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ELEMENTOS BASICOS A CONSIDERAR EN LA CARTOGRAFÍA

Con la Ley Federal de Educación Nº 24.195/93, que entró en vigencia al


promediar la década del noventa en la mayoría de los distritos escolares del
país, trajo beneficios a la educación de los argentinos por la incorporación de
nuevos contenidos en la enseñanza-aprendizaje, pero a la vez, afectó a
algunos contenidos clásicos por la falta de claridad en los diseños curriculares
provinciales y por las dificultades en la capacitación docente. Muchas
disciplinas se vieron afectadas, especialmente Historia y Geografía que pierden
su autonomía en la Enseñanza General Básica (EGB) como integrantes del
área de las Ciencias Sociales. Contenidos que eran desarrollados por la
Geografía: el Universo, el Sistema Solar, La Tierra como una esfera celeste y
terrestre, sus movimientos y otros descriptores pasaron al área de las Ciencias
Naturales. Esto permitió que se soslayen algunos temas, que con el transcurrir
de los años se observen las muchas lagunas que presentan los alumnos en
conocer conceptos básicos que forman parte de su vida cotidiana, como por
ejemplo, la aplicación práctica de los elementos que brinda la Cartografía.
En las escuelas del nivel primario y secundario el estudio de los
elementos de la cartografía están a cargo de la escasa carga horaria de la
Geografía, por ser una ciencia espacial que se ocupa de observar, analizar,
interpretar y explicar los espacios geográficos, o sea, la interrelación que se da
entre el medio natural y los grupos humanos que en el habitan.
A esta altura de los eventos no existe ánimo de analizar las debilidades
de la transformación educativa, será un aporte más que valioso si recordamos
algunos conceptos elementales que favorecen al manejo de mapas, objeto de
uso corriente en las investigaciones científicas, en la ordenación del territorio y
en las actividades de la vida cotidiana del ser humano.

La Cartografía, primero como herramienta luego como disciplina, ha


ejercido un rol importante en la vida del ser humano desde la más remota
antigüedad. El hombre, externamente a su cultura, utilizó distintos elementos
de su medio para representar su sitio con los componentes tangibles e
intangibles percibidos que intervinieron en su modo de vida y, al mismo tiempo,
para organizar y dominar el espacio. En algunas sociedades primitivas estas
representaciones manuales evolucionaron y dieron origen a la escritura, al
lenguaje hablado y a una gran variedad de grafismos que hoy utilizamos.
Las representaciones adquirieron características transitorias cuando se
trazaron en el suelo o sobre un elemento perecedero utilizando trozos de rocas,
maderas, tallos, ramas, savia de vegetales y sangre de animales, flores,
semillas, plumas de aves, esqueletos de animales y otros, muy utilizado por
culturas primitivas. En cambio se tornan duraderas en inscripciones grabadas
en rocas, tablas de arcillas, maderas, metales, papiro, cueros, para finalizar en
el papel y en la digitalización en computadoras. En definitiva, los grafismos
utilizados por las diferentes culturas a través del tiempo para representar lo
percibido, tuvieron como objetivo ubicarse y orientarse en el espacio, y a
partir de entonces, conocer nuevos lugares.

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Ubicarse es saber donde estamos, es memorizar las imágenes
concretas, marcas visuales, olores y ruidos, que nos indican que estamos en tal
o cual lugar. Es una apropiación del espacio a través de los sentidos. Podemos
reconocer por medio de sus componentes y la función que cumplen, si estamos
en un desierto, en el campo, en una autopista, en una cancha de fútbol, en una
plaza, en una escuela o en un templo religioso.
Orientarse es saber hacia donde vamos, es situar los lugares en un
espacio de referencia más amplio y abstracto. Esto estará determinado por
cada sociedad, por el sistema que utilizan para definir su posición y la manera
que miden las distancias. Así es como desde la antigüedad se utilizan para
orientarse: las estrellas (Cruz del Sur, Osa Mayor); el Sol (naciente, medio día,
poniente); orientación de las sombras (en el hemisferio Sur se orientan en
sentido SO-SE); por un río (río arriba, río abajo, hacía el río, opuesto al río); por
el relieve (tierras altas, tierras bajas, detrás de las montañas); por la brújula
(indica el Norte y la Rosa de los Vientos); los mapas (latitud, longitud, altitud,
distancias) y más recientemente los radares con el práctico Sistema de
Posicionamiento Global (GPS), incluido en los sistemas de navegación. Todo
mapa, carta o plano debe orientar el norte hacia la parte superior del usuario.
Así, como a través del tiempo evolucionó la gráfica de representar las
formas y las relaciones espaciales de los elementos de un determinado lugar,
también en la actualidad esa representación gráfica va depender del objetivo
final del grafismo y del nivel de instrucción de quien lo realiza.
Ubicarse y orientarse en el espacio se completan con dar nombre
propio al lugar, a los componentes y a las variaciones de aspecto que se
registran en el ambiente. En otras palabras es proceder al bautismo, utilizando
toponimia cultural propia o extraña. Esta puede perduras a través del tiempo o
sufrir algunas modificaciones.
De esta manera llegamos al mapa, palabra que proviene del latín
mappa, significa toalla, porque en la época medieval los mapas se
representaban sobre tela, y los encargados de llevar a cabo esa tarea eran los
cartógrafos.
En la actualidad, diversas son las disciplinas que intervienen en la
elaboración de mapas y cada una de ellas le da el enfoque inherente a su
objeto de estudio, a pesar de ello, todos los mapas contienen dos elementos
imprescindibles: la localización y el atributo.
• la localización en el espacio bidimensional, representados por las
coordenadas geográficas (abscisa x y ordenada y): los paralelos
determinan la latitud Norte o Sur y los meridianos la longitud Este u Oeste.
Son líneas imaginarias y carecen de materialización en el terreno. Fueron
trazadas por el hombre al estudiar la Tierra (Geoide) como un cuerpo
geométrico.
• el atributo, cualidad o magnitud, es lo que se localiza: curso de agua,
precipitaciones, áreas sísmicas, ciudad, plantaciones, delincuencia,
utilizando signos o símbolos, que se aclaran en las referencias del mapa.
Podrá haber atributos iguales sobre la faz de la Tierra, pero no existen
dos atributos iguales con la misma localización.

Como es imposible representar total o parcialmente la superficie


terrestre con sus atributos en su verdadera dimensión, se recurre a la
reducción. La relación en proporción de reducción que existe entre la realidad y

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la que se representa en el mapa se llama escala. Es un dato importante que el
usuario debe considerar en un mapa., porque de acuerdo a ella será la
representación del lugar. Todos los mapas traen una escala numérica (por ej.
1: 20.000.000) y/o una escala gráfica (es una recta dividida en segmentos
consecutivos iguales) y sirve para medir la distancias entre dos puntos
considerados, siempre en línea recta. Cuando más grande es el denominador
de la escala numérica, mayor es la reducción y se utiliza para representar
mayores superficies; cuanto más pequeño es el denominador de la escala,
menor es la reducción y se observan mayores detalles del lugar que se
representa. Ej. En un mapa de la Argentina a Escala 1:20.000.000, nos dice
que 1 mm en el mapa equivalen a 20.000.000 mm en la realidad, o sea 20 Km.
Al realizar un cambio de escala en un mapa también se hace un cambio
del sistema gráfico, es decir, recurrimos a la generalización de los detalles que
representamos, ejemplo: al reducir la escala en un plano urbano, se juntan las
manzanas de casas y quedan eliminadas las calles menos importantes. Una
buena cartografía es aquella, que en la generalización, conserva el sentido
geográfico de los elementos que se representan en el mapa.

Los elementos de la realidad (material e inmaterial) que se representan


en un mapa reciben el nombre de símbolos o signos cartográficos. Muy
pocos signos y palabras que se utilizan tienen una significación universal.
Según la forma de representación los símbolos o signos cartográficos se
clasifican en:
1. Punto (o puntual). Es una ubicación no dimensional. Se refiere a
representaciones individuales, a datos de lugar, altura de un lugar, el
centro de distribución de algo, el volumen conceptual en un lugar. Ej.
Ciudad, mina, iglesia, punto acotado, cada punto representa 100
personas, etc
2. Lineal. La característica distintiva es la asociación a líneas y su
unidimensionalidad, a pesar de la extensión que puede alcanzar. Ej.
Rutas, líneas férreas, límites, ríos, línea costera, ruta de migración,
curvas de nivel, etc
3. Zonal (o de áreas). La característica más importante es la extensión del
área del fenómeno que se representa Ej: bosques, climas, lenguas,
religiones, cultivos, regiones censales, regiones contaminadas, etc.

El color en los mapas permite mayor detalle, potencia el interés visual y


aumenta la posibilidad de jerarquizar el grafismo. Los colores deben
acompañar a los objetivos del mapa. Estamos acostumbrados a observar los
mapas físicos, que representan las formas de relieve de las tierras emergidas y
sumergidas, a través de una escala cromática aceptada por convención que se
leen en las referencias. Son pocos los colores que se respetan por
convención. Los más aceptados son:
• Azul: agua, frío, valores numéricos positivos.
• Verde: vegetación, tierras bajas (llanuras, depresiones), bosques.
• Amarillo, canela: sequía, escasez de vegetación, elevaciones
intermedias (mesetas), período terciario
• Marrón: relieves (montañas, colinas), curvas de nivel
• Rojo: calor, elementos importantes (carreteras, ciudades, pueblos),
rocas ígneas.

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• Rosa: rocas metamórficas.

En el momento de trabajar con un mapa es importante considerar la


proyección cartográfica, definida como la representación de paralelos y
meridianos en un plano. Debido a la esfericidad de la Tierra y la imposibilidad
de traspasar simultáneamente todas las características de la red de
coordenadas geográficas a una superficie plana, se recurre a las distintas
proyecciones con el fin de reproducir la superficie con mayor fidelidad. En
general las superficies menores no presentan problemas de representación.
Las deformaciones se manifiestan cuando se quieren representar grandes
superficies (hemisferios, continentes y países que tienen un desarrollo
latitudinal –Argentina- o longitudinal –Rusia). En la tradicional proyección
Mercator (Cilíndrica Conforme) como los paralelos son líneas rectas
distanciadas progresivamente hacia los polos, y los meridianos son líneas
rectas equidistantes, mantiene las formas (de los continentes, islas) pero
exagera las áreas hacia los polos. Por tal motivo Groenlandia aparece más
grande que México, cuando ambas tienen la misma superficie. Se usa para la
navegación y otros usos en que la línea de rumbo sea necesaria. Obviamente,
esta no será la proyección adecuada para mediciones de áreas y representar
fenómenos de distribución, siendo aconsejable el uso de la proyección Peters
(Equivalente), que distorsiona las formas, pero conserva las áreas.
La confección de mapas se puede realizar bajo distintos enfoques según
sea la disciplina que la utilice como medio para plasmar su objetivo, pero hay
elementos básicos que deben ser respetados. En la Argentina, el Instituto
Geográfico Militar, reglamenta los elementos de la cartografía oficial.
Los grandes descubrimientos geográficos, la perfección de las
mediciones y los avances de la tecnología, permiten definir a la cartografía
como ciencia, arte y técnica.

Proyección Peters

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Proyección Mercator

Lic. Elida H. Arenhardt de Romagosa


Departamento de Geografía
Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”

BIBLIOGRAFÍA

• CLAVAL, Paul. La Geografía Cultural. Buenos Aires. Eudeba. 1999. 378


p. Geografía siglo XXI serie espacios de teoría y reflexión. ISBN 950-23-
0921-9
• ERRAZURIK, A. M.; GONZALEZ J.I. Proyecciones Cartográficas.
Manejo y Uso. Universidad Católica de Chile. Facultad de Historia,
Geografía y Ciencia Política. 1992. 112 p. Colección textos
universitarios. ISBN 956-14-0296-3
• JOLY, Fernand. La cartografía. Barcelona. Oikos-tau. S.A. 1988. 134 p.
Colección ¿qué sé? Nueva Serie. IBSN 84-281-0633-9
• ROBINSON, Arthur H. et al. Elementos de Cartografía. Barcelona.
Ediciones Omega S.A. 1987. 543 p. IBSN 84-282-0768-2

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