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Informe de lectura Nº 2 correspondiente a la unidad 2 Fecha:03/06/08

Bibliografía: Franco, Yago

Los interrogantes centrales que a mi juicio el autor intenta responder son:


1. ¿Qué relación se pude establecer entre marxismo, psicoanálisis para entender la noción
de Subjetividad?
2. ¿Qué incidencia tiene el capitalismo actual sobre el sujeto?
3. ¿Qué diferencias se advierten para la Argentina?

Los argumentos que desarrolla el autor para responder a los interrogantes:

1. Castoriadis, introducido por Franco consideraba que el marxismo no había conseguido


escapar del pensamiento determinista, con la consiguiente ubicación de la economía
para explicar la vida social, aunque esta consista en una lucha de clases (siempre induce
un poderío económico antes que social).
Lo que hace según el autor, es no distinguir las dos estructuras y hace que la esencia y
motivación del sujeto se pierda en lo económico, y solo repita la misma motivación a lo largo de
la historia.
Para Castoriadis, por otro lado Freud, se olvida del elemento imaginario, de la capacidad del
sujeto para construir relaciones sociales, un imaginario social, por el cual el sujeto crea y
percata lo instituido en la sociedad.
En definitiva para el autor el sujeto esta determinado a la construcción de significaciones
imaginarias. Con cada cambio social, socializando su psiquismo. Para el autor el sujeto esta
inmerso en la reproducción pero la cuestión fundamental es hasta que punto este proceso es
lúcido conocido o no por el sujeto.
En definitiva se pude decir que en ambos sistemas de acción el sujeto parece determinado a las
estructuras, pero para el autor el sujeto es aquel que pude adquirir cierta autonomía de las
disposiciones de los sistemas estructurantes.
Por ejemplo, el autor, la significación imaginaria que el capitalismo ha construido ha sido la
triunfante. La idea de crecimiento de la producción y de las fuerzas productivas, es la finalidad
de la humanidad, donde la subjetividad se diluye tras las implicancias del mercado, y es para
Franco, imperante la construcción de una noción de sujeto autónomo y critico de la sociedad de
su tiempo.
2. La hegemonía actual de la significación imaginaria del capitalismo y de los ideales de
los que se vale, el progreso, la racionalidad, riqueza, potencia económica, según el
autor produce sobre el sujeto:
Conformismo generalizado: a causa de la disminución de la participación de los ciudadanos en
la cosa pública; las instituciones políticas cumplen con la finalidad de alejarlos de los asuntos
públicos, persuadiéndolos de la inutilidad de su participación. Es una democracia restringida
donde muy pequeña parte de la sociedad la que gobierna y decide acerca de sus sucesores.
Sujeto conformista y privatizado un tipo de individuo que no es el de una sociedad democrática
o de una sociedad donde puede lucharse por incrementar la libertad, sino un tipo de individuo
que está privatizado, individualista que no le interesa participar en sociedad porque no se siente
parte de la misma a perdido todo interés en la participación en un proyecto común.
El sujeto ha pasado de ser un ciudadano y un productor, a ser un consumidor: su mira está en
buena medida en la adquisición de más bienes, más diversión, más sensaciones, más viajes, se
encuentra masificado y por los medios de comunicación y los avatares del mercado.
Avance de la insignificancia: Los individuos no tienen ninguna señal para orientarse en su vida.
Sus actividades carecen de significado, excepto la de ganar dinero. Todo objetivo colectivo ha
desaparecido, cada uno ha quedado reducido a su existencia privada llenándola con ocio
prefabricado.
El capitalismo desestructurante: del espacio social; pero el sujeto se constituye en buena
medida si encuentra apoyo en sus instituciones, que deben transmitir significaciones imaginarias
sociales que le dan un sentido a la vida social.
Crisis del proyecto identificatorio: Esto es porque la significación del capitalismo, librada a sí
misma, entra en crisis y con ella las instituciones. La consecuencia es que ya nadie sabe cuál es
su función en la sociedad, el sentido de esta y de su participación en la misma.
Por esto el autor deduce que tras tales condiciones se hace difícil el hablar de sujeto ya que se
mimetiza en el capitalismo, no encuentra su lugar, solo hay un individuo socializado, que no
será sujeto hasta que no pueda afrontar su realidad y juegue un papel activo en la sociedad.
3. La característica central de la época actual, es el apagamiento de dicho proyecto, con el
ascenso de la sociedad de consumo y de lo que Castoriadis llama insignificancia por
ejemplo a nivel político, se produce una evanescencia del conflicto político y social.
Han desaparecido o retrotraído los movimientos contestatarios, acompañado de la apatía
e indiferencia políticas por parte de la mayoría de los ciudadanos, lo que iguala a
nuestra sociedad con el resto es la hegemonía de la significación imaginaria capitalista
(avance de la el conformismo generalizado, la privatización, el cinismo político, la
crisis identificatoria).
La diferencia estaría marcada por dos cuestiones:
Existen otras significaciones agregadas debido a las particularidades de nuestra historia.
Una es aquella que indica que este es un país donde todo lo peor puede ocurrir, y ante lo
cual nada puede hacerse, solo cabe resignarse.
La segunda diferencia es que el estado de resignación y conformismo se ha edificado sobre
la particular experiencia del Terrorismo de Estado vivida en la Argentina, que preparó el
terreno (no solamente político-económico-social, sino psíquico) para la instauración
triunfante del modelo social actual. A ese terror se sumó el terror económico producido por
la hiperinflación. Provoco un estado de parálisis y desorientación de los sujetos, que impide
que el nivel de respuesta de estos ante la violencia a la cual son sometidos sea proporcional
a la misma. El alto nivel de fragmentación del grupo social, consecuencia del estado de la
subjetividad, realimenta a su vez sus características: acentúa el miedo, la parálisis, la
desorientación, la resignación, el conformismo, etc., cerrándose así el círculo, para volver a
reiniciarse.
Pero para Castoriadis el objetivo debe ser el favorecer la autonomía de sus integrantes: esto
implicaría la creación (o por lo menos el retorno) de un sujeto democrático. La democracia
es imposible sin una pasión democrática, pasión por la libertad de uno y de todos, pasión
por los asuntos comunes que devienen, precisamente, en los asuntos personales de cada uno.

Luego de haber realizado la lectura del texto personalmente me formula una serie de
inquietudes que podría sintetizar en estos 3 puntos:

1. Franco a mi entender tiene una mirada un poco resguardada sobre la posibilidad que
tiene el sujeto de escapar de las garras del capitalismo, de constituirse en un sujeto
autónomo que vaya contra la corriente, de lo que dicta la sociedad.
Personalmente creo que al menos en el caso de nuestro país ante las situaciones mas criticas
hemos manifestado ser sujetos de derecho, formadores de nuestra propia historia.
Por ejemplo las fábricas tomadas por los trabajadores devenidas en cooperativas de trabajo
tras la crisis del 2001, los cacerolazos, piquetes y manifestaciones todas las salidas
creativas ante la situación adversa. Discutibles sí pero implican el ejercicio democrático de
la sociedad una participación ciudadana, y una particular forma de ver la realidad.
Coincido con Franco, al entender que hay un cierto desinterés por las cuestiones sociales,
que en la mayoría son fragmentadas y que no implican la adhesión de la sociedad toda.
A este respecto de cuestiones que enuncia Castoriadis de las características del sujeto de
este tiempo del mercado su insignificancia y falta de identidad, cito fragmentos de una
canción, Setentistas de Attaque 77que evoca la vuelta o permanencia de otros ideales de
participación y como chocan en los de la sociedad actual:

Hasta que no te pase a vos, no vas a entender,


Siempre así, tan egoísta
Hasta que no te pase a vos, no vas a entender,
Clásico individualista

Decido que no te quiero escuchar,


Decido no formar parte de tu plan,
Cuantos ríos de sangre han de correr,
Tanta muerte ya, tanto horror, tanta injusticia
Cuanto tiempo para reconocer que la historia es,
Otra vez y todo de vuelta
(…)
Deciles que no les sirve luchar,
Decime que no me sirve luchar…
(…)
Espíritu setentista vuelve hoy,
Gente que no puede decir:
Hey, hey, no te metas…
No sólo hay coproducción, sino conflictos en los escenarios laborales y de consumo, por lo cual
siguen siendo útiles las categorías de hegemonía y resistencia. Pero la complejidad y los matices
de estas interacciones requieren también estudiar las subjetividades como procesos de
negociación, en tanto son híbridas.

2. Hasta que punto podemos gestar una subjetividad en el marco de una realidad que lo
masifica todo, como es posible revelarse ante la inmensidad de esta, pero pienso que
más bien no es que la subjetividad se diluyo, sino me animo a pensar en una nueva
forma de ser sujeto en este contexto. El problema reside en que la mayor parte de las
situaciones de interculturalidad se configura hoy no sólo por las diferencias entre
culturas desarrolladas separadamente sino por las maneras desiguales en que los grupos
se apropian de elementos de varias sociedades, los que combinan y transforman.
Cuando la circulación cada vez más libre y frecuente de personas, capitales y mensajes
nos relacionan cotidianamente con muchas culturas, nuestra identidad no puede
definirse ya por la pertenencia exclusiva a una comunidad nacional. El objeto de estudio
no debe ser entonces sólo la diferencia, sino también la hibridación. Hoy la identidad,
aún en amplios sectores populares, es políglota, multiétnica, migrante, hecha con
elementos cruzados de varias culturas.

3. En base a los planteos del autor se suscito mi duda que papel juegan las instituciones
sociales, los medios de comunicación, las organizaciones estatales, etc. Y En los últimos
quince años ha cambiado la situación de este campo, notoriamente en América Latina.
Comienza a existir información sistemática sobre los hábitos y gustos de los
consumidores, que permite recolocar en relación con ellos el debate sobre políticas
culturales. También se avanzó en estudios cualitativos sobre culturas populares,
consumo de arte de élite y de medios masivos de comunicación. Esas investigaciones
estuvieron asociadas a cierta utopía de los estudios culturales en su primera etapa:
conocer más los comportamientos, las necesidades y los deseos de los consumidores iba
a facilitar una democratización de la cultura. Con el tiempo ese imaginario ha perdido
fuerza. Una de las razones del debilitamiento es que las políticas culturales públicas
quedaron desubicadas en el proceso de industrialización e informatización de la cultura,
o entregaron esas nuevas modalidades al mercado. Por otro lado, el crecimiento en el
estudio de los públicos se debe sobre todo a lo hecho por las empresas
comunicacionales que mantienen en forma hermética ese saber.

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