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DIRIGENTES ESTUDIANTILES DE SECUNDARIA:

JORNADAS DE CONVIVENCIA Y LIDERAZGO


Cunaco, 20-26 julio 2008

INFORME DE EXPERIENCIA EN REGION VALPARAÍSO


CHILE

Jaime Valdés C.
UNESCO
Agosto 2008
INTRODUCCIÓN

El presente informe propone una evaluación de la Jornada con dirigentes secundarios de la región
de Valparaíso, realizada en Cunaco, Santa Cruz, entre los días 20 y 26 de julio del presente año.
Como consta a quienes estuvimos presentes, la Jornada fue altamente valorada por los mismos
jóvenes participantes. Para los adultos constituyó una experiencia inédita y pionera que permitió
nuevos aprendizajes del grupo en su conjunto. Mi especial gratitud con los jóvenes escolares que
siempre traen aires frescos.

En lo inmediato, espero que este informe sirva de base para una evaluación final realizada por los
equipos responsables de UNESCO y SEREMI VALPARAISO, incorporando sus conclusiones de la
gestión de los equipos de trabajo.

Este informe también se proyecta como:

• un soporte para sistematizar procesos y resultados de la experiencia en la perspectiva de


acumular saberes en futuros diseños de talleres de convivencia y liderazgo escolar.

• una posibilidad de diseñar estrategias que permitan implementar políticas públicas regionales
participativas en las problemáticas de la convivencia escolar, desde los saberes de los jóvenes.

Originalmente la relatoría había sido asignada a la Asociación de Scouts de Chile, en sus recintos
de Picarquín. Sin embargo debido al desistimiento de ellos, fue el propio equipo de UNESCO, con
respaldo de la Unidad de Apoyo a la Transversalidad de la SEREMI, quien asumió la
responsabilidad de llevarla a cabo en su diseño y ejecución. Consideramos que fue una acertada
definición, pues nos involucró integralmente en el programa.

Importante destacar el espacio abierto por UNESCO en el programa de Liderazgo Escolar que
lidera Alfredo Rojas. Constatamos que es un espacio muy valorado por el MINEDUC, gozando de
mucho prestigio en cuanto al compromiso de su equipo de profesionales. Además de sentar
presencia entre los jóvenes desde la identidad de personas en misiones difíciles. Nos referimos al
homenaje, realizado durante la jornada, en memoria de Luis Zúñiga, funcionario de UNICEF que
dio su vida por la causa de la paz.

A modo de síntesis, podemos decir que cada una de las dos jornadas fue de casi tres días intensos
de aprender a “hacer” convivencia, con dirigentes/as de diversos Centros de Alumnos (CA) y otros
estudiantes participantes, que en la gran mayoría de los casos no se conocían previamente, siendo
capaces de convivir, de construir una red solidaria de vínculos entre ellos, de aprender desde el
cuerpo y las emociones, de desarrollar sus capacidades de escucha y coordinación, de reflexionar
con profundidad en torno a sus propias experiencias de conducción de comunidades estudiantiles,
de concluir con un ánimo muy positivo, comprometidos para realizar un nuevo encuentro.

A continuación detallamos los aspectos esenciales a considerar en la evaluación. Al final de cada


punto, se incluyen una o más recomendaciones destinadas a mejorar los sentidos y las prácticas
del encuentro.

2
I. PARTICIPANTES

Originalmente se había concebido una experiencia de cinco días con todo el grupo de
participantes, que se esperaba fueran 180 dirigentes estudiantiles secundarios de la región de
Valparaíso. Finalmente, por razones del cambio de relatoría, de tardía convocatoria y por el
tamaño del lugar, se decidió realizar el programa con la participación de dos grupos separados, los
que sumaron en total 116 jóvenes.

El primer encuentro se realizó entre los días 20 y 23 de julio, e incluyó a 54 jóvenes de las comunas
de San Felipe, Los Andes, San Antonio, Petorca, Papudo, Llay-Llay, Algarrobo y El Tabo. En el
segundo encuentro, realizado entre los días 23 y 26 del mismo mes, participaron 62 dirigentes de
las comunas de Puchuncaví, Quintero, Quillota, Limache, Villa Alemana, Quilpué, Calera,
Casablanca, Viña del Mar y Valparaíso.

Según nuestros datos, participaron dirigentes de las seis provincias de la Región, de 18 comunas y
46 establecimientos secundarios.

Recomendación:

• Dado que se trata de una experiencia de aprendizaje para la convivencia y la comunicación, se


sugiere que el grupo de trabajo no sobrepase del orden de los 60 estudiantes, ello permite
interacciones más participativas y gestionar la experiencia con efectividad en cuanto al
conocimiento de los sujetos, tal como ocurrió en estas Jornadas.

II. CONVOCATORIA

La convocatoria al encuentro se hizo en el contexto del Programa de Convivencia Escolar


Democrática, impulsado por la Secretaría Regional Ministerial de Educación de la región de
Valparaíso, en conjunto con OREALC/UNESCO. Este Programa está orientado a fortalecer
habilidades de participación y liderazgo en
dirigentes estudiantiles, como sujetos de
desarrollo social, involucrados en diversas
instancias de sus respectivas comunidades
escolares.

El compromiso declarado para los años 2008 y


2009 es trabajar por la construcción de Centros
Educativos participativos, pacíficos y
democráticos, promoviendo en los/las
estudiantes una formación ciudadana integra y
tolerante. Paralelamente, se validarán aquellos
reglamentos internos de convivencia revisados y
aprobados colectivamente, como también los planes de trabajo de Consejos Escolares que
respondan a las necesidades particulares de cada uno de los liceos.

Operacionalmente, la convocatoria provino desde esa Secretaría Ministerial, enviándose una


ordenanza a los Directores de establecimientos secundarios de la región con la invitación. Se

3
consideró la participación de liceos, escuelas e institutos dependientes de municipios, como
también la de algunos establecimientos particulares subvencionados.

Nuestra apreciación es que la convocatoria se realizó en forma tardía, llegando a los lugares
apenas unos días antes del término del primer semestre o casi el mismo día de la salida de los
estudiantes a vacaciones. Esto ocasionó problemas de coordinación y de ratificación de la nómina
de los participantes, problemas parcialmente superados por esfuerzos extraordinarios realizados
por los supervisores provinciales para configurar el listado de participantes definitivos, los
permisos de apoderados y la coordinación del viaje de los estudiantes al lugar del encuentro.
También se utilizó la red regional de dirigentes secundarios del Instituto Nacional de la Juventud
(INJUV).

Por otra parte, de lo que


revelaron los
participantes al
momento de su llegada,
tanto los propósitos del
encuentro, como las
normas de
funcionamiento, no les
habían sido comunicadas
con precisión,
generándose
confusiones y algún
malestar inicial que
afectó el inicio de la
jornada, específicamente
en el segundo grupo.
Algunos estudiantes
relataron que habían
venido a la jornada para:

“Intercambiar ideas entre los dirigentes y saber cómo trabajan los otros”. “Me convocaron a
unas minivacaciones”. “Recibir charlas y debates para cargos políticos”. “Un taller de
convivencia y liderazgo”. “La profesora de religión andaba buscando gente y que si nos
portábamos mal nos iban a echar cascando”. “Enfocarse en el problema de la comunicación que
tenemos todos los dirigentes con los directores”. “Como coordinadora de Viña venimos a
afiatarnos como amigos”. “Hacer debates y discusiones”. “No estaba clara la idea del
seminario”. “Era una reunión con dirigentes de centros de alumnos”, “Para discutir el tema de
las movilizaciones”, “No se nos explicaron las reglas”.

Tampoco se tuvo acceso a la realización de focus group previos con estudiantes, a excepción del
Liceo de Limache, que nos permitiera construir sentidos comunes más sintonizados para diseñar la
Jornada.

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Recomendaciones:

• Aprendimos que la convocatoria al encuentro debe comunicarse con anticipación, en sintonía


entre sus realizadores, los directivos de establecimientos, los estudiantes y sus apoderados.

• Es relevante que la convocatoria sea realizada directamente a los sujetos a quienes va dirigida
la actividad, en este caso, a los propios estudiantes. El convocar a jóvenes a través de
instancias adultas, genera distancia y muchas veces una débil aceptación de la invitación, pues
ésta puede asociarse a las “eternas” jerarquías de siempre.

• Se sugiere un formato más en tono de invitación que de ordenanza, con preguntas centrales
del encuentro y con las pautas propias propuestas para el encuentro. La convocatoria a
jóvenes a través de memos o cartas muy formales, es contraproducente. Si bien es cierto que
la invitación debe dejar un registro escrito, es importante realizarla de acuerdo a “los tiempos
que corren”, ajustándose a las formas comunicativas utilizadas por los sujetos a quienes va
dirigida.

III. PROPÓSITO DEL ENCUENTRO

Se declaró el siguiente propósito general para las Jornadas:

Llevar a cabo una experiencia pionera en la educación pública de la Región de Valparaíso, a


través de la realización de jornadas/taller de formación de dirigentes estudiantiles de Liceos
Municipalizados, en los ámbitos de la comunicación, del liderazgo democrático y la convivencia
pacífica, que tenga asidero en sus prácticas, intereses y valores, y que estimule vivencialmente
sus posibilidades de participación activa y de transformación al interior de sus liceos.

Como único foco se trataba de proporcionar a los jóvenes una experiencia significativa de
convivencia, de examinar y potenciar sus habilidades de liderazgo democrático y de abrirse de
buen ánimo a focalizar en posibilidades futuras de intervención en sus centros escolares, con la
ayuda de esta red de colaboración que se está creando.

El tema de la convivencia escolar, y su expresión negativa de agresiones y violencia, ha rebasado


los muros del liceo transformándose en una problemática social y educativa puesta en la discusión
nacional1. Transformar estas situaciones requiere de nuevas comprensiones y habilidades, que
creemos sólo se producen desde este tipo de jornadas/taller. En tanto no va con el formato
tradicional de conferencias, charlas o clases expositivas teóricas, donde el expositor es el único
que sabe y enseña. Un taller hace mucho sentido para aprender a “hacer convivencia” desde la
experiencia del grupo.

1
Contexto no menor a considerar: en los días previos a la jornada, se produjo un incidente público en que una
estudiante secundaria lanzó el agua de un jarro a la máxima autoridad educacional del Gobierno. Para muchos escolares
del país ese episodio tuvo una connotación simbólica importante.

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Nuestra apreciación es que el propósito fue bien esbozado, cumpliéndose a cabalidad. Así también
según lo confirman los testimonios finales de los participantes.

Recomendaciones:

• Mantener el propósito formulado y su formato de trabajo, considerando la posibilidad de


incluir jóvenes de colegios particulares subvencionados, tal como ocurrió.

• Destacar que para el grupo se trata de aprender a convivir desde la misma experiencia de
convivencia que se está llevando a cabo en el lugar, experiencia basada en el respeto.

• Importante: que el propósito no sea formulado sólo hacia los jóvenes. Es decir, sería ideal que
no se repita lo mismo que con muchos Manuales de Convivencia, que sólo regulan la
convivencia de los estudiantes (no la de los adultos), y de forma disciplinaria (falta/sanción).
En este sentido, una recomendación interesante podría ser que los adultos que acompañen la
jornada (o al menos algunos de ellos) se involucren plenamente en las actividades diseñadas,
en vez de ocupar sólo el lugar del que prohíbe, sanciona, persigue.

• Otro punto: el prejuicio de los adultos en relación a los jóvenes del segundo grupo. “Este
grupo es muy fuerte… son bravos… son poco manejables…. Son duros… etc.”. Importante
observar cómo esos juicios los predisponen hacia los jóvenes, haciéndoles adoptar una de las
peores posturas adultocéntricas: la ley de la autoridad jerárquica dueña del deber ser.

IV. LUGAR Y TIEMPO DE REALIZACIÓN

El lugar de realización fue el Hogar Cunaco, de la JUNAEB, comuna de Santa Cruz, en la VI región.
Se contó con dos hectáreas de parque, dormitorios y baños habilitados, sala amplia de reuniones,
comidas dispuestas en comedor cómodo, calefacción permanente, equipos de sonido y
proyecciones, sala extra para reuniones del equipo de apoyo. Un magnífico lugar aislado en el
campo, distante de la ciudad cercana. Sin riesgos, con espacios amplios que ayudaron a un clima
de expansión y concentración en las actividades. Espacio de educación pública digno para estos
jóvenes.

Nos reveló cuan importante y necesario es salir del


espacio escolar habitual, para generar una
convivencia de calidad basada en el respeto, la
confianza y el afecto. Dejar la escuela como
ambiente saturado de significados versus llegar a un
nuevo espacio en que se pueden ir construyendo
significados nuevos.

Se expande la plasticidad de la mente (que incluye lo


emocional) y se abre a una experiencia diferente y
poderosa, por el hecho de no conocer a los otros/as
participantes. A través de los días se va viviendo una
experiencia real de convivencia integral, con interacciones diversas entre sujetos-personas, con
estados de ánimo, propósitos, límites, conflictos de valores, consecuencias de sus actos, etc.

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El tiempo asignado a la experiencia de convivencia fue de 3 días. Considerando la llegada al lugar
el primer día a las 20 horas y el cierre con un almuerzo el tercer día, antes de la partida a las 14:30
horas.

Las horas totales de taller en sala fueron 22. Además del tiempo destinado a cuatro comidas
diarias, descanso y recreación efectuada después de la comida. En total: 66 horas de experiencia
de convivencia de un grupo de estudiantes y adultos.

La relación entre logro obtenido versus tiempo empleado es muy positiva. Con tiempo mínimo de
taller de 22 horas, se produjeron significativas experiencias de aprendizaje en los participantes,
situación que el liceo como espacio habitual de enseñanza logra producir en meses o años, porque
son otros los “tempos”2. Importante destacar la atención a estos distintos “tempos” de la jornada,
la velocidad y el ritmo que debe adquirir la experiencia, especialmente en el ámbito emocional.

Recomendaciones:

• Una condición para obtener resultados en este tipo de experiencias es movilizar a los
estudiantes fuera de su espacio habitual del liceo, generando una dinámica más motivadora,
menos rutinaria, permitiendo mayor atención en las actividades y menos distracción, propia
de componentes urbanos o de la televisión.

• Se sugiere experimentar con 30 horas de taller, un día más, para tener experiencias más
consolidadas en las áreas de liderazgo y trabajo en equipo.

• Considerar en el diseño los distintos ritmos y secuencias de la jornada.

V. EVALUACIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA EXPERIENCIA POR PARTE DE LOS RELATORES

Se plantearon cinco objetivos:

1. Desarrollar en los estudiantes sus capacidades y habilidades de comunicación en contextos de


liderazgo: escucha y coordinación de compromisos al interior de comunidades.

Nuestra evaluación como relatores es que faltó mayor ejercitación en habilidades de coordinación,
particularmente, para el seguimiento de proyectos y compromisos en sus comunidades que
pudieran emanar de la jornada, asunto que se puede lograr con un rediseño y agregando más
tiempo a la Jornada.

2. Estimular en los participantes una interrelación socio afectiva, estados de ánimo de esperanza,
de obtención de logros en equipos y comunidades, de autoestima y emoción activa con un
propósito.

2
Traemos esta distinción desde la música, entendida como la velocidad y el ritmo que tiene la obra.

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Según testimonios finales de los participantes la jornada les permitió conocer nuevas personas,
establecer vínculos de amistad, y tener una experiencia de convivencia “muy buena”, sin deseos
de que la jornada terminara. “No nos queremos ir”, fue la consigna final unánime en los dos
grupos.

Si bien hubo un solo conflicto entre participantes, éste se pudo mediar y solucionar rápidamente
con la ayuda de las supervisoras. Fue importante la experiencia de compartir dormitorios y
espacios recreativos para incentivar las interacciones entre personas que no se conocían
previamente.

Para los relatores, el estado de ánimo final fue muy positivo y de apertura. Estamos seguros que
constituirá una experiencia inolvidable en su vida escolar. Observamos que en el momento de
clímax del taller, vivenciaron individualmente el poder de un grupo que identifica obstáculos y
logra superarlos (Ejercicio del Muro). Si la consigna es “mejorando el clima como espacio
emocional, mejoran los aprendizajes”, en la jornada se demostró. Una participante lo graficó
diciendo: “vivimos en un ambiente limpio, sano, donde somos iguales y se respetan los espacios
personales de cada uno”.

Tenemos dudas respecto de una improvisada salida fuera del lugar a visitar un museo de la zona,
que ninguno de los adultos a cargo conocía. A pesar que la salida contó con la aprobación
entusiasta de los/las participantes, nos parece distractiva al foco de la experiencia, se pierde
continuidad en las conversaciones y en los estados de ánimos propicios al taller, cuesta retomar el
sentido de la Jornada. No la recomendamos, a menos que tenga un sentido preciso relacionado
con los propósitos u objetivos de la Jornada, y se realice una previa visita al entorno por parte de
los relatores.

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3. Proporcionar espacios y dinámicas organizadas para compartir sentidos, diálogo reflexivo y
crítica constructiva, abriendo posibilidades de intervención futura en torno a diversas
temáticas actuales atingentes a la convivencia escolar en los liceos.

Dado un conflicto inicial en la Jornada


del segundo grupo, en cuanto a las
normas de la actividad, asunto que
fue superado posteriormente
mediante una negociación, se les
pidió como primera actividad, vía
discusión de grupo, que definieran
cómo querían convivir en ese espacio
y relacionarnos desde el respeto.
Producto de ese trabajo emanaron
compromisos que posibilitaban un
marco ético compartido desde donde
apelar en la convivencia.

Lo anterior muestra dos fenómenos poderosos. Primero, desde los mismos participantes
irradiaron pautas para construir los espacios y sentidos de la jornada. Segundo, la flexibilidad del
equipo a cargo para tomar problemas emergentes, transformarlos en situaciones de aprendizaje y
generar compromisos de acción basados en valores propuestos por el mismo grupo.

Posteriormente, de los propios testimonios registrados en el trabajo de los grupos de seis


participantes que se constituyeron, y desde sus propias experiencias, se articulan problemáticas
comunes en la convivencia escolar que se pueden resumir en los siguientes puntos:

• Falta de apoyo y confianza del mundo adulto a su labor de dirigentes,

• Existencia de amenazas,
persecución y abusos de
directivos,

• Situaciones de
discriminación (sea en el
plano de su sexualidad cómo
en otros ámbitos),

• Experiencias de rivalidades y
agresiones entre
estudiantes,

• Sucesos vinculados a hurtos


entre pares,

• Episodios frecuentes de
tráfico de drogas,

• Vivencia de sentirse invadidos por los/las docentes en su vida personal sin haberse construido
confianzas previas,

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• Valoración de directores/as de liceos y docentes que creen en ellos y los apoyan.

Son todos problemas que se evidencian para estos jóvenes como “sus” realidades cotidianas.
Importante para cualquier iniciativa conjunta, considerar esta percepción, a pesar que no
concuerde con interpretaciones de docentes, inspectores y directivos.

Este espacio también sirvió para que todos los participantes pudieran exponer sus planteamientos
ante sus compañeros, abriéndose a un ejercicio de articular sus ideas en público. Fue valorado por
algunos/as participantes en tanto les permitía enfrentar su “timidez”. A los líderes les permitió el
ejercicio de testear sus propias ideas, discursos y actitudes ante sus pares.

4. Escuchar la diversidad y maneras de ser de estos jóvenes en cuanto a sus valores, tensiones y
conflictos, a fin de producir mejor sintonía con las políticas, orientaciones y prácticas del
Programa de Convivencia Escolar.

Una importante originalidad respecto de la pedagogía habitual lo constituye este punto. El taller
constituye un gran espacio de escucha para construir “programas juveniles” futuros que no estén
prefigurados por los propios adultos. Especialmente si se trata de programas en la línea de
convivencia democrática y construcción de ciudadanía es importante recoger las perspectivas y
códigos de los propios sujetos jóvenes a quienes se dirigen, aunque ello signifique considerar y
visibilizar el sentido crítico que los jóvenes tienen de las instituciones educativas del país.

Aquí estuvieron los mayores aprendizajes. Lo


primero es que observamos jóvenes cuyo
perfil no concuerda con esa imagen negativa
de incapaces, inhabilitados, violentos o
disfuncionales con que la sociedad o los
medios tienden a catalogarlos.

Considerando que el grupo de jóvenes


participantes en las jornadas fueron los
dirigentes y líderes de sus establecimientos,
observamos jóvenes participativos,
cariñosos, con sentido del humor, firmes en
sus convicciones y dispuestos al trabajo
cooperativo en relación a sus temáticas. A la
vez, percibimos jóvenes con grandes necesidades de cuidado y protección, que están enfrentando
situaciones difíciles en lo personal y colectivo, y que se pudieron expandir en los diversos espacios
del lugar, disfrutándolo.

También pudimos observar que los estudiantes de colegios subvencionados privados se integraron
sin problemas, sin ser discriminados, viviendo situaciones similares de convivencia que las de sus
compañeros de los Liceos municipalizados.

La participación de hombres y mujeres fue bastante igualitaria, pese a que en proporción las
mujeres correspondieron sólo al 35% de la totalidad de jóvenes participantes. Importante
consignar que fueron las jóvenes quienes manifestaron temas de gran relevancia, como la
discriminación por opciones sexuales lésbicas de algunas compañeras.

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Insistimos en el punto que todos los adultos a cargo consideren este espacio como espacio de
escucha y de participación, de empaparse con los valores, tensiones y conflictos de los jóvenes.
Importante que puedan ser incluidos, por los estudiantes en el ejercicio del Muro, desde su propia
corporalidad. Más aún si algunos de estos adultos pudieran ser responsables de instalar
experiencias similares en centros
educativos, de conducir grupos de
estudiantes, no desde el discurso
teórico, sino desde la vivencia.

Un objetivo no previsto se hizo


presente: ayudar a derribar los
prejuicios entre los propios
estudiantes. En un comienzo, querían
estar sólo con los suyos, sus más
cercanos. Luego la situación fue
variando, valorando finalmente el
haber compartido y conocido a diversas
personas.

5. Producir registros gráficos y audiovisuales, sistematizando los aprendizajes logrados en esta


experiencia, que puedan ser aportes relevantes a futuras acciones al interior de las
comunidades escolares y en el trabajo de esta Secretaría Ministerial.

Se produjo un registro gráfico que puede mejorarse. Su sentido era el de dejar una memoria que
los jóvenes pudieran compartir con quienes no estuvieron en la jornada, llegar a sus liceos con
imágenes que pudieran ser instaladas en diarios murales, etc. En el anexo se incorporan las dos
relatorías gráficas, nuestros agradecimientos especiales a Alina Mesina por su dedicación y
compromiso.

Respecto del material audiovisual, existe un completo registro realizado por Miguel Orellana y José
Luis Reyes. Desde su propia mirada fueron recogiendo la experiencia desde un comienzo, sin
intimidar. Nuestros agradecimientos a ellos. Importante poder editar ese material y examinarlo
para aprendizaje del equipo adulto a cargo, para mejorar la relatoría y dejar registro histórico que
pueda ser utilizado para futuros encuentros.

En conclusión, según nuestra expectativa y la evaluación realizada por los/las participantes,


podemos decir que estos objetivo planteados fueron ampliamente cumplidos.

Recomendaciones

• Metodológicamente, es conveniente iniciar la jornada, no desde la declaración de las reglas,


sino desde cómo fue escuchada la convocatoria/invitación por los/las participantes, y desde
los sentidos que queremos asignarle al encuentro. A partir de esa conversación inicial, realizar

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un ejercicio de diálogo de cómo desean convivir esos días, invitando a una convivencia basada
en el respeto, declarando las reglas y límites para todos los participantes, incluyendo adultos,
reglas que sean construidas entre todos. Se trata de aplicar y ser coherente con la misma
lógica de cómo esperamos que se construyan los manuales de convivencia escolar.

• Realizar ejercicios que apunten al desarrollo de habilidades de coordinación de compromisos,


conectando con posibles proyectos y acciones futuras post jornada, en sus respectivos liceos,
en los cuales ayudarse y dar cuenta como red.

• Si se consideran salidas al entorno cercano del lugar, vincular su sentido con los objetivos de la
jornada, previo conocimiento de los sitios a visitar.

• Asegurar turnos para que todos los adultos a cargo participen de la experiencia de talleres con
los jóvenes, en partes o en su totalidad, manteniendo reuniones diarias de evaluación del
proceso.

• Profundizar la escucha de los jóvenes: previa a la jornada para sintonizar propósitos, durante
para evaluar sus procesos y post jornada para verificar sus impactos.

VI. METODOLOGÍA PARA LAS TEMÁTICAS TRATADAS

El programa contemplaba la incorporación


de las siguientes temáticas: Convivencia
escolar democrática/ liderazgo /
funcionamiento consejos escolares /
expresiones juveniles / debates actuales
acerca de políticas educacionales.

De acuerdo a los saberes que sustentan el


diseño del programa, concebimos la
Jornada como una experiencia y un estilo
metodológico diferente a la experiencia
habitual de las clases-charlas con contenido
en que los estudiantes escuchan, toman
apuntes y reciben cierta información que
debe ser memorizada o procesada. No se trata de enseñar “cosas” ni “materias”. Ni tampoco
abordar las temáticas desde discursos teóricos moralizantes de lo que “debe” ser la convivencia o
la ciudadanía.

Así concebimos nuestro estilo de taller desde el Programa de Liderazgo Escolar en UNESCO.

¿Y cómo trabajar las temáticas? Son traídas al contexto desde las preguntas y los problemas
previos, desde los valores y saberes históricos que ya tienen en el espacio de la convivencia

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escolar, de sus vivencias como jóvenes y de sus expresiones como dirigentes. Se estructura así un
diseño flexible.3

De esa forma, la metodología utilizada va rescatando problemas y reflexiones tal como van
emergiendo, proponiendo un set de prácticas, dinámicas corporales, dramatizaciones, juegos y
conversaciones que se operacionalizan en el trabajo del grupo, en los plenarios o en los equipos
integrados por seis estudiantes. Es obvio que también el aprendizaje ocurre en espacios no
pauteados, sean las comidas, los descansos, las noches, la música, el baile, los encuentros y juegos
organizados espontáneamente por ellos mismos.

Ejemplos de lo queremos decir:

1. En el segundo grupo tuvimos un


conflicto inicial dado por la
prohibición de fumar y otros
límites que generaban cierto
impasse y clima de tensión para
continuar con la jornada. Se
discutió el asunto con los
estudiantes y entre los adultos,
y se aprovechó para ver puntos
de vista y tomar decisiones.
Finalmente, hubo una
negociación que superó el
conflicto.

2. Surgió una disputa entre un grupo de niñas que ocupaban un mismo dormitorio, un conflicto
en la convivencia. También fue abordado, en forma privada por las supervisoras, y se superó
favorablemente la situación.

3. Las dos experiencias anteriores fueron consideradas en el trabajo, organizando un ejercicio ya


señalado, no incluido en el diseño original. Un trabajo grupal inicial con dos preguntas que
hacían sentido entonces: ¿Cómo queremos convivir en este espacio? ¿Cómo relacionarnos
desde el respeto? Desde ahí surgieron declaraciones importantes que tuvieron efecto en la
convivencia del grupo los días posteriores, dado que los límites los habían puesto ellos
mismos.

Recomendaciones

3
Ver en anexos Propuesta de Diseño revisada.

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• Se sugiere mantener esta metodología para abordar temáticas de convivencia escolar y
ciudadanía democrática. Combinar con charlas breves con temáticas y distinciones atingentes.

• Incorporar problemas que estuvieron ausentes: a) el funcionamiento de consejos escolares, b)


debates más específicos respecto a políticas educacionales, c) explorar el tema de la
autoridad. En este último aspecto es importante abordar en qué consiste la autoridad, su
relación con el poder, diversas formas de ser autoridad, significados del dirigente como
autoridad, el sujeto como autoridad de sí mismo y de la opción por sus compromisos.

VII. PRODUCTOS

Se formularon cuatro productos.

1. Experiencia de aprendizaje única de tres días de duración donde los estudiantes agrupados
en equipos puedan participar motivados en las diversas actividades propuestas.

Se concretó según lo previsto.

2. Creación de una red de dirigentes estudiantiles secundarios de la región, comprometidos


con mejorar la convivencia escolar en sus respectivos liceos en el contexto del Programa.

Lo sorprendente, que no previmos, es que emergió una red de vínculos basada en la vivencia de
los afectos y el respeto entre ellos, abriéndose posibilidades de relaciones de confianza, más que
desde lo racional o desde las tareas a emprender en cada liceo. Fueron explícitos los testimonios
finales:

“conocí gente”, “hice amistades nuevas”, “al principio no me gustó nada”, “compartimos con
compañeros que no conocía”, “parecíamos hermanos”, “superé prejuicios erróneos que tenía
al comienzo”, “cambió mucho mi idea de los otros”, “al comienzo tenía mal concepto, luego
me encariñé caleta”, “afuera podemos seguir relacionándonos”, “me dí cuenta que los
problemas son los mismos y encontraremos soluciones”, “la mejor experiencia es poder
compartir”, “experiencia que nunca podré olvidar”, “me reconcilié con un amigo”, “más allá
de la amistad tuvimos buena convivencia”, “cambió mi punto de vista sobre mi director”,
“aprendí a valorar las cosas y ver las falencias”, “conocí gente súper linda”, “me di cuenta de
lo importante de respetar las opiniones de los demás”, “me llevo un encuentro conmigo
mismo, lo que debo mejorar en la parte emocional”, “ojala nos volvamos a juntar”

Una conclusión importante es que bajo ciertas condiciones, algunos dirigentes declararon interés
y compromiso activo para mejorar la convivencia escolar:

• Compromiso del mundo adulto en apoyar sus experiencias.

• Mayor participación en las decisiones relativas a la convivencia escolar.

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Miradas así las cosas, está claro que la red es más que una base de datos y que necesitamos
construir metas comunes y darle continuidad a las conversaciones que se abrieron durante la
jornada.

3. Formato de esta experiencia pionera, replicable por los responsables de la gestión y


ejecución de la jornada, al interior de los propios liceos o en otras regiones del país, con
todas las adecuaciones y refinamientos necesarios.

En el contexto de un espacio acotado para la convivencia, no se exigió uso de uniforme, los


horarios fueron más o menos flexibles y diferentes, algunos acordados con los participantes. Dado
que no es un formato de clases instruccional, el horario involucra todo el día en que se desarrolla
la experiencia, con participación relevante de espacios corporales y emocionales. Tampoco son un
grupo curso, ni la nota ni la calificación son móviles motivadores, la construcción de sentidos y de
estados de ánimo es permanente.

Se obtuvo un formato probado y re-diseñado de la experiencia. Sin embargo, habrá que evaluar en
la práctica si los supervisores responsables o profesores de los liceos puedan estar capacitados
para conducir la experiencia en los mismos términos, en similares condiciones y resultados.

Creemos que son capaces de producir logísticamente la Jornada, aunque, como lo mencionamos,
fue mal administrada desde el punto de vista del enunciado inicial y aplicación de las normas,
porque se mantiene la pauta escolar. Nos preguntamos: si se trata de un espacio diferente, ¿hasta
qué punto es conveniente o necesario mantener el mismo esquema de disciplina del liceo?
¿Podemos intentar como adultos otras formas de relacionarnos con los jóvenes?

4. Un producto pedagógico comunicacional, a la manera de un registro gráfico, fácil de


reproducir, que recupere para la memoria de los participantes, las herramientas y
reflexiones de los talleres, y que facilite la integración de otros actores que no estuvieron
presentes (directivos, docentes, apoderados y ciudadanía local).

Evaluamos muy positivamente el producto pedagógico de la relatoría, a pesar que la persona a


cargo no la había realizado antes, sus intuiciones y habilidades en el dibujo fueron un aporte. Es
importante que se entienda la relatoría como co-construcción de saberes al calor de los procesos.
No es un álbum de fotos o imágenes gráficas/dibujos que dan cuenta de las actividades. No es una
representación de la realidad vivida, sino que secuencias de imágenes, al estilo cómics, más
sintonizados con el lenguaje de los jóvenes, que se van recogiendo para sistematizar la experiencia
en el mismo acto.

Importante que el registro considere los siguientes aspectos: Queda para la memoria de los
participantes; si alguien no estuvo, le aportará; grafica algunas situaciones claves que explicitaron
los participantes; reseña los ejercicios importantes y comparte actividades eficaces y relevantes;
que motive y sea original, mostrando un tipo diferente de registro, permite al participante hacer
un relato vivo de la experiencia.

15
Recomendaciones

• Abrir un espacio de capacitación a supervisores, orientadores, profesores asesores de centros


de alumnos y profesores jefes para conducir jornadas basadas en la metodología de los grupos
de encuentro.

• Integrar a los propios estudiantes a la elaboración de los registros de la relatoría, en la


perspectiva futura que puedan organizar sus propios encuentros.

• Abrir un espacio de formación de monitores estudiantes para este tipo de Jornadas.

VIII. INDICADORES DE LOGRO

1. Se propusieron originalmente los Indicadores de logro que se explicitan en la tabla siguiente,


incluyendo una estimación según indicador registrado.

Experiencia/Acción Indicador propuesto Indicador registrado

Convocatoria y asistencia 100 % 116 dirigentes (64 %)

La meta inicial era de 180

Constitución y mantención de 100 % 100 %


equipos de trabajo de jóvenes

Participación en los ejercicios y 100 % Variable, estimación siempre


actividades propuestas sobre 80%

Falta registro sistemático

Puntualidad en las actividades 80 % Estándares de inicio, entre 20 a


30 minutos de atraso

Seguimiento de reglas básicas 90 % 90 %

Listado de la red de los participantes 100 % 80 % en primer grupo


y ejecutores con sus coordenadas de
localización. 100 % en segundo grupo

Entrega del registro pedagógico y 2 por liceo participante. 1 por participante


comunicacional de la experiencia a
los participantes. Incluye el formato 1 para cada miembro del 1 por cada miembro del equipo
revisado de la experiencia, post equipo
jornada.

Reporte oral a equipos Secretaría 100% Por entregarse, se incluye este


Regional y UNESCO reporte escrito con anexos

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Hemos quedado bastante contentos con los logros que arrojan estos indicadores. Mejorables sin
duda, por mayor conciencia para futuras experiencias.

Se han agregado aspectos cualitativos que consideran: un registro de apreciaciones de


participantes en ejercicio al cierre de la jornada y los resultados de una encuesta aplicada a los
estudiantes por correo electrónico una semana después del evento.

Recomendaciones:

• Verificar con el equipo participante la validez de estos indicadores.

• Agregar el indicador cualitativo de un registro de las percepciones orales expresadas por


participantes al final del taller y/o una encuesta aplicada los días posteriores.

2. ENCUESTA A PARTICIPANTES

En los días posteriores a la Jornada, y vía correo electrónico, se pidió a los participantes evaluar las
Jornadas en distintos dominios de acción. Se obtuvo respuesta electrónica de 31 personas lo que
significa una muestra de un 27 % del total de participantes.

Los resultados que muestran sus respuestas son muy positivos:

Ítemes Calificación
(1 a 7)
1. La jornada permitió desarrollar tus capacidades para escuchar y coordinar 6.68
tus compromisos.

2. Se produjo entre los participantes una buena relación de convivencia 6.24


basada en el respeto mutuo y la confianza.

3. Terminaste la jornada con un estado de ánimo positivo, sintiendo que se 6.72


pueden obtener logros en equipo.

4. Se proporcionaron espacios y dinámicas para compartir, tener diálogo 6.51


sobre temáticas actuales de la convivencia en los liceos.
5. Se pudo escuchar la diversidad y maneras de ser de los jóvenes en 6.75
cuantos a sus valores, tensiones y conflictos.

6. Material grafico de la Jornada (síntesis en cómics). 6.65

7. Calidad de los relatores de los talleres. 6.75

8. Lugar donde se realizó la Jornada. 6.96

Promedio 6.65

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Además, los jóvenes consignaron apreciaciones cualitativas respecto de algunos ámbitos
significativos de la Jornada. Algunas de ellas se presentan a continuación:

“La Jornada estuvo muy bien organizada y planteada”

“Encuentro que en general todo fue muy bueno”

“Conocí a mucha gente muy simpática y se compartieron opiniones de las problemáticas de


todos los liceos”

“De mi parte aprendí a respetar las opiniones de otros, no teniendo yo siempre la razón”

“Aprendimos más profundamente los


valores que tiene que tener un líder
y la personalidad que se necesita
para decir las cosas”

“A mi me encantó haber participado


en esta experiencia y muchas gracias
a todos, y decirles que aprendí
mucho sobre el ser un buen dirigente
y sobre respeto y confianza”.

“Experiencia inolvidable de la cual


rescato muchas cosas constructivas”.

“Me hizo recapacitar mucho sobre


como debo tratarme con mis
compañeros de estudio y de liceo”.

“Si tienen la oportunidad de volver a juntarnos en otro lugar o donde sea yo estoy encantada de
asistir de nuevo”.

“Podría ser todos los años para que estuvieran más unidos los estudiantes de la región”.

“Espero que jornadas así se sigan realizando para no perder la unión, ni la confianza”.

“Los días de estadía podrían haber sido un poco más”.

“Gracias por la oportunidad que se nos otorgó y ojalá que se pueda repetir”.

“Aún se recuerda esa muy buena jornada”.

“Esperamos que se pueda hacer otra, con los mismos que nos juntamos esa vez, ya que hay que
mostrar el progreso que se obtuvo gracias a aquella convivencia”.

“Son momentos para compartir vivencias y realidades de las comunidades estudiantiles”.

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“Fue muy gratificante poder compartir con otros estudiantes, que a pesar de estar motivados
por una misma causa no había tenido la oportunidad de conocer, creo que formar esos lazos es
muy importante para poder llegar juntos a lo que deseamos, una mejor educación”.

“Por la oportunidad de compartir y aprender, y a la vez dar mi comentario positivo”.

“Nos sirvió para aprender de los demás la cosas que hacen en sus liceos y así poder hacerlas en
nuestros liceos”.

“Yo llegué muy motivada a mi liceo con ganas de concretar los proyectos que ya tenía en
mente”.

“Hice muy buenos amigos, los cuales seguimos en contacto”.

“Estuvo muy buena esta jornada, gracias a eso pude realizar proyectos con otros centros de
alumnos de la comuna”.

“Fue para todos una experiencia inolvidable ya que pocas veces tenemos las posibilidades para
acceder a jornadas de ese tipo, los jóvenes tenemos mucho que decir y hay muchos temas que
debemos tratar en conjunto con distintas organizaciones”.

“Pude aprovecharla bastante, ya que había que saber tomar con respeto y seriedad cada
actividad para así tener un aprendizaje, ya que de cada una de ellas uno rescataba algo para ser
mejor persona y líder”.

“Excelentes dinámicas y organización de los relatores”.

“Agradecer a los monitores, en cuanto a participación, integración con los jóvenes y buena
disposición”.

“Solo tengo palabras de agradecimiento por lo que nos entregaron en esta actividad, con
personas que realmente nos supieron entender y escuchar”.

“Esto no fue algo a tontas y locas, fue un trabajo serio con nosotros y muy comprometido”.

“El lugar estuvo perfecto ya que nos sacaba de todo lo estresante que es la ciudad y nos permitió
un rato de relajo”.

“El lugar donde nos hospedamos es realmente hermoso”.

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IX. CONCLUSIONES FINALES.

Inmediatas:

• La conclusión más inmediata es que se demostró experimentalmente que se puede


trabajar con muy buenos resultados con grupos de 60 estudiantes durante 3 días
“haciendo” convivencia escolar y liderazgo. Tenemos disponible una práctica probada
desde la experiencia de Jornada/Taller, con un diseño reproducible y adaptable a
condiciones similares, no sólo para otros grupos de establecimientos secundarios de la
región de Valparaíso, sino de otras latitudes.

• La jornada nos deja con la convicción que es posible lograr transformación “de fondo” en
el espacio escolar de los jóvenes, a nivel de sus espacios de convivencia e identidad. El
sentido final de esta experiencia es abrir espacios de participación democrática en las
instituciones, según lo vayan definiendo los propios ciudadanos, en este caso, los
estudiantes, transformando los modos de convivencia social que no queremos,
particularmente expresada en agresión y abuso.

• Se abre la posibilidad de realizar un seguimiento de estos grupos y constituir, sin temores


ni prejuicios, una red de trabajo con dirigentes estudiantiles secundarios para trabajar por
mejores espacios de convivencia escolar en 18 comunas y 46 establecimientos de la
Región de Valparaíso. Este puede ser el inicio de una red que puede extenderse y producir
impacto significativo.

• Dado lo que aprendimos, también se abre la posibilidad de ofrecer un espacio de


formación Monitores estudiantes, y de Monitores docentes -especialmente profesores
jefes y/o directivos- dispuestos a aprender a vincularse con jóvenes desde una modalidad
diferente, menos basada en la disciplina, la vigilancia y el castigo, y más conectada con
reconocerlos como sujetos de conocimiento y de ciudadanía.

• Importante la necesidad de sistematizar estos procesos construidos desde los saberes de


los protagonistas principales: estudiantes y educadores.

Proyectivas:

Un producto inesperado de la Jornada, es que se abre la posibilidad de formular una política


pública local desde el espacio de sus propios protagonistas que son los jóvenes.

Fundamentos de esto:

o El tema de la “violencia escolar” puesto con urgencia en el tapete educativo nacional4.

4
Frente a los cual existen ópticas de acercamiento, a nuestro juicio, equivocadas como la de Paz Ciudadana que focaliza
soluciones en diagnósticos, mediciones, disciplinamiento, represión y penalización de faltas. Para esta institución, el
sujeto es reconocido como vulnerable, en riesgo y posible infractor.

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o La existencia de declaraciones públicas gubernamentales de incentivar en los jóvenes
un aprendizaje de ciudadanía y convivencia democrática, desde los principios del
aprender haciendo y del aprender significativo,

o La necesidad de revisar y corregir el actual Marco de la Política de Convivencia5,


distribuido a todos los establecimientos, que ha estado dado por:

 Un entendimiento de la educación como “transmisión de valores, conocimientos y


destrezas…” y no como transformación del ser humano.

 Una formulación de política desde diferentes actores del mundo adulto, no se


hace referencia a organizaciones de jóvenes.

 El reconocimiento de las prácticas discriminatorias y abusivas hacia los estudiantes


al interior de los establecimientos como uno de los obstáculos más serios a la
convivencia escolar.

 A pesar de reconocer a los jóvenes como sujetos de derechos y ciudadanía,


básicamente sólo se les asigna el rol de discutir los Reglamentos de Convivencia (o
de disciplina)6, orientados a regular normativamente sólo el comportamiento de
los estudiantes.

• Se proponen las siguientes acciones iniciales:

o Discutir posibilidad de generar una política pública a nivel local, por parte de SEREMI
REGIONAL y con el aporte de UNESCO.

o Discutirlo también con los estudiantes, ¿cómo entienden la ciudadanía y de qué modo
les gustaría ejercerla? Escuchar sus propuestas. La “cosa publica”, comienza con el
mundo de intereses y preocupaciones más cercano y de incumbencia de los sujetos,
desde ahí toman responsabilidad y se movilizan, si confían que van estar dadas las
condiciones para que sus propuestas vayan a ser discutidas, y puedan transformarse
en políticas públicas, efectivamente se ejerce la soberanía popular en el espacio de los
jóvenes.

o Promover que esto sea discutido con los apoderados, profesores y directivos y
sostenedores locales.

5
Anexo N° 1 Resumen Ejecutivo de la Política de Convivencia Escolar en Metodologías de Trabajo para el Mejoramiento
de la calidad de la Convivencia Escolar. Mineduc. 2005. Esta política fue elaborada en el Seminario Escuela, Convivencia y
Ciudadanía, en octubre de 2000.

6
Es uno de los puntos más discutibles: identificar convivencia con disciplina, identificar convivencia con normas. No es a
través de la elaboración de normas y reglamentos que los jóvenes se van a interesar en aprender ciudadanía. La
convivencia se construye desde sentidos, afectos, principios, deseos, proyectos y experiencias compartidos.

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Para finalizar, doy mis reconocimientos al equipo de la Unidad de Transversalidad de la SEREMI, a
cargo de Yasna Bernal, por traer la posibilidad de crear nuevos espacios de convivencia escolar
democrática, por su determinación a realizar la Jornada y por su dedicación exclusiva durante esos
días en Cunaco al cuidado de los jóvenes participantes

Mis reconocimientos a Carola Bustamante, co-relatora por el equipo de UNESCO, por sus valiosos
aportes en el diseño, ejecución y evaluación de las Jornadas, especialmente, por su compromiso
en terreno durante el taller del segundo grupo, y en la elaboración de este informe.

Gracias a Alfredo Rojas por abrir el espacio visionario de la Red de Liderazgo Escolar desde la
OREALC / UNESCO.

JVC/Agosto/2008

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