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EL TAZN DE CALDO

Esta es una historia verdadera ocurrida en Suiza, en un restaurante de autoservicio.


Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

Una seora de 75 aos coge un tazn y le pide al camarero que se lo llene de caldo. A continuacin se sienta en una de las muchas mesas del local. Apenas sentada, se da cuenta de que se ha olvidado del pan. Entonces se levanta, se dirige a coger un bollo para comerlo con el caldo y vuelve a su sitio.

Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

Sorpresa!... Delante del tazn de caldo se encuentra, sin


inmutarse, a un hombre negro, que est comiendo tranquilamente. Esto es el colmo, piensa la seora, pero no me dejar robar!... Dicho y hecho. Se sienta al lado del hombre, parte el bollo de pan en pedazos, los mete en el tazn que est delante del aquel hombre y coloca la cuhara en el recipiente...

Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

El hombre, complaciente, sonre. Toman una cucharada cada uno hasta terminar la sopa. Todo ello en silencio. Terminada la sopa, el hombre se levanta, se acerca a la barra y vuleve poco despus con un abundante plato de espaguetti y ...dos tenedores. Comen los dos del mismo plato, en silencio, turnndose. Al final, se va el hombre. hasta la vista! saluda la mujer. Hasta la vista! responde el hombre, reflejando una sonrisa en sus ojos. Parece satisfecho por haber realizado una buena accin. Se aleja..
Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

La mujer le sigue con su mirada. Una vez vencido su estupor, busca con su mano el bolso que haba colgado en el respaldo de la silla. Pero... sorpresa! El bolso ha desaparecido. Entonces, aqul negro... Iba a gritar Al ladrn!... cuando, echando un vistazo a su alrededor ve su bolso colgado de una silla dos mesas ms atrs de donde estaba ella, y sobre la mesa, una bandeja con un tazn de caldo ya fro...

Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

Inmediatamente se da cuenta de lo sucedido. No ha sido el hombre africano el que ha comido de su sopa. Ha sido ella quien, equivocndose de mesa, como gran seora, ha comido ha costa del aqul hombre...

Recopilado por: Melania Aragn para el CENAREC

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