Está en la página 1de 2

Yolanda Tamayo

A un hombre que no es ni medio hombre

A todas las mujeres maltratadas. 01 DE FEBRERO DE 2012 Mrame y descubre lo que traigo para ti. No quiero que me respondas, sencillamente escucha. Espero. Estoy acostumbrada a esperar. A aguardar calladamente a que vuelvas del trabajo y me traigas tu cansancio como ofrenda a mi espera. Estoy acostumbrada a detener el tiempo para hacer que las pausas no sean tremendamente dolorosas. Si t pudieras ver, yo no estara tan ciega. Si supieras recitar lo que mi corazn te expresa, declamar las palabras que silencio,

estara dispuesta a trabar la derrota y escribir una nueva cancin de amor. Pero T no quieres compartir tu tiempo conmigo, slo miras con desdn todo cuanto hago. Arrebatas con tu mirada aquello que tan pulcramente elaboro a diario. Dices que no valgo, que soy torpe, que no pienso, que soy una inepta que no sabe hacer nada bien. Y me pregunto, o mejor dicho, te pregunto qu sabes hacer t? T no hablas. Gritas. T no miras. Lastimas. T no acaricias. Golpeas. T no escuchas, simplemente increpas, vociferas, para que sean tus alaridos los que llenen el aire de insoportable ruido. T no sabes nada de m, porque slo te miras a ti. Yo espero, deshojando das, deseando que se produzca un milagro. Y a veces mientras espero me llega el desespero, y pienso: Qu hombre es este que no es hombre? Que grue y exige, que malintencionadamente levanta su mano blandiendo sobre m su ira. Quin eres? Qu quieres? Ya te he dado mis aos jvenes, mi ternura, mis hijos. Te he regalado mis noches, mis das. La ondulacin de mi caprichoso corazn enamorado que dolido y maltrecho ha aprendido a curar sus heridas con el blsamo de los quehaceres diarios. Hoy traigo para ti mis palabras que desplegadas te hagan ver que valgo mucho ms que t. Que soy mujer digna de amar y de ser amada. Que tus azotes ya no duelen porque s que son el arma que utilizas para camuflar tu miedo. Esgrimes la fuerza y as olvidas que no eres ms que un ser insensible atemorizado por su yo. Te dejo ests palabras. Palabras propias no prestadas. Soy mujer, me gusta querer y que me quieran. Autores: Yolanda Tamayo Protestante Digital 2012

También podría gustarte