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EL GRITO Seudnimo: Walkyria Rosada Despert en un estado de confusin y envuelto en la penumbra de la madrugada.

Quiso levantar el brazo derecho, pero no le responda. Lo palp; algo no estaba bien. Una espiga le sobresala de su brazo: estaba fracturado. Sin embargo, no senta dolor. Sus piernas, cruzadas sin criterio, tambin parecan haber sufrido un accidente. Su piel estaba rasguada por todas partes, su poca ropa desgarrada, hecha jirones. La sangre que recubra su cabeza y su torso estaba reseca. Cunto tiempo hara que estaba all? Entumecido, con su espalda completamente contracturada, procur aguzar su vista para averiguar qu le haba ocurrido, por qu yaca colapsado en ese hueco. No recordaba nada. Luego de un tiempo que no pudo determinar, descubri en la roca una abertura de medio metro a un costado, como un ventanuco natural, casi detrs de l. Le era imposible girar para intentar sujetarse de su borde para ganar altura. El hombro no le responda. Desde ese triste hoyo, slo poda apreciar una superficie amarillenta plida e indefinida. Resignado, se concentr en la cavidad que ocupaba. Examin la superficie del suelo con su brazo sano: era rugoso, yermo, hmedo. Se estir cuanto pudo para explorar esa extraa geografa. Sorprendida, su mano se top con un objeto slido, oblongo y pringoso. Se esforz lo ms que pudo hasta que consigui desenterrarlo, pero en la puja se le descoyunt por completo el hombro. Ahog su grito para atemperar el

dolor. Esper unos minutos, quiz una hora. Conoca su cuerpo y esperaba con paciencia a que el dolor menguara. Luego lo trajo ante su vista. Sus fuerzas eran mnimas. Deba acumularlas en un gesto preciso, en su nica oportunidad. El ojo que le acechaba apenas parpade una vez en respuesta a su grito desesperado de guerra. La sangre entr a borbotones como un ro y casi lo ahoga. El hueco qued obturado y en unas horas se convirti en su tumba. FIN

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