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Mejoramiento de la Calidad de Atención en Salud Sexual de

Usuari@s de Atención Primaria.

RESPUESTA SEXUAL HUMANA


Autor: IKASTOLA

La ciencia biológica, por muchos años, se resistió a estudiar la fisiología sexual


humana. La investigación científica cubrió con profundidad las diversas funciones
orgánicas, incluyendo la reproducción, pero hasta 1960 eludió el estudio
sistemático de la fisiología de la respuesta sexual.

En esos años y durante una década, la investigación de W. Masters y V. Johnson,


se orientó a conocer los efectos anatómicos y fisiológicos de la estimulación
sexual efectiva en hombres y mujeres.

Los hallazgos científicos proporcionaron un caudal de información sistematizada


por primera vez en 1966, por Masters y Johnson, en su libro “Respuesta sexual
humana”, el cual se convirtió en un clásico. En él, los autores describen lo que se
denominó “modelo bifásico de la respuesta sexual”, que identifica dos momentos
en la actividad sexual: el primero contempla la fase de excitación y meseta y el
segundo la fase de orgasmo y resolución. Sus descubrimientos fueron
complementados con los hallazgos clínicos de H. S. Kaplan, quién agrega la fase
del deseo como previa a la fase excitatoria. Este modelo se conoce con el nombre
de “modelo trifásico de la respuesta sexual”.

La respuesta sexual humana cambia de acuerdo a la edad del individuo, pero


siempre existe el potencial y nunca se pierde por completo. Se dice que es integral
porque es todo el organismo el que responde: la frecuencia cardiaca y la
respiratoria aumentan; la temperatura y la tensión tanto arterial como muscular se
incrementan. Las contracciones no se restringen a la zona pélvica sino que
ocurren en todo el cuerpo. En este contexto, es posible hablar entonces de
cambios extragenitales, es decir, cambios que operan en el resto del cuerpo como
respuesta a la estimulación genital.

Curiosamente, y muy al contrario de lo que se piensa, tanto en el hombre como en


la mujer ambas respuestas se parecen, compartiendo más semejanzas que
diferencias.

La principal diferencia entre la respuesta sexual femenina y la masculina es que


en la primera, la fase de meseta o mantenimiento de la excitación es más larga y
duradera, de forma que el acercamiento al orgasmo se da de modo más lento y
paulatino. Por otro lado, una vez que se llega a la fase más avanzada de la
excitación o lo que para otros sería la primera fase del orgasmo, es importante que
no se detenga la estimulación si se pretende llegar al orgasmo

En el caso de la respuesta sexual masculina, una vez que se alcanza un


determinado punto de excitación, conocido como el momento de eyaculación
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inminente, no hay vuelta atrás y aún en el caso de detenerse la estimulación, el


paso al orgasmo acompañado de la eyaculación es inevitable.

En la actualidad, la respuesta sexual humana se divide en 5 fases: deseo,


excitación, meseta, orgasmo y resolución.

A continuación presentaremos un breve resumen de algunos de los aspectos más


relevantes de cada etapa.

Ciclo de la respuesta sexual humana

Respuesta sexual masculina:

1.- Fase del Deseo


El deseo sexual es vivenciado como sensaciones específicas que mueven al
individuo a buscar experiencias sexuales o a mostrarse receptivo a ellas. Tales
sensaciones son producidas por la activación de un sistema neural específico que
al comenzar a funcionar hace que la persona se siente vagamente excitada,
interesada o abierta a experiencias sexuales o simplemente inquieta. El deseo se
debe entender como una disposición, “la puerta de entrada” , o el “permiso” que
cada sujeto se da para iniciar una experiencia sexual.

2. Fase de excitación
Durante la fase de excitación masculina, se produce la erección, respuesta refleja
que consiste en un aumento de volumen y tensión del pene debido a una mayor
afluencia sanguínea en la zona. Así, mientras que en estado de reposo la sangre
entra por las arterias y continúa su flujo por la salida venosa en el pene, durante la
excitación esta salida se cierra de forma que la sangre se retenga en los genitales.

Cuando la salida venosa se abre, con la relajación muscular que prosigue al


orgasmo, se vuelve al estado de reposo o detumescencia del pene
desapareciendo la erección.

Durante esta fase, además se tensa el escroto, los testículos ascienden y


aumentan su volumen debido a la congestión sanguínea.

Es también en un momento más avanzado de esta etapa cuando las glándulas de


Cowper segregan el denominado líquido preseminal, cuya función es limpiar el
conducto urinario de restos de semen y orina, por donde posteriormente se
expulsará el semen durante la eyaculación. También responde a una función
lubricante. Aún cuando la cantidad segregada es de apenas unas gotas, este
líquido contiene espermatozoides que aún en bajas concentraciones, no descarta
un posible embarazo.
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3. Fase de Meseta
La fase de meseta consistirá en el mantenimiento de la excitación, y por lo tanto
en la obtención de la tensión sexual necesaria para llegar al orgasmo,
manteniéndose las reacciones antes descritas.

4. Fase del orgasmo:

Durante esta fase se producirá la respuesta orgásmica, que en la mayor parte de


los casos irá acompañada de la eyaculación. Con esto se quiere decir que la
respuesta orgásmica puede ir separada de la eyaculación.

El orgasmo, tanto en el hombre como en la mujer, es la descarga mediante una


serie de contracciones más o menos regulares, de la tensión o acumulación
sanguínea alcanzada durante la excitación y meseta. Esta respuesta va
acompañada de una sensación física de placer intenso, vivida psicológicamente
de forma distinta por cada persona.

La eyaculación consiste en la expulsión del semen por la uretra, gracias a las


contracciones pélvicas que se suceden durante el orgasmo.

El semen está compuesto por espermatozoides que se forman en los testículos y


del conjunto de líquidos segregados por las glándulas anexas (próstata, vesículas
seminales y glándulas de Cowper).

Los espermatozoides, una vez producidos por los testículos gracias a la acción de
las hormonas sexuales masculinas (andrógenos y testosterona), ascienden al
epidídimo donde terminan de formarse. De ahí prosiguen su camino hacia el
conducto deferente, haciendo parada en la vesículas seminales y posteriormente
en la próstata, donde se mezclarán con líquidos lubricantes y con los nutrientes
necesarios para su supervivencia, finalizando este recorrido con la eyaculación.

5. Fase de resolución

Durante la fase de resolución, con la relajación o detumescencia del pene,


descenderá la erección paulatinamente. Tras esta fase, no podrá haber erección
(período refractario) durante un tiempo, que variará en función de la edad y las
características físicas del varón. Pasado este tiempo puede volver a haber
erección acompañada nuevamente de orgasmo, aunque la eyaculación será
menos abundante o inexistente.

Respuesta sexual femenina:

1.- Fase del Deseo


El deseo sexual es vivenciado como sensaciones específicas que mueven al
individuo a buscar experiencias sexuales o a mostrarse receptivo a ellas. Tales
sensaciones son producidas por la activación de un sistema neural específico que,
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al comenzar a funcionar, hace que la persona se siente vagamente excitada,


interesada, o abierta a experiencias sexuales o simplemente inquieta. El deseo se
debe entender como una disposición, “la puerta de entrada”, o el “permiso” que
cada sujeto se da para iniciar una experiencia sexual.

2. Fase de la excitación
La manifestación característica de esta fase, es la aparición de la lubricación
vaginal conforme avanza la estimulación sexual. Esta lubricación permitirá una
mejor y más agradable estimulación, así como hará más fácil la penetración, en
caso de darse.

La acumulación de riego sanguíneo en la zona de los genitales, provoca además


de la lubricación, la hinchazón o tumefacción del clítoris, junto a la dilatación y el
engrosamiento de las paredes de la vagina.

Estas respuestas se acompañan de una elevación y expansión del útero, a la vez


que los labios mayores se aíslan y elevan apartándose de la entrada de la vagina.

3. Fase de meseta
Durante la fase de meseta o mantenimiento de la excitación, se da lo que se
conoce como la retracción del clítoris, que se debe realmente a la hinchazón del
capuchón del clítoris y de los labios menores, más que un retroceso real de éste.

4. Fase del orgasmo


Si la estimulación es continua y persistente, se acumulará la tensión genital
provocada por el aflujo de sangre durante la excitación, produciéndose la
respuesta orgásmica, consistente una serie de contracciones que
se producen, tanto en las paredes de la vagina como en el útero y músculos
pélvicos.

Es importante aclarar que el órgano gatillador de la respuesta orgásmica en la


mujer es el clítoris. Teniendo en cuenta esto, existen diferentes formas, en
términos de vías de estimulación, a través de las cuales se obtiene la máxima
excitabilidad clitorídea, y por ende el orgasmo.

La primera vía, consiste en una estimulación indirecta del clítoris, por lo que se
conoce como el mecanismo prepucial – glandal que se debe al roce durante los
movimientos de la penetración de los extremos de los labios menores y del
capuchón del clítoris sobre éste. Vale la pena recordar que la vagina carece de
terminaciones nerviosas y por lo tanto de sensibilidad, excepto en el primer tercio
a continuación de la entrada de la vagina.

Una segunda vía consiste en una estimulación directa del clítoris, sin penetración
vaginal y a través de tocamientos, frotes o presión ejercida directamente en la
zona vulvar.
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Por último, la tercera vía de obtención del orgasmo femenino puede considerar un
procedimiento mixto, resultante de la estimulación vaginal (penetración) y del
clítoris.

Grafica respuesta sexual masculina

Grafica Respuesta sexual femenina


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