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Para nosotros

Eran rostros de los que veinte aos antes se disputaban el podio por las sola intencin de probarse. Pero hoy, lnguidas miradas, casi ausentes. Caras plidas de violaceas ojeras preguntaban con el gesto. Cuerpos de hombros cados, pechos hundidos y manos en los bolsillos, se apretaban con otras en un movimiento forzado. Duelo de impotencia. Afloraba la congoja, el llanto contenido. Signos de:no puede ser verdad! Un rictus de dolor que vena embalando desde lo ms hondo no terminaba de salir paralizndose en una mueca. Grotescos temblores en esa agona de ser y dejar de ser al mismo tiempo. Deseo de adolescencia, verdad del presente, tiempo insultante a la razn. Inocente disputa, leal contienda con uno mismo. Fogozo el cuerpo, ansiosa el alma, la tarde daba visos de record. Existencia de un minuto o menos quizs. Pero... por qu?!!!... El pasado all, distante y cercano, jugaba con cada uno la macabra idea de un dios perverso, ausente al dolor. Siniestra aventura: vida, muerte, infinito, nada. Una esperanza. Agarrarse de algo tangible oprimiendo el verbo en una ancdota, lejana a la verdad, esperada en la aoranza, sin saber como contarla, medio en risa, medio con tristeza, un no se como mirar. Manos en espaldas de abrazos clidos, tmidos, dudaban si acariciar, apretar, crisparse, llevando un poco de vida a ese cuerpo inerte que se suceda entre los queridos a la cita. Esclavos del recuerdo, la cadena del tiempo una la sombra de la meta en un sin fin de alegoras, conociendonos all; y hoy ya mucho menos. Hermanos: estamos unidos en el dolor, en la ausencia, en el no se. Hoy fue un ayer de emociones nicas, destellantes en el vrtigo de la competencia fugaz, instante supremo de la entrega. Haz llegado a la meta irrepetible, ltima zancada de gacela.

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