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Historia semipermeable II Me arropo con varias almohadas a ver si pierdo la cabeza por detrs del cabezal, y me enchufo en la corriente

hasta tu casa -o donde sea, porque aqu nadie al fotn escapay me descubro el cerebro lleno de acentos tan puestos uno encima del otro que casi se me viene encima la misa de la voz aguda -abejiita rayada que agiita la mandbula aglandadapara invocarte cucharadas de ponche de parcha en la boca como una mancha loca en la maana. Estrangulo la fruta envuelta en la rama tiesa y agitada, las hojas erizadas buscan fugacear el ro que de la raz emana -es tan elctrico que seguro la esttica te llena de corrientazos la vela el fsforo y la camay supuran los poros manantial tan de playa piragua tan Caribe una marchiquita para tanta marejada que seguro se salina tu furia, que seguro se te arena la cama. Llname de expectativas dactilares -dedomariposallname el zafacn del bao

donde archivo los abortos con tu monocatlogo de bonsi entre la mano y la migraa. Salta, coqu, por los guajonales! Encalla tu mangle en mis cayos como la pezua que empua el fro de la madrugada sobre la tierra blanda -tan blanda que me la comes como un bocado de sumidero mundonado, como un cemento creciendo pisos ms stano que lo que alcanz a verse en la terraza, como una sabilita tan humectada en su aloar de verga que fulmina varias loas su estocadaEse montn de relmpagos derramando ncar de archipilagos, ese montn de murcilagos que gritan sus alas en la sbana, djalos reptar el alambrado hasta que habiten ratos por los poros doros de mi estancia. Gaddiel Francisco Ruiz Rivera 6 de abril de 2012

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