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En su 41 aniversario luctuoso, Conaculta recuerda a Agustn Lara

***El compositor contina influenciando la msica y la cultura mexicana a travs de su legado La msica popular mexicana tiene muchos rostros pero ninguno tan presente como el del famoso flaco de oro, el hombre que una noche de Acapulco se inspir para componerle a su amada una meloda inmortal, el genio que revolucion la cancin y su influencia en el imaginario colectivo de Mxico. Sobre Agustn Lara han surgido muchas leyendas, decires, ancdotas e historias, algunos afirman que la ciudad de Mxico fue testigo de su nacimiento un 30 de octubre de 1897, pero otros bigrafos sostienen que el compositor vio la luz en 1900, en Tlacotalpan, Veracruz. Cuidado desde temprana edad por una ta llamada Refugio, quien habitaba en Coyoacn, Lara descubri desde pequeo su atraccin por el piano, instrumento que su ta guardaba en un predio cercano a su casa. Al notar las aptitudes de su sobrino, doa Refugio, sin saberlo, hara una gran aportacin a la msica nacional al pagarle sus primeras lecciones para aprender el instrumento. Durante su juventud, Agustn Lara era descrito como un muchacho impetuoso y hasta arrogante que quera resolver los problemas del mundo, por ello se enlist en las huestes revolucionarias para seguir a Pancho Villa, de quien se convirti en miembro de su guardia personal. Pasada la Revolucin, solo y sin dinero, decidi explotar sus conocimientos de piano para ganarse la vida en diversos tugurios de la capital, aunque poco despus sera descubierto por un empresario que lo invitara a tocar la banda sonora de pelculas mudas en las salas de cine que haba abierto en carpas en diversos rumbos. En esas funciones, el msico conocera a personas del ambiente de la farndula e incluso sus canciones seran

interpretadas por cantantes como Juan Arvizu y Maruja Prez. Aos despus se inici en la calle de Ayuntamiento un proyecto que conjugaba la presentacin de espectculos en vivo para ser transmitidos por radio, llamado XEW. Un amigo le aconsej a Lara acudir a una reunin con Emilio Azcrraga Vidaurreta, quien ya estaba al tanto de su buena fama como compositor y lo invit a formar una orquesta, a la que llam El Son de Marab, para amenizar las transmisiones, entre ellas la inolvidable Hora Azul, que se convirti en la plataforma de grandes figuras como Pedro Vargas y Toa la Negra.

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