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Roberto Frías Llorenç

Roberto Frías Llorenç va néixer a


Mèxic Districte Federal, fill de
mexicans.

Els seus pares són Roberto Frías


Rodríguez -mexicà- i Laura
Llorenç Fabregat -mexicana-, i els
seus avis paterns Armando Frías
-mexicà- i Consuelo Rodríguez
-mexicana -.

Els seus avis materns van ser Manuel Llorenç -català- que no era exiliat i Carmen
Fabregat -catalana-, que si era exiliada i que va arribar a Mèxic amb el seu pare Ramón
Fabregat Arrufat -català-.

El besavi Ramón Fabregat Arrufat va néixer en Borges Blanques i de jove va ser


telegrafista, enólogo, després es va traslladar a Barcelona. Va conèixer a Francesc
Macià, va formar part de Estat Català i va participar en els incidents de Prats de Molló.

Detingut i jutjat a París per la seva participació en aquests incidents, es va exiliar a


Bèlgica. Va retornar a Barcelona amb la proclamació de la República per a col·laborar
amb Macià.

Després de la guerra civil, va ser internat en un camp de concentració del que es va


escapar, arribant a París on es va trobar amb la seva filla Carmen, que havia estat
evacuada per uns amics. (La seva dona ja havia mort d'una malaltia).

A París van aconseguir un passatge per a New York en el vaixell Normandie i de New
York, van sortir amb cotxe cap a Mèxic. L'àvia Carmen es va casar amb un mexicà i es
van quedar a Mèxic.

Roberto i els seus germans van anar al Colegio Madrid. Roberto va decidir venir a
residir a Barcelona l'any 2000.

Roberto Frías Llorenç nació en México Distrito Federal, hijo de mexicanos.

Sus padres son Roberto Frías Rodríguez -mexicano- y Laura Llorenç Fabregat
-mexicana-, y sus abuelos paternos Armando Frías -mexicano- y Consuelo Rodríguez
-mexicana -.

Sus abuelos maternos fueron Manuel Llorenç -catalán- que no era exiliado y Carmen
Fabregat -catalana-, que si era exiliada y que llegó a México con su padre Ramón
Fabregat Arrufat –catalán-.

El bisabuelo Ramón Fabregat Arrufat nació en Borges Blanques y de joven fue


telegrafista, enólogo, después se trasladó a Barcelona. Conoció a Francesc Macià,
formó parte de Estat Català y participó en los incidentes de Prats de Molló.

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Detenido y juzgado en París por su participación en esos incidentes, se exilió a
Bélgica. Regresó a Barcelona con la proclamación de la República para colaborar con
Macià.

Después de la guerra civil, fue internado en un campo de concentración del que se


escapó, llegando a Paris y encontrándose con su hija Carmen, que había sido
evacuada por unos amigos. (Su mujer ya había muerto de una enfermedad).

En París consiguieron un pasaje para New York en el barco Normandie y de New York
salieron en coche hacia México. La abuela Carmen se casó con un mexicano y se
quedaron en México

Roberto y sus hermanos fueron al Colegio Madrid. Roberto decidió venir a residir a
Barcelona en el año 2000.

Entrevista
Soy Roberto Frías Llorenç y nací en la ciudad de México en 1969, el 9 de noviembre.

¿El nombre de tus padres y de tus abuelos y su lugar de nacimiento?

Mi padre es Roberto Frías Rodríguez, nació en la ciudad de México, mi madre es Laura


Llorenç Fabregat nació también en la ciudad de México. Mis abuelos por parte de mi
mamá, mi abuela Carmen Fabregat Cartañá, que salió exiliada en el 39 y su esposo
Manuel Llorenç, también era hijo de catalanes pero ellos no salieron con el exilio. El
padre de mi abuela materna, mi bisabuelo es la otra persona de mi familia que salió con
el exilio, por el lado de mi padre todos son mexicanos. Mi abuela paterna es Consuelo
Rodríguez y mi abuelo Armando Frías.

Trasatlántico Normandie

¿Conoces la vida de tu abuelo y la de tu bisabuelo en la época de España? ¿Sabes


cómo salieron?

Algo sé, sí, mi bisabuelo Ramón Fabregat Arrufat nació en Borges Blancas en 1893 me
parece, ahí pasó la mayor parte de su infancia y de su juventud, tuvo varios oficios,

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aprendió el oficio de telegrafista, fue enólogo y después se trasladó a Barcelona. Aquí
contactó con grupos políticos, aunque ya desde Borges Blancas había conocido a Macià,
habían tenido bastantes cosas en común. Formó parte del Frente Obrero y Camperol y
de la Lliga Catalanista y luego formó parte de Estat Català con Macià.

Mi bisabuelo tuvo dos exilios, el primero fue durante Primo de Rivera, cuando quiso
junto con Macià provocar un primer golpe de estado, fue el famoso incidente de Prats
de Molló, que trataron de entrar por la frontera francesa con armas, ayudados me parece
por unos anarquistas italianos. Los detuvieron y tengo entendido que los mandaron a
París, en París los juzgaron, de ahí se fue a Bélgica exiliado y luego volvió a entrar a
España.

¿Pero cuando lo juzgaron no lo encarcelaron?

No lo sé, tengo entendido que pasa un tiempo en la cárcel pero no cumple una condena
por el incidente porque tendría que haber sido juzgado en España, donde realmente
tendría una pena pues no era un crimen
contra Francia, en realidad ahí los
detuvieron porque habían pasado por la
frontera con camiones cargados con
armas.

¿De ahí se va a Bélgica?

Sí, llega a Flandes y ahí ve una situación


perfectamente parecida a Cataluña, de
Flandes con respecto al centro y escribe
un libro que de hecho se llama “Flandes
la Cataluña del Norte”.

Regresa a España y es muy cercano a


Macià y está con él en todo el asunto del
Estat Català y de la independencia de
Cataluña, luego claro, con la guerra
tiene que volver a exiliarse.

Durante la guerra ya era Ministro de


Industria de la Generalitat, esto lo
encontré hace poco y salió como tal de
aquí, lo cual le ayudó porque tuvo
bastantes privilegios a la hora de salir
exiliado, después acaba en México.
El president Francesc Macià

¿Cuéntanos la historia de tu bisabuela, sabes algo?

Pues poco, mi bisabuela era un ama de casa, en realidad estaba todo el tiempo
encargada de mi abuela y de su casa, pasaba la mayor parte del tiempo en Borges

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Blancas y luego se mudaron a Barcelona. Durante la guerra murió de una enfermedad,
la atendieron muy mal en el hospital, fue algo que se podía haber curado pero murió.

¿Cuándo sale tu bisabuelo se va con tu abuela?

No, es un episodio interesante, él sabe que cuando cruzan la frontera los van a meter al
campo de concentración, entonces manda a mi abuela con unos amigos que me parece
eran franceses e iban en auto y a ella no la detienen, a él sí, cruza la frontera y lo llevan
al campo de concentración de Argelès Sur Mer. Ahí pasó una temporada hasta que salió
por su propio pie. Contaba que se había fugado del campo porque hablaba muy bien
francés y un día llegó con los senegaleses éstos que cuidaban las puertas del campo
hablando en francés como si fuera administrativo en una visita o yo qué sé y salió del
campo caminando.

Al salir del campo se fue a París, mi abuela ya estaba ahí, estaba con los amigos de mi
abuelo que la habían recibido y de ahí organizó el viaje a Bretaña para coger el barco, el
Normandie, un trasatlántico con el que se fueron a México, en esto se veían los
privilegios que tenía. Llegó a Nueva York, y de ahí bajó en auto hasta México, en donde
se quedó toda su vida.

De la salida a Francia sabes alguna anécdota o alguna historia de su relación con


Macià.

Bueno por lo que dice en el libro de “Flandes la Cataluña del Norte”, ahí habla un poco
en el prefacio de su relación con Macià, evidentemente en algún punto parece que hubo
un rompimiento porque
mi abuelo era un poco
radical y entonces no
estaba muy de acuerdo
en negociar algunas
cosas que al parecer
Macià tuvo que negociar
con el centro. Pero en
general tuvo una
relación muy cercana,
tenían un ideario muy
parecido, luchaban más
o menos por las mismas
cosas, además creo que
mi bisabuelo fungió en
algún punto como
secretario de Macià.

El colegio Madrid

Tiene también un libro en el que, él no escribió nada, solamente recopiló cartas de


Macià y documentos de él sobre la misión que hizo en Cuba para juntar apoyo para la
Republica, con un prólogo de Josep Pla, y cuando lees estas cartas, por la manera en que
están editadas, te das cuenta de la idea que tenía de Macià, de qué era lo que le parecía

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digno destacar del personaje. Claro, era una relación de admiración, de entendimiento
mutuo, pero en cierto punto esto no continuó.
¿Tienes conocimiento de cómo aceptó su exilio tu bisabuelo?

No lo aceptó en realidad aunque nunca quiso regresar a España, tuvo muchísimas


oportunidades después de los períodos más activos de represión, después de la muerte
de Franco podía haber regresado, pero no, sólo regresó una vez en el 74. Sin embargo,
tampoco se olvidaba, era un activista en el exilio, hacía muchas cosas por Cataluña y
por la cultura catalana. Obviamente estaba inconforme con lo que pasaba, pero también
ya estaba, yo creo, un poco harto y cansado, había tenido dos exilios fuertes.

¿Y tu abuela cómo lo vivió?

Mi abuela era muy joven venía de la guerra, había pasado los bombardeos y a la fecha,
porque mi abuela vive, lo sigue recordando con bastante crudeza. Ella no quería saber
ya nada del asunto, casi nunca quiere hablar de la guerra, hay realmente que obligarla,
además su madre murió en la guerra. En realidad, ella no era políticamente activa, en
México se vuelve ama de casa.

¿Se casa en México con un


mexicano?

Sí con un mexicano
descendiente de franceses y
catalanes que no tenían nada que
ver con el exilio, pero que eran
por el lado catalán, de los que
habían venido a ‘hacer las
Américas’ mucho tiempo antes.

¿Tu mamá se escolariza en


México? ¿A qué escuela va?

Esto es muy raro, porque lo mas


lógico es que hubiera ido al
Vives o al Madrid ¿no?, pero fue
al Simón Bolívar, me parece
aberrante totalmente, pero
bueno, fue por iniciativa de mi
abuelo, porque era un poco
creyente, sin embargo mi abuela
y su padre no, eran
completamente ateos, pero ahí
pesaba mi abuelo.
Carme Fabregat, abuela materna

Después tu mamá se casa y nacen ustedes ¿cuántos son ustedes?

Nosotros somos tres, yo soy el mayor, luego mi hermana Mari Carmen, a la que le llevó
dos años, y luego mi hermano Joan Manel al que le llevo 11.

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¿Cuándo eras pequeño, de lo que recuerdas, se hablaba del exilio en tu casa?

A mi me parecía muy raro, yo vivía en una especie de lugar intermedio entre México y
España, una realidad que no existía. Estaba en este colegio de exiliados españoles, el
Colegio Madrid, en el que todos los lunes se hacían los honores a la bandera
republicana y se cantaba el himno de riego, era hacerle honores a un país que no existía,
pero que en cierta medida nos enseñaban que existía: la España Republicana, que era
virtual ¿no?. Conocías toda la historia desde pequeño de la Guerra Civil y del exilio,
pero estabas en medio de México, entonces tu salías del colegio e ibas a tu casa, en la
cual también tenías relación con esta realidad a través de los familiares exiliados, sin
embargo también tenía mucha gente a la que veía diario que no tenía nada que ver con
el exilio.

¿Se comía comida


mexicana?

En la comida siempre hubo


una mezcla, se comían cosas
catalanas se comían cosas
mexicanas, había tortilla de
patatas como si fuera lo más
normal del mundo y luego ibas
a casa de otros amigos que no
tenían familia española ni
nada y ahí veías que no se
comía con pan todos los días,
se comía con tortillas también,
este tipo de cosas las empecé a
descubrir tarde.

Era un poco raro el vivir así y


luego también había una serie
de referencias que no tenías
claras sobre la realidad
mexicana porque había esta
otra realidad que las ocultaba
un poco no. Por ejemplo la
realidad política de México la
tenía vista de una manera un
poco más difusa porque tenía
más idealizado lo que pasaba
en España.
Padres Roberto Frias y Laura Llorenç

Cuando era pequeño, yo nací en el 69, todavía tuve 10 años de “Franco, Franco,
Franco” y “de la transición”, eso ocupaba gran parte de las conversaciones, de tal
manera que lo que pasaba con el PRI y el PAN, era una realidad que no importaba tanto.

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Se hablaba mucho de la realidad fuera de México, de la realidad española,
específicamente de Cataluña, de los problemas de la comunidad viviendo en México y
poco realmente de la realidad mexicana. Era como estar viviendo en tres países al
mismo tiempo: en la República, que era virtual, en México y en la España franquista,
entonces para mi era un poco extraño. Además se creaba una sensación de absoluta
curiosidad por este binomio de realidades que no conocías, tanto la española franquista
como la republicana virtual, comparadas con la España real, que es en parte por lo que
yo vine después.

¿Un día cotidiano tuyo cómo era? ¿A dónde ibas? ¿Ibas a los centros o clubes
españoles?

No, normalmente iba al colegio Madrid, regresaba a comer a casa y luego hacía las
actividades típicas de cualquier niño, como ir a clases de natación, jugar con amigos de
la barriada donde yo vivía, a veces iba a casa de amigos del colegio.

El hecho de haber ido al Colegio Madrid ¿cómo ha impactado en tu vida?

Yo no iba a estas asociaciones, sólo iba al Orfeón Catalàn a comer los fines de semana,
esto no lo perdonaba mi abuelo, nos invitaba y teníamos que ir, estaban todos sus
amigos. Además estaban las comidas familiares los fines de semana que no eran en el
Orfeó sino en casa y también llegaba alguno de los amigos de mi abuelo.

¿A qué se dedicaba tu abuelo en México?

Él cuando llegó tuvo varios proyectos quijotescos, quería poner una fábrica de vinos
espumosos en México, -en México no hay cultura de vino, como sabemos- y fracasó
estrepitosamente. Luego puso algunos otros negocios que no funcionaron y finalmente
puso una editorial, Ediciones Catalanas en México y una librería, que se llamaba
Difusora del Libro, en la calle de Uruguay. La editorial publicó cuatro o cinco libros y
las revistas “Pont Blau” y “Xaloc”, no me acuerdo cuál fue primero. Él era de los
fundadores y el director era Vicenç Riera Llorca.

A mí lo que me parece muy importante de su labor como promotor cultural era que
trataba de establecer un puente cultural entre Cataluña y México, con esta revista que
era por suscripción, le hacía llegar a la comunidad catalana una serie de cosas que
andaban en el aire entre los mismos catalanes, hablaba de los libros que podían traer de
otros lados, de los que se publicaban en México en catalán y de libros que se publicarían
ya más tarde en España en catalán, que circulaban fuera de Cataluña. Era interesante en
ese sentido porque mantenía una especie de puente de comunicación.

¿Entonces cómo era la escuela para ti? ¿Qué pensabas de la escuela?

Lo que pasaba con la escuela es que para mi era demasiado normal, como había entrado
desde pequeñito lo tenía muy claro. El shock fuerte fue cuando conocí a otras personas
que no tenían nada que ver y me daba cuenta de que ésa no era la realidad normal, sino
que pertenecía a una minoría de gente que había sido exiliada de otro país.

¿Cuándo entras a la universidad vas a la UNAM?

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No, primero estudié cine en el CCC y en el CUEC y luego pasé por varias carreras, hice
de todo, actuación, dirección de teatro y acabé en la UNAM estudiando Letras, que es a
lo que me dedico ahora.

¿Mientras estabas estudiando tenías relación con gente del exilio?

Sí porque varios de mis amigos del colegio eran de familias de exiliados, entonces
conforme íbamos creciendo y nos íbamos viendo, lo cual es inevitable porque una vez

que ya fuiste al Madrid, - que es un tipo de cultura distinta dentro de la misma cultura

mexicana-, hay una


serie de cuestiones
comunes. Entonces
donde quiera que te
encuentres con
alguien del Madrid
siempre había algo ya
dicho, que
compartíamos y claro,
había ese tema del
exilio y de España.

¿Estuviste
trabajando en
México?

Sí en México trabajé
en la televisión, en el
canal 22, fue el último
trabajo que tuve en
México antes de venir,
hacía reportajes
culturales, entrevistas
y videos.

¿Los trabajos los


conseguiste por tu
cuenta o tenían que
ver con gente que
conocías en este
círculo de exiliados?

El bisabuelo Ramón Fabregat Arrufat

De hecho en el canal 22 entré por un amigo del Madrid. Eso hay que decirlo, el Madrid
también crea esto, cuando estás trabajando se crean lazos de amistad que hacen que sea
más fácil que tengas un trabajo si conoces a alguien del Madrid que si no.

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¿Cuándo decides venir a Barcelona?

Bueno en 1999 mi esposa quería hacer un doctorado y acabamos en Barcelona porque


fue lo que salió y yo feliz porque realmente quería venir a Barcelona, quería
reencontrarme con la cultura de mi abuela y de mi bisabuelo, tenía muchos planes para
escribir cosas, quería escribir concretamente una novela que tuviera que ver, -bueno de
hecho la estaba escribiendo- y quería contrastar lo que imaginaba y lo que realmente
había aquí.

¿Tú conocías Cataluña?

No, no yo no nunca había salido de México.

Como dices teníamos una España franquista, una España virtual y cuando vienes
aquí ¿Qué impresión tienes? ¿Cómo ves a Cataluña y a España?

Claro, lo lógico es que como mi abuela y mi bisabuelo me habían contado durante años
cosas de España y concretamente de Cataluña, cuando yo llegué aquí, llegué a la España
del año 2000 y no a la de 1939, yo traía esa España en la cabeza mal o bien y fue un
shock. O sea por decirte las cosas más nimias, pensaba encontrar bacallaneries en cada
esquina, puestos abiertos con las tinajas y cosas así que ya no existen. Bueno
obviamente no es que esperara encontrarme eso pero no encontré casi nada de lo que
ellos me contaban, había desaparecido la mayor parte de ese mundo, excepto claro
algunas personas y algunas corrientes políticas.

Luego me encontré muchas cosas curiosas, había una actitud un poco rara, yo llegué en
medio del PP, de la segunda legislatura de Aznar, en un clima que no era nada amable
con la cuestión de los inmigrantes, bueno sigue sin serlo del todo ¿no? Yo creía que
porque iba a decir que
era nieto de un catalán
exiliado, iban a ser más
abiertos conmigo y para
nada ¿no?, me encontré
que había ese mundo
olvidado un poco a
propósito y un poco
denostado por bastantes
personas. Fue también
un shock en ese sentido.

El campo de Argelès
sur mer

También comentabas que hiciste una búsqueda de los lugares de tu abuela y de tu


bisabuelo ¿Qué hiciste? ¿A dónde fuiste?

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Cuando llegué, a parte de la gran cantidad de visitas que hay que hacer obligadas en
Barcelona, fui evidentemente al pueblo a Borges Blancas, es maravilloso, tiene unas
cooperativas de aceite de oliva y de productos de oliva, la parte central del pueblo, que
eso sí me sorprendió, estaba exactamente igual que como me había contado mi abuela,
la iglesia, la plaza, impresionante, la casa, todavía estaba la casa de mi bisabuelo aunque
ya nadie vivía ahí.

Te estoy hablando en términos de melancolía ¿no? de pura nostalgia familiar, porque no


encontré nada, ningún dato histórico importante, ningún dato que realmente me sirviera,
pero sí encontré muchas cosas que en términos de ambiente, de situación vivencial
inmediata me servían mucho para entender un poco las cosas. Entender por dónde
habían pasado ellos, qué habían visto, cómo era vivir aquí, qué habrían sentido o
podrían haber llegado a pensar viviendo tanto en Borges Blancas como en Barcelona. O
sea, un ejercicio de memoria virtual también era posible hacerse todavía y de hecho lo
hago todos los días en miles de cosas que hago cotidianamente.

¿Para ti fue fácil encontrar trabajo?

Para mi ha sido imposible encontrar trabajo, de hecho he encontrado trabajo como free
lance, como temporal y cosas así, pero yo no tengo trabajo fijo. Yo creo que hay
voluntad política de los empleadores para cambiar tu estatus migratorio ¿no? pero no
hay demasiadas ofertas para que eso pase, y sí hay muchos empleadores que si ven que
no eres de aquí pues no les interesa, de entrada no
quieren saber.

¿Se te reconoce como hijo o nieto de exiliados?

¿Por quién?, no hay nadie a quien le interese por


otros motivos que los políticos, creo. O sea los de
izquierda te quieren utilizar para darse lustre, los de
derecha pues nada más no les importas en lo más
absoluto, entonces es un poco difícil ¿no? A mi me
cuesta mucho trabajo poder encontrar algo en mi
provecho que no tenga nada que ver con una
explotación de la memoria de mi familia, de la
memoria histórica. No estoy generalizando, pero
siento que este tema se ha politizado demasiado, se
ha vuelto demasiado electoral.

Revista Pont Blau

¿Se te han acercado miembros de partidos u organizaciones políticas?

No, tengo amigos bastante bien colocados con gente de la Generalitat y así, pero nadie
me ha ofrecido formar parte de nada, me han hecho algunas sugerencias, pero no.

¿Qué tal te han tratado los catalanes, cómo ha sido tu integración?

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Tengo amigos catalanes con los que me llevo muy bien, son súper abiertos, me han
recibido como uno más, creo que en general ha sido maravilloso, no tengo ningún
problema de integración.

Lo que sí he tenido más bien han sido actitudes de rechazo de gente que no están
interesados en ser tu amigo, sino que de entrada ya te quieren tratar mal, gente de
derecha o muy cerrada que desprecia a los inmigrantes. Sí, he conocido muchos, creo
que hay mucha gente aquí así, bueno no me extraña, los franquistas están ahí ¿no? ellos
no se movieron, no se fueron al exilio y tienen muchos privilegios que han tratado de
conservar y evidentemente no quieren perderlos, esta cosa de la memoria histórica les
molesta muchísimo.

¿Y tú que piensas?

Creo que a este país le falta todavía un tramo larguísimo, no hay el proceso de
recuperación de la memoria que tiene que haber. En Alemania existe, no entiendo por
qué aquí no, quieren minimizarlo diciendo “aquí no pasó lo mismo”. Me parece
sorprendente, Franco se daba la mano con Hitler no veo cuál es la diferencia, ganó la
guerra, hubo una dictadura de muchos años. ¿No sería bueno ver qué pasó ahí?

Roberto de pequeño

Creo que la cicatriz de la Guerra Civil no está cerrada realmente, por lo menos para mí
no lo está, no veo solucionado el asunto de la integración de la sociedad española,
porque esto no se deja atrás simplemente echando tierra como han querido hacer, esto se
deja atrás hablando lo más posible, hasta que todos entendamos bien lo que pasó. Pero
bueno claro, al grupo que ganó no le interesa, es decir la mayoría del gabinete de Aznar
eran hijos de franquistas, ¿qué les va a interesar dónde están las cosas?, ¿dónde están los

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campos de concentración de Franco?, ¿dónde están las cárceles?, ¿dónde está la gente
que se fue? pues era toda la intelectualidad de España, aquí no se quedó nadie.

¿Piensas hacer un cambio de nacionalidad como nieto de españoles?

Se supone que a partir del 2009 podré modificar mi estatus migratorio y tener un
pasaporte español, eso es lo único que sé pero quién sabe cuál vaya a ser la realidad,
evidentemente voy a pedir mi pasaporte sí se puede, si no se puede, pues tampoco me
muero de ganas, no tengo gran voluntad por verme europeo como muchos mexicanos.

¿Tú crees que eso cambiaría tu aceptación al mundo laboral?

A ver yo estoy como en tercera división ahora, si tuviera pasaporte español sólo pasaría
a ser de la segunda división, es decir tendría el pasaporte pero quizá también estaría en
el paro, no creo que me vaya a cambiar la suerte un pasaporte.

¿Finalmente qué significa o qué ha significado para ti ser nieto de exiliado en tu


vida?

Me he dado cuenta que ha marcado gran parte de mi vida, o sea parte de lo que estoy
tratando de hacer como escritor está determinado por eso, parte de mi pensamiento
político, de las cuestiones que me gustan y no me gustan de México y de España, de
cómo ve México hacia afuera, y de cómo es visto desde afuera y lo mismo con respecto
a España y a Europa. Soy parte de ese proceso me ha definido por completo, ha
configurado mi personalidad de una manera que si no hubiera existido eso, estoy seguro
que no sería la misma persona. Y además muchísimas veces me encuentro en
discusiones en las que me digo “¿por qué
estoy diciendo esto?” y es porque estoy
pensando con la sangre y no con la cabeza.

¿En tu casa se hablaba catalán?

Es un poco complicado porque mi


bisabuelo nos hablaban catalán a saco sin
habernos enseñado nada, con la idea de
que fuéramos entendiendo pero nos
hablaba tres líneas en un día y luego no lo
veíamos. Mi abuela también era muy floja
para eso, de repente decía tenéis que hablar
catalán, esto no puede ser y nos hablaba
medio día en catalán y luego se le
olvidaba. O sea no había un verdadero
esfuerzo por hacer lo que se hacía en otras
familias que yo conozco en México, que
había algunos que empezaban a hablar
catalán antes que castellano ¿no?

Yo lo entendía antes de venir y al llegar lo


repasé, ahora lo entiendo bien, lo habló

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mal pero bueno, me gusta, me gustan los idiomas en general, el catalán es una lengua,
una realidad distinta. Si realmente quería entender un poco qué estaba pasando y qué era
Cataluña, tenía que meterme en el idioma, hablarlo un poco, leerlo, leer literatura
catalana, que también lo he hecho.

Cuando llegas de México a Cataluña, ¿cómo ha sido tu relación con la gente?


¿Cómo te has ido relacionando con la gente con la que has vivido?

La gente de mi generación tiene otras cosas en la cabeza. Vamos a ver, políticamente


¿quiénes están? He conocido mucha gente de izquierda que está a favor de la
recuperación de la memoria y gente de izquierda a la cual no le interesa, que quieren
dejar la guerra atrás. También he conocido a gente de derecha que bueno siguen en lo
mismo, ésos no se han movido de lo que es el ideario de la derecha y no tendrían ni por
qué moverse dadas las condiciones.

Lo que me ha sorprendido mucho es lo que tienen en común los tres tipos de personas:
todos están por la pasta ¿no? ahora, lo que le preocupa a la gente en España es el dinero,
la política está muy bien pero, si podemos hacer dinero está mejor. Me sorprendió lo de
la especulación de pisos cuando llegue porqué vi que todo el mundo estaba metido, no
importaba de qué signo político fuera, todo el mundo estaba haciendo dinero a lo loco.

Como sabemos, la política en términos históricos y de memoria histórica puede servir


en tanto obtengas otros beneficios, no estoy hablando de los estudiosos, para eso están
los de las universidades y gente como tú, que están haciendo investigaciones y que
realmente quieren desentrañar qué está pasando aquí adentro, adentro de nuestra
memoria, de la memoria de todos los que tenemos algo que ver con este proceso.

En general, fuera de ese ámbito yo creo que la gente está muy desconectada de la
política. No es para menos, la izquierda en España como en México no ha sabido
reformularse. En México quizá peor, porque aquí hay una izquierda más o menos
ilustrada, que ha sabido campear algunos temporales ideológicos, pero en México
tenemos una izquierda recalcitrante reaccionaria, de los años 60. Tampoco la de aquí ha
sabido reformularse, tienen mucha tarea por delante, creo que el discurso del PSOE por
ejemplo, ahora ya no es válido, no es un discurso operante, a parte de que es muy
centralista y me parece que tiene doble rasero siempre, no ha sabido ponerse a la altura
de los tiempos. En cambio la derecha lo tiene muy fácil porque van siguiendo su
tradición monolítica y por más descabellada que nos parezca a todos, sólida, y ahí están.

¿Y esta gente que tú conoces aquí, comparte tus ideas? Por ejemplo, tú vienes de
una escuela laica, ¿la gente aquí sigue con cuestiones religiosas o no?

Bueno en España la religión siempre “fidelis”, tiene un peso que no es el mismo que en
México. En México somos más supersticiosos que religiosos, no somos tan creyentes,
creemos en la virgen de Guadalupe, creemos en los milagros y cosas así, y no estamos
tan inmersos en la cultura católica. Aquí es impresionante, el respeto que hay hacia las
figuras eclesiásticas, el respeto que hay hacia los reyes como intocables y como cabezas
no dichas, porque al final los que son creyentes creen que el Rey es cabeza de la iglesia
en España.

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A mí se me hace muy raro eso y veo menos claro que pueda haber un partido político
que llegue al poder y que tenga conexiones religiosas, me parece aberrante, mi espíritu
republicano mexicano me impide entenderlo.

Yo respeto la religión de cada quien, lo que no respeto es que la religión esté metida en
el estado y he conocido mucha gente aquí que está a favor de eso, pensé que la gente de
mi edad ya no iba a ser así aquí y hay más de la que me esperaba encontrar.

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