Está en la página 1de 1

Escribir una historia, se dijo convencida. No saba como empezar, ni siquiera que contar...

Lo nico que saba era que las palabr as son tan rpidas, que corren por su mente, y aterrizan en el teclado a travez d e sus dedos a una velocidad tan sorpendente que ni an ella puede comprender. Ella escribe, entonces palabras al azar. Sin sentido , ya sabes, palabras como sol, casa, planta, mazorca, ftbol. Ella escribe y canta . Su alma canta. A su lado la ventana ondea y el viento a traviesa su habitacin con una rfagafra que hace temblar las hojas de su escritorio. Alguien grita su nombre. Se ve a si misma dejar el teclado y correr hacia donde provena la voz, encontrandose con una de sus creaciones: Miranda, la que naci de un sueo. Nuestra protagonista se sent una tarde de verano a contemplar el cielo, y se di cuenta de que necesitaba una amiga, as q ue la cre, y an sin elegir el nombre la imagin tal y como la deseaba: Alta, hermosa, de mejillas sonrosadas y cabello co rto. Luego, se di cuenta de que ella no hablaba, entonces le di voz. Una voz que t om prestada de la amable joven de la tienda donde ella sola comprar. Ms tarde le pondra nombre. Fue algo dificil elegir uno, pe ro ella se decidi por Miranda, porque le son divertido. Siguiendo la voz de su ama da Miranda, ella corre hacia la ventana dejando atrs su ordenador, el viento y las hojas de su escritorio. Miranda le sonre discretamente, mientras, juguetona se sube al borde de la ventan a en la sala de la casa. Ella la sigue. Ah ella toma la desicin de contar como nac i Miranda, y cmo nacieron los otros. Ah decidi escribirlo tan coherentemente que nadie ms se volvera a burlar de ella. Ah quiso el la explicarlo todo. Mientras Miranda la miraba con curiosidad, ella sali corriend o hacia su computador, y borrando las palabras al azar, escribi: Tengo una amiga. Y corri hacia la ventana. Se detuvo y subiendo jun to a Miranda, la tom de la mano. Y Volaron. Ambas volaron. Y se miraron, justo antes de caer. Ella saba que Mirand a era real, y era lo nico que necesitaba saber. Esa misma tarde encontraron el cuerpo de una adolescente que se haba lanzado de u n octavo piso, tendido en la acera de una calle cualquiera. En sus restos descuartizados, an poda denotarse una sonrisa.

También podría gustarte