Los productos duraderos, a saber, cereales, legumbres, semillas

oleaginosas, raíces y tubérculos comestibles, son alimentos básicos para

millones de pobres de los países en desarrollo. Por esta razón, es
fundamental mantener la calidad de estos cultivos a lo largo de la cadena
de suministro, para garantizar a los consumidores un acceso a alimentos
inocuos y nutritivos. Las técnicas tradicionales de almacenamiento de
granos en la explotación agrícola, en general, no son muy eficientes y,
como resultado, puede haber pérdidas considerables durante el
almacenamiento poscosecha debido al ataque de insectos y roedores. Los
granos almacenados de esta forma son también sensibles a la
contaminación con micotoxinas que ponen en grave peligro la salud de los
consumidores.

La FAO se propone el mejoramiento de las tecnologías tradicionales e

introduce nuevas técnicas de manejo y almacenamiento poscosecha de
productos agrícolas. Un ejemplo es la tecnología de almacenamiento
vertical de granos (en silos) en la explotación agrícola. El silo se puede
sellar herméticamente para fines de fumigación y es una barrera efectiva
contra insectos y roedores, que permite el almacenamiento en buenas
condiciones de los granos durante largos períodos del año. La FAO ha
promovido este tipo de silos en diversos países de América Latina, África
y Asia, donde se ha capacitado a un núcleo de artesanos y artesanas
locales en su construcción.

Sin embargo, estas nuevas estructuras para el almacenamiento, por sí

mismas, no son suficientes para mejorar la calidad de los granos. Su
promoción va de la mano con la capacitación sobre buenas prácticas de
almacenamiento, higiene, uso adecuado de insecticidas y secado
apropiado. El arroz se está convirtiendo en un cultivo comercial muy
popular, como alimento básico. Sin embargo, el arroz producido por los
pequeños agricultores es de calidad inferior y por lo tanto enfrentan
precios bajos y pérdidas de oportunidades de mercado. Promovemos un
secado adecuado, almacenamiento y molido del arroz para mejorar la
calidad y comerciabilidad y añadir valor al nivel de explotación agrícola.