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LA OBRA DE MARTIN DE MURUA. FUENTES EMPLEA- DAS EN LOS DOS MANUSCRITOS Maria Saavedra Inaraja’ Universidad San Pablo CEU, Madrid Ya se ha tratado en distintas ocasiones y bajo diversos puntos de vista la obra hist6rica de Martin de Muriia. El interés de los americanistas sobre este “tratado” acerca del pasado incaico tomé nueva fuerza con la aparicién, dada a conocer por J.M. Ossio en 1996?, de un nuevo origi- nal manuscrito del mercedario, del que hasta entonces sdlo se tenfan vagas referencias. En las investigaciones que me levaron a la realizaci6n de mi tesis doctoral, me dediqué a ana- lizar las similitudes y diferencias de contenido entre los dos manuscritos de Murta hasta entonces conocidos: el Manuscrito Wellington, editado por vez primera en 1962, por d. Manuel Ballesteros Gaibrois , y el llamado “Manuscrito de Loyola”. Este era la copia guardada en el Archivo de la Compafifa de Jestis en Loyola del manuscrito original, recientemente dado a conocer por d. J.M. Ossio, y que lamaremos “Manuscrito Galvin” por ser propiedad de la familia de este nombre. Aunque mi trabajo se bas6 en los Manuscritos Wellington y Loyola, parece que las diferencia de texto entre la copia de Loyola y el original Galvin son mfnimas, por Jo que, mientras no con- temos con una edicién del Galvin, mis referencias al mismo seguirén siendo a través de mi cono- cimiento de la copia de Loyola’. Uno de los aspectos mas intrigantes de la obra de Mura es la identidad de las informaciones empleadas para elaborar sus dos manuscritos, Precisamente las vatiaciones de uno a otro se deben sin dnda al uso de diferentes fuentes, y en este trabajo vamos a tratar de analizarlas, distinguien- do lo que hay de original en la Historia de Muna y lo que se debe a otros autores anteriores 0 contemporaneos. Ya M. Parssinen (1989) analiz6 los posibles paralelismos que pueden encontrarse entre la obra de Munta y otras erénicas anteriores 0 contemporneas. El andlisis de Piirssinen se citi mente al Manuscrito de Loyola, La conclusién a la que Iega es que es falso que Murta se sirvie~ ra Gnicamente de “los indios viejos y sus quipus”, como afirma el mercedario, ya que es induda- ble que utiliz6 -en ocasiones copiando literalmente- diferentes crénicas. Universidad San Pablo CEU. Madrid, Profesora Colaboradora. msaavedra@ceu.es Cr, Ossio 1998, A\ partir de ahora, las referencias a los dos manuscritos de Martin de Mura se hardin utilizando s6lo las iniviales: ML (Manuserito de Loyola), MW (Manuscrto Wellington), Las ediciones de fos manuscritos a Tas que corresponden las citas de la presente comunicacién son: Munta (1946), para el ML y Murta (1987), para el MW. 939 Resumo a continuacién las fuentes que, segtin Parssinen, sirvieron de base a Mura para el desarrollo de algunos temas: Confesionario para curas de indios: utilizado para los temas referentes a la religién de los Incas. OREL/J., Symbolo catholico indiano: toma datos para el capitulo sobre el Inca Cap: Yupanqui, ROMAN Y ZAMORA, Repiiblicas de Indias, idolatrfas y gobierno en México y Perit antes de ta conquista, Los Quipus (ML, pag.224) y las Virgenes del sol y el templo (Ib. pag 314-315). Romén nunca estnvo en Peni, Habfa copiado casi todo de la Apologética de Las Casas, Este, a su vez, se apoy6 en Segovia (0 en Cristébal de Molina, segtin algunos) También utiliza a Romén como fuente Gutiérrez. de Sta. Clara: por eso hay paralelismo entre las obras de Murda y Gutiérrez, FELIPE GUAMAN POMA DE AYALA: Nueva Cordnica y Buen Gobierno. Toma de este autor la forma de estructurar el libro. DIEGO FERNANDEZ, Historia del Perit: informacién sobre Viracocha, Pachacuti y Tupac Yupanqui. Copia asimismo el capitulo sobre ayllus y parcialidades, LOPEZ DE GOMARA, Francisco, La conquista de México: algunos capftulos que describen costumbres mesoamericanas son utilizados por Muréa para describir la vida de los andinos. F, Pease (1992) hace notar la continuidad de informacién que existe entre Betanzos, Sarmiento de Gamboa y Murta, especialmente en el Mannscrito de Loyola. Los tres coinciden en el relato de la Ilegada de los hermanos Ayar al Cuzco También habla en general de las otras cré- nicas empleadas como base de informacién por Mura: “Las fuentes que Muréa empleaba para la redaccién de su historia fueron sin duda variadas; cuando habla de los acontecimientos de Cajamarca y relata el ingreso de Atahualpa en su plaza repite cercanamente a Xerez 0 al texto andnimo de 1534 atribuido a Cristbal de Mena (Muriia [1590] 1946, 127-128). Se ha mencio- nado que bien pudo leer las obras manuscritas de los cronistas que escribieron en el Cuzco, como Betanzos y utilizar asimismo versiones “toledanas” como la de Sarmiento de Gamboa, y también Cabello de Vathoa; ciertamente utilizé informaciones de Guamén Poma ~independientes de los dibujos-, muy posiblemente proporcionadas por el mismo cronista andino...” (Pease 1992, p. 16) También menciona Pease entre esas fuentes a Gémara. (1b) Visto esto, podemos afirmar que es poco lo que queda auténticamente de Mura en su obra, que se asemeja més a una tarea de “puzzle” que a una verdadera labor de investigacién, Como aqu{ se trata de analizar el cambio y las variantes de uno a otro manuscrito, analizaré por separa- do las fuentes de cada uno, que en algunos temas fueron distintas. Conffo en que legaremos conocer los motivos que hicieron a Murda variar los contenidos y descartar por tanto algunas de sus fuentes inicialmente utilizada 1, El Manuscrito de Loyola En el citado articulo de Péirssinen queda claro cudles son las fuentes en que se baso Murtia para la realizaci6n de su primer manuscrito, Puedo completar la informacién ofrecida con algu- nos datos, Pero antes de pasar a un examen exhaustivo de estas fuentes, quiero destacar algo que se desprende de una primera aproximaci6n al tema, El trabajo del MW es mucho més sistemético, més ordenado. Los temas siguen un orden perfectamente ldgico y se van sucediendo uno tras otro a medida que el anterior se agota. Esto * Las referencias completas de fos textos que analiza Pease se encuentren en: Betanzos, 1997.20; Sarmiento 1947, 129 ; ‘Muna en ML 1946, 50-51; Munia 1962. 1, 21-22. 940 nos parece lo normal en cualquier obra literaria o de carécter cientifico, Pero es que de esta coherencia carece el ML. En él la forma de presentar los temas es absolutamente andrquica Tiene un esquema, que viene marcado por el indice; pero en ocasiones lo que contiene un capitulo no corresponde exactamente al titulo del mismo, Después de narrar la vida de una de Jas Coyas, las esposas de los Incas, puede pasar sin preémbulos a desarrollar un tema de reli- gidn 0 de guerra, Es precisamente en estos saltos donde intercala Murda datos que presumi- blemente no corresponden realmente a la cultura inca, y donde se puede encontrar la influen- cia de Gémara sefialada por Parssinen y por el Padre Bayle en el estudio introductorio a su edicién del Manuscrito Loyola. De esta obra de “taracea”, como sefialé Aranibar (1963, p. 106-107) resulta una serie de con- tradicciones en el texto de Mura, y la atribucién que hace a los Incas de costumbres més bien de origen mexica o antillano, Veamos dos ejemplos, primero de su caricter contradietorio, y luego de la copia indiscriminada y no selectiva: Hablando del talante y carécter de los incas, describe: “Y no tenfan necesidad uno de otro, porque todas las cosas eran comunes, como fuesen iguales y ningumo mayor que otro; y no habia lugar entre ellos de envidia, y la igualdad de la pobreza que entre los indios habia, hacia a todos ricos; no habia entre ellos juicio ni jueces, fuera de sus gobernadores, Tucuyricuc, porque no habia nada que corregir; no tenfan leyes porque no habia excesos ni maldades...” (MIL,160) Poco més adelante nos ofrece una descripeién de los indios absolutamente contraria a Ja anterior: 's gente muy viciosa, ociosa, de poco trabajo, tristes, melancélicos, cobardes, viles, flo- Jos, tibios, mal inelinados, mentirosos, ingratos, de muy poca memoria, y de ninguna fir- meza, y algunos ladrones y embaidores...” (Ib, 168) Veamos ahora el paralelismo que se puede establecer entre un pasaje de Murda y otro de Lopez de Gémara. El primero lo aplica a la forma de vida de los soberanos Incas, Gémara habla del emperador azteca Moctezuma: MURUA (ML, p.155) “Mudaban cada dia cuatro veces de vestidos, y nunca se ponfan uno dos veces; comian con gran aparato y musica; servianles veinte fustas, seioras muy hermosas y cuatrocien- 10s pajes, todos hijos de grandes; coméan y bebfan en barro, aungue tentan riquésima vayi- Ua de oro, y tenian por bajeca comer ni beber dos veces en un mismo vaso”. GOMARA (1985, pp. 167-168) “Mudaba cuatro vestidos al dia, y ninguno volvia a vestir por segunda vez. (...) Llevaban la comida cuatrocientos pajes, caballeros, hijos de senores, y la ponian toda junta en la sala... Antes de que se sentase venéan unas veinte mujeres suyas, de las mds hermosas... Los platos, escudillas, tazas, jarros, ollas y demds servicios era todo de barro y muy bueno... También tenia vajilla de oro y plata grandisima, pero poco se servia de ella: dicen que por no servirse dos veces de ella, que parecta bajeza”. tro ejemplo podemos encontrarlo en el pasaje de Murda que habla de la muerte del capitdén Illescas, un hermano de Atahualpa al que mat6 Rumifiahui para hacerse con el poder en la regién Esté extraido de forma casi literal de la descripcién que Gémara hace de las ceremonias nos con Sus hijos: 941

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