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Trabajo científico

AFECCIONES
OFTALMOLÓGICAS EN EL
PACIENTE GERIÁTRICO (I)

Javier Esteban Martín


Clínica Veterinaria Ocaña

L
a esperanza de vida de nuestras mascotas ha aumentado en los últimos años de manera significativa. Entre
otros factores, las mejoras en los hábitos alimentarios, una mayor participación de los propietarios en los pro-
gramas de medicina preventiva y los grandes avances en el diagnóstico y tratamiento de muchas patologías,
han contribuido a que nuestros perros y gatos lleguen a ser mayores gozando de una mejor calidad de vida.

Foto 1
Distrofia endotelial bilateral.
Shih Tzu 12 años.

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AFECCIONES OFTALMOLÓGICAS EN EL PACIENTE GERIÁTRICO - ESTEBAN, J.

A medida que nuestras mascotas enveje- Foto 2


cen aparecen cambios en sus órganos y/o
sistemas. En este apartado expondremos
algunos de los que afectan al globo ocu-
lar, a sus anejos (párpados, membrana
nictitante, aparato lagrimal) y a la cavi-
dad orbitaria. Estos cambios pueden ser
fisiológicos, propios del envejecimiento,
o patológicos. En ocasiones, estos últi-
mos, son causa de una disfunción visual,
e incluso pueden repercutir en el estado
general del paciente.

GLOBO OCULAR

LA CÓRNEA

Distrofia endotelial: El endote-


lio corneal es una capa unicelular que
desempeña un papel fundamental en la
transparencia de la córnea, mantenién-
dola en un estado de deshidratación Arriba, foto 2: Foto 3
estable, gracias a un mecanismo de Queratopatía
bombeo endotelial. Sin embargo, este bullosa. Gato
estrato de la córnea tiene una capacidad común 16 años.
muy limitada de regeneración y cuando Abajo, foto 3:
sus células se alteran, no son capaces de Aparición de
mantener el estado de deshidratación pigmento en una fase
corneal adecuado. A consecuencia de avanzada
ello, se origina un edema corneal difuso de degeneración
y progresivo que puede acabar en la ce- corneal endotelial.
guera del animal.

Se origina en la zona temporal, junto al limbo esclerocorneal, y va avanzando lentamente, en dirección


nasoventral, hasta afectar a toda la córnea. Esta patología suele ser bilateral, aunque no siempre es si-


métrica (foto 1). En fases muy avanzadas, si el estado de hidratación del estroma es muy alto, se pueden
formar bullas epiteliales que llegan incluso a
deformar la córnea (queratopatía bullosa) (foto
2). La aparición de úlceras corneales a conse-
cuencia de la rotura de estas bullas, o ampollas,
A medida que nuestras mascotas es relativamente frecuente.
envejecen aparecen cambios en sus
En las fases crónicas también puede aparecer pig-
órganos y/o sistemas. Pueden ser mento (melanina) en las capas superficiales de la
córnea (foto 3).
fisiológicos, propios del envejecimiento, o
patológicos. Los patológicos, son causa de En el tratamiento médico se han empleado agen-
tes hiperosmóticos tópicos (ClNa al 5%). Los 5
una disfunción visual, e incluso pueden procedimientos quirúrgicos descritos para el
repercutir en el estado general del paciente tratamiento de esta afección, como la termoque-
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ratoplastia, la tarsorrafia o la queratoplastia penetrante, no siempre se traducen en la recuperación de la


trasparencia corneal.

Úlceras corneales: Las causas de la aparición de una úlcera son muy diversas: traumatismos, cáusticos,
cuerpos extraños, etc., pero existen factores que, con la edad, pueden favorecer su aparición. Así, las modi-
ficaciones cualitativas o cuantitativas en la película lagrimal precorneal, las alteraciones de la posición de los
párpados, la mala unión entre las diferentes capas de la córnea y la mayor exposición de la misma, son algu-
nos de los factores predisponentes.

El empleo de tinciones vitales como la fluoresceína es esencial para su diagnóstico (foto 4).

El tratamiento va encaminado a eliminar la causa, calmar el dolor, controlar la infección y favorecer la


cicatrización. Como tratamiento médi-
Foto 4 co de elección, en úlceras superficiales,
se utilizan antibióticos (cloramfeni-
col, tobramicina), inhibidores de las
colagenasas (n-acetilcisteína) y ciclo-
pléjicos (atropina, tropicamida). En
las úlceras recurrentes o úlceras pro-
fundas debemos recurrir, además del
tratamiento médico, a procedimientos

Foto 4: Ulcera corneal. La fluoresceína se fija al


estroma corneal.

Foto 5: vascularización superficial en


una queratopatía felina.

Foto 5

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quirúrgicos: pedículos conjuntivales, empleo de Foto 6


biomateriales, etc.

Opacidades corneales: Las principales causas de


pérdida de transparencia corneal son, la presencia
de edema, o bien la aparición de vasos sanguíneos
o de pigmento melánico.

El edema es siempre debido a un daño endotelial


o epitelial.

La vascularización (foto 5) es una reacción pato-


lógica de la córnea debida, bien a una irritación
Foto 7
o inflamación continuadas (queratoconjuntivitis
seca, entropión, etc), bien a enfermedades con
componente inmunitario (queratitis superficial
crónica del Pastor Alemán (foto 6), queratitis eosi-
nofílica felina) o bien a enfermedades que afectan
a las estructuras adyacentes (uveitis, glaucoma).

La vascularización puede ser superficial o profun-


da. Los vasos superficiales son largos, gruesos,
dicotomizados y se unen al sistema vascular con-
juntival. Los vasos profundos son pequeños,
cortos, paralelos, no dicotomizados y desaparecen
a nivel del limbo, por debajo de la esclera, para di- Foto 8
rigirse hacia la úvea.

La pigmentación corneal, generalmente, es un sig-


no de cronicidad y suele aparecer posteriormente
a una fase de vascularización o infiltración celular
(foto 7).

Podemos observar las opacidades corneales en


perros mayores de razas braquicefálicas (por
exposición continuada de la córnea) y en las fa-

Foto 9

Foto 6: Invasión vascular y celular, en una queratitis


superficial crónica de un Pastor alemán de 9 años.

Foto 7: Queratitis pigmentaria, por exposición,


en un braquicéfalo de 12 años.

Foto 8: Degeneración corneal en un gato persa de 8 años.

Foto 9: Depósito lipídico en un mestizo de 11 años


con hipotiroidismo. Degeneración corneal.
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Foto 10 Foto 11


ses avanzadas de enfermedades de la córnea
con componente inmunitario (como la querati-
tis superficial crónica o la queratoconjuntivitis
seca).
La mayoría de las afecciones de la
En los felinos, y con mayor frecuencia en la raza
Persa, la degeneración corneal felina (antes deno- conjuntiva descritas en pacientes
minada secuestro corneal), cursa con la presencia mayores, son manifestaciones clínicas
de una lesión característica de color marrón-ne-
gruzco, que causa opacidad corneal (foto 8). de procesos sistémicos
Otro tipo de alteraciones de la córnea que afectan
a su transparencia son los depósitos de lípidos o de
calcio, que pueden aparecer como consecuencia de
enfermedades distróficas o degenerativas de la córnea, o ligados a enfermedades sistémicas como el hipoti-
roidismo, hepatopatías o dislipoproteinemias (foto 9).

El tratamiento de estas opacidades va dirigido a lograr el máximo grado de transparencia corneal posible. El
empleo de antiinflamatorios
(corticoides) e inmunosupre-
Foto 13
sores (ciclosporina), puede
ayudar en muchos casos a re-
tirar la vascularización. Sin
embargo, ante otras situacio-
nes, es necesario recurrir a
la queratectomía superficial,

Foto 13: Melanoma epibulbar de


gran extensión en un perro Pastor
8 alemán.
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Foto 12

Foto 10: Hemorragia subconjuntival en un perro


con Ehrlichiosis.

Foto 11: Conjuntiva ictérica en un paciente mayor


con disfunción hepatobiliar severa.

Foto 12: Quemosis conjuntival.

Foto 14
como en el caso de la degeneración corneal fe-
lina. El tratamiento conservador también debe
tenerse en cuenta, en aquellos casos en los que el
pigmento o los depósitos de minerales no afecten
al eje visual.

LA CONJUNTIVA Y LA ESCLERA

La mayoría de las afecciones de la conjuntiva


descritas en pacientes mayores, son manifestacio-
nes clínicas de procesos sistémicos: coagulopatías,
hipertensión arterial y algunas enfermedades pa- Foto 15
rasitarias (Ehrlichiosis, Babesiosis), pueden causar
hemorragias en la conjuntiva (foto 10).

Igualmente, enfermedades hepáticas graves que


cursan con ictericia, alteran la coloración normal
de la conjuntiva y/o la esclera (foto 11).

La quemosis (edema conjuntival) puede aparecer


en estadíos tempranos de algunas enfermedades
como la Leishmaniosis o la leucemia, aunque es
más frecuente encontrarla en cuadros alérgicos
(foto 12).

La conjuntiva y la esclera también pueden ver-


se afectadas por la aparición de neoplasias.
Éstas se localizan generalmente en la unión cór-
neoconjuntival y la mayor parte a nivel del limbo
esclerocorneal. Los papilomas, los hemangiomas Foto 14: Atrofia de iris en una Yorkshire de 10 años
con catarata diabética.
y los melanomas, son los tumores más frecuentes
en cuanto a su aparición. También se han descrito Foto 15: Atrofia senil de iris con defecto completo 9
carcinomas de células escamosas y melanomas epi- del espesor muscular.
bulbares (foto 13).
Trabajo científico

Foto 16 EL TRACTO UVEAL

Las alteraciones del tracto uveal, ligadas a la


edad, son más frecuentes en la úvea anterior
(iris y cuerpo ciliar) que en la úvea posterior
(coroides).

Atrofia senil del iris. Una pupila dilatada con baja


respuesta al estímulo lumínico, puede ser el úni-
co síntoma de atrofia del músculo esfinteriano
del iris.

En ocasiones, se aprecia también una irregulari-


dad en el borde pupilar (foto 14), y en casos muy
avanzados la atrofia puede ser tan extensa, que se
producen defectos en el espesor completo del mús-
Foto 17
culo del iris (foto 15).

No existe tratamiento.

Pigmentación iridal: En muchas ocasiones, la hi-


perpigmentación de los melanocitos existentes en
esa zona, es parte del proceso de envejecimiento
celular y se observan zonas más oscuras en el iris
que incluso pueden coalescer produciendo una pig-
mentación difusa.

Si estas áreas oscuras están limitadas en la super-


Foto 18 ficie anterior del iris, y no afectan a estructuras
más profundas (cuerpo ciliar, ángulo iridocorneal),
generalmente se trata de melanosis benignas (fo-
to 16).

En otras ocasiones, estos cambios pigmentarios


no se limitan a la superficie del iris y se ven aso-
ciados a cambios en el espesor iridal y a respuestas
vasculares focales del iris. Incluso pueden apre-
ciarse deformidades o lesiones en el borde pupilar.

Foto 19 Foto 16: Melanosis benigna en un gato común de 11 años.

Foto 17: Melanoma amelanótico, maligno, en un gato


común de 8 años. Se aprecia la deformidad del borde
pupilar y la respuesta vascular del iris.

Foto 18: Edema corneal y anillo periquerático en


una uveitis aguda canina.

10 Foto 19: Uveitis facoinducida. Se evidencia la gran reacción


uveal con zonas de hiperpigmentación y deformidad pupilar.
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Foto 20
Foto 20: Glaucoma secundario a una uveitis postraumática.

Foto 21: Hifema en un perro mestizo de 15 años.


Debido a la opacidad de medios intraoculares
se decide hacer ecografía.

Foto 22: Adenocarcinoma del cuerpo ciliar del


perro de la foto 21.

Generalmente se trata de tumores melánicos del iris


(foto 17). Foto 21

El diagnóstico de estos tumores es muy complejo


y el tratamiento quirúrgico sólo debe considerarse
en función de la evolución del cuadro clínico.

Uveítis: La inflamación de la túnica vascular del


globo ocular, quizá sea una de las afecciones más
frecuentes en nuestros pacientes geriátricos.

Los signos oftalmológicos más frecuentes son la


miosis, el edema corneal, el blefarospasmo y, en Foto 22
ocasiones la presencia de vascularización profun-
da (foto 18).

Aunque en muchos casos no se conoce la etio-


logía, la mayor parte de las uveítis se relacionan
con enfermedades sistémicas ligadas al enveje-
cimiento. En los cánidos, son las afecciones del
aparato reproductor (las prostatitis, el complejo en-
dometritis-piómetra), la enfermedad periodontal,
y algunas enfermedades parasitarias (leishmania,
Ehrlichia). Y en los felinos, las infecciones por el
virus de la leucemia (Felv) y el virus de la inmu-
nodeficiencia (Fiv), junto a la toxoplasmosis y la
peritonitis infecciosa felina (PIF), las causas más
frecuentes de uveítis.

Las uveítis inducidas por el cristalino o facoinducidas, merecen mención aparte, debido a su gravedad si no
se intervienen rápidamente (foto 19).

Suelen presentarse en casos de cataratas hipermaduras o en las cataratas diabéticas de formación muy rápida.

La tonometría (medición de la presión intraocular) es muy importante para el diagnóstico precoz de esta pa-
tología uveal.

El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, centrándonos en la etiología, y debe prolongarse mucho en el 11
tiempo, a pesar de que haya desaparecido la sintomatología, para evitar recidivas o la posible aparición del
glaucoma (foto 20).
Trabajo científico

Foto 23: Neoplasia uveal metastásica


en un gato de 16 años con un
linfosarcoma.

Tumores: Los tumores prima-


rios más frecuentes en el iris
son los melanomas, siendo ge-
neralmente benignos en el perro
y muy malignos en el gato.

En el cuerpo ciliar también


hacen su aparición los mela-
nomas y los adenocarcinomas.
Para su diagnóstico debemos
hacer una buena exploración ocular, en midriasis y emplear la ecografía ocular (fotos 21 y 22). El pronóstico
dependerá del grado de malignidad y de la extensión del tumor.

Los tumores uveales secundarios proceden de neoplasias extraoculares que metastatizan al globo ocular vía
hematógena y pueden presentarse como una masa focal o de forma diseminada. Los linfosarcomas y los ade-
nocarcinomas suelen ser los tumores secundarios más frecuentes (foto 23).

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