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La calabaza sonriente

Todas las personas que se dedican a jugar con las muecas y no se paran a pensar que las muecas pueden tener vida propia y debido a eso, puede que nos hagan pagar por todas las atrocidades que las hacemos. Muchas veces no nos damos cuenta, pero un da ellas se vengaran cuando les sea conveniente. Es cmo lo ocurrido hace cincuenta aos en Aurius, una villa alejada de la mano de dios, era una ciudad tranquila hasta que apareci el primer crimen al que catalogaron como Irreal, ya que la forma en la que le haban modificado la cara pareca de una forma poco humana. Despus de ver este homicidio, la gente del pueblo empez a hablar sobre rumores y viejas leyendas que no conducan mas que a infundir miedos para que la gente empezase a desconfiar unos de otros. Pero hubo una adolescente que no se dej engaar por estas invenciones, su nombre era Luridia, una muchacha joven con cabello dorado, ojos de color miel y de piel plida. Pensando en que podra haber pasado, se dirigi a casa del cadver. A medida que se acercaba comprob que haba restos de muecas a su alrededor. Una vez en la puerta, se dio cuenta de que estaba entre abierta, entr sin pensrselo dos veces en la casa y comprob que haba muchas muecas vestidas igual, observo una mesa y vio un cuchillo enorme y ensangrentado, a medida que se iba acercando, se iba percatando de un charco enorme de sangre junto a un taburete tirado. Se qued sin aliento durante unos instantes, pero cuando se acerco, vio una nota en la que pona.: Las muecas tambin sabemos jugar. Tras leer esto, grit espantada y sali corriendo a su casa, poco tiempo despus la encontraron ahorcada sin ojos en su habitacin, con un letrero que pona.: Pronto terminar la mueca perfecta

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