A Las aventuras ge Papelucho se prolonigan a travGsde Jos tomos de estt eoleccién, xin repetitse nunca, ni faf{gar, porende, a sus lectores, elmo lo indian Tas SMB= savas ‘ediciones de cada uno de elds. Siempre es un ifeidente rinimo de la vida cotidiana el que desata la iaginacrn aventurera de nuestro pequenio héroe, No necesita gran= des cosas para confabular la intriga de sus sabroses episodios. & En Papelucho casi huérjano, cuya nueva edicion ahora presentamos, basta un viaje de sus padres a los Estados ‘Unidos para que todo e! mundo del inquieto protagonis- ‘a se transforme. La obra no es sino el Diario que lleva Papelucho' de cada una de esas transformaciones eof dans, en las que Jos sucesos que las provocan cuentan, posiblemente, menos que los comentarios y conclusio= nes que éste saca de ellos Marcela Paz ha recibido el Premio Nacional de Uiteratt- 1a 1982. a COAL EDITORIAL UNIVERSITARIA© Eitri Unverstaria, 1975, 8 nsexpein N87 _ Durehosexcsivos reservados. Ninna parte de ete ro puede ser epreducia, transmis © slmaceneda, sex por os mecinias, dpios 0 que, inlidas as fotocopias, sn permis de io, excepto cas en ‘evista, daros ois, sempre qu se mension Tb pacedencn de a sas ISBN oseT-5E Cig interne: 612.2 : ‘Se termind de imprimir esta ‘TRIGESIMA TERCERA EDICION ‘on sills de Edo Universitaria San Fandco 45, Santiaga de Chile cen el mes de junio de 1981 Proyecs la ec: Mani Antr Clore Mari Cade Ras Tle Towracones de Ya Primera edict: 1951 “Teigtsima segunds edi: 19 ‘OKA APROBADA COMO TEXTO AUNILIAR DE LA ENSENANZA, SEGUN DECRETO N° 1.7%, DEL. 18 DE NOVIEMBRE Of 1574 DEL MINISTERIO DE EDUCACION, cf | EprroriaL UNIVERSITARIAtts tals de en Coes eee ae vp sempre cra mi Dia pro un fe Mar Toe la clase me lo tird a la basura y ya no eseribi dia, llegé un sefior a verme. Era un se- cara de Aguila y miles de arruguitas debsjo ‘También tenia una camisa con caracoles con pelitos asomados. + Fui yo el que encontré tu Diario 'yahora es todo un libro. ;Has seguido 2 yo me parece mal. Te he traido un precioso ‘con tapas de jabali, para que sigasescribien- uchas gracias —le dije. Era una pena pen- tapas habian sido un verdadero jabali y or lo aplasté para hacerlo un puro cuaderno.