierres le comunicara" para c¡ur ,,¡rrt'rimiento, diciendo que las medidas que se le exigían
rcuniera su escuadrón y se pusiera sobre las armas; al contraril
t,rlr.rn fuera de su control y se limitó a pedirle a la
según Fagoaga, lo que Rosi hizo fue "comunicarla a la Plt'lrp
.,,r, lrt:dumbre que se calmara. El acorralado funcionario no
qLle se reunia en Pelotones..."s
,,rr,i¡1uió su propósito, siendo necesario que los líderes crio-
Rosi recibió la orden de GutiérrezUlloa; si en su carácter rlp
¡,', lo auxiliaran para disipar el motín; "no descansé toda la
¡rrincipal jefe militar del gobierno creyó que sus amenazas n(l ,,
', lrt' hasta lograr se retirase la gente a sus barrios",s explicaría
tt'ndrían respuesta, se equivocó por completo. El ambiente tlp
l,rri,rno Fagoaga. En términos parecidos se expresa el "Acta-
la ciudad no estaba para improvisaciones debido a In
,rrvocatoria": Ante las respuestas del Intendente, dice el
Polarización existente entre los dos bandos políticos: ltx t,i' ur-nento,el pueblo "se exasperó y de grado en grado fttt:
t'sP¿rlroliqtas por los funcionarios del gobierno, krr ,,,, it'ndo su sentimiento hasta el extremo de cometer algutrns
t's¡ririroles y -integrado
un grupo de americanos que, por su posicirirr ,r'.\'erencias". Sin embargo, las "personas condecoraclas"
I'olítica, cran denominados como "chapetonir¡ut"- y krri ,,rr:;rguieron con sus súplicas que el pueblo se contuvicrit y
,r nrt.r'ic¿'rnos, entre quienes se encontraban los propietarios crio
i,,r'rVdrd "la tranquilidad qe. en aquel momento st' lr'
llos y los lrabitantes de los barrios populares de la ciudatl
, r¡ ,1 ¡96".9
Arrlt's, l<ls clos grupos se lanzaban dardos menores, como el.¡l '

tumulto cotrlittttr I
li¡r vista de las evasivas del Intendente, el
r'l ( ,ri() tlr' l¿.rs discusiones sobre la verdadera situación en qui,
,'r trn tiempo más buscando a Moline para capttrr.tr'lo; l,t
'¡r, (,n('orrlrirbil Fcrnando VII, o sobre las supuestas victori¡:¡
,",'r,ilización siguió "con la determinación de Potl('r pt't't¡o rt
Irrtltl,rrr':i u;P;ttlol¿rs ante las tropas francesas. Juan Migut,t
l,'line aquella misma noche", relató Analla.r') l,¡l lxrili('loll
I lr r,,l,r r r,r r lr,, t r it'rr cra funcionario del gobierno, aseguralr,r
',,1)ular parecía definida: o Gutiérrez ctttn¡rlí,t ('olr l¡rh
r r r
¡

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,'l, k.irdo. En realidad,las autoridades y lo que entonces existía
clemandas que se le habían presentado, o se tomarían meditl¡ia
,l¡, rnr)vimiento patriótico estaban enfrentados desde hacía
más enérgicas contra su gobierno.
,rlliun tiempo. Al igual que en muchas otras ciudades de
El intendente Gutiérrez y sus principales funcionarios ¡r'
\nrtirica, en San Salvador también había repercutido la crisis
alarmaron por el rumbo que habían tomado las cosas. Mar¡,ulrl ,1,. l,r monarquía. La incipiente actividad patriótica se había
Fagoaga aseguró después que Gutiérrez estaba molesto ¡'lr
las actuaciones que había tenido Rosi; "...de que resultó qur.r,l ' .tr,rrdido de tal manera que el capitán general Bustamante y
| ,ilr'l'ra no vaciló en ordenar, en agosto,
mismo Sor. Gutierrez en su Casa, y a presencia de muclrlq eue las armas que
,.r:;tían en San Salvador fueran trasladadas a Guatemala.
individuos honrados le pidiese (a Rosi) la citada orden la t¡rrr,
\lrr,ntras tanto, el arzobispo Casáus y Torres también había
rompió a presencia de todos".11 La actividad de los habitanles r,,nr,ldo sus propias previsiones. En octubre, había ordenado
de la ciudad había provocado fisuras entre los gobernantt.n I,r t orrlpár€Cencia de los curas Manuel y Nicolás Aguilar. Los
como se desprende de la polémica del jefe político Gutiérrer ,, .urpadores del gobierno de San Salvador, declaró después el
con el militar Rosi. Por lo menos Gutiérrez estaba concientc rlp
\rztlbispo, "vociferan en sus temerarias proclamas, que se
la debilidad en que se encontraba y temeroso de que se pudit'rrr
l,,rn cumplido sus antiguos deseos, y tienen la insolencia de
reiniciar la actividad popular. Para prevenir cualquier nuevrl
,rr,rrrifestar lo mismo, que deseábamos saber por medio de los
incidente, Mariano Fagoaga se quedó acompañando a Gutiérrel
l'rt'sbíteros D. Nicolás y D. Manuel Aguilar; esto es, averiguar
rlurante toda la noche. ,rlrr las noticias que ambos nos darían, quienes eran los que
La sorpresiva manifestación del 4 de noviembre habh ,,'rrrbraban en esa provincia la semilla fatal de la desunión y
surgido de los barrios populares, organizada por sus alcaldt'r, , 1,, l.r deslealtad".l3 El Arzobispo confirmaba así que los rumores
(llre eran líderes reconocidos por la comunidad y por el gobiernrr
,¡,r,' citcularon aquel lunes 4 de noviembre, habían sido
Jtrnto a ellos, aunque menos notoriamente, estaban algunos de lor lrrntlados.
tlirigentes criollos, que eran productores de añil; los dos grup(H
llustamante aseguró que se había descubierto correspon-
consiguieron movilizar a los contingentes populares y acorralnt
,llncia comprometedora para los Aguilar, Io que había
.rl gobierno, con lo que se materializó el primer movimienkr ,l''tt'rminado las medidas dispuestas por Casáus. Felizmentc
Político centroamericano en contra del sistema colonial. st'ñalaba Bustamante- se descubrió la correspondenci¿r tlt'
l.a conspiración clandestina se había hecho pública, o parÉ
l,':; Aguilar, se siguió expediente para adelantar su inquisici(rn
r lt'r'irkr con las palabras del capitán general José de Bustamante,
"st' r.n¿rnifestó en lo público el fuego que ardía en secreto".12 lin r, t'n vista de su mérito, el Arzobispo decretó el arresto tlt'l
rrrro / €l emplazamiento del otro.la Pero si bien los gobertra rr lt's
,rt¡rrt'l momento el choque frontal con las autoridades era (luatemala tomaban decisiones drásticas, como era t' I t'ir¡o
' lr'
rrr¡rrint'rrtc. Pero la batalla no se produjo. Una de las corrientct
l,'l cxpediente de inquisición,los pobladores de San Snlv¡trlo¡
t lr'l rrrovirniento, integrada por los propietarios criollos, exigió
,l''n-rostraban no tener una disposición sumisa. Y itt¡ttt'll,r
rt, l,r ,rct ividad del pueblo se moderara y que la manifestación
' lr
:,r'tlnrolvit'l'a, prometiendo que el conflicto sería tratado en ln 'rr,rrrifestación beligerante del 4 de noviembre cotrslilu¡,t utr'r
,,r¡',r rr.r r I r' r't.trrritin de cabildo.
r
rr,
'vsd¿d genuina; aunque antes se habían adoptaclo Posit'tol trr,
| ,r¡ ,r( ( i(f n('s (lue se produjeron el 4 de noviembre pusieron ¡rrt' reflejaban aspiraciones autonomistas, ¡ror ¡rt'itttlt,t t'r'r
,', l.ls se expresaban abierta y hostilmente. Los it'l t's t t t t t t r t,'t ¡ r'r lce
rlr,trr,lrrlrr.rlo tlut't.l clima político de la ciudad se habf¡r

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tlc San Salvador, en 18L0, formularon una demanda que, ,r 1,, festantes. Cuando volví
, r r, r r r r Fagoaga- ya me fue difícil
largo de los años, sería un semillero de discordias. Despuiir rlr I,r
-dicela misma gente que se había
r,rrtrada porque me la impedía
clcsignar al presbítero José Ignacio Avila como representlnlr rr'r¡rriclO.
rle la ciudad en las Cortes de Cádiz,le instruyeron para (ltt' lin las primeras horas del martes se tocó la campana
gcstionara la erección de un obispado en San Salvador.ls
"nvocando a la celebración de un cabildo en la plaza mayor,
,
La petición del obispado reflejaba indudables aspiraciorrce !,',¡11" reunió a una gran cantidad de gente en el centro de la
autonomistas que se focalizaban en la administración religiorirr , rurl¿rd. Al sonido de la campana, que fue tocada por orden de
y se convertía en un componente decisivo del proceso políth l ,,rrtiú'rrez Ulloa según la versión de Manuel José Arce,rs se
clue se había abierto con la crisis de la monarquía. !,a
'¡'lorneraron "todas las personas capaces de sostenerse en
manifestación del lunes 4 de noviembre todavía tendría rrrr ¡,r,"', de acuerdo al relato que hace el Acta-convocatoria
significado mayor: ser el punto de partida de un desafío abicrtrr rrr,,¡rcionada.le
y frontal a la autoridad del gobierno colonial. San Salvador estaba agitado y revueito. A las siete de la
La exaltación disminuyó sólo momentáneamente, pues cn rrr,rriana, las calles de la ciudad eran recorridas por grupos
las primeras horas del martes apareció con más fuerza. Mariarrtr ¡'.¡r¡11¿¡gs que capturaban comerciantes y apedreaban las casas
Fagoaga asegura que, al amanecer del martes 5, vio con sorpr('$A españoles. Los ánimos estaban indispuestos, el tumulto
,1,. los
clue las vendedoras del mercado se habían instalado en le ,'n rnovimiento, la potestad dudosa, nadie manda, nadie
plaza de Santo Domihgo; agrega que les preguntó a dos tle ,
'l't'dece y solo el desorden reinaba, dice el Acta-convocatoria.2o
cllas "...e1 motivo de aquella novedad" y que le contestaron l'.rr'.rdecirlo más cabalmente, la potestad no solamente era
"que la noche antes habia pasado cordillera de los barrio$" ,lr¡tlosa sino que insólita, pues era ejercida por grupos
para que desocuparan la plaza mayor. Así pues, desde la ,rllrlr¡o¡¿dos que habían tomado el control de las calles,
noche anterior habían circulado instrucciones para la ,r¡itriendo a los jefes de los barrios de Candelaria, Los Remedios,
rr.rovilización del día siguiente. La quietud de la noche del | ,r l{onda. "Mientras el representante de la Corona permanecc
Ir¡nes sólo había sido aparente. Al advertir los aprestos, Fagoagn t'n cierto modo prisionero- en su propia residencia, los
ftre ¿rdar parte al intendente Gutiérrez. En esas circunstancial, ,,rl¡itulares y algunos europeos, han acudido a la convocatoria
( lu tiérrez y Fagoaga se ponen de acuerdo en citar a los prelador ,l{rt: les fue hecha, y se encuentran en el Ayuntamiento".2l
tlt' los conventos, a los españoles y "demás gente blanca y l-os contingentes populares intentaban ampliar su dominio
lrorrrArla" con el objeto de acordar lo más conveniente. Fui n rrrt'diante la obtención de armas.22 En las primeras horas de la
nri c¿rsa Fagoaga- a montar a caballo cuando rrr,rñana, trataron de conseguirlas en la sala de armas, pcro
.'orrrt.nzaban -relata
a entrar a las calles muchos individuos, algunos depósito debe haber estado semi vacío, ya que, en agosto,
', ¡trel
tlr' los ctrales se alineaban con las armas en la mano.16 Esas ',,'l'rabían enviado 700 fusiles a Guatemala, debido a una ortlt'tt
l)('r's()nils se sitúan frente a la casa del Intendente, "aunque lrr ,lictada por el Capitán General y que fue provocada pot't'l
nr,r\/()r'í,r st'planta de cara al cabildo".iT lr'rl1or a que se produjera una insurrección en San Salv¿ltklt'.
¡\l,rlrrr,rtlo por la concentración, Fagoaga vuelve donde cl l',rra "quitar del medio cuanto pudiese ser estínrttlo tlr'
Ittllrtrlrrrlt'p;¡¡¡ luego seguir con las citaciones, pero cuand¡ ,rrsurrección, dí orden para que se trasladasen a est¿r c'it1'rilitl l,rr
f r'l,r(.:'ir ,r l,r ('irsil de Gutiérrezha aumentado el número dt' ,r'rnas y fondos que había en la de San Salvatl()r; y ('tr ritl

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cumplimiento se trasladaron en agosto del mismo año de I I.
llrrstamante le pidió a José Matías Delgado que citara a
700 fusiles , 95 201. pesos 3 t / + reales de la hacienda públir,,r,
\lor'.rles para que asistiera a una reunión. Pero Morales no
20, 621, del consulado y 12, 177 de particulares,,, inform(r r,l
ll,'¡iri, limitándose a responder que estaba con "muchas
presidente Bustamante el3 de marzo de 181-3.23
" il l)itciones//.
t
El acorralamiento en que se encontraba el Intendente, liu
Volví con cuanta energía me fue dable a pedirle a Delgado
capturas de españoles,n y las requisas de armas ponían tl,, I'
lrrr rt's€ venir a Morales a su casa, señaló Bustamante en L8L4.
manifiesto que la ciudad se encontraba bajo el dominio de t¡rr ',,,¡ir'rn él mismo explicó, insistía en entrevistarse con Morales
I

nuevo poder. La organización del pueblo había dado urr,r


sorpresa a las autoridades; si éstas creyeron que era definitivl l'()r'(lue estaba consciente del "riesgo que podía resultar en la
t,rrtl¿lnza". Finalmente Morales llegó, acompañado
el sosiego que siguió al tumulto del lunes, cometieron un error
,rr u('rdo con lo dicho por Bustamante- de Arce, Fagoaga,
-de
cle cálculo y deben haber contemplado con espanto a krrr
| olán, Miguel Delgado y otros. Le insistí en que disuadiese
,,t
destacamentos movilizándose por las calles como pedro por
, | ¡ r t¡s!16 del proyecto de capturar a Gutiérrez y a los españoles,
r
su casa. El control popular se había extendido tanto que lor
,r"r'¡¡uró Bustamante. Morales alegó que si él hacía eso se
funcionarios y los espanoles se refugiaban donde podían, como
, r¡'trndría y que, además, él no podía cambiar los planes.
ocurrió con Mateo Genaro Fontela que se escondió en la cas¡r
lrn esa reunión, Bustamante presentó todos los razona-
de Bernardo Arce.25 En cambio, Felipe Sereso logró escapirr
rrut'r'rtos que pudo para conseguir un cambio de planes; les
cuando la escuadra que lo detuvo también trató de capturar,r
lu¿o ver que todos los españoles reunidos en un solo sitio
Braulio Palacios.26
{)r'rían mucho riesgo, recordándoles lo que había pasado en
A las ocho de la mañana ya se hablaba de capturar a las '
lrlixico con los peninsulares que fueron capturados por las
¿rutoridades y a todos los europeos. Entonces, un par dt,
lrrcrzas del cura Hidalgo y, finalmente,los responsabilizó por
funcionarios acudieron a la casa de José Malas Delgado parn
l,r t¡ue ocurriera. Pero el único acuerdo al que se llegó fue que
pedirle que interviniera conteniendo al pueblo. Juan Miguel
lr funcionarios y todos los españoles serían protegidos en los
lJustamante, que era Teniente l-etrado, y Mariano Batres, qut, ':;
tlcsempeñaba el Ministerio de las Cajas Reales, llegaron dondc ' r)nventos de la ciudad. Aunque fue un acuerdo mínimo sc
, orrvirtió en un punto de partida de otros que se conseguiríarr
| )cl¡;ado a demandarle que evitara las capturas usando "su influjo
rrr,is tarde.
(prc era bien notorio", según declaró posteriormente el primero.?7
A pesar de las gestiones tranquilizadoras, la organizaciirrr
l]ustamante aseguró después que fue en la casa de Delgado
tlonr{c se enteró que el intendente Gutiérrez se resistía ir l',tpular tomó progresivamente el control de las callcs y
rrt'rrtralizó a las fuerzas militares del gobierno. A eso clc l¡rs
cnlrcgarse como prisionero y que, además, la orden de arresto
"st't'xtcnclía a todos los europeos". ,lit'z de la mañana, el intendente Gutiérrez Ulloa era ¿lcosittlo
¡ror grüpos que lo presionaban violentamente. Ilntrt' lor¡
.'Y tluién ordenó la prisión?, preguntó Bustamante ,lrrigentes de esas manifestaciones se encontrabalt Altlottln
:,ot ¡r¡ t'¡¡11i111¡.
( ,unpos, del barrio de Candelaria, y Eucebio Mt'rr¡1. A t'rt,r
l:l ¡,1¡1'l'¡¡1¡, lc. respondió Miguel Delgado, hermano del cura
lrora, s€gún declaró después Arce, se produjo lit ¡rritttr't',t
lorirl M,rli,rs. Agregó que el pueblo estaba reunido en la casa
,'¡ilomeración de gente enfrente de la casa tlt'l ltrlcltrleltls'
, lr.l r'ollr,¡',it lol' Manuel Morales.
lr.4¡nuel José alegó después que se hizo prtlsclltt't'ott t'l nlrleln

746
1.47
de dispersar a la muchedumbre, "como lo consiguió, sin t¡rr,, rlr r'rcapó a las arciones del pueblo, ya que ---segrín el capitán
hubiesen hecho otro perjuicio que romper un farol y la pucr,trr rt',n('ral Bustamante- fue perseguido al igual que otros
de un trascorral".zs Sin embargo, los ánimos estuvieron lciori , ',1',riroles,32 quienes fueron objeto de ataques diferentes; se les

de disiparse. Al contrario, en tin par de horas, se presentart¡l I'rr:;t'¿rba para capturarlos y ponerlos en prisión, también se les

una petición extraordinaria: que el intendente Gutiérrez Ulkr,r lr,'r;ligabá apedreándoles las viviendas, como ocurrió con la
,,r:,,r c1e Rafael de Otondo,
dejara el mando del gobierno. euien había ocupado la secretaría
Las autoridades coloniales se encontraban prácticamerrtu l,.l Montepío de Cosecheros de Añi1.33
depuestas y sin nadie que pudiera defenderlas. Así ocurrió t'lr A eso de las doce del día, el Intendente se encontraba de
la reunión celebrada el mediodía de aquel martes 5 rle ,nr('vo acosado por la presión para que dejara el mando del
noviembre, en que seprodujo un nuevo brote de cólera po¡'rrr r,,'lrjg.t"ro.to Entonces, el Intendente propuso que el pueblo
lar cuando los españoles y funcionarios se hicieron presentt,a , lr¡iiera un diputado para que lo representara, habiendo sido

Según el Acta-convocatoria citada varias veces, los lídert,¡ ,1,.:;ignado el joven Manuel ]osé Arce, quien pertenecía a una
criollos o "españoles americanos" insistieron ante el pueblu '1,' las familias añileras más conocidas de la ciudad.
que "el movimiento tumulfuario prometía grandes desastres" l', r:rteriormente, Arce alegaría que fue nombrado representante
' l.lri¡ls a que se encontraba en el corredor del cabildo, cuando
f , por tanto, debían presentarse las peticiones en formd
nrdenada. Se procedió a la elección de un nuevo alcalde, ,'l ,¡t'osádo Intendente le pidió a la muchedumbre que designara
resultando designado el regidor Bernardo de Arce, padre de ' rrrr portavoz. Como sucede en semejantes ocasiones, sostuvo
Manuel José. Sin embargo,la presencia del Intendente y de loa \ rr't' €n el juicio que se le siguió por subversivo, "el Pueblo se
, , rnlorma con lo que está más a mano" y 1o nombró sin más
cspañoles en la reunión acaloró los ánimos. El pueblo "ya n0
hace peticiones, sino que clama contra ellos; de forma qu€ , r,u)len. Arce también alegó que después de haber sido
rcpartido en varios trosos, asestan las casas de estos".2e ", '¡rrbrado,
él "se creyó en más estrecha obligación de auxiliar
El control popular sobre la ciudad fue notorio cuando se ,l ( ic¡bierno y propender a la tranquilidad".3s Al igual que
cxigió que el jefe militar del gobierno, el teniente coronel y r I rr uel José, otras personalidades criollas estaban preocupadas
, r

r'ornandante del Cuerpo de Dragones, José Rosi, entregara el ¡'.r' los ánimos populares; los que "la noche anterior le
b¿rstr'rn de mando que tenía en su calidad de alcalde.3o A gritos, ,lntubieron, toman empeño particular para reprimirle", dice
l(osi se. negó primero y después, cuando Matías Delgado le ,l rt'specto el Acta-convocatoria. Las dos corrientes que apenas
rlijo t¡trc "dejase el bastón (por)que no quería la pleve (que) lo ,' lrabían esbozado, se hicieron patentes la mañana del martes:
Irrvit'sc", le respondió airadamente. Pero, como el mismo Rosl ,rrr,r, exigí? que se tomaran medidas enérgicas contra las
lr,l,rlti, st.cncontraba desprotegido y, a pesar que hubo quien 'rtoridades y los españoles; la otra, defendía que las acciones
rrrr'r'c1n moderadas, y tomaba especial cuidado en evitar que la
¡rrrlro srr crbcza, el pueblo no tomó represalias contra é1. Rosl
, lr r l,r .u ros tlcspués que " quizás por viejo y enfermo" lo habían r, rlcncia afectara a los funcionarios.

, l,'¡.rr lo.'r lrn la reunión que se estaba celebrando lafuerza del gobierno
( ,r t,¡1orio ('ilstriciones era uno de los hombres más ricos de , rlt'süs aliados, así como de la corriente moderada, había
, r. 'rlado en minoría. Aunque se había logrado que el ambiente
l¡r r trrrl,rrl, t¡rrc lr,rbía donado la considerable suma de 1L mil ¡

I'r'¡¡n., l',u,r ()nlribuir a financiar la guerra española,


( , ,r(luietara un poco/ los ánimos no acababan de apaciguarse.

t4u 149
"El fuego resucitaba r ,rr,rtt'mala, puntualizando que "aunque la fiebre ha sido aguda
el Acta-convocatoria- y se torrrri
-dice
e.l partido de conseder plenamente quanto se pidiese, sin exi¡il
ir,r t'almado su violencia, y en el momento logramos
mas que la conservación de las vidas y haciendas de loc ir,rrrr¡uilidad".37 Así que al anochecer del 5 de noviembre, el
Europeos". ¡.lrrt'rro de San Salvador era ejercido por dos poderes
r ,¡'cntes. La organización militar estaba desarticula da, razón
En cuestión de horas, la fuerza del gobierno qut,rlrl ,I rf

notablemente reducida y sin posibilidades de responth,t l',,r l.t cual se fuvieron que formar apresuradamente varias
militarmente porque las jefaturas fueron abandonadas. l4l l,,r lrtrllas de vigilancia, que eran las que dominaban a la ciudad,

teniente coronel José Rosi se quedó sin alternativa cuando frrl nrtr,rrtras el Intendente, por su parte, se seguía considerando
, r¡nrr) €l jefe del gobierno.
increpado por el pueblo; el subteniente Joaquín Alarcia, tft,l
Escuadrón de Dragones, según él mismo confesó, se encerrrl lrl mismo martes fueron organizadas las escuadras para
. ,,nlcner a los radicales y proteger a los funcionarios y vecinos
en su casa desde la una de la mañana del martes y el sargento
,,',1),uioles. Fue necesario organizar patrullas, declaró Miguel
mayor Millán Bustos abandonó su puesto y huyó, de acuertlrr
a la versión de Manuel José Arce.36 lr,'lllado, para evitar que ocurriesen nuevos incidentes en las
, ,r,,,rs de los principales.sSilvestre Anaya, que formó parte de
La jornada del martes 5 de noviembre concluyó con un,t
victoria patriótica que había dislocado por completo la lentitutl l,r t'scuadra encargada de proteger al Intendente, aseguró
clel sistema político. El triunfo había sido producto de unn ,l{.spués que por su labor se hizo "sospechoso Para con los
¿rlianza entre la organización comunal de los barrios y sur ,,'vtrltosos" Domingo Zuleta, Faustino García y el albardero
,1,' San Jacinto, José Tomás Meléndez, "qrJe eran los más
Iícleres, con los dirigentes criollos productores de añil y con
dcstacadas personalidades religiosas. Los sacerdotes, al mismrt
,
'l 'stinados
en querer entrar" y eran seguidos por mucha gente.3')
ticmpo que procedían de las familias criollas, contaban con un \lrt'ntras por las calles circulaban las nuevas patrullas que no
liclerazgo indiscutible dentro de la población, y ese doblc r'.ní¿-rn mucho que ver con el gobierno anterior, en los papeles

c¿rrácter favoreció el sitio privilegiado que ocuparon en las ,,lrr'iales Antonio Gutiérrez Ulloa seguía firmando como la
r'orrmociones. rrr,ixima autoridad de la provincia. La ambigüedad formal no
lrl triunfo que se había conseguido en las calles tuvo, sin ¡'otlía tapar la verdad de los sucesos. San Salvador estaba bajo
,,1 tlominio de una organización nueva que se basaba en las
t'rnbargo, un final ambiguo, pues el Ayuntamiento había sido
tlt'stituiclo y se había colocado a Bernardo Arce como el nuevo ,r¡irupaciones tradicionales que se integraban en los barrios y
jclt, rntrnicipal y su hijo Manuel José ostentaba el título dt ,¡re eran encabezadas por sus propios alcaldes; en estas
t Ii¡rrrtarlo del pueblo, sin embargo nada se había resuelto sobre
,r¡irupaciones, compuestas mayoritariamente Por la poblaci(rn
l,r silrr.rr:itin en la que quedaba el Intendente. La relación citada rrrt'stiza, era donde estaban los que seguían exigiendo medidas
(lr( (, (lu(' sc acordó conceder todas las peticiones, exigiendo r, rrlicales e inmediatas.

(¡ilr,,,r t',rrrrbio, se respetaran las vidas y los bienes de los La fuerza decisiva en las jornadas de aquel día ftrc l¿r

r.urul)('()s. lin otras palabras, el bando de los españolistas rrrganización comunalr Que desde las primeras horas tlt' l¡r
rnon,u ( ¡rrir'os lr¡bía sido derrotado, pero el gobierno seguía en rr¡¡ñana había actuado sorpresivamente. Las meditlils s('
''l('cutaron una tras otra: la requisa de armas, la capturir clt'
los
I'tr'\',r,,r lo t.rrlt'ndió el Intendente, quien con fecha 6 dc .spañoles y el cerco tendido a las autoridades' La sccttt'nt'iit y
r rr rr'¡r,rr rlrt r,, r,t r\/i(i rrrr parte de las "ocurrencias tumultuarias" a

151
t50
el tipo de acciones no parecen ser un producto exclusivo tlr, l,i 'r,rlt'sprende de una certificación en la que, dice,le consta que
espontaneidad. Los contingentes populares no se desplaz,arlrr ,,1 "l)iputado nombrado por el pueblo inquieto contribuyó lo
desconcertadamente, ni titubearon en cuanto a sus objetivorr rurinro que su Padre y Tío Paterno a restablecer la quietud que
Las autoridades fueron sorprendidas por acciones vertigino:,,r,r ,*' logró en aquella tarde y días posteriores y a defender y
que, probablemente, fueron planificadas el lunes por la not'1r,, ,rrrriliar mi autoridad, casa y Familia en los términos que
y que, al día siguiente, condujeron a una victoria política t¡rra Irrr,r'on públicos y notorios".al Con iguales palabras se expresa
no tenía precedentes en la historia colonial salvadoreña. I'r,rr¡ ¡,1 Acta-convocatoria, según la cual la predicación del cura
la victoria no ocultó las diferencias que se produjeron err r,l l l.'lgado, "la confianza de los Españoles Americanos, y la
movimiento patriótico, que eran el resultado de la existenr'rrr ,lrl,disngi¿ al Alcalde nombrado fueron los angeles tutelares
de dos corrientes políticas, una de las cuales se planteti r'l ,h, los Europeos, de modo que la mayor gloria que se tiene es
derrocamiento del gobierno, así como la integración de urrrr l,r t'onservación de sus vidas y caudales". El reconocimiento
nuevo que estuviera compuesto por americanos. La ollrr rrrrrtuo que se brindaban los dos sectores era una parte de la
corriente hizo verdaderos esfuerzos para contener a lo¡ ,,rtuirción nueva que se había creado. Habían otros protagonistas
radicales, basándose en el prestigio que tenía entre kr¡ 'lu(' veían la jornada de otra manera. Nicolás Aguilar, al
lrabitantes y en su educación, pues se trataba de una minorür r rr¡¡1s¡f¿¡ los acontecimientos, predijo que "aquello no había
,ir( l() sino el comenzar de 'algo muy gordo'y qte si no libertaban
constituida, principalmente, por los propietarios que habÍ,rtt
asistido a las escuelas de Guatemala. Al finai del día. kr¡ ,r r;rr hermano el P. Don Manuel,'irían a Guatemala cincuenta

clirigentes moderados no dudaron en mantener su recono' rrrrl hombres a exigir su libertad"'.42


cimiento a las principales autoridades. Bernardo Arce, que
,Vof 1¡g
h¿rbía sido nombrado como alcalde primero, escribió a Guatr,"
rlala clisculpándose por no enviar una información complcln '"Acta-convocatoria", T de noviembre de 1811, en Francisco Monterrey,
tlc los acontecimientos y haciendo ver que se plegaba a la qut' I lt.;loria de EI Salaador. Anotaciones uonológicas,T.I,pp. L6 y ss. Este documento
había despachado el intendente Gutiérrez. A consecuencia tlrr ,"nlla como causas de la movilización, la prisión de Manuel Aguilar, cl
la providencia que el Sr. Intendente
tt'r'¡e r cn depósito la vara primera y segunda de la ciudad -decÍ¡r 'rrrparendo de su hermano, Nicolás, "y
,,

rrrtr'rrtó tomar para que se armasen los Europeos con los de su facción...".
l¡r rrota que también era firmada por José María Villaseñor-'
rros h¿rllamos obligados a dar cuenta del procedimiento popu.
li
llarón Castro, ob. cit., p. 145.
' I h'claración de Manuel
José Arce en el juicio que se le siguió en su ct¡ntrl,
l,u'(lu('se ha experimentado la noche del4 y el día 5. Agregaban , rr Miguel Angel García, ob. cit., p.51.
( ¡(' l(ls t'ircunstancias demasiado críticas les eúgían atender, com(t ' I ¡rclaración de Manuel Campos, en M. A. García, idem, p. 201.
lr
l,rr M. A. García, ibid.,p.276,
¡'¡ i¡rci¡r.rl objeto, a la tranquilidad pública, por lo que no habíatr
lr,rritlo ticnrpo de extender el parte correspondiente. Nos ll'id., p. 182.
lltit1.,r. nr'
r o| r I r', rt ,r r lr x; t'rr todas sus partes --decían al final- al que remitt'
' ll'icl., p. 301.
r'l ( 'or n.¡',itlor lrrtendente.@ 'otr. cit., p. 17.
rr
I rr ( )lr'( ) l.rr kr, ltls funcionarios principales también reconocíatt "' l:rr M. A. García, ob. cit., p. 43.
lu,r,¡r,r\'rt ro¡;1¡1¡1'.rlgtrnoslíderesleshabíanprestado.Elintendentt' " l,lem,p.276.
( ,rrlrr,t tt.,, ,r¡i rir, lo rt'conoció al joven Manuel José Arce, segúrr ' " lnforme del Capitán General al Consejo de Regencia", 3 tlt' Irtit rzo IH I l,

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f

en León Fernández, Doutmentos relatiaos a los mottimientos de Independarcitt t'tt trr Genaro Fontela, en M. A. García, ob. c\t.,p.67.
lrf ,rf
el Reino de Guatemala, pp. $-6a. " I rrr'l¿rración de Felipe Sereso, en M. A. García, ob. cit., p. 66.
r3 "El
Arzobispo Electo de Guatemala a sus Diocesanos de San Salvador,,, r,n 'llrr'l¡racióndeJuanMiguelBustamante,enM.A.García,ob.cit.,pp.270y277.
R. Barón Castro, ob. cit., p. 165. Ramón López jiménez, losé Matías Delgnú, t! =' rrr'laración
I de M. J. Arce de I de noviembre de 1815, en M. A. García, ob.
de León. Su personalidad, su obra y su destino, pp. 40 y ss. ,ll , ¡r. ufJ.
ra "Informe al Consejo de Ia Regencia", ob. cit. " l,n lr. Monterrey, ob. cit.,p.17.
rs
Cuando Avila demandó la erección, el 21 de marzo de 1812, advirtió qur, l,¡ '' li Molina Morales, ob. cit.,p.289.
propuesta ya había sido recomendada, en 1778, por el arzobispo Coití,* y '' I h,t'laración de
José Rosi, en M. A. García, ob. ctt., p.27L
Larrás. Agregó que en la provincia de San salvador vivían 185 mil persorr,re " lrrlorme del 3 marzo 1813, en L. Fernández, ob. cit.
en 126 pueblos que daban un diezmo anual de 40 mil pesos. M. Ródrígrrr,r. " | )r'claración de Rafael de Otondo, en M. García, ob. cit., p. 66.
ob. cit., p. 102. 'r | )t.claración de Manuel
J. Arce; en M. García, p.43.
También, las lnstntccíones dadas en octubre de 1820 recuerdan y reiteran In ' lrn M. A. García, ob. cit.,p.21..
petición: "Ynstrucciones que el Ayuntamiento Constitucional da a ¡rr " ll,irl., p. 121.
Diputado (...) 1820', en Anales de la Sociedad de Geografía e Historia, Guitto ' l,rr Manuel Rubio Sánchez, Alcaldes Mayores,p.236.
rnala, junio de 7939, pp. 456 y ss. "'lr¡r M. A. García, ob. cit., p.224.
'6 En M. A. García, ob. cit., p. 301. '' l,lt'rn, p.42.
r7
R. Barón Castro, ob. cit., p. 148. "'( ',rrta enviada el 6 de noviemble de 1811, en R. Molina y Morales, ob. cit.,p.292.
'" El día cinco Arce- mandó el mismo señor intendente Gutiérrt,r, " l,,r certificación fue presentada por Arce en el juicio que se le siguió en
tocar la campana-dice
de cabildo para deliberar sobre las ocurrencias de la noclre lrr l,l. En M. A. García, ob. cit., pp.20 y 21.
anterior, lo que reunió al pueblo y se siguieron los excesos que son notorio¡,
En M. A. García, ob. cit., p.51.
' l(, Molina y Morales, ob. cit., p. 91.
p
El día cinco el Acta- incautamente se tocó aquella campana, cuy(l
sonido reunió -dice
no más pocas gentes como la noche anterior, sino todas ln¡
personas capaces de sostenerse en pie. En Francisco Monterrey, ob. cit., p. 17,
20
Idem.
I' R. Barón Castro, ob. cit., p. 148.
:'2 F. Monterrey dice que hubo un asalto a la sala de armas, que no (u
nrencionado en el "Acta-convocatoria". F. Monterrey, ob. cit., p. 16. En un*
de las declaraciones que rindió en el juicio que se seguía en su contra, si¡
crr-rbargo, Manuel Delgado admitió que en 1811 se requisaron las armas de
Ios cspañoles. Declaración de Manuel Delgado, en M. A. García, ob. cit., p,
23().
r'li¡r Lcrin Fernández, ob. cit.
r'¡ Mfs ttrrde,
Manuel José Arce fue acusado de andar, con la espada en In
nr,uro rlerecha y el capote en ia izquierda, seguido de un gran número clg
¡',t'rrtcs, y tlrre cuando llegó con ellas a Ia plazuela del convento de Sankr
l )orrrirrl',o, ¡rrendió, en la tienda de Fernando Silva, al europeo nombrado
llr',rr¡lo rlt' 'l' y a Felipe Cereso, llevándolos a la sala capitular, en dondrr
r,'¡l,rlr,rn los l¡cciosr¡s. M. A. García, ob. cit., p.52
"' lrtr "lo:, ,lr,rs lrnirrgt'rs" del 11, Mateo Fontela-lo llevaron a casa dc
-dice
, lorr li,¡ r r,r | ( l( ) A ¡1'(', halriéndolo escondido en un cuarto, desde donde observtr

r¡rr' ,l r,rrl,r ¡,¡lo t'¡rtrirl-ran y salían las gentes de tumulto. Declaración cit,

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