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El argumento central del libro plantea que por muchas dcadas, el sistema poltico se caracteriz por dos principios

fundamentales que han dejado de operar y ahora tienen que ser sustituidos por otras formas y practicas polticas. El primero de estos era la excepcional institucionalidad del sistema en su conjunto. Polticos, empresarios, obreros y la sociedad en general participaban dentro de organizaciones, canalizaban sus demandas a travs de las diversas instituciones y aceptaban la estructura del sistema como legitima. Por supuesto, esa estructura tenia como objetivo principal el control poltico y no la generacin de participacin poltica, lo que hacia posible el autoritarismo que con frecuencia cobraba fuerza en distintos mbitos de la vida en el pas. Esas instituciones, sin embargo, se han erosionado y han dejado de ser percibidas como vehculos legtimos por la sociedad, aunque no han perdido del todo su efectividad como mecanismos de control poltico. La otra caracterstica del sistema poltico fue su uso de las reglas no escritas. Los polticos aceptaban un conjunto de reglas que conocan pero que nadie defina en blanco y negro y que, sin embargo, constituan normas de comportamiento que nadie estaba dispuesto a menospreciar o violar. Entre estas reglas se encuentran desde las que norman la sucesin presidencial hasta aquellas que rigen la corrupcin. Lo interesante de esas reglas, como argumenta el autor, es que el sistema fue particularmente eficaz en disfrazarlas al presentar decisiones o acciones claramente fuera de la legalidad como si fuesen parte del marco legal. La mayor parte de los pocos polticos y burcratas que en el curso del tiempo fueron procesados penalmente, lo fueron por que violaron las reglas no escritas, aunque el cargo penal se hacia dentro del marco legal vigente. En otras palabras, el que violaba las reglas no escritas esta procesado por cualquier otra cosa.

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