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CAPERUCITA ROJA

Haba una vez una nia muy bonita. Su madre le haba hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba

Un da, su madre le pidi que llevase unos pasteles a su abuela que viva al otro lado del bosque, recomendndole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso,

Caperucita Roja recogi la cesta con los pasteles y se puso en camino. La nia tena que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuelita, pero no le daba miedo porque all siempre se

De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.

A dnde vas, nia? A casa de mi abuelita.

No est lejos.

El lobo se ha ido.

La abuela se pondr muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores adems de los pasteles.

Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuelita, llam suavemente a la puerta y la anciana le abri pensando que era Caperucita. Un cazador que

El lobo devor a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se meti en la cama y cerr los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja

Abuelita, Abuelita, qu ojos ms grandes tienes!

Son para verte mejor.

La nia se acerc a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.

Abuelita, abuelita, qu orejas ms grandes tienes!

Son para orte mejor.

Abuelita, abuelita, qu dientes ms grandes tienes!

Son para comerte mejoooor!

El lobo malvado se abalanz sobre la niita y la devor, lo mismo que haba hecho con la abuelita.

Mientras tanto, el cazador se haba quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidi echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidi ayuda a un segador y los dos juntos

El cazador sac su cuchillo y raj el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban all, vivas!.

Para castigar al lobo malo, el cazador le llen el vientre de piedras y luego lo volvi a cerrar. Cuando el lobo se despert de su pesado sueo, sinti muchsima sed y se dirigi a un

En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron ms que un gran susto, pero Caperucita Roja haba aprendido la leccin. Prometi a su abuelita no hablar con ningn desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en

FIN
Lidn Traver Vials Beatriz Montas Ibez

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