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A. D. SERTILLANGES, 0 P, SUS RESOWANGIAS FILOSGFICAS 23 8 NuRvos ESQUENSS ‘Titulo do Ta obra original: L'lée de oréation vt eve vetentissemante en philosophic. Paris, Editions Mon ‘talgme S.A copyright 1945 ‘Traduecién de Gustavo A. Piemonte IMPRESO EN LA ARG TINA (Queda hecho ef depévita que previene la ley NP 11723. Copyright by Colunba SACELLP.A, Buenos Alves, 1963, a 1m. W. vn vu vant. IX = xa INDICE CREACION ¥ contENZ0 La cREACIGN “AB ADTERNO” LQUE ES UA CREACION? ....- CREACION ¥ coNsERVACION LA CREACION ¥ Eb COMPORTAMIENTO NATURAL DB baa cosas Ea materia La extension La duracién *. ‘ba eausslided Ls Sinalidad Gxexci6x ¥ GENERACION a creacign, Gy natura infer Wt vlenta 0. inanimada La gensracien humana CREACION ¥ EVOLUCION a oREACION ¥ Lo8 oni Cossc16w ¥ PRovIDENCIA, La CREACION FRENTE: ALLO HECHOS NECESA- 10s, CONTINGENTES ¥ LIDRES voor TDA CREACION ¥ EL MILAGRO . ba CREACION ¥ EL PROBLEMA DEL MAL Pag. 35 50 85 a07 108 in ne it BT at as 360 167 80 209 227 20 267 ~ CREACION Y COMIENZO Pues nos proponemos estudiar Ja idea de crea- eién y sus resonancias en filosofia, nuestro pri- mer objetivo, cuyo carécter fundamental se ha de destacar cada ver mas en el curso de los presentes estudios, consistiv& on verificar la so- lidaridad 0 Ja independencia de dicho problema respecto del planteado por el comienzo de las cosas en el tiempo. A causa de la confusion y fin los frecuentes extravies que rainan en esta punto, se introduce una multitud de erxores sub- siguientes, 0 de incertidumbres, en soluciones correspondientes a todos los campos de Ja fi- losoffa, ‘Ahora bien, para percibir cabalmente las re- lacfones de la idea de ereacién con la idea de co- mienzo, conviene remontarse hasta los orfgenes de las concepeiones referentes al problema. ‘La antigiledad entendié por lo general la erea~ eiéa como un primitive cuyas causas no eran objeto de en- euesta, sea por la etapa de infaneia en que se hallaba la metafisica general, sea porque se consideraba que la Necesidad primera abareaba por igual a Dios y a la materia presupuesta a la divina, Los griegos ven cesi siempre 2 9 Dios como el representante supremo de un Todo divino; es el primero en el ser, pero no el pri- mero respecio de todo el ser, Su trascendencia no es reconocida; Dios no es el gran Separado, el Santo de la tradieién biblica, Y en condicio- nes tales, la necesidad eterna coxresponde al gran Todo, y no exclusivamente a Dios. Puesto ef Todo como nevesario, nada impide buscar en su interior la causa de, los cambios que allf tienen Jugar, de los fendmenos —acei- dentales o sustanciales— a los cuales sirve de escenario; asf los j6nicos estudisn, desde el punto de vista fisico, las eausas de las transfor- maciones superfiefales de los cuerpos, y Aristé- teles, tras les huellas de Platén, la causa de las ‘transformaciones Tamadas sustanciales, 0 sea aquellas que afectan el fondo mismo de los en- tes. Pero para ellos el problema se plantea so- lamente a partir de una materia comin; a na- die se le oeurre buscar la causa del ente en la universalided de su concepto, del ente como tal, Gel ente en cuanto ente,-como lo llamaros en Ja Escuela. Para los griegos, ese ente no ha menester de més explicacién que é1 mismo. Es necesario, ¥ Dios, el primer ente, es sdlo testigo sumo y be- neficiario principal de dicha necesidad —pri- ‘mus inter pares, en definitiva—, no su causa, Dios mueve, acciona la maquina universal —¥ aun se discute si Aristételes le atribuyé otra aceién que no fuera la de una causa final—, pe- ro no crea, porque su accién presuipone algo que es tan necesario como él mismo, algo que rep! * Of, Santo Tomés de Aquine, Suma teotdgiea, 1, g 44,0. 2 10 senta una pasividad eterna bajo su actividad © influencia eterna, Solamente con el Cristianismo tendré vigen- cia la idea de creacién propiamente tal, idea que planteard, como se ve, una cuestién que no se refiere esencialmente a la duracién, sino a la Gependencia total de lo real respecto de la Can- sa primera. Dios, al obrar, gsupone algo 0 no supone nada? {Hay algo que escapa a la causa- Tidad de Dios, 0 Bl es autor de todo el ser? Tal es la cuestion que se nos presenta, cuestién de- cisiva, ya que segiin la respuesta que s0 le dé, el dominio de Dios se extendera o se restringi- ré, haste glorificar soberanamente, 0 compro- meter irremediablemente el conceimiento, la autoridad y el poder del Primer Prineipio. Multitud de cuestiones tedricas y_préeticas dependern de esta sola noeién. Y los Padres de la Iglesia tuvieron de ello un sentimiento inté; s0; de ahi que acentuaron fuertemente las afit- nes bfblicas respectivas, a riesgo de con- fundir Io eseneial de la idea de creacién con la idea de comienzo temporal, que-es nada més que una de sus modalidades, y no representa sino una cuestién de hecho, indiferente para la vida religiosa, Santo Tomis —como ya antes San Agustin— vuelve a llevar el problema a lo esencial. La idea de creacion, «explica, es sustancialmente asunto de dependencia en’el ser, y si se le afi de la idea de novedad, es para referirse a un hecho admitido por los eristianos, no a un de- recho que surja de la esencia misma de la crea- cidn, De cefiirnos @ esta iltima, podemos afir- mar que Dios crea os entes todo el tiempo que existen, tal como el sol alumbra todo el tiempo uw

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