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ELIlSGOru

EI final El mart¡r¡o

de un centenario de San
Maur¡c¡o,
de El Greco.

Texto: Agustín Tena


: Patrimonio Nacional
F otos

Con las cuatro


exposiciones que se
inauguraran el día 30 por
el rey Juan Carlos I
culminan los actos de
celebración del cuarto
centenario del monasterio
de El Escorial, la gran obra
arquitectónica del Siglo
de Oro español. Las
muestras tienen por
títulos Las coleccíones del
rey (pintura y escultura), Fe
y sabiduría (la biblioteca),
Las casas reales (el palacío)
y finalmente lglesia y
monarquía (a líturgia), y
restablecen la imagen de
Felipe II, tan maltratado
por diversas leyendas
negras, ofreciendo la de
un monarca piadoso, hábil
Arriba, dibujo de El Escorial, de la gobernante la mayoría de
obra Atlas, fechado en París las veces, incansable
en 1807. Retrato de Felipe ll joven, por
Antonio Moro. trabajador y sobre todo
¡A hombre culto.
'Las colecciones
del rey @intura
y escultura)'
omo ha apuntado el historiador nor-
teamericano Jonathan Brown, Feli-
pe II reunió en vida la mayor colec-
ción de pintura conocida hasta entonces,
por encima de la de los célebres Médicis,
que además obtuvieron la mayor parte de
la suya por legado familiar. El rey pruden-
te encargó o adquirió más de 1.000 cua-
dros, llegando a poseer un total de más de
1.500. Podrá decirse que este abrumador
dispendio era consecuencia de una incli-
nación megalómana, pero los criterios de
elección son tan acertados que parecen
los de un sereno y acreditado experto, y un
experto nada pacato II no se
asustó por el contenido -Felipe
erótico de las telas
mitológicas de Tiziano, obras que sobre-
salen en el ingente catálogo del pintor ve-
neciano, ni pudo resistir lafuerza alucina-
da. tan heterodoxa. de los cuadros de El
Bosco-. No deja de sorprender que el
monarca del concilio de Trento, el inspira-
dor de la Contrarreforma, se complaciera
con tales pinturas. Só1o manifestó el rey
un cierto disgusto ante las místicas defor-
maciones del pincel de El Greco, que tal
vez no le permitían concentrarse en la ora-
ción, pero, no obstante, le compró piezas
tan vaiiosas como.E/ martirio de san Mau-
rício o los dos San Francisco de Asís que se
exhiben estos días en El Escorial. En la
muestra tampoco faltan obras de los me-
jores-maestros de la escuela italiana (Ve-
ronés, Tintoretto, Tiziano, Correggio y
Bassano) y de la flamenca (Van der Wey-
den, Patinir, El Bosco).
Si la colección pictórica es deslum-
brante y enorme que el propio
-parece
Felipe II pintó algunos cuadros, lo que ex-
plicaría sus refinados gustos-, de la de
escultura puede decirse 1o primero y no lo
segundo, pues es bastante modesta en
cantidad (l13 piezas). En la muestra del
cuarto centenario pueden verse, entre
otras obras, los grandiosos cenotafios en
bronce dorado de Carlos V y Felipe II, de
Pompeo Leoni, y un delicadísimo crucifijo
de Benvenuto Cellini.

La flagelación de Cristo, de El Bosco.


Arriba, cenotafio de Carlos V en
bronce dorado (1597), de Pompeo
Leoni.
Silla plegable en Armadura de lebrel en hierro.
madera, terciopelo, cuero del siglo XVl. Real Armería
y bramante. Fechada de Madrid.
hacia 1750. China.

{ffi

'Las casas Tea1es


(et palacio)'
I Escorial fue residencia real desde
Felipe II hasta los tiempos del rey
Fernando VII, que nació en el mo-
nasterio. En é1 pasaba los otoños el ilus-
trado Carlos III, durante cuyo reinado Vi
llanueva reformó el edificio sin violar su
esencia. No es entonces extraño que sus
techos cobijen una excelente colección de
mobiliario de los siglos XVI y XVII.
Naturalmente, en la muestra ahora
abierta en la galería del patio del palacio
predominan los muebles de la época filipi-
na, pero también se exhiben piezas desta-
cadas de los reinados posteriores. Sin em-
Reproducción de bargo, el mobiliario de uso personal del lle
la silla mado rey prudente que se conserva no e- --
diseñada por el muy abundante, y la mayor parte del que se
flamenco exhibe perteneció a los salones o a las es-
Jehan I'Hermite
para hacerle tancias de la reina y el resto de la corte. La
más llevadera a habitación de Felipe II era de una austeri-
Felipe ll la dad absoluta. Como escribiera fray José de
enfermedad de Sigüenza, contemporáneo del rey, "no se
gota que puede entrar allí sin lágrimas. (...) La bó-
padecía. veda llana, las paredes blancas, el suelo de
ladrillo y apenas hay que ver: tanta era la
modestia en sus cosas propias de este mis-
mo rey". La gota o artritis que padeció las
últimas décadas hizo de Felipe II un ma-
niático de las sillas, y buscó pór todo su im-
perio o se hizo fabricar las más extrañas
para aquel tiempo plegables, me-
-chinas,en el intento de
cánicas, sillas de viaje-
aliviar su pierna enferma.
Otra pieza destacada de la muestra es
el célebre dibujo de la Hatheld House, que
ha sido traído expresamente del Reino
Unido. Esta obra anónima reproduce es-
pectacularmente un momento de la cons-
trucción del monasterio y tiene un extra-
50 ordinario valor técnico y estético.
Una de las numerosas
láminas de botánica
encargadas por Felipe ll y
que se conservan en la
biblioteca de El Escorial.

Dibujo de la llamada torre


filosotal según el manuscrito
de J. I'Hermite.

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' i; Biblia políglota o Biblia sacra, hebraice,
',",'j chaldaice, graece et studio, dedicada a
Felipe ll.
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Se sabe que intentó conseguir oro fun-
'Fe y sabiduria diendo plomo y cobre, que utilizó a un adi-
Qa bilioteca)' vino árabe para encontrar agua en el pala-
cio de El Pardo y que, junto a su amigo y
rn ambién tuvo Felipe II veleidades li- arquitecto Juan de Herrera, recopiló una
II I terarias. Al parecer, escribió un li- importantísima colección de libros y trata-
tr bro sobre la diversidad de la natura- dos de ciencias ocultas.
leza llamado Orden de criaturas, y se le Todos estos temas tienen cabida en la
atribuyen dos sonetos de cierta exposición dedicada a la biblioteca de El
-"ambos británico
elegancia", según el historiador Escorial, que en su tiempo sólo rivalizó
Geoffrey Parker-. Hasta su muerte reu- con la biblioteca del Vaticano. A través de
nió más de 14.000 volúmenes en todos los 45 apartados, correspondientes a otras
idiomas conocidos y sobre las materias tantas empresas científtcas, políticas o ar-
más inopinadas. Por otra parte, creó en El tísticas del monarca, incunables, manus-
Escorial un colegio de arte y teología y critos y bellísimas láminas e ilustraciones
abrió las puertas de su magna biblioteca a se exhiben en la nave de Platerías del mo-
cuantos eruditos y estudiosos quisieron nasterio. Los temas que abarcan van des-
consultarla. Pero lo más asombroso es el de la botánica hasta el Corán, de la ar-
evidente y documentado interés de Feüpe II queología al miniaturismo, de las obras hi-
por la alquimia, la magia y la astrología. dráulicas alos libros prohibidos.
Casulla que
reproduce
en los
bordados
delanteros
detalles
de la vida
de Cristo
(1577).

'Iglesia y monarquia que la Iglesia ostenta un poder compara-


ble al del Estado.
Qa titurgia)' Por El Escorial han pasado las órdenes
jerónima y agustina, y el mismo edificio
simboliza la Contrarreforma religiosa que
u Magestad Católica era el título que inspiró la estrategia política del monarca.
para sí prefería Felipe II, que para En la iglesia üeja del monasterio se expo-
todos los actos de su vida encontró nen, en un entomo de músicas sacras, ob-
un patrón de conducta religioso. jetos y documentos relacionados con este
Pero su religiosidad rebasa lo anecdóti- aspecto de la fábrica escurialense. Cálices,
co: no es un rasgo personal, sino que afec- relicarios, cruces, copones y atriles de oro y
ta a toda la vida social y política de los si- plata, ternos litúrgicos y tapices también
glos XVI y XVII. Es la más larga y pode- dorados se ordenan en la nave de la iglesia,
54 rosa monarquía de derecho divino, en las cuya cripta se muestra por primera vez.

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