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Con clidos ojos de dulzura y besos de amor matutino, me ofreces mi bella obertura un mgico y verde camino.

De encantacin en un derroche, dichosa eres, querida aguazur; mirandome a travs de la noche te encuentras tu, mi nia frufr

Con gestos de esperanza t, direccionas mi lado anodino; permutando sedicin por mpetu es siempre ella, mi dulce ambarino.

Dura y quebradiza, que fcilmente arde y coloniza; turbada por naderas resurgiste con agallas y gallarda.

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