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EL ALMA EN LOS LABIOS

Cuando de nuestro amor, la llama apasionada dentro tu pecho amante, contemples extinguida ya que solo por ti la vida me es amada el da en que me faltes, me arrancar la vida Porque mi pensamiento, lleno de este cario, que en una hora feliz, me hiciera esclavo tuyo, lejos de tus pupilas, es triste como un nio, que se duerme soando, en tu acento de arrullo. Para envolverte en besos, quisiera ser el viento, y quisiera ser todo, lo que tu mano toca; ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento, para poder estar mas cerca de tu boca Vivo de tus palabras y eternamente espero llamarte ma, como quien espera un tesoro; lejos de ti comprendo, lo mucho que te quiero, y besando tus cartas, ingenuamente te lloro Perdona si no tengo, palabras con que pueda, decirte la inefable, pasin que me devora, para expresar mi amor, solamente me queda, rasgarme el pecho, amada y en tus manos de seda dejar mi palpitante, corazn que te adora.


Vals

Me duele el corazn, con tal violencia, me duele, que no puedo respirar. No se qu pasar con este gran dolor, de noche no me deja descansar, pobre de m! Dnde estn mis amigos, no los veo; dnde estn mis hermanos, no los hallo; Solito he de sufrir, solito he de llorar, solito yo me tengo que acabar, pobre de m! Delante de la Virgen me arrodillo, le pido que no me haga sufrir ms, que me haga este favor, no hacerme padecer; si no, hasta la razn voy a perder, pobre de m!

Me gustas cuando callas porque ests como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas estn llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma ma. Mariposa de sueo, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancola. Me gustas cuando callas y ests como distante. Y ests como quejndote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: djame que me calle con el silencio tuyo. Djame que te hable tambin con tu silencio claro como una lmpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque ests como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa basta. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda, 1924

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