Los adjetivos en la poesa: limitan o acrecientan el verso Es verdad que la herramienta del poeta es el lenguaje, el idioma que le ha tocado

conocer y aprender; pero los purismos y las corrientes de moda en poesa, son un ancla que detiene un barco en alta mar. Sirven, pero no debemos suscribirnos a estas reglas y modas como base del trabajo potico que contiene, en su profundidad, mucho ms que retrucanos gramaticales y estilos artificiales. Con lo anterior paso a un tema que ha sido de mucho inters para m: el uso de los adjetivos en la poesa. Los adjetivos siendo los acompaantes de los nombres para reforzarlos, cumplen una funcin de gran importancia, de valor nominal, que pueden debilitar o darle fuerza a un nombre a un verbo o a un adverbio. Creo que el adjetivo ms que acompaar a otros elementos gramaticales, tan vitales como los verbos, suele aparecer ah por obra de la institucin del poeta. Un adjetivo que surge de la verdad, de la espontaneidad; antes y durante la labor potica, en el verso, suele ser necesario. Un ejemplo de poeta que hizo con los adjetivos una de las poesas mas cristalinas y contundentes que he ledo, fue el espaol Antonio Machado; quien desde su libro Soledades, supo por intuicin y tcnica colocar el adjetivo justo en el lugar perfecto en el poema: Leamos su poema Fue una clara tarde, triste y soolienta Fue una clara tarde, triste y soolienta tarde de verano. La hiedra asomaba al muro del parque, negra y polvorienta La fuente sonaba. Rechin en la vieja cancela mi llave; con agrio ruido abrise la puerta de hierro mohoso y, al cerrarse, grave golpe el silencio de la tarde muerta.

O El Cadalso En la vieja plaza de una vieja aldea, ergua su horrible pavura esqueltica el tosco patbulo de la fresca madera La aurora asomaba lejana y siniestra. Y as podemos encontrar repetidamente en sus libros Del Camino, Humorismos, Fantasas, Apuntes, presencia de adjetivos, en sus Campos de Castilla y, con menos Poesas de la Guerra, a un Machado

calificando con toda naturalidad, momentos claves de la poesa espaola. Por mi parte, muchas veces quise huir de los adjetivos, por aquello de las recomendaciones acerca de la monotona que producen en los versos. Ahora con ms seguridad, me parece que los adjetivos, o cualquier otro elemento del idioma en la paleta del escritor, se quedan o se van, segn la esttica personal que cada uno tenga.