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Gripe aviaria

Influenza A virus, el virus que causa la gripe aviaria. Micrografía


electrónica de transmisión de viriones en tinción negativa (claros
sobre fondo oscuro). (Fuente: Dr. Erskine Palmer, Imagen de los Centros para
el Control y la Prevención de Enfermedades).

La gripe aviaria o gripe aviar recomienda la primera forma también


llamada técnicamente influenza aviar, y comúnmente gripe del
pollo y gripe de los pájaros, designa a una enfermedad provocada
por virus y que afecta a las aves, aunque tiene suficiente potencial
como para infectar a distintas especies de mamíferos, incluido el ser
humano, el cerdo y el gato doméstico. Fue identificada por primera
vez en Italia a principios del siglo XX y hasta la fecha se ha
manifestado en diversas partes del mundo.

Los virus de la gripe aviar son pertenecen a la familia


Orthomyxoviridae, género Influenzavirus tipo A
Estos virus se divididen en subtipos sobre la base de sus proteinas de
membrana hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N). Hasta la fecha se
reconocen 15 subtipos de hemaglutininas del virus
de la gripe (H1-H15) y 9 subtipos de neuraminidasas (N1-N9). Hasta
el momento, todos los brotes de las formas muy patogénicas han sido
causados por los virus A de la gripe de los subtipos H5 y H7.

La infección provoca un amplio espectro de síntomas en las aves


que van desde una enfermedad leve que se manifiesta algunas veces
únicamente como plumas erizadas o disminución en la producción de
huevos, hasta una enfermedad letal muy contagiosa y rápida
conocida como "gripe aviar altamente patogénica". Esta forma se
caracteriza por comienzo súbito, enfermedad grave y evolución
fulminante, con una mortalidad cercana al 100%. Las aves,
frecuentemente, pueden morir el mismo día en
que aparecen los síntomas.

Los síntomas de la gripe aviar en humanos varían desde síntomas


parecidos a la gripe típica (dolor de garganta, fiebre, tos y dolores
musculares) hasta infecciones oculares, dificultad respiratoria aguda,
neumonía, y otras complicaciones graves que pueden suponer una
amenaza para la vida.

Las aves acuáticas migratorias, especialmente los patos, constituyen


el reservorio principal del virus de la gripe aviar, y estas aves son las
más resistentes a la infección. Aunque todas las especies de aves son
susceptibles de infectarse, son mas vulnerables las aves de corral
domésticas, particularmente los pollos y pavos, pudiendo además
estas infecciones alcanzar rápidamente proporciones de epidemia.

Se ha considerado el contacto indirecto o directo de los animales


domésticos con las aves acuáticas migratorias como la causa mas
frecuente de epidemias. El mercado de aves vivas tiene también un
papel importante en la expansión de epidemias.

Por otra lado, recientes investigaciones han puesto de manifiesto que


virus de baja patogenicidad pueden, después de circular por periodos
cortos entre la población de aves de corral, mutar a virus muy
patógenos

Historia

La altamente patogénica gripe aviar o, como fue llamada


originalmente, flow plague, fue inicialmente descrita en Italia en
1878.1 También fue conocida como la enfermedad de Lombardía.
Aunque Centanni y Savonuzzi, en 1901, identifican un agente
responsable como causante de la enfermedad, no fue hasta 1955
cuando se describe como un virus de la familia de los Influenza A
como responsable. En su reservorio natural en las aves acuáticas, la
infección generalmente es asintomática.

La primera asociación del virus H5N1 con enfermedades respiratorias


ocurrió en Hong Kong en 1997,2 cuando 18 casos en humanos
durante una epidemia del altamente patógeno H5N1 fue descrita en
mercados de venta de aves vivas. Esta epidemia se asoció con alta
incidencia de mortalidad (33%), alta incidencia de neumonía (61%),
y alta incidencia de casos que tuvieron que ser asistidos en unidades
de cuidados respiratorios (51%).

Todos los genes del virus fueron de origen aviar, sugiriendo que el
H5N1 había saltado la barrera de especies sin adaptarse a ellas. La
vigilancia serológica revela poca evidencia de trasmisión humano-
humano.
Descripción de la enfermedad en las aves

La Influenza Aviaria Altamente Patógena es una enfermedad viral


causada por algunos subtipos (H5 y H7) del tipo A del virus de la
influenza, perteneciente a la familia Orthomyxoviridae que afecta a la
mayoría de las especies aviares, causando enfermedad de carácter
sistémico y extremadamente contagiosa, con una elevada mortalidad
en 24 horas en las explotaciones avícolas comerciales y que por lo
tanto puede influir de un modo muy decisivo sobre la producción y
comercialización de aves y de productos avícolas de un territorio o de
un país. La enfermedad está causada por un virus de influenza tipo A.
Recientemente se ha descubierto su potencialidad de contagiar al
hombre.

Los virus influenza de tipo A están subdivididos en subtipos basados


en las proteínas hemaglutinina y neuroaminidasa. Hay 16 tipos de
hemaglutininas y 9 subtipos diferentes de neuroaminidasa, lo que
proporciona 144 combinaciones diferentes de H y N. Todos los
subtipos son capaces de infectar a las aves, pero no de provocar la
enfermedad. Hasta la fecha todos los brotes de la forma
hiperpatógena han sido causados únicamente por los subtipos H5 y
H7 (dotados con las variantes 5 y 7 de la hemaglutinina).

Las aves acuáticas migratorias, sobre todo los patos salvajes, son el
reservorio natural de los virus de la gripe aviar, y esas aves son
también las más resistentes a la infección. Las aves de corral
domésticas son las más vulnerables a esas epidemias de gripe
fulminante.

Es capaz de conservar la viabilidad en el ambiente durante largos


periodos de tiempo, especialmente cuando las temperaturas son
bajas, aunque se sabe que no sobrevive a temperaturas superiores a
los 70 °C ni inferiores a los -80 °C
El virus de la influenza aviaria puede afectar a un gran número de
especies de aves incluyendo aves de corral y silvestres; aunque la
susceptibilidad a la enfermedad es muy variable. Las aves con una
mayor susceptibilidad a la infección, y por lo tanto a la aparición de la
enfermedad, son las gallináceas. Las anátidas son susceptibles, pero
en muchos casos el proceso es subclínico y actúan como portadores.

Una vez introducido el virus dentro de una explotación, al ser


excretado por las heces y secreciones respiratorias, la transmisión y
difusión del mismo se produce fundamentalmente del siguiente
modo:

• Contacto directo con secreciones de aves infectadas,


especialmente heces.
• Alimentos, agua, equipo y ropa contaminados.
• Vía aerógena.

Se ha establecido que la transmisión de una explotación a otra, en los


focos que tuvieron lugar en Italia (1999) y los Países Bajos (2003), se
produjo por los siguientes medios:

• Aerógena (< 1 km entre granjas).


• Personas y equipos.
• Transportes de huevos contaminados, alimentos o gallinaza.

Los virus de la gripe aviaria no suelen infectar a otros animales. El


primer caso conocido de infección del hombre por el virus de la gripe
aviar se produjo en Hong Kong en 1997, cuando la cepa H5N1 causó
una enfermedad respiratoria grave a 18 personas. Esa infección
coincidió con una epidemia de gripe aviar hiperpatógena, causada por
esa misma cepa.
El rápido sacrificio, a lo largo de tres días, de toda la población de
aves de corral de Hong Kong, estimada aproximadamente en 1,5
millones de animales, redujo las posibilidades de transmisión directa
con hombres y evitó una pandemia.

En los humanos, dado que el H5N1 es un virus de influenza, los


síntomas pueden parecer como de una gripe común, con fiebre, tos,
garganta reseca y mialgias (dolor muscular). Sin embargo, en casos
más severos se pueden desarrollar neumonía y problemas severos
del aparato respiratorio, y eventualmente puede provocar la muerte.
Pacientes infectados de H5N1 han presentado pocos casos de
conjuntivitis, a diferencia de los casos humanos del virus H7.

Pandemias

La Organización Mundial de la Salud (OMS)(2005) ha avisado de un


riesgo substancial de epidemia mundial (pandemia) de gripe en un
futuro cercano, con la máxima probabilidad de que derive del tipo de
gripe aviar H5N1. El riesgo toma la forma de recombinación entre el
virus de la gripe aviaria y alguno de los virus que circulan por la
población humana.

Gripe española (1918)

La llamada gripe española surgió en 1918 y se basaba en un virus


H1N1. La tasa de mortalidad alcanzaba el 2,5% y 40 millones de
personas de todo el mundo perdieron la vida. No hay que olvidar que
en ese momento no se contaba con antibióticos, los cuales no atacan
a los virus, pero sí a las bacterias oportunistas que aprovechan para
multiplicarse y crean las principales complicaciones respiratorias.
Gripe asiática de 1957

La epidemia de 1957 se debió a un virus H2N2. Con muy poca


resistencia inmunitaria cruzada respecto al anterior y después de un
plazo tan largo, la población carecía de defensas y la mortalidad
mundial ascendió a 2 millones de personas. Hay que tener en cuenta
que el virus era menos patogénico que el de 1918 y se contaba ya
con importantes armas de control y terapéuticas.

Gripe de Hong Kong (1968)

La epidemia de 1968 la produjo un virus H3N2. Al ser la misma la


variante de neuraminidasa (N2) y la epidemia anterior tan reciente,
los efectos globales fueron aún más suaves. En 1999 y de nuevo en
2003 en Hong Kong, fueron aisladas cepas de virus de la gripe H9N1
en niños con enfermedad leve y autolimitada. El virus H9N1
responsable de infección humana contenían genes homólogos a los
virus H5N1 de 1997. El virus H9N1 es ahora endémico en poblaciones
de pollos y aves vivas en Asia y ha sido aislado en cerdos.

Potencial pandemia de H5N1 en la década del 2000

La futura pandemia será con toda probabilidad debida a un virus


H5N1 producido por recombinación del virus de la gripe aviaria y de
alguna de las variantes de gripe actualmente circulantes (que son de
los tipos H3N2 y H1N1). Lo que falta ahora es una infectividad
elevada entre humanos, que no se da en las variantes aviares. Sólo
se había observado un caso de transmisión entre humanos y no había
podido considerarse seguro, aunque en junio de 2006 se comprobó el
primer caso de transmisión humano-humano.3
Esa recombinación catastrófica podría darse en un ser humano o en
un cerdo que porte a la vez los dos virus. Este hecho se vuelve más
probable cuanto más se extiende la epidemia en las aves y cuanto
más crece el número de personas y animales domésticos infectados.
Una revisión recién publicada (Alvarado de la Barrera y Reyes-Terán,
2005) señala que los expertos en gripe concuerdan en que una nueva
pandemia es inevitable y que puede ser inminente.

La perspectiva se agrava por la enorme patogenicidad observada en


los casos de infección humana, que se ha venido saldando con una
mortalidad del 72%, sobre todo cuando se compara con la tasa del
2,5% de la pandemia de 1918 que cobro 40 millones de vidas.

Como respuesta, mucho países han comenzado a prepararse (2005)


ante un posible brote. Mientras que las estrategias para hacer frente
a un brote se centran a corto plazo en limitar el desplazamiento y
vacunar a las aves de corral, las estrategias a largo plazo requieren
cambios sustanciales en las forma de vida de la mayoría de las
poblaciones de mayor riesgo. La OMS divide una pandemia en seis
fases, desde un riesgo mínimo de brote a pandemia a escala
completa. La mayoría de las autoridades sanitarias categorizan la
situación a fecha de 2005 en la fase 3, lo que significa que ha habido
infecciones humanas de un nuevo subtipo pero hay pocas pruebas
sobre la existencia de una transmisión entre seres humanos.

Un virus en constante mutación

Investigaciones recientes han demostrado que los virus de baja


patogenicidad pueden, después de estar circulando durante períodos
a veces breves en una población de aves de corral, mutar y
transformarse en virus hiperpatógenos. Actualmente, según estudios
del Centro Nacional de Biotecnología, el virus podría evolucionar de
manera que se contagiase entre humanos. En este sentido, se
registró un excepcional caso de contagio de un enfermo a dos
familiares en Camboya en 2004 (Brown, 2004). Para que aparezca
una forma con transmisibilidad entre humanos es necesario que los
antígenos de superficie (hemaglutinina y neuraminidasa) muten para
adaptarse a la especificidad de las membranas de las células
humanas, en vez de a las aviarias. Además la forma de contagio
podría evolucionar pasando del contacto directo al modo aéreo.

Todos los virus de la gripe de tipo A, incluidos los que causan


epidemias estacionales en el hombre, son genéticamente hábiles y
están bien adaptados para eludir las defensas del huésped. Los virus
de la gripe carecen de los mecanismos de reparación de errores
durante la replicación. Resultando que la composición genética de los
virus cambia conforme se van replicando en el hombre y en los
animales, y la cepa de partida se ve reemplazada por una nueva
variante antigénica. Estos cambios constantes y por lo general
pequeños de la composición antigénica de los virus A de la gripe es lo
que se denomina deriva antigénica.

La cepa gripal A, incluidos los subtipos de diferentes especies, pueden


intercambiar o recombinar el material genético y fusionarse. Ese
proceso de recombinación, conocido como cambio antigénico,
desemboca en un nuevo subtipo distinto de los dos virus originales.

Peligro de los brotes de gripe aviar para


los humanos

Los brotes de gripe aviar no son todos igual de peligrosos. Los brotes
ocasionados
por la cepa H5N1 son actualmente los más peligrosos para la salud
humana.
Para evaluar los riesgos que estos brotes suponen para la salud
humana es importante conocer exactamente qué cepas de virus aviar
están causando los brotes en las aves. Por tanto, el control urgente
de todos los brotes de gripe aviar en aves es de suma importancia.
Las investigaciones han mostrado que ciertas cepas de virus de la
gripe aviar, inicialmente de baja patogenicidad, pueden mutar
rápidamente (de 6 a 9 meses) a una cepa muy patogénica si se les
permite circular entre las poblaciones de aves de corral.

Tranquiliza el hecho de que hayan ocurrido pocos casos en humanos.


La OMS tiene alguna evidencia de que la cepa H5N1 puede haber
estado circulando en aves desde abril de 2003. La detección de pocos
casos en humanos sugiere que el virus puede no transmitirse
fácilmente de aves a humanos por el momento. Sin embargo, la
situación puede cambiar rápidamente ya que esta cepa puede mutar
rápidamente y además tiene una propensión al intercambio de genes
con virus de la gripe de otras especies. Esto podría favorecer el
surgimiento de una nueva cepa pandémica del virus de la gripe.

Nadie conoce con seguridad si se puede evitar el riesgo de pandemia.


Los virus
de la gripe son muy inestables y su comportamiento desafia las
predicciones. Sin embargo, la OMS permanece optimista ya que cree
que si se llevan a cabo rápidamente las acciones correctas podrá ser
evitada la pandemia de gripe. Este es el principal objetivo de la OMS.

La prioridad principal y la línea más importante de defensa es reducir


las oportunidades de la exposición humana al mayor reservorio de
virus: las aves de corral infectadas. Esto se consigue a través de la
detección rápida de los brotes que afectan a las aves de corral y de la
introducción de medidas urgentes de control que incluyen la
destrucción
de todas las aves de corral expuestas o infectadas y la apropiada
eliminación de los esqueletos.

El riesgo de transmisión a humanos se incrementa cuando la gripe


aviar H5N1 muy patogénica se extiende entre las aves de corral.
Cuando el número de infecciones humanas crece, existe un mayor
riesgo de que emerja un nuevo subtipo de virus originando una
pandemia de gripe. Se ha demostrado en Asia la relación existente
entre la expansión de la infección en las aves y el incremento del
riesgo de infecciones humanas

La OMS recalca la urgencia de la situación y la necesidad de una


acción rápida sobre los sectores agrícola y animal, lo que alejará el
riesgo de una pandemia de gripe en las personas.

Tratamiento

Aunque no existen tratamientos capaces de producir una verdadera


cura frente a una infección de gripe aviaria, sí que existen fármacos
capaces de frenar el desarrollo del virus. Contra el virus de la gripe
aviaria en desarrollo (H5N1) se emplean inhibidores de la
neuraminidasa, como el oseltamivir y el zanamivir, que actúan en una
proteína conservada en todos los virus de la influenza A.

El oseltamivir es distribuido por los laboratorios Roche como Tamiflu,


y se ha convertido en el medicamento seleccionado por gobiernos y
organizaciones para prepararse ante la posibilidad de una pandemia.
En agosto de 2005 Roche acordó donar tres millones de dosis de
Tamiflu a la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de que
la OMS pueda tratar de contener la pandemia en el lugar de origen.

Inhibidores de M2 son otra clase de medicamentos que incluyen


amantadina y rimantadina. A diferencia de zanamivir y oseltamivir,
estas medicinas no son muy caras y son de fácil acceso. La OMS
había planeado originalmente prepararse con este tipo de
medicamentos, pero los planes fueron revertidos cuando se supo que
la República Popular China había estado administrando amantadine a
sus aves de corral con el apoyo del gobierno desde principios de
1990, en contra de las regulaciones internacionales. Como resultado
de esto, la cepa del virus circulando en la actualidad en el sudeste
asiático es prácticamente inmune al medicamento y por lo tanto
potencialmente más peligroso para los humanos. Sin embargo, la
cepa de H5N1 que se extendió por el norte de China, Mongolia,
Kazajistán y Rusia por aves salvajes en el verano de 2005, no es
resistente a la amantadina.

Medidas estratégicas recomendadas

Los objetivos de las medidas estratégicas se corresponden con las


oportunidades
principales de intervención y con las fases consideradas:

A) Fase de prepandemia
1. Reducir las oportunidades de infección
humana

El riesgo de que aparezca un virus pandémico dependerá de las


oportunidades de exposición e infección humana. Esas ocasiones
persistirán mientras el virus H5N1 siga circulando entre los animales.
El control de la enfermedad en los animales es la principal opción
para
reducir las oportunidades de infección del hombre, y por tanto para
reducir
el riesgo de aparición de un virus pandémico. Una segunda opción
es la prevención de los comportamientos que llevan a las personas a
exponerse
al virus.

• Apoyar la estrategia de control de la FAO y el OIE

Las recomendaciones técnicas de la FAO


y el OIE escriben medidas de control específicas y explican la manera
de aplicarlas.
La urgencia de la estrategia mundial, elaborada en colaboración con
la
OMS, e debe a los riesgos para la salud humana - en particular los
asociados a una
pandemia - que plantea la continua circulación del virus en los
animales.
La estrategia adopta un enfoque progresivo, con distintas opciones de
control
presentadas en función de los distintos perfiles de la enfermedad,
incluidos
factores tales como la densidad de las aves, los sistemas de
explotación
agrícola, y el hecho de que las infecciones hayan tenido lugar en
granjas
comerciales o en pequeñas propiedades agrícolas rurales.

• Intensificar la colaboración entre los sectores de la


sanidad
animal y la salud humana

La OMS designará personal dedicado especialmente a mejorar el


actual intercambio
de información entre los sectores agrícola y sanitario a nivel
internacional. Una mayor colaboración entre los dos sectores
redundará en beneficio de tres objetivos fundamentales como son los
de localizar con precisión las zonas de actividad de la enfermedad en
los animales, en las que debería intensificarse la vigilancia de los
casos humanos; velar por que las medidas de control de la
enfermedad en los animales sean compatibles con la reducción del
riesgo de exposición humana; y garantizar que el asesoramiento
prestado a las comunidades rurales acerca de las medidas de
protección reflejela evolución de la enfermedad en los animales.

La OMS tomará medidas conjuntas con la FAO y el OIE para


comprender mejor la evolución de los virus H5N1 en Asia.

La OMS subrayará la necesidad de controlar la enfermedad en las


zonas rurales.
Por otra parte, es imprescindible que las medidas de control de la
enfermedad
en las explotaciones rurales se acompañen de actividades de
comunicación de los riesgos a los granjeros y sus familias.

• Reforzar la comunicación de riesgos a la población rural

A través de sus redes de investigación y en colaboración con la FAO y


el OIE, la OMS ampliará los conocimientos sobre las relaciones entre
la enfermedad animal,

los comportamientos humanos y el riesgo de adquirir la infección por


H5N1. Esa información será la base de la comunicación del riesgo a la
población rural.

• Mejorar las estrategias de detección ambiental de los


virus

La OMS, la FAO y el OIE, a través de sus redes de investigación,


facilitarán el rápido desarrollo de nuevos métodos de detección del
virus en muestras ambientales. El objetivo de esos métodos es
profundizar enmel conocimiento de las condiciones que aumentan el
riesgo de infección humana y favorecen por tanto la aparición de un
virus pandémico.
Esos conocimientos son fundamentales para el éxito de la prevención
primaria basada en el control de la enfermedad en los animales; y
son fundamentales también para dar consejos a la población rural
acerca de los comportamientos a evitar.

2. Reforzar el sistema de alerta


anticipada

• Mejorar la detección de los casos humanos

La OMS aportará la formación, los reactivos diagnósticos y el apoyo


administrativo requeridos para la verificación externa con que se
pretende acelerar la detección de casos y hacerla más fiable.

• Combinar la detección de nuevos brotes en animales y la


búsqueda
activa de casos humanos

La OMS velará por que cuando se detecten nuevos brotes de la cepa


H5N1 hiperpatógena en las aves de corral se emprenda
paralelamente una búsqueda
activa de casos humanos.

• Apoyar las investigaciones epidemiológicas

Se están elaborando con carácter urgente directrices para la


investigación de los brotes, específicas para el H5N1 y para la
situación epidemiológica de cada país.
• Coordinar las investigaciones clínicas en Asia

Es necesario reunir datos clínicos sobre los casos humanos y


compararlos a fin de elucidar los modos de transmisión, identificar los
grupos vulnerables y mejorar los
tratamientos. La identificación de los grupos de riesgo encamina las
medidas preventivas y las primeras intervenciones.

• Reforzar la evaluación de riesgos

Es necesario reforzar las actividades diarias de la OMS a fin de


garantizar la recogida y verificación continuas de la información
epidemiológica y virológica indispensable para evaluar los riesgos.

• Reforzar los centros nacionales de la gripe en toda la


región
de riesgo
• Ofrecer a los países vulnerables un incentivo para
colaborar
a nivel internacional

B) Fase de aparición de un virus


pandémico
3. Contener o retrasar la propagación en
su origen

• Crear una reserva internacional de antivirales

La OMS
establecerá una reserva internacional de antivirales para responder
rápidamente
cuando se declare la pandemia.
• Establecer mecanismos de suministro masivo de
medicamentos antivirales

La OMS ideará y ensayará mecanismos de suministro de antivirales


en colaboración
con las autoridades sanitarias y la industria nacionales.

• Vigilar la sensibilidad a los antivirales

Se establecerá un programa de vigilancia para la realización de


pruebas de sensibilidad a los antivirales. La aparición de
farmacorresistencia pondría en peligro la eficacia de las reservas
nacionales de antivirales establecidas para uso interno.

C) Fase de pandemia declarada y


propagación internacional
4. Reducir la morbilidad, la mortalidad y
los trastornos sociales

Las vacunas y los antivirales constituyen las dos intervenciones


médicas
más importantes para reducir la morbilidad y la mortalidad durante
una
pandemia.

Se considera en general que las vacunas son la primera línea de


defensa, pero como al principio de la pandemia su suministro será
insuficiente, cualquiera que sea el país, los antivirales tendrán un
papel decisivo en las primeras fases.
• Vigilar la evolución de la pandemia en tiempo real

Muchas de las características de la pandemia que determinarán la


selección de las medidas de respuesta sólo se manifestarán una vez
que el nuevo virus haya surgido y empezado a causar un elevado
número de casos. La OMS, con la ayuda de redes virtuales de
expertos, vigilará la evolución del comportamiento epidemiológico y
clínico del nuevo virus en tiempo real.

• Aplicar intervenciones no farmacológicas

Las autoridades seleccionaran las medidas más adaptadas al


comportamiento del virus, y más idóneas por tanto para reducir el
número de casos y ralentizar la propagación geográfica.

• Usar los antivirales para proteger a los grupos


prioritarios
• Aumentar el suministro de vacunas
• Garantizar un acceso equitativo a las vacunas
• Comunicar los riesgos al público

Tan pronto como se declare la pandemia, las autoridades sanitarias


deberán poner en marcha un procedimiento para informar
continuamente de los riesgos al público.

5. Realizar investigaciones para orientar


las medidas de respuesta

• Evaluar las características epidemiológicas de la pandemia


emergente
• Vigilar la eficacia de las intervenciones sanitarias
• Evaluar las repercusiones sanitarias y económicas
Vacunas y fármacos disponibles

Actualmente las vacunas existentes no protegen a las personas de la


enfermedad causada por la cepa H5N1 del virus. Sin embargo,
estudios de investigación para el desarrollo de una vacuna que
proteja a los humanos contra el virus H5N1 comenzaron en abril del
2005 después de que se han caracterizado los virus de la gripe H5N1
aislados de humanos y animales en los países asiáticos afectados por
el brote de la gripe.

Gripe aviar H5N1: los primeros pasos hacia el desarrollo de una


vacuna humana

Por otra parte, se dispone de dos tipos de fármacos. Están los


inhibidores M2 (amantadina y rimantadina) y los inhibidores de la
neuraminidasa (oseltamivir y zanimivir). Estos fármacos han sido
autorizados para su utilización en la prevención y tratamiento de la
gripe humana en algunos países y han demostrado ser efectivos sin
tener en cuenta la cepa causante de la gripe. Sin embargo, los
análisis iniciales de
los virus aislados de los casos de evolución fatal ocurridos
recientemente en Vietnam indican que los virus son resistentes
invariablemente a los inhibidores M2. Se están realizando otras
pruebas para confirmar la resistencia a la amantadina. La red de
laboratorios está realizando estudios para confirmar la efectividad de
los inhibidores de neuraminidasa contra las cepas H5N1 actuales.

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