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El hombre que ya estaba all Leonardo Sir Aquella noche muri. Ni ngeles, ni coros celestiales.

Apenas un par de rutinarias formas de ingreso. Despus, compareci Dios. Y bien? preguntaron al recin venido. Quiero entrar al paraso, supo contestar. Dios le mir, perplejos los ojos. Dubitativo, se rascaba la barba. El paraso? Pues resulta que vienes de ah!

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