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ELECTROMIOGRAFIA

RESEÑA HISTORICA

El primer estudio en profundidad del electromiograma fue llevado a cabo por Piper en 1912,
quien registró potenciales durante la contracción voluntaria empleando electrodos de superficie
y un galvanómetro de hilo.

En 1922, el médico estadounidense Joseph Erlanger y su discípulo el fisiólogo Herbert Spencer


Gasser, pudieron amplificar las señales eléctricas originadas al estimular una fibra nerviosa y
representarlas gráficamente en un osciloscopio de rayos catódicos. Mediante este método,
descubrieron que las fibras nerviosas conducen impulsos a diferentes velocidades según su
espesor y que cada una posee su propio umbral de excitabilidad, denominándolas de tipo A, B
y C. Por sus descubrimientos relacionados con las funciones altamente diferenciadas de las
fibras nerviosas recibieron el premio Nóbel de Medicina en 1944.

En 1929 Adrián y Broke introdujeron el electrodo concentricote aguja que hizo posible,
conjuntamente con el osciloscopio de rayos catódicos y los amplificadores electrónicos, el
estudio de potenciales de acción de unidades motrices y de fibras únicas.

Durante las siguientes décadas y debido a las continuas mejoras de los aparatos de EMG, la
electromiografía superficial fue utilizada cada vez más para el estudio de la función del
músculo.

A finales de los años 50 y principios de los 60, George Whatmore utilizó la electromiografía
para aumentar la técnica de relajación progresiva. Había nacido el biofeedback, utilizado en el
tratamiento de algunos trastornos y enfermedades como el dolor de cabeza, el asma, la
hipertensión, el estrés, la ansiedad, la úlcera, etc. Los sensores se quedan en contacto con los
músculos cuya tensión se quiere medir y controlar. Estos músculos a su vez transmiten unas
señales eléctricas que son absorbidas por el aparato de biofeedback que, a modo de
respuesta, envía señales audibles y visuales para que la persona conozca su nivel de tensión
muscular y pueda aprender a controlarla, obteniendo así un alivio de los síntomas.

ELECTRODOS

Electrodos, que recogen la actividad eléctrica del músculo. Pueden ser superficiales o
profundos y ambos se utilizan con una pasta conductora para reducir la resistencia de contacto.

- Los electrodos superficiales: son pequeños discos metálicos y se utilizan para obtener un
estudio global del músculo, ya que no pueden detectar potenciales de baja amplitud o de
elevada frecuencia.

- Los electrodos profundos: Son agujas que se insertan dentro del músculo.

_ Monopolares de aguja: Son simples agujas de acero inoxidable aisladas con barniz excepto
en la punta.

_ Electrodos concéntricos de agujas: Se dividen en unipolares y en bipolares son los mas


empleados en electromiografía clínica, consisten en una cánula similar a una aguja
hipodérmica, en cuyo interior se cementa un hilo (o dos) de acero o de platino, aislado excepto
en la punta. Su diámetro mas corriente es de 0.45 mm. El hilo central suele conectarse al
activo del amplificador de instrumentación, mientras que la cánula suele hacer de referencia, y
un tercer electrodo de masa.
_ Electrodos de fibra única: Consiste en una cánula de acero de unos 0.5 mm de diámetro que
puede contener hasta 14 hilos aislados, de platino o plata, y que posee una ventana lateral por
la que aparecen las puntas de los hilos. Son electrodos muy selectivos que permiten registrar
los potenciales de una o dos fibras

Salvo para el llamado "ruido de placa" y para la actividad de inserción de la aguja, no debe
existir actividad eléctrica en el músculo relajado.

La fibrilación y las ondas positivas son descargas espontáneas anormales que se producen en
cualquier situación en la que una fibra muscular está denervada.

Aparecen habitualmente en los trastornos neurogénicos (enfermedades de neurona motora


inferior, radiculopatías, plexopatías y neuropatías) y señalan la presencia de degeneración
axonal. Pero también pueden verse en miopatias, especialmente en las inflamatorias y
distróficas. Las fibrilaciones consisten en potenciales de una sola fibra muscular que bate de
forma repetida a una frecuencia regular decreciente por lo que las características morfológicas
y de su sonido en el instrumento de EMG permiten su reconocimiento indudable. Su duración,
registrada con aguja coaxial, se halla entre 1 y 5 mseg. Su deflexión inicial es positiva. Las
ondas positivas, por su parte, tienen el mismo significado fisiopatológico, su ritmo es similar, el
sonido característico y consisten en una deflexión positiva brusca con una muy lenta
recuperación a la isoleléctrica. Corresponden a la fibrilación de una fibra muscular degenerada
en uno de sus extremos. La hiperexcitabilidad de la membrana sarcolémica que causa este tipo
de actividad espontanea, puede ser también responsable de las descargas de alta frecuencia
(descargas bizarras o pseudomiotónicas) debidas al cierre de circuitos de excitación efáptica
entre fibras.

En las lesiones neurogénicas la aparición de fibrilación y ondas positivas depende del tiempo
transcurrido desde la lesión y de la longitud del nervio. Por ejemplo, aparecen en músculos
distales 1 a 3 (o más) semanas después de la lesión del plexo braquial o de las raices motoras.
Su permanencia indica la persistencia del proceso de degeneración axonal puesto que tienden
a desaparecer a medida que se produce reinervación o, en caso contrario, con la fibrosis
muscular por degeneración completa.

La topografía de la denervación es esencial en el diagnóstico electrofisiológico de los trastornos


neuromusculares. La solidez de la condición anormal de la fibrilación sigue siendo uno de los
pilares fundamentales en el diagnóstico instrumental, a pesar del gran número de técnicas que
se han añadido al Laboratorio de EMG.

Las fasciculaciones, las mioquimias y la neuromiotonía


corresponden a actividad espontanea en las fibras
musculares generada ectópicamente en los axones
motores, generalmente en sus segmentos mas distales.
Es debida a hiperexcitabilidad a dicho nivel y está
relacionada con patología de los canales iónicos.
Puede ser observada en determinadas alteraciones
iónicas o en neuropatías que afectan la excitabilidad
como sucede por ejemplo en trastornos mielínicos,
algunos procesos autoinmunes, enfermedades de
neurona motora o en lesiones postradioterapia.

Potencial de Unidad Motora

Las Unidades Motoras (UM) están constituidas por la


neurona motora, su axon y ramificaciones distales, las placas motoras y todas las fibras
musculares que dependen de ella. Se activa por completo en una respuesta de todo o nada.

El número de fibras por Unidad Motora (razón de inervación) varía entre 1-10 en los músculos
extraoculares, faringeos o craneales a varios cientos para los músculos tónicos axiales. La
actividad eléctrica de todas las fibras musculares se suma en el registro con la aguja coaxial
para constituir el Potencial de Unidad Motora (PUM).

El tamaño de un PUM está relacionado con el diámetro del axon motor, su grosor de mielina y
con la velocidad de conducción de la fibra nerviosa, umbral de despolarización y tipo de fibras
musculares inervadas. Las UM pequeñas se asocian a fibras musculares del tipo I (contracción
lenta, metabolismo oxidativo, resistentes a la fatiga) que tienen un bajo umbral de excitación y
se contraen precozmente en la actividad voluntaria. Las UM de tamaño progresivamente mayor
se reclutan también a grados mayores de contracción de forma que raramente en una
exploración electrofisiológica pueden ser observados aisladamente potenciales pertenecientes
a UM del tipo II (contracción rápida, metabolismo glicolítico, fácilmente fatigables).

La frecuencia de disparo de las UM lentas está por debajo de los 30Hz, en tanto las UM fásicas
pueden alcanzar frecuencias mucho mayores. Los estudios EMG no permiten valorar
habitualmente este dato, puesto que el incremento de frecuencia de una UM activa pronto es
ocultado por la detección de otras UM vecinas batiendo a su propia frecuencia.

Las características
morfológicas de los PUM
deben ser analizadas durante
el estudio electrofisiológico:

La duración se define como el


tiempo desde la deflexión
inicial al retorno a la línea de
base y refleja el número y
dispersión espacial de las
fibras musculares de la UM.
Los valores normales medios
se hallan entre 5 y 15 mseg.,
pero varían para cada
músculo, edad y temperatura.

La amplitud del PUM se mide


entre pico y pico y corresponde
a la actividad de un relativo escaso número de fibras musculares cercanas a la punta de la
aguja. Normalmente mide entre 200 microV. y 2-3 mV. Sin embargo, cuando existe
reinervación colateral (agrupación por tipos en el estudio histoquímico del músculo), el mayor
número de fibras de la misma UM agrupadas en un territorio causa un aumento de la amplitud
del PUM. En los estudios con electrodo de monofibra se observa en este caso un aumento de
la Densidad de Fibras.

Las fases del PUM corresponden al número de cruces por la isoeléctrica mas uno, es decir, la
cantidad de porciones a uno y otro lado de la línea de base. La polifasia se asocia a UM con
distribución espacial irregular, tanto por crecimientos axonales reinervantes (neurógeno,
amplitud aumentada) como por pérdida parcial de fibras musculares (miopatías, amplitud
disminuida). En el músculo normal, el número de PUM polifásicos no deben sobrepasar el 10-
15%. El número de puntas, Turns o cambios en la dirección del potencial que no llegan a
cruzar la línea de base tienen el mismo significado que la polifasia y pueden ser cuantificados
por métodos automáticos relacionándolos con la amplitud media del trazado EMG.
La estabilidad de un PUM consiste en la constancia en su morfología en sus sucesivas
excitaciones. Disminuye en los casos en que existen trastornos en la propagación del impulso
en las arborizaciones terminales (fases iniciales de la reinervación, denervacion en curso) o en
la transmisión neuromuscular (Miastenia
Gravis). Puede ser observada
fácilmente aplicando filtraje de bajas
frecuencias en el registro con aguja
coaxial y mediante el uso de línea de
disparo y retraso de señal. Sin embargo,
su cuantificación ha sido establecida
mediante la aguja de monofibra y la
medición sistematizada del jitter
(variabilidad en la interlatencia entre
dos potenciales de sendas fibras de la
misma UM activadas voluntariamente) o
a partir de microestimulación axonal con
determinación de la variabilidad de
latencia entre la estimulación y la
contracción de las fibras musculares
(jitter por estimulación).

En los trastornos neurogénicos con


pérdida axonal, la denervación seguida
de reinervación produce cambios en la
morfología de los PUM que dependen
del tiempo. Tras la fase activa de denervación se produce crecimiento de colaterales con
conducción inestable. Los PUM reestructurados, tendrán mayor amplitud y duración al adoptar
fibras musculares hasta entonces pertenecientes a otras UM. Su inicial inestabilidad y polifasia,
tenderán a disminuir con el tiempo, hasta constituirse en PUM grandes y estables que
corresponden a los procesos de
reinervación crónica.

En estas situaciones, el
reclutamiento de PUM al
aumentar el grado de
contracción voluntaria es
anormal, permitiendo observar y
oír el aumento de frecuencia de
los PUM activos (aceleración)
que no es ocultado por nuevos
PUM que se sumen a la
contracción para conseguir un
mayor grado de fuerza.

En las miopatías, los PUM son


de baja amplitud como
corresponde a la pérdida de
fibras activas de la UM.
Adquieren además carácter
polifásico por su irregularidad
espacial. Sin embargo, al no
existir pérdida en el número de UM funcionantes, los patrones de contracción demuestran
abundante actividad eléctrica, es decir, numerosos PUM, aunque de pequeño tamaño. (BAPP:
breves, abundantes, pequeños, polifásicos).
PATOLOGIAS

El Electromiograma se utiliza para diagnosticar varias patologías y problemas, entre ellos:

. Lesiones traumáticas o denervación con pérdida de continuidad entre un nervio y un


músculo. La presencia de potenciales de fibrilación en un músculo relajado puede ser una
señal de denervación.

E la reinervacion permite detectar PUM antes de que se aprecie el movimiento voluntario.

. Neuropatías periféricas producidas por algunas enfermedades como la diabetes, la difteria o


el alcoholismo, entre otras. Se caracterizan por una reducción de la actividad de las UM hasta
el punto de perderse el factor de interferencia, incluso durante un esfuerzo máximo. Los PUM
son, en general, polifásicos debido probablemente a las diferencias en velocidad de
conducción de las ramas que inervan las fibras de la UM. Las amplitudes y duraciones son
nominales o ligeramente inferiores

. Enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis, la esclerosis lateral amiotrófica,


el síndrome de Guillain-Barré, algunas distrofias musculares, etc. Las fibras musculares están
normalmente inervadas pero la transmisión de impulsos a través de la unión mío neuronal se
hace con mucha dificultad, las contracciones solo pueden mantenerse durante periodos cortos.

. Desórdenes de la neurona motriz, como la poliomielitis y otras infecciones víricas agudas,


las atrofias musculares de la espina dorsal de origen genético, la enfermedad de la neurona
motriz de tipo degenerativo, etc. Todas ellas presentan características comunes como
excesiva actividad de inserción, fibrilación, reducida actividad voluntaria, aunque con PUM de
amplitudes y duraciones mayores que las normales.

. Enfermedades musculares incluye enfermedades como las distrofias musculares, miopatias


adquiridas y de tipo endocrino. Suele mostrar anomalías en los PUM (polifases) aunque el
número de UM activadas suele ser normal.

Aunque no existe una técnica que tenga un uso clínico aceptado de manera general, existen
hoy en día una serie de medidas cuantitativas que pretenden eliminar las interpretaciones
subjetivas y proporcionar descripciones validas de las características de los PUM durante la
actividad voluntaria.

Las características más notables de los PUM son la amplitud, la duración, el número de fases y
el número de puntas.

Aunque es una técnica diagnóstica exenta de riesgos y complicaciones, puede resultar algo
molesta e incluso dolorosa para algunos pacientes. Es por ello que solo está indicada cuando
es realmente necesaria para establecer un diagnóstico que puede determinar un tratamiento
específico.

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