Está en la página 1de 12
VWOUASYNOD oT Z ViINVId | eje) ee) ah atierolad (ey eae EOS OCIA Sie at ae cs BS my cS me % eA / S ih c oe IL dnb ]2 ua o1pnysa unSutu ‘edas of anb ‘a}s1xa ou oad Se1 -999092 ‘OosPIR} aye [ap “eAPUL 9}IB [ap ‘2I9}ZE jE Jap ‘S9} -1ed sepo} 10d 020d un ‘opeyuasap uesd OD eIqeY ag “OO1|SI]1v OPIUI]UOD Ns ap vISTA dp 0} -und J? 9psep ‘soyuswinuoUL sonsnue soJjsanu opelpnyso uey anb SO] OpeULIOJUOD osroqey uasared eroye Pysey anb UOd ‘sa]UIIYNSUT OUIOD svBeA Ue} saUODOU ap [NUNS aso aknqTsqns sauo!erapisuod sexo v oyunt ‘anb opryys SPU O8]e Ud asrey[orresap epand osede “UgIDe}IpoUT esopep -ino eun A oduray Je uoo anb je ap ‘sepeaquinysta seuade ‘sopepfiqisod sajduns reunue ap eye3) as 10811 ug *soodoimo soy UoD 0}9P}UO) Ns PB JOLIO}UR eoods Ua SOURIIIOUIe SOT -and so] sopo ap [e1auie8 ua A soursixoul son8que soj ap ‘oqIyXa sou as [2] OWIOD anb Osa o ‘ooTIsH1e OpunuL [2 4 Aoy ap [eWapioo aaquioy jap pepryiqistias ej axjua yenq11 -idsa ugiorjai ap ezouew A ody Jo seUaUTepuTy ered eA -a1s anb sajesauas saseq se] zeosnq ap oyuayut Jautid un e uapuodsar anb ‘sepeZ0qse SOUSU O SPU ‘sexaUO5U! sou -OUI 0 SPU S9UOIXO]JAI 9p 1498 BUN dUIdT}UOS [NITE 91s AVAISONULSNOW V1 Ad O ALYY Ty se trate de precisar el sentido de tales designaciones, de- biéndose empezar a mi parecer, por considerarlas como expresiones de algo en si problemético. La primera parte del articulo va encaminada hacia tal propésito, y para ese efecto, se introduce un distingo entre la contempla- cién critica histérica y la simple contemplacién que se dletiene en el hecho de la pervivencia o contemporanei- dad de los monumentos y obras que la motivan. En la unda parte se trata de establecer una conexion gene- ral entre muy diversas manifestaciones hist6ricas del fe~ némeno artistico, tales como las estatuas géticas, las de los aztecas y el surrealismo, relacionéndolas por medio del concepto de lo monstruoso derivado de la conciencia mitica, como explicacién de la necesidad deformativa implicada en el arte. ‘ Todo el articulo es muy precipitado y quiz4s peq de audazs pero si algo pudiera encontrarsele de val ello se debe a sugestiones de variadas lecturas; a la borrableimpresién que me dejé la contemplacién de colosal estatua de la Coatlicue del Museo Nacional México, ya una conversacién con la personaa quien dico estas lineas. Los problemas que en general plantea la contemy de la obra de arte, se agudizan sobremanera obra pertenece a eso que, un poco vagamente, p designar como una cultura exotica. Pronto surge espiritu analitico la duda sobre la legitimidad de e 2 el arte se nos pre- senta con cardcter de necesario, es decir, que toda vida humana segrega forzosamente el producto artistico, la duda queda resuelta aprioristicamente; pero esta funda- mentacién biol6gica o sociolégica del arte, cue por otra Parte puede ser valida, es, sin embargo, insuficiente para el problema especifico del tipo o manera de relacion en- tre el sujeto y el objeto artistico, o sea el problema propio de la contemplacién artistica, como tal. Lo importante, pues, desde este punto de vista, es el alcance y limitaci6n de las posibilidades de nuestra propia sensibilidad ante el fenémeno artistico (0 en todo caso ante el fendmeno que como artistico se nos presenta) de un mundo que nos es histéricamente extrafio. Tal es la cuestién més ur- gente que le sale al paso, tanto al simple critico, como al historiador del arte, cuando se enfrentan resueltamente con los objetos llamados artisticos de una cultura incon- taminada de la propia. Parece imponerse un distingo importante que trata- remos de explicar, Llevado el andlisis hasta sus extremos limites en la direccién sefialada por el problema, condu- cirfa a resultados histéricos (en el sentido de la ciencia historica) porque su intento seria el de fijar, como base para una critica histérica del arte, las posibilidades de nuestra sensibilidad, resolviendo previamente esta otra cuestién: hasta qué punto nuestro espfritu historica- mente condicionado, puede adaptarse a la manera ya forma del espiritu creador de la obra de cuya contem- placi6n se trata. De esta manera, la obra de arte resulta ser el objeto de una consideracién de tipo especialisimo, 73

También podría gustarte