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BALAS PRIVADAS, — CORAZONES PUBLICOS JOSE HERNAN AGUILAR oo “i el més pesimista de los profetas hu- bese querido adivinar el sombrio panorama social y politico que vivid Colombia durante la década de los cochenta, periodo que se caracterizé por la activacién de una violencia pluriforme y de miitiple origen. Las diversas guerras internas enfrentaron al gobierno contra grupos de la mafia del tréfico de drogas, de lorganizaciones quertilleras y de paramilitares; mientras que esos mismos grupos efectuaban confrontaciones entre 5, convirtiendo al pafs en un inmenso y patético campo de batalla, donde las ideas se combatian con la ‘muerte y no con otras ideas, pues los colombianos somos propensos a pegar primero y rflexionar después. En Colombia, y no sélo en los afios ochenta, la bala interviene antes que la razén, haciendo que el corazén se ‘ueva en el muy quebradizo terreno de la angustia premonitoria. La stuacién ha cambiado notablemente en los tres primeros aos de la nueva década. De alguna forme, la Violenda ha aminorado, o por lo menos los protagonistas se han reducido a unos poces, yante el auge de una ‘cenomia neoliberal, que parece prometer mucho, las horrible profecias de finales de los ochenta apenas curiosidades culturales. Aun ast, la serie de asesinatos de base politica que se presenté durantela década pasada provecd, aparte de las protestas y profectas apacaliptics previsibles, una verdadera criss socal y psicolbgica ue desembocé en un malestar cultural que tal vez hasta ahora se esté comenzando a percibie Al comenzar | Fisicoy el espirtual, el los noventa, e pais colombiano —el realy el imaginaro, el nacional y el politico, fantésticoy el pragmético— se encontraba al borde de una especie abismo oscuro, insondable y hasta terminal, Lo peor era que la solucion pareca no tanerla nadie \ Como el arte, en general, exprasa mejor estadios de cilizacién que momentos de cambio violento,yante todo «exe ceudal de no muy amables premoniciones, unos preguntaba Céme han reacclonado los pntores,iquatves, abstractos, ambigdos, al contemplar esa desoladore realidad exterior? Sse acepta que las condiciones sociales y culturalesinfluyen y modifican la labor artistic, zcbmo se manifests ese contexto en la obra de los pintores ‘olombianos que surgen profesionalmente durante los ochenta? Osea, en aquellos artistas que comparten no 60 Lun mismo periodo de nacimiento sina, en especial, una cultura colombiana que hace més énfasisen lo emacanal ‘que eno racional y que ademis se vio agravada por la polarizacion de todo tipa de conflicts En primer luge, es necesario recordar que vivimes una época de fin de sgl, por lo cual e fil entender la eparcién de actitucesy teorias milenaristas,o sea apocaipticas,y Colombia —generadora de una violencia basada en Ia intoleranda ideotdgica~ parece ser al lugar adacuado para la germinacin de tales ideas. Por supuesto, es también interesante percatarse, como lo han anatado pensadores tan dspares como Umberto 0, Gianni Vattimo, Danie! Bel, Jean Baudrillard y Octavio Paz, que la nacién apocaliptica es realmente tangible, en todos los mundos, debido ala evidente amenaza de catéstrofes nucleares, ecolbgicasyraciales. Sin embargo, este género apocaliptco levanta sus crticosy, en términos laramente neoliberaes, Jacques Derrida se ha preguntado si acaso la mania premonitora es s6lo un ardid neoconservador: “Cada vez que nos preguntemos descuidadamente a donde quieren llegar y qué fn ersiguen aquellos que decaran alin de esto deo otto, del hombre, dl sujeto, de la conciencia, dela historia, de Ocedente, o dela iteratura,o los que nos llevan a las ciltimas noticias del progreso mismo, cuya idea nunca tuvo tan baja aprecacion, tanto desde la derecha como dosde la iaquierda. {Qué efectos desean conseguir esos amables profetas © visionarios elocuentes? Fara qué inmeiatosopospuestos beneficios? :Qué hacen ellos, qué hacemos nosotros dciendo todo eso? :Para seduciro subyugar a quién, para darie un orgasmo a quien?*! Resta inciscutible que los interogantes de Derrida pueden aun ser aplicados alos pesimistas vsionarios colombiancs, aquellos que trabsjan en osterrenospollticos sociales culturales, Pero los interes, sucumben hoy en ala ante la order erie neoliberal derrdiana? Ya que la mejor pintua est siempre Fgada a una buena concienciaperceptiva la respuesta puede buscarseen la zone imprecisa defo que podria yo lamar el ristriorazonado.¥ que se deriva necesriaments, de la asmilacién de experiencas racionaleseintenaco- nals, y del aglutinamiento de informacén formal ycutural de cada uno de los pintores que emergieron en la décaa de lo ochenta En efecto, los artistas mas interesantes fueron aquellos que obtuvieron una sofisticacién visual al filtrar fons doe, medial ons wer lols, or madi fendi _ambientales reconocible, como palsjes, lugares ctadinos, flora y fauna vernécula (Lorenzo Jaramillo, Vicor Laignelet, Maria Fernanca Lopes, Luis Luna, Diego Mazuers, Ana Bibiana Vélez, Gustavo Zalamea); 0 por ‘manejo de una temdtica que combiné ficién personal con historia reciente, revelada en el uso de simbolos y referencias autobiogrtias (Martha Combarze, Ferrando Diu, Danilo Duehas, scar Mui, Alberto Soj, ——_ Maria Teresa Veco); 0 por mecio del desarrollo de un sistema colorstico basado en observaciones inmediates € Interiorizadas (Rafael Echeveri, Margarita Gutiérrez, Carlos Enrique Hoyos, Jaime lregui, Luis Fernando Roldén, Carlos Sales, Gabriel Si, Gustavo Vejaranc): 0 finalmente, pola exteriorizacin de certa reflexion _ ‘emotiva y sexual (Cristina Lano, Carlos Serranc). RAZONES PARA QUERER 1 la década de los ochenta, los artistas colombianos acagieron el pluralismo artisico © ———— ideolagico que enmarcé a la escena internacional, iniciad con la aparicion del neaexpresio- rismo alemn, el transvanguardismo italiane y francés, y la bad painting norteamericana. La reafirmacién de esta tendencia necexpresionsta en genera, en varias latitudes simulténeamente, transformé

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