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SAN JUAN DE AVILA
Fr. Rafael M.* L6pez-Meliis, carmelita
APOSTOLADO MARIANOCon Ia hoz en la mano
Epifania significa “manifestacién del Seftor”. .Hay algin
nifio que no tiene ganas de que llegue el dia de Reyes o de
Epifania?
Para la casa de Juan de Avila en Almodévar del Campo
aquellos Reyes de 1499 fueron totalmente especiales: Venia
a alegrar aquel hogar un nuevo pimpollo que seria la mayor
gloria de la familia
Su niflez fue como la de cualquier otro nifio de su edad y
én, Sus padres eran de una posicién mas bien rica y
por ello podian tomarse el lujo de enviar a Juan a Salamanca,
la ciudad del saber, para que alli se doctorara en leyes y llega
ra a ser un gran jurisconsulto cuando fuera mayor.
Aqui pas6 cuatro afios entregado a las leyes y a los pasa-
iempos que también llegaron a robar su corazén
Pero todo acabé cuando la gracia del Seftor vino a su en-
cuentro en una de estas fiestas de toros y caftas. Le parecié
oir una voz que decia:
— ‘‘Juan, éste no es tu camino. Es mi deseo que abando-
nes estos estudios y que te entregues al estudio serio y verda-
dero de mi docirina para que después la lleves a los demas.
Juan obedecié y abandoné para siempre aquellas “‘negras
leyes"” como las llamara después
Volvio a Almodévar y pasaba dias y noches entregado a
la oracién y a la mortificacién pensando en las muchas
mas que se perdian...
Su agradecido discipulo, el famoso domi
Granada, describira asi su preciosa vida:
— “Mi nombre: Avila. Mi posada: la tierra. Mi patria:
el cielo. Mi oficio: ser cosechero de Cristo. Hasta la vejez
ejercité incansable la hoz, amontonando la mies en los celes-
tiales graneros
ico Fray Luis de