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Ustedes que viven seguros En sus casas caldeadas Ustedes que encuentran, al volver por la tarde, La comida caliente

y los rostros amigos:

Consideren si esto es un hombre Quien trabaja en el fango Quien no conoce la paz Quien lucha por la mitad de un panecillo Quien muere por un s o por un no. Consideren si es una mujer Quien no tiene cabellos ni nombre Ni fuerzas para recordarlo Vaca la mirada y fro el regazo Como una rana invernal.

Piensen que esto ha sucedido: Les encomiendo estas palabras. Grbenlas en sus corazones Al estar en casa, al ir por la calle, Al acostarse, al levantarse; Reptanlas a sus hijos.

O que su casa se derrumbe, La enfermedad los imposibilite, Sus descendientes les vuelvan el rostro.

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