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SAZ> ZQcURAL Og % cE Personeria Juridica “Q) = Ne 12720/60 = 3 5 ° BIBLIOTECA POPULAR: | ANDRES FERREYRA NE \. s COCHEA RY we Martin Persson Nilsson 2-7 Stee - el Tek: Historia de la religion griega 282 PUSS 48432 EUDEBA ‘EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES Titulo de la, obra original: A History of Greek Religion Oxford University Press, Londres, 1925 Traducida de Ja edicién, corregida (1986), por ATILIO GAMERRO La revisién estuvo a cargo del departamento técnico, de la Editoriat © i961 EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES - Florida 656 Fundada por la Universidad de Buenos Aires Hecho ef depésito de ley IMPRESO EN LA ARGENTINA — PRINTED TN ARGENTINA NO 12720/60 SIBLIOTEGA POPULAR PREFACIO A LA SEGUNDA ERICI Maes rennevna ~ NECOCHEA. Revisada en 1952 Se © a hS S062 . rail Desde que aparecié en 1925 la primera edicién de esta obra, muchos articulos y trabajos mds extensos se han ocupado en la religién griega, por ejemplo, O. Kern, Die Religion der Griechen, $ vols., 1926-38; U. v. Wilamowitz, Der Glaube der Hellenen, 2 vols., 1931-32; H. J. Rose, Pri- _ -mitive Culture in Greece, 1925, y A Handbook of Greek Mythology, 1928, Pero, desgraciadamente, las dificulta- des de estos tiempos han impedido la modificaci6n en gran escala del texto correspondiente a la primera edi- cién, Creo, sin embargo, que las opiniones alli vertidas tienen todavia vigencia, salvo.en lo que respecta a pe quefios cambios y modificaciones, Mi Geschichte der griechischen Religion (en el Handbuch der Altertums- wissenschajt) trae documentos y andlisis exhaustivos; el primer tomo de la misma, hasta Ja época de Alejandro Magno, aparecié en 1941, y el segundo, hasta el fin de la ‘antigiiedad, en 1950. Por eso, el lector no debe dejar de leer atentamente este prefacio y las notas agregadas a ‘pie de’ pagina, constituidas por addenda, correcciones y referencias’ a autores, antiguos. HISTORIA DE LA RELIGION GRIRGA Los materiales reunidos en mi obra Minoan-My- cenaean Religion and its Survival in Greek Religion, pu- blicada en 1927, han servido de base para. el capitulo so- bre Ja religién prehistérica de Grecia. Desde entonces, s¢ han realizado muchos descubrimientos y han aparecido muchos articulos y libros sobre el tema. Sélo hace falta mencionar aqui el libro de sir Arthur Evans, Palace of Minos, vols. ILIV. Una breve reclaboracién. del tema aparecié en la Gesch. d. griech. Rel,, I, pags, 237 y. sigs., y otra mds completa en Ia segunda edicién de MMR!, 1950, donde los problemas planteados en ésta y en las paginas siguientes reciben un tratamiento mds extenso, En la obra mds antigua, habia considerado las religiones cretense y micénica como formando en esencia una uni- dad, ya que los testimonios son monumentos, pero tam- bién sefialaba algunas diferencias. El Hades, el mundo de las sombras, no es cretense; la diosa con escudo de la tableta calcdrea de Micenas (pag. 58), precursora de Atena, es una versién micénica dela diosa doméstica cretense; ¢l opulento culto funerario de los micenios con. trasta con la pobreza de las tumbas de la gran época de Creta. Los magnificos hallazgos en Midea 1 Pproporcio- nan un ejemplo reciente. Las excavaciones suecas en Asine han revelado un anaquel con {dolos y vasijas, como en las capillas domésticas de Creta, pero junto ‘a ellos habia una gran cabeza y um hacha de piedra, po- siblemente Zeus y su rayo. El anaquel no se hallaba en una pequefia capilla sino en una esquina del mégaron *, 1 A. W. Persson, The Royal Tombs at Dendra near Midea, 1981. * Segtin el uso corriente, os nombres griegos, propios y de institnciones, se han espaiiolizado; los pocos casos en que se ha preferido transcribirlos (sefialandy. con circunflejo las vocales lar- 8 : ; - soe - PREFACIO ‘elgrate tibuls 2; El culto ‘estaba. abierto al piblico. Jn: nuévo examen de las relaciones entre. la religién micéhica y la cretense por um lado, y por otro con Ho- mero, planted nuevos problemas. Los micenios eran grie- gos y, a diferencia de los pacificos cretenses, constituian un pueblo guerrero. Muchos mitos heroicos y especial mente los grandes ciclos mifticos provienen de la época micénica 8; y con ellos dioses tan estrechamente asociados a los mitos, que ¢s imposible. separarlos. El Estado divi- no, €l. Olimpo, sigue el modelo del reino micénico: un rey poderoso que rige a vasallos algunas veces poco su- misos. Se planted el problema de saber si el aparato ex- terno de los cretenses no ocultaba ideas micénicas de muy diferente cardcter. Cuestiones de este tipo se sus- citan fdcilmente cuando.un pueblo menos civilizado se apodera de las formas artisticas de una cultura altamente desarrollada; un ejemplo tfpico es la representacién de Ahuramazda con la forma del dios Assur. Homero con- -serva una herencia de la época micénica‘*. Més impor- tante que los detalles arqueolégicos es el hecho de que Homero conoce solamente Ja Grecia predérica, y des- cribe una sociedad feudal gobernada por un rey guerre- ro. Quizis haya conservado también algunos elementos de las creencias religiosas micénicas. En la Gesch. d. gas y suprimiendo el acento agudo cuando recae sobre una de ellas) aparecen en cursive. En el indice analitico se registran Jos principales nombres griegos con su grafia original, (N. del E) 2 Ver mi Minoan-Mycenaean Religion, pigs. xx y sig. y 4 minas YE y 1V, y J. D. 8. Pewptesury, The Archaeology of Crete, 1939. coBEL tema aparece tratado “in extenso” en mi Mycenaean Origin of. Greek Mythology, 1982. Hay ula explicacién en mi obra Homer and Mycenae, 19835" HISTORIA DE LA RELIGIGN GRIEGA q griech. Rel., J, pags. 388 y sigs. sefialé dos elementos de ese tipo: el fatalismo propio de uma época guerrera, y el aparato divino, cuye origen debe buscarse en parte en Ja creencia acerca de una relacién personal entre el hom- bre y el dios. Actualmente, cl contraste entre’ inhuma- cién en la época micénica y cremacién en Homero, ya no resulta tan agudo. En Midea, los muertos’ -estaban depositados en sarcéfagos, pero Jas ofrendas funerarias aparecian en parte quemadas. Muchas tumbas micénicas revelan sefiales del fuego, y en sepulturas tardias, inme- diatamente posmicénicas, aparecen huesos calcinados. Homero sélo conocié el timulo. La parte superior de la tumba en thdlos [o en forma de ciipula] sobresalia de Ja tierra y se cubria con un tumulo, pero de igual manera se cubria una tumba en thélos que estuviera a ras de tierra 5, Parece que algunas veces una piedra corond la cuspide. Los micenios eran griegos, antepasados de los gtiegos histéricos; no hay por qué colocar a ambos en compartimientos estancos, Se justifica, entonces, que tra- temos de buscar en Homero huellas micénicas. Algunos antropdlogos modernos acusan a los inves- tigadores de la antigiiedad de no prestar atencién al uso de los mitos como textos rituales o de no fijarse en la importancia social de los mismos*. Lo unico que esto prueba es que Jos antropdlogos no conocen los mitos grie- gos ni sus rasgos caracteristicos. Juzgar los mitos griegos 5S N. Varmin, “Tholos Tombs and Tumuli” en- Corolla ar- chaeologica (Acta Instituti Romani Regni Sueciae, II), 1982, pags. 216 y sig. 6 Por ejemplo, B. MALINowsKI, Myth in Primitive Psychology, 1926. Para un enfoque sensato del problema, ver E. EHNMARK, “Anthropomorphism and Miracle”, Uppsala Universitet Aarsskrift, 1939, fasc. 12, pags. 186 y sig. 10 : = "ae PREFACIO por Jos _patrones correspondientes a ciertos pueblos pri- s#iita¥08 €s tari inadecuado como aplicar a los mitos de pueblos primitivos los patrones griegos, segtin se hizo antiguamente. Poseemos muy escasos restos de textos ri- tusles griegos; raramente aparecen en ellos referencias a Ios mitos. En las fiestas de los dioses se cantaban mitos, pero eran composiciones poéticas, no littirgicas. Pocas veces el mito influyé en el ritual?, El mito tuvo gran importancia social; a ella nos referimos en la pag. 78: en las pags. 298 y sigs. estudiamos su importancia po- litica 8, La afirmacién de que “el mito es esencialmente ‘una explicacién, una especie de ciencia primitiva’, es incorrecta. Los ditia no se pueden comparar con la cien- cia. El deseo humano de encontrar una explicacién para todo lo que Hama su atencién es universal y adopta a menudo formas fantdsticas. Tales ditia son comunes a - todos los pueblos. Sobre el problema mas dificil y oscuro de la época arcaica, el orfismo, han aparecido diversos estudios® desde el momento en que el profesor Kern preparé el terreno coleccionando testimonios y fragmen- tos. En un andlisis serio y minucioso, el profesor Lin- forth trata casi de barrer con el orfismo. Reconoce como érfico sdlo aquello “sellado con el nombre de Orfeo”. , Pero ese sello es una farsa; todos los escritos drficos son apécrifos, Linforth pasa por alto el hecho de que “or- fismo” es un nombre convencional para Ja tama mds % Ver H. J. Rosz, Modern Methods in Classical Mythology, 1980. 8 Ver mi obra Cults, Myths, Oracles and Politics in Ancient . Greéze, 1951. S- %. Mi articulo, “Early Orphism and Kindred Religious Mo- vements”, Harvard Theol. Rev, XXVIT, 1938, pags. 181 y sig: W. K. G. Gore, ‘Orpheus and Greek Religion, 1935; I. M. Linrorta, _ Phe Arts of Orpheus, 1941. il

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