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En mi trabajo con parejas (en su mayoría gay masculinos) he notado a menudo que
la "cuestión fundamental" resulta ser la forma en que las parejas se comunican
acerca de las cuestiones fundamentales. No es raro que, incluso las parejas más
amorosas recurran a un lenguaje dura, hostil, y agresivo cuando surge un conflicto
surge.
Esa es una de las razones por las cuales estoy tan interesado en la labor del
psicólogo clínico Marshall Rosenberg, que desarrolló un proceso de comunicación
llamado Comunicación No Violenta (CNV). Criado en las calles malas de Detroit,
creció rodeado de antisemitismo, racismo y violencia, y temprano en su vida se
comprometió a encontrar una mejor manera. Escribió: "Creyendo que está en
nuestra naturaleza disfrutar el dar y el recibir en una manera compasionada, he
estado preocupado la mayor parte de mi vida con dos preguntas. ¿Qué pasa para
desconectarnos de nuestro carácter compasivo, que conduce a comportarnos
violentamente y de una forma ventajista? Y por el otro lado, ¿qué le permite a
algunas personas mantenerse conectadas a su carácter compasivo, incluso en las
condiciones más difíciles?
Rosenberg cree que ha encontrado algunas respuestas a ambas preguntas. Una
respuesta que él ofrece a la primera pregunta es que todos hemos sido socializados
en estilos de vida alienantes de comunicación, como por ejemplo hacer juicios
moralistas de los demás. Es importante aquí hacer una distinción entre juicios de
valores y juicios moralistas. Todos hacemos juicios de valores sobre las cualidades
que deseamos en la vida, es posible que valoremos la honestidad, la libertad, o la
bondad, por ejemplo. Pero cuando hacemos juicios moralistas, nuestra atención se
centra en clasificar, analizar y determinar los niveles de equivocación en otros.
Nuestra atención se desvía de lo que nosotros y otros necesitan y se centra, en su
lugar, en culpar y atacar. Cuando hacemos esto nos comunicamos en una forma
impersonal y defensiva que realmente no revela lo que está pasando dentro de
nosotros mismos. Así, por ejemplo, si mi pareja quiere más afecto del que yo le
estoy dando, él es "un necesitado y un dependiente". Pero si quiero más cariño del
que él me da, entonces él es "indiferente y no sensitivo". Cuando me comunico de
esta manera, cualquier debate potencialmente productivo de como pudiéramos
tener un relación mutuamente beneficiosa se pierde en la distracción de juicios en
duelo. Rosenberg cita evidencia que sugiere que hay menos violencia en las
culturas donde la gente piensa en términos de las necesidades humanas que en las
culturas donde las personas se ponen etiquetas entre sí como "bueno" y "malo", y
creen que los "malos" merecen ser castigados.
CNV se centra en tres valores: empatía consigo mismo, honesta expresión de sí
mismo, y empatía por los demás. Ofrece un modelo de cuatro pasos para la libre
expresión que trae la discusión fuera del ámbito de los prejuicios y la centraliza de
nuevo en la comunicación de necesidades y sentimientos. Este modelo es muy
sencillo de entender, pero requiere un compromiso sostenido para aprender a
practicarlo.
Los cuatro pasos son: