Au. Revista de Fiosota, 29,2003, 171
Ei
‘Resumen: Fl contrac ente Ia mera coenistensin
y In convivencia entre los puchlos exige In
formulacién de los principios de una ética
enmopolita pars as elacionesintemaonales ye
Compromise erecinte con tales. principio. Este
trabajo expone las ness gencrales desta ica
Cconsideindola come una de ks ica apicads
{que resentemente se stn desaralando con ito
en dversos campos del vida socil modem. En
‘ conlexto, cl concept de cn aplican como
hermenéuica erica olrece una buena hase para
formula los princpios de ama ica cosmopolita
para a coavivencia itemacional
Palabras clave: Flea, cocmopoliism, paz.
relaciones intemacionaes. convivenia entre los
poebles, dsaralo humane, derechos humanos,
1. Una ética cosmopolita es posible
El Dicciona
a cosmopolita para la convivencia internacional
EMILIO MARTINEZ NAVARRO*
Abstract: The contst between the mere
evexstnce ad the ving together ofthe peoples
falls forthe formulation of the principles of =
cosmopolitan ethics principles for imernationa
‘eats and fra wowing comiament with
principles, In hs aie {shall outline this ethics
regarding it a one of the applied ethics tha are
reconly boing developed socesfuly i 9 number
of ids of modem soca if. In this cones. he
foncept of appli! ethics as hermeneutic ees)
ete offers a good hase for the formulation
of the principles of a cosmopolitan ethics for
merenionl togethers,
Key words: Ethics cosmopolitism, peace,
‘meratonal relations. ie together of poops
human development human ih.
jo recoge un total de tres acepciones diferentes para el adjetivo «cosmopolitay
todas ellas muy vinculadas con su significado etimoldgico de «ciudadano del mundo». Conforme a
la primera, una «ética cosmopolita» seria el ethos propio de «la persona que considera a todos los
lugares del mundo como patria suyam, Conforme a la segunda, la «ética cosmopolita> seria el ethos
aque es comiin a todos los paises o los mas de ellos». ¥ conforme a la tercera, la «stica cosmopolita»
serfa el ethos propio de quienes son capaces de adaptarse a vivir en cualquier rincén del ancho
‘mundo, dado que «el hombre es eosmopolitay, segiin dice el propio Diccionario (puesto que el
mino cosmopolita se aplica, en esta tercera acepcién, «a los seres o especies animales y vegetales
aclimatados a todos Tos pafses o que pueden vivir en todos los climas»)!. En este ariculo vamos a
Fecha de recepidn:20 mayo 2008. Fecha de ceptacio: 28 junio 2003,
= prfesue Thur de Flosffa Moral. Universidad de Matis, Coneo electdniso:eminari@ anes, Autor de: Sof
avidad liberal: ta propuesta de Jia Ras, Gran, Comares, 1999; Erica para el Desar de or Pueblos. Madkid,
“rest, 2000 y Friea y Derechos Humans en la cooper internacional Bila, Universidad de Deusto. 2002 (con Xabier
nxchera y Alejandro Tetetbau),
TP" Diccionario la RAE. 21, Made 1994, p. S87172 Eno Martinez Navarro
referirnos en especial ala segunda acepcin, sobre todo en la medida en que un ethos comiin a todos
los paises sla base necesaria para la convivencia entre todos ellos.
Qué elementos podrfan configurar una étiea cosmopolita que a partir de ahora sirviera para
orientar la convivencia entre los pueblos de todo el planeta? Me refiero ala posibilidad de un marco
rnormativo, no juridico sino étco, bien argumentado, que pudiera ser aceptable por la mayor parte de
los sujetos éticos, para orientar el comportamiento de todes los pueblos de la Tierra en sus relacio-
‘nes mutuas, con el objetivo compartido de convivir en paz. Bsta cuestiin no es nueva en Ia historia
del pensamiento ético, puesto que los estudias para la paz se han oeupado de ella, pero en nuestros
dias se nos revela como una pregunta especialmente enigmstica, dada la enorme complejidad que
descubrimos al reflexionar sobre una posible respuesta,
Por una parte, descubrimos la complejidad que acompaia a la propia nociGn de ética, acosada
por Ia posible colonizacién de otras instancias legitimas de orientaciGn de la conducta, como son el
detecho y la religidn, con lo cual se planted la pregunta de si realmente necesitamos una ética cos-
‘mopolita o si acaso no seria suficiente con un sistema juridico cosmopolita. Sin embargo, no parece
que ni el derecho ni la religi¢n. puedan, ni deban, sustitur el papel propio de una ética eosmopotit
Porque el derectio necesita de un respaldo coactive que, en el caso del plancta en su conjunto, slo
puede ser viable si existe una firme conviccisn ética de poner esa coaceién al servicio de los valores
de convivencia, La experiencia historica muestra que el derecho requiere la legitimidad ética para ser
considerado valido y gozar de eficacia. Y en cuanto ala religion, algunos suefian con la instauracion
Universal de su propia fe religiosa, y que las prescripciones morales supuestamente asociadas a esa
fe, sirvieran como referente para todos los sujetos éticos,incluidos los estados. Pero a posiifidad de
‘una religién compartida, abrazada voluntariamente por toda la humanidad, y que Hevase aparejada
‘una ética universalmente aceptable. es un horizonte demasiado improbable como para que podamos
esperarlo dejando de lado la posibilidad, mucho mas verosimil, de coincidir todos, creyentes y no
creyentes, en una ética cosmopolita. Mas probabilidades de éxito, al menos a largo plazo, tiene lai
ciativa de Hans Kiing’ llamada «Proyecto de una ética mundial», Dicha iniciativa esta basada en los
Contenidos comunes a la mayor parte de las religiones, pero sin anular la oferta de sentido de cada
tuna. Dicha iniciativa ha sido recibida con recelo por quienes sospechan que tras ellt se eseonde
cierto reciazo a la ética de quienes no se adhieren a ninguna religiGn, o que al menos esa iniciativa
propaga Ia idea, en principio errénea, de que la ética necesita tener alguna religin como referente y
fundamento ditimo. No obstante, es posible que, salvados algunos escollos de este tipo, la iniciativa
2 Meth ocupude de las relacioncs entre tica ye derecho, por un Lao, las relaciones entre la icy la eis,
porekro laden A. Conna,yE. Mariner: Bic, Madi, Akal 1996, eupstlo 2: yanbign Maninee Navarro. Es ica para
2 desarvilo de los puebion. Madi, rat, 2000, cap, I, En esas obras rantengo que la tica hace referencia ala dimension
‘moral de las personas de las nsttuciones. dimensin moval ue tiene un componente de instancia Shinde reerencia para
a conduct dé os sujtos tens. ndependientemente de cuales san ss creeneissrligiosis 0 suencia de elas y con ind:
pendenci también de cues sean las norras legals vigentesen el contexto jurdice-poitico que les afecte. Aunque ras
Cuesiones son mas complejs defo que al he expueso. mantng® a valde de latessgencrl seg Ia cual a diiensin
‘moral de a ida human tien cena priosidd sexe as oes nsancas pesto gue el desevbeents de Ia responsabilidad
‘moral supone que as personas amisran Sus relaciones com I eliiény cone! dezecho ala uz de sus convisioues mora
les, Espero tener ecasn de ampliar lo atmos sobre este punto en un ensayo ostect.
3-H. King: Projet Wiles, R. Piper Veta. Manchen, 1990. Traduccn espaol de Gilet Canal Marcos: Pr
veto de ura ica mundial, Madd Tota, 1992, Posteriormerte el propio Hans Kung y Ka-osof Kuscho han vad &
cao un ambicioco proyecto academico y de movilizacion social encsmnado a acerar posicones entre las religiones dl
‘mo cone fin de promover unos cemtnidos cies unsersalmente compartdos. Para una exposicion y erica de esta peo
‘ocala, weak el monogrifion de a evista Feria, 10 (1994).rive consmpiia para ta comivenca incernacvnal 13
de Kiing pueda contribuir a que se abra paso la idea de una ética cosmopolita compartida por cre-
ryentes de diversas religiones y por no creyentes.
Por otra parte, las posibilidades de éxito de una ética cosmopolita para la convivencia interna-
ional serian probablemente mayores si contsramos con un escenario ms bien estable de patses que
‘conviven entre si, Pero sabemos que dicho escenario dista mucho de ser estable: las recientes desa-
pariciones de pufses como la Unién Sovistica, Alemania Oriental, Yugoslavia y Checoslovaquia. por
Tencionar sélo algunos casos notorios, y la aparicién de nuevos estados independientes, como las
repablicas bdlticas y las balcénicas, todavia nos Tlenan de estupor ante la fragilidad de lus institucio-
nes nacionales y ta movilidad de unas fronteras que parecfan inamovibles: ante semejantes aconte-
cimientos, cabe preguntarse si una posible ética cosmopolita esté Hamada a orientar dnicamente el
comportamiento de los paises considerados independientes en el escenario internacional, o si tam-
bign deberia ser tenida en cuenta por parte de los pueblos més o menos organizades como tales, aun-
que no tengan un estado propio con reconocimiento internacional, y sobre todo si aspiran a tenerlo.
La cuestiGn filosGfica en este caso es la pregunta por los destinatarios de una posible ética cosmo:
polita: ;son los gobiernos. o los ciudadanos en general, o ambos? ; También se dirige una ética cos-
‘mopolita a orientar las précticas de los movimientos que tratan de establecer nuevos estados atin no
reconocidos como tales? La distincién entre los pueblos —nocicn inevitablemente vaga—, 10s est
dos reconocidos y los movimientos nacionalistas emergentes es relevante en este caso, pero aumenta
en A. Contin (Dir): Diez palabras clave de Filo politica. Estella, Veo Divino,
1998, rp. 163-212: Foro lenovo Ellacurta: La glibulzacin x sus excludes. Fella, V.D., 1999. G. dela Dehess; Compre
der la elobaticacin, Madrid. Alianza, 2000,