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Poeta
Los poetas saben de sus pares por pequeas luces que les brotan de los dedos. Y dejan marcas violceas en los fierros del metro, pasamanos, en las cabinas telefnicas. Los poetas saben, miran suspicaces el cielo rojo de otoo, y deciden el momento idneo para enraizar frases, faustos, versos en las calles de concreto y hormign. Yo lo s, vi uno un da rascarse la cabeza en posicin retorcida, como en conjuncin con cuerpos csmicos. Y me pregunt por qu lo miraba. As, con esta misma voz taciturna de claustros, por qu. Yo le dije que haba visto la lumbre de sus dedos y la risilla que manaban sus pasos por la acera, una risilla violenta e ingenua. Violenta e ingenua.
Que saba entonces que l era un poeta. Y l me dijo, mientes nia, mientes. Y prendi fuego a neumticos y versos que colapsaron el trnsito de esa Alameda. Entonces se fue, la risa que lo secundaba y la lumbre, las luces pardas aterrizaban an en mis pupilas.
Los poetas saben de sus pares por pequeas luces que les brotan de los dedos. Pero lo niegan. Lo niegan.