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POEMA DEL CID En Valencia con los suyos viva el Campeador; Con l estaban sus yernos, Infantes de Carrin.

Un da que el Cid dorma en su escao, sin temor, un mal sobresalto entonces, sabed, les aconteci: Escapose de una jaula, saliendo fuera, un len. Los que estaban en la Corte sintieron un gran temor; recogironse sus mantos los del buen Campeador, y rodean el escao en guarda de su seor. All Fernando Gonzlez, infante de Carrin, ni en las salas ni en la torre ningn refugio encontr; metiose bajo el escao, tan grande fue su pavor. Diego Gonzlez, el otro, por la puerta se sali diciendo con grandes gritos: -Ay, que no ver Carrin! Tras la viga de un lagar metiose con gran temor; todo el manto y el brial sucios de all los sac. En esto que se despierta el que en buen hora naci; de sus mejores guerreros cercado el escao vio: -Qu pasa aqu, mis mesnadas? Qu queris? Qu aconteci? -Es que, mi seor honrado, un susto nos dio el len. Apoyndose en el codo, en pie el Cid se levant: El manto se pone al cuello y encaminose al len. La fiera, cuando vio al Cid, al punto se avergonz; all baj la cabeza, y ante l su faz humill. Nuestro Cid Rodrigo Daz por el cuello lo tom, y lo lleva de la mano, y en la jaula lo meti. A maravilla lo tiene todo el que lo contempl. Volvironse hacia la sala donde tienen la reunin. Por sus dos yernos Rodrigo pregunt, y no los hall; aunque a gritos los llamaban, ni uno ni otro respondi, y cuando los encontraron, los hallaron sin color. No vieseis all qu burlas hubo en aquella ocasin; mand que tal no se hiciese nuestro Cid Campeador. Sintironse avergonzados Infantes de Carrin; fiera deshonra les pesa de lo que les ocurri. Annimo. Poema del mo Cid (Versin de Francisco Lpez Estrada.) ________________________________________

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