Por:
Luis
Angel
Pérez
Gómez*
Fecha:
8
de
abril
de
2012
"Nadie
ofrece
tanto
como
el
que
no
va
a
cumplir”.
Francisco
de
Quevedo
y
Villegas
Las
campañas
por
la
Presidencia
de
la
República
han
iniciado
oficialmente
y
los
candidatos
ya
se
encuentran
recorriendo
el
territorio
mexicano
llevando
consigo
su
mensaje
de
cambio,
transformación
y
compromiso.
En
teoría
todos
los
candidatos
tienen
una
tendencia
diferente,
se
pronuncian
a
favor
de
diferentes
caminos
para
México,
sin
embargo;
si
analizamos
a
detalle
podemos
observar
que
todos
esconden
los
temas
de
fondo
y
en
caso
de
llegar
al
poder,
no
harán
nada
por
desmantelar
las
estructuras
de
privilegio
y
poder
que
hasta
ahora
han
llevado
a
México
al
borde
del
fracaso
económico,
político
y
social.
El
debate
nacional
habla
de
mucho
y
a
la
vez
de
nada.
Se
habla
de
generación
de
empleos,
pero
no
se
toca
el
tema
de
la
baja
productividad,
la
informalidad
y
los
salarios
precarios.
Se
menciona
el
tema
de
la
competencia
económica,
pero
no
se
discute
el
desmantelamiento
de
monopolios
y
oligopolios
públicos
y
privados.
Se
debate
sobre
la
pobreza
que
amenaza
a
millones
de
mexicanos,
pero
no
se
examinan
las
ineficiencias
del
gasto
público
y
mucho
menos
se
señala
el
inminente
fracaso
de
la
política
social.
Hemos
permanecido
en
el
estancamiento
económico
durante
los
últimos
treinta
años
y
seguimos
sin
cuestionar
la
viabilidad
de
la
política
económica
que
favorece
a
pequeños
grupos
empresariales
y
castiga
al
grueso
de
la
población.
Navegamos
sin
rumbo
;
no
existe
un
destino
para
México.
La
tierra
de
la
prosperidad
se
encuentra
cada
vez
más
lejos
de
nuestro
horizonte.
El
país
quiere
moverse
pero
está
anclado
a
su
historia
de
fracaso,
al
cinismo
de
sus
políticos
y
a
la
ausencia
de
ciudadanos
comprometidos.
Los
círculos
de
poder
no
discutirán
los
temas
que
México
necesita
para
su
transformación
simplemente
porque
existe
un
acuerdo
para
no
cambiar,
un
consenso
para
conservar
el
poder
y
los
privilegios,
un
pacto
para
mantener
las
mismas
estructuras
políticas
y
económicas.
Por
otra
parte,
la
sociedad
sigue
discutiendo
temas
sin
sentido
y
sin
propósito.
Se
menciona
por
ahí:
¿Por
qué
Enrique
Peña
Nieto
aparece
en
revistas
sociales
con
Angélica
Rivera?
¿Por
qué
Vázquez
Mota
no
llenó
el
Estadio
Azul
?
¿Por
qué
AMLO
acudió
a
la
visita
del
Papa?
Me
pregunto,
¿Ese
tipo
de
cuestionamientos
son
los
que
debemos
formular
cuando
la
mitad
de
la
población
padece
de
algún
tipo
de
pobreza?
¿Es
necesario
discutir
la
fama
de
un
político
cuando
el
tejido
social
está
roto?
Dejemos
de
gastar
energía
social
en
temas
intrascendentes.
Realizar
un
cambio
requiere
la
transformación
integral
de
la
sociedad
civil
y
política,
exige
olvidarnos
de
las
ideas
muertas
y
quitarnos
la
arcaica
idea
de
que
“Así
es
México”.
Necesitamos
olvidarnos
de
la
complicidad,
de
los
favores
y
pactos
políticos,
del
conformismo
y
la
corrupción,
del
rentismo
empresarial
y
de
la
violación
constante
de
la
ley.
Auguro
que
las
campañas
seguirán
en
la
misma
tónica
y
los
ciudadanos
seguiremos
discutiendo
trivialidades
poco
transformadoras.
Los
políticos
ganan
y
México
pierde.
Continuarán
las
viejas
propuestas
que
ganan
votos
pero
que
no
generan
soluciones.
Estrategias
obsoletas
que
resguardan
intereses
pero
que
no
resuelven
los
problemas
de
fondo.
Propuestas
de
antaño
para
un
país
saqueado
por
su
clase
política
y
olvidado
por
sus
ciudadanos.
Mientras
la
sociedad
opte
por
seguir
nadando
en
las
aguas
de
la
conformidad
y
no
exija,
cuestione,
analice
y
sancione;
el
Statu
quo
permanecerá.
México
seguirá
siendo
un
país
de
intereses
y
no
de
ciudadanos.
*Estudiante
de
la
Licenciatura
en
Economía
y
Finanzas
del
ITESM
CEM,
columnista
de
Gurú
Político
y
autor
del
blog
La
Revolución
del
Pensamiento.
angel_lp01@hotmail.com
Twitter:
@LuisAngel_Perez