estamos tan familiarizados con ver, que requiere un salto de la imaginación percatarse
de que existen problemas a resolver. pero considere el asunto. recibimos imágenes
pequeñísimas invertidas en los ojos y vemos objetos sólidos independientes en el
espacio circundante. a partir de los patrones de estimulación en la retina, percibimos el
mundo de los objetos y esto no puede considerarse menos que un milagro (p. 9).
aunque quizá sea menos que un milagro, es una hazaña notable, especialmente si se
considera que casi todo lo que conocemos sobre el ambiente se basa en un patrón de
energías físicas que afectan directamente nuestros receptores sensoriales. por ejemplo,
lo que olemos se basa en una reacción química compleja que ocurre en las zonas más
profundas de la cavidad nasal, lo que vemos es el resultado de un patrón cambiante de
energías radiantes proyectadas sobre la parte trasera del globo ocular y lo que
escuchamos proviene de un patrón variable de vibraciones aéreas transmitidas a los
receptores del oído interno. lo que es más, en muchos casos estas fuentes ambientales
de energía se encuentran degradadas e incompletas. en numerosas instancias —como
cuando apenas tenemos una vislumbre de la escena visual, cuando un sonido es
repentino y tenue, o cuando acariciamos brevemente un objeto con las yemas de los
dedos— obtenemos únicamente las señales sensoriales más débiles en cuanto a la
composición de nuestro ambiente; sin embargo, en su mayoría nuestras percepciones
son razonablemente precisas.
¿cómo sucede esto? es obvio que todo el conocimiento sobre el mundo exterior depende
de nuestros sentidos y que parece haber un lazo muy estrecho entre el ambiente físico y
nuestra conciencia sobre él. pero, ¿cómo llega a nuestras cabezas toda esta información
sobre el ambiente físico? ¿cómo se representan y, aparentemente, se recrean en
nuestras mentes todas estas cualidades y peculiaridades de los objetos de modo que los
"percibimos" como objetos reales y coherentes?
considere otro problema fundamental: nuestra conciencia sobre la realidad física —los
objetos y sucesos que nos rodean— parece tan manifiesta, tan concreta y real, que en
general creemos que el mundo debe existir exactamente como lo percibimos o quizá,
cuando menos, que nuestras percepciones están sólo un poco equivocadas. pero, ¿qué
tan cercana es la correspondencia real entre el mundo físico y el mundo subjetivo interno
creado por nuestros sentidos?
2
examine esta figura:
0100090000037800000002001c00000000000400000003010
800050000000b0200000000050000000c02e2025302040000002e0118001c000000fb021
000070000000000bc02000000000102022253797374656d000253020000ab280000ac5d1
10004ee8339c86feb0d0c020000040000002d01000004000000020101001c000000fb029cf
f0000000000009001000000000440001254696d6573204e657720526f6d616e0000000000
000000000000000000000000040000002d010100050000000902000000020d000000320a
5a00000001000400000000005202e20220bf2d00040000002d010000030000000000
las dos líneas verticales parecen tener una longitud desigual; sin embargo, a pesar de la
evidencia obvia proporcionada por nuestros sentidos, ambas líneas son físicamente
iguales. de hecho, ésta es una ilusión de longitud sumamente conocida que se denomina
ilusión müller-lyer. por tanto, aunque nuestro conocimiento del mundo depende de los
sentidos, es importante reconocer que el mundo creado por nuestros sentidos no siempre
corresponde de manera exacta con la realidad física. de hecho, con frecuencia ciertas
fuentes de información sensorial nos someten a errores y distorsiones sistemáticas que
dan una representación equívoca sobre el mundo. la comprensión de cómo adquirimos
conciencia sobre el ambiente físico y la relación entre el mundo exterior y nuestra
experiencia consciente, plantea desafíos esenciales a los psicólogos que estudian la
sensación y la percepción. examinar estos problemas es una de las metas de la
investigación.
por tradición se han hecho ciertas distinciones entre sensación y percepción. sensación
se refiere a los procesos iniciales de detección y codificación de la energía ambiental. de
esto se deduce que la sensación tiene que ver con el contacto inicial entre el organismo y
su ambiente. las señales potenciales de energía del ambiente emiten luz, presión, calor,
sustancias químicas y demás, y nuestros órganos de los sentidos —nuestras ventanas
hacia el ambiente— reciben esta energía y la transforman en un código bioeléctrico neural
que se envía al cerebro. el primer paso al sentir el mundo se lleva a cabo a través de
unidades neurales especializadas o células receptoras que reaccionan hacia tipos
específicos de energía. así, por ejemplo, las células del ojo reaccionan a la energía
luminosa y las células igualmente especializadas de la lengua responden a las moléculas
químicas de los compuestos. la sensación implica el estudio de todos estos sucesos
biológicos, pero se ocupa de algo más que de los sistemas biológicos. un psicólogo que
estudie la sensación visual no sólo examinaría la estructura física del ojo y su reacción
hacia la energía luminosa, sino que también intentaría establecer cómo se relacionan las
experiencias sensoriales tanto con la estimulación de la luz proveniente del ambiente
como con el funcionamiento del ojo.
por otra parte, percepción se refiere al producto de procesos psicológicos en los que
están implicados el significado, las relaciones, el contexto, el juicio, la experiencia pasada
y la memoria. según esta distinción entre sensación y percepción, es posible que nuestros
ojos registren inicialmente una serie efímera de imágenes en color en la superficie de una
pantalla de televisión (es decir, el trabajo de la sensación), pero lo que vemos o
percibimos de la pantalla es una representación de sucesos visuales, con personas y
objetos que interactúan espacialmente de una manera significativa. de modo similar, los
estímulos auditivos típicos que emanan del ambiente harán que nuestros tímpanos vibren
de una manera particular, produciendo alguna cualidad tonal reconocible de inmediato,
como la sonoridad (sensación), pero lo que escuchamos o percibimos es una
3
conversación o una melodía. por ende, la percepción implica organizar, interpretar y dar
significado a aquello que procesan inicialmente los órganos de los sentidos. en pocas
palabras, la percepción es el resultado de la organización e integración de las
sensaciones en una conciencia de los objetos y sucesos ambientales.
después de haber hecho estas distinciones, debemos señalar que tienen más una
importancia histórica que práctica o funcional. en muchos encuentros ambientales
significativos es difícil —quizá imposible— hacer una distinción clara entre sensación y
percepción. por ejemplo, cuando escuchamos una tonada, ¿estamos conscientes al
principio de cualquier cualidad tonal aislada de las notas, como su modulación y
sonoridad, como algo diferente de la melodía? cuando tomamos un objeto familiar, como
un libro o un lápiz, ¿podemos sentir la presión sobre nuestros dedos o palma como algo
independiente de la manera como se siente el objeto? en ambos casos, la respuesta es
"no". en términos generales, la sensación y la percepción son procesos unificados,
inseparables. en general, sólo bajo condiciones controladas de laboratorio es posible
iniciar sensaciones aisladas independientes del significado, contexto, experiencia pasada
y cuestiones similares. de acuerdo con esto, aunque dichos términos serán parte de
nuestro vocabulario, este texto evita en general una distinción clara entre sensación y
percepción y asume un enfoque integrador. por ende, se adopta la perspectiva de que
habitualmente el producto de los encuentros ambientales proporciona información útil al
organismo, parte de la cual puede ser relativamente básica y sin complicaciones [como la
brillantez de un objeto) y parte de la cual puede ser más compleja (como la que se refiere
a lo que es en sí el objeto).
una razón estrechamente relacionada para estudiar este tema es su importancia para
adquirir el conocimiento continuo acerca de nosotros mismos y nuestro ambiente. de
hecho, nuestra conciencia total sobre la realidad externa es principalmente un producto
de la sensación y la percepción. nuestros sentidos sirven como nuestro único mecanismo
de detección de la energía y química que emana del ambiente y es la base sobre la cual
construimos y evaluamos la realidad del ambiente. en pocas palabras, nuestra realidad
física se deriva de la información sensorial recogida. para apreciar esta idea, considere
por un momento su conocimiento sobre lo que sucede a su alrededor. usted está
consciente todo el tiempo de los sucesos sensoriales: vista, sonido, sentimientos y
probablemente olores. la percepción del ambiente interno, y en especial del externo, es
algo que experimentamos casi todo el tiempo. considere de manera adicional lo que sería
su vida diaria si de pronto perdiera uno o más de sus sentidos. dado el nivel tecnológico
actual, es probable que se adaptaría y aprendería a afrontar la pérdida. sin embargo, es
indudable que su conciencia del ambiente disminuiría proporcionalmente y, dependiendo
de las circunstancias, su sentido de bienestar —sino es que su supervivencia— se verían
desafiadas y comprometidas.
el filósofo george berkeley [quien también fue arzobispo de cloyne, irlanda, y cuyo nombre
se conmemora en el pueblo universitario en california) cuestionó la misma existencia de
un mundo externo, proponiendo el punto de vista empirista inusual [según normas
contemporáneas) de que el mundo existe sólo como una percepción; esto implica que el
mundo de los objetos no existe si no se le siente. pero según este concepto, ¿no se
deduciría que, por ejemplo, un árbol dejaría de existir si nadie lo estuviera viendo? [otra
versión de esta interrogante es el viejo acertijo filosófico: "si un árbol cae en el bosque
pero no hay nadie alrededor para escucharlo, ¿hace algún sonido?"). berkeley respondía
que dios siempre percibe todo; por ello, según berkeley, la permanencia aparente del
mundo es una manifestación de la existencia de dios.
la tradición empirista persiste y satura gran parte del análisis contemporáneo sobre la
percepción, aunque en una forma sumamente modificada [véase más adelante, el
enfoque constructivista). la perspectiva contemporánea podría enfocarse en el papel que
representa la experiencia [como algo opuesto a los factores no aprendidos o innatos) en,
por ejemplo, el logro de la percepción del espacio, la percepción del habla o las
preferencias en cuanto a gusto.
en muchos casos, los problemas fundamentales que examinaron muchos de los primeros
físicos y fisiólogos tenían que ver con la naturaleza de la experiencia sensorial. por
ejemplo, en cuanto a la visión, al físico thomas young (1773-1829), a quien se conoce
especialmente por elaborar la teoría ondulatoria de la luz, también se le reconoce por su
trabajo básico en la percepción del color. el eminente físico james clerk maxweil [1831-
1879), el gran sir isaac newton [1642-1727) y quizá el mayor precursor científico de la
percepción, el físico-físiólogo hermann von helmholtz [1821-1894, renombrado por su
formulación matemática de la ley de la conservación de la energía), también escribieron
ampliamente sobre la percepción del color. en muchos aspectos, su trabajo estableció las
bases para gran parte de nuestra comprensión contemporánea acerca de este complejo
tema. ernst mach [1838-1916), famoso por su trabajo clásico sobre mecánica [es posible
que usted reconozca su nombre como se aplica al número mach, una unidad de velocidad
de un objeto expresadoen relación con la velocidad del sonido) también estudió la
sensación [escribiendo un libro en 1886 al que intituló el análisis de las sensaciones e
hizo numerosas contribuciones al estudio de los fenómenos de contraste visual [uno de
los cuales, llamado bandas mach.
finalmente, antes de dejar el tema de los primeros científicos que ayudaron a establecer y
dar forma al campo de la sensación y la percepción, debe señalarse la contribución de
wilheim wundt [1832-1920), el fundador de la psicología experimental. el entrenamiento
formal de wundt estuvo en la medicina y la fisiología y sus primeros trabajos se
concentraron en el papel de la sal en la formación de la orina. de interés tangencial es el
hecho de que uno de los primeros colegas de wundt en sus tempranas empresas
científicas fue el químico r. w. von bunsen [1811-1899), quien inventó en mechero de gas
que lleva su nombre (hothersall, 1984).
en 1879, en leipzig, wundt comenzó una serie de estudios esenciales sobre la visión,
audición, atención y tiempo de reacción (que él consideraba como un medio para estimar
la velocidad del pensamiento), que colocaron los problemas y temas de la sensación y la
percepción al mismo nivel que los de cualquier ciencia. en muchos sentidos, los
problemas de la sensación y la percepción con los que trabajó wundt en el siglo xix son
variaciones de los que se consideran en este texto.
estructuralismo
cuando wilheim wundt fundó la psicología como ciencia experimental en 1879, esta
disciplina se estructuró con base en las ciencias predominantes del siglo xix en un
enfoque llamado estructuralismo. como las ciencias naturales se enfocaban en el
descubrimiento de la estructura de los elementos básicos de la materia —átomos,
moléculas, células— la psicología, en especial en las manos de uno de los alumnos más
influyentes de wundt, edward bradford titchener (1867-1927), se propuso el problema de
descubrir la estructura de la percepción. así que su meta era revelar los elementos más
simples y básicos de la experiencia consciente, a saber, las sensaciones elementales.
según titchener, la tarea de la psicología era reducir la percepción a los elementos que la
constituyen: sus sensaciones elementales. en la figura se presenta un ejemplo visual que
muestra un triángulo estructuralista.
.
. .
. .
. .
. . . . . . . . .
según el concepto estructuralista, cada uno de los "puntos" que se muestran en la figura
produce una sensación individual, elemental, y el efecto total de estas sensaciones crea
la percepción de un triángulo. esto no es lo que sucede cuando uno percibe los aspectos
del ambiente. es claro que el enfoque inicial del estructuralismo para la percepción tiene
principalmente un significado histórico y sus suposiciones elementales estrictas no se
consideran de manera seria en la actualidad. sin embargo, los estructuralistas
proporcionaron un ímpetu importante para razonar acerca de la función de las unidades
sensoriales básicas y fundamentales y, en ciertos aspectos, es consistente con ciertos
conceptos actuales que se enfocan en la naturaleza elemental de las sensaciones y
8
percepciones (p. ej., los procesos "inductivos").
psicologÍa gestalt
en parte como reacción al enfoque estructuralista surgió una segunda escuela. este
enfoque, denominado psicología gestalt, comenzó alrededor de 1910 en alemania y se
opuso al concepto estructuralista prevaleciente de que una percepción es una
combinación de sensaciones individuales que se pueden reducir a elementos individuales
simples. según los psicólogos gestalt, el análisis estructuralista ignoraba un factor
importante de la percepción: la relación entre los estímulos. examine la siguiente figura:
. .
¿qué es lo que ve? con toda seguridad tres puntos. si usted ve un triángulo, está
experimentando una percepción gestalt. en lugar de la mera suma de las partes
individuales, percibe una figura coherente e íntegra. el triángulo que usted percibe tiene
una característica de relación, una propiedad única que no está presente en los
elementos individuales o meramente el producto de la suma de los elementos. los
elementos de la figura están relacionados de tal modo entre sí que crean una figura con
propiedades y cualidades que no residen en sus partes individuales. como muestra este
ejemplo simple, el enfoque gestalt destaca que las personas perciben el ambiente con
respecto a sus propiedades de organización y relación inherentes, y que tienden a percibir
formas holísticas, coherentes y significativas.
sin duda, nuestra conciencia del ambiente está llena de percepciones tipo gestalt.
considere una melodía; su significado está en función de la relación entre las notas, de
hecho, es la relación entre las notas lo que define y facilita el reconocimiento de la
melodía. la tonada persiste aun cuando las notas se alteren de manera sistemática (o se
transpongan por una octava o se cambie la clave) en tanto que no cambie la relación
entre ellas.
enfoque constructivista
mire a su alrededor. sin duda ve objetos dispuestos en una cierta relación —algunos
cercanos y otros lejanos—. pero ¿cómo sabe esto? ¿qué le informa a usted que, por
ejemplo, una silla está frente a una mesa? según el enfoque constructivista, usted está
tomando en cuenta algunas señales prominentes de localización que proporciona la
escena. quizá la silla se superpone u oscurece visualmente parte del escritorio. según el
enfoque constructivista, su percepción de la localización de estos objetos se deriva, en
parte, del reconocimiento de esta relación.
percepciÓn directa
10
james j. gibson (1904-1979) desarrolló un enfoque muy diferente para la percepción.
propuso que los procesos mentales internos representan un papel menor o nulo en la
percepción. una idea central de su enfoque es que, a medida que un observador se
mueve dentro del ambiente, recoge directamente la información que necesita para una
percepción adaptativa y efectiva. según este punto de vista, los estímulos en el ambiente
—los datos que proporciona la imagen visual— contienen toda la información necesaria y
suficiente para la percepción directa del mundo físico; las etapas adicionales de
procesamiento o mediación son innecesarias. según gibson, los cambios en la textura de
las superficies proporcionan una fuente importante de información espacial. de manera
típica, vemos los objetos en tercera dimensión yaciendo sobre superficies que se
extienden lejos de nosotros en cuanto a profundidad. estas superficies, que en general
tienen un grano o textura, se proyectan al ojo de una manera informativa: los elementos
que forman la textura de la superficie parecen más pequeños y colectivamente proyectan
una textura más fina o densa a medida que aumenta la distancia de la superficie con
respecto al observador. de manera similar, los elementos parecen más grandes y
proyectan una textura más gruesa a medida que disminuye la distancia con respecto a la
superficie. el cambio gradual en la textura de una superficie debido directamente a la
distancia se denomina gradiente de textura.
discos de igual tamaño con señales de distancia y textura. aunque proyectan imágenes más pequeñas al ojo a medida
que aumento la distancia aparente, según el enfoque directo, los discos parecen del mismo tamaño porque cada uno
ocupa la misma cantidad de textura de la superficie en su plano.
enfoque computacional
el enfoque computacional se atribuye a david marr (1945-1980), con base en su
monografía visión, publicada de manera póstuma en 1982. el concepto computacional
implica un análisis riguroso, orientado en términos matemáticos, sobre ciertos aspectos
de la percepción visual, derivado principalmente del empleo de la simulación por
computadora y la inteligencia artificial. acepta la idea básica de gibson de la percepción
directa —que el ambiente proporciona de manera directa toda la información necesaria
para la percepción—, pero también propone que la percepción de características como
figura y forma requiere un tipo de solución de problemas o procesamiento de información
de los estímulos ambientales por parte del observador (es decir, la extracción, en forma
simbólica, de ciertas características de la imagen visual del ambiente, como sus líneas,
bordes, límites, contornos, movimiento y otras discontinuidades). según el concepto
computacional, este tipo de información se transforma —"computa"— en una
representación interna de cambios en sombreado, luminosidad y otras características
sutiles de la textura de la superficie, en mucho de la misma manera que un programa de
cómputo permite que una máquina interprete información sensorial seleccionada para
tomar decisiones acerca de los aspectos definitorios como la forma y la figura.
enfoque neurofisiolÓgico
el enfoque neurofisiológico afirma que los fenómenos sensoriales y perceptuales se
pueden explicar mejor a través de los mecanismos neurales y fisiológicos conocidos que
hacen funcionar las estructuras sensoriales. esta propuesta invoca una forma de
reduccionismo: la idea de que se pueden comprender las formas amplias y
aparentemente complejas de conducta únicamente a través de estudiar sus procesos
biológicos subyacentes (lo cual guarda una cierta reminiscencia del estructuralismo, pero
que aquí se restringe a los mecanismos fisiológicos). un portavoz particularmente
eminente de la perspectiva de que la percepción (al igual que el concepto relacionado
pero mucho más esquivo de la conciencia) sólo puede entenderse en términos
neurofisiológicos, es el bioquímico teórico y premio nobel, francis crick (quien junto con
james watson descubrió la estructura del adn). este autor defiende la cuestión de manera
bastante elocuente en su libro the astonishing hypothesis (1994).
parte del argumento a favor de este enfoque es que los mecanismos neurales y
fisiológicos dominan y subyacen a todos los aspectos del comportamiento. sin embargo,
más importante es el concepto de que las estructuras y procesos del sistema sensorial
analizan la alimentación de los estímulos sensoriales (que típicamente se degrada) para
proporcionarnos información sobre el ambiente. como se esclarece a lo largo del texto, el
análisis de los mecanismos al nivel neural permite detectar características y sucesos
específicos en el ambiente. por ejemplo, las neuronas en diversas partes del sistema
12
visual, al igual que en el cerebro en sí, son capaces de responder de manera selectiva y
precisa a características específicas en el ambiente, figuras, orientación, longitud, color y
demás (hubel, wiesel, 1962,1968). ciertas neuronas en los cerebros de los monos se
activan sólo debido a combinaciones complejas de las peculiaridades del estímulo, como
el perfil de un rostro o la silueta de una mano sostenida en una cierta orientación
(desimone, et al., 1984; gross, rocha-miranda, bender, 1972). en pocas palabras, ciertos
mecanismos neurales del sistema visual extraen las características coherentes de una
imagen visual relativamente degradada.
otro ejemplo es que una comprensión de la complejidad neural del ojo puede explicar
nuestra extraordinaria agudeza y visión del color en luz brillante y nuestra igualmente
impresionante sensibilidad en luz tenue. como se explicará al analizar el sistema visual,
diferentes tipos de fotorreceptores dentro del ojo, junto con sus conexiones neurales,
promueven estas funciones visuales diferentes.
debido a que nuestra comprensión del sistema sensorial se basa en gran medida en los
mecanismos neurofisiológicos, este enfoque es razonable. los mecanismos
neurofisiológicos representan la función más crítica en la explicación de los fenómenos al
nivel sensorial. ningún psicólogo experimental cuestionaría seriamente el hecho de que
los descubrimientos en neurofisiología han proporcionado algunas respuestas definitivas
a los problemas fundamentales de la sensación y la percepción. es claro que la
neurofisiología tiene un lugar permanente en el estudio de la sensación y la percepción.
sin embargo, los mecanismos neurofisiológicos por sí solos no pueden explicar la enorme
complejidad que existe entre, por ejemplo, la estimulación del ojo y una experiencia
perceptual consciente resultante. el intento por reducir toda la sensación y la percepción a
los mecanismos biológicos y neurofisiológicos va más allá de las expectativas y metas de
la mayoría de los psicólogos experimentales.
neurociencia cognitiva
en este contexto, un campo aliado de investigación llamado neurociencia cognitiva
surgido recientemente estudia, al nivel neural, cuál es el desempeño del cerebro a niveles
complejos de las actividades humanas como el pensamiento y la percepción. es un
campo interdisciplinario que se basa en áreas de la psicología experimental y cognitiva,
neurociencia y ciencias computacionales. una de las principales premisas de la
neurociencia cognitiva es que los procesos cognitivos y perceptuales superiores son el
resultado de la interacción de los procesos mentales simples, mediados cada uno de ellos
por la actividad neural en una región cerebral particular. según esto, las actividades
cognitivas complejas pueden comprenderse examinando la actividad de redes neurales
interconectadas distribuidas a través de múltiples regiones del cerebro. una de las
principales metas de la neurociencia cognitiva es explicar en términos neurales cómo es
que estas redes producen los sucesos perceptuales.
las imrf producen una imagen que puede detectar cambios extremadamente pequeños en
la concentración de oxígeno en sangre relacionados con cambios en la actividad neural,
mental y calcula un mapa anatómico detallado de la actividad cerebral. en pocas
palabras, la concentración de oxígeno en sangre, que varía según los cambios
funcionalmente inducidos en la actividad neural, se detecta como cambios magnéticos
que revelan tanto la estructura como la actividad neural de sitios específicos del cerebro.
el siguiente experimento que utiliza las imrf ilustra una aplicación de la neurociencia
cognitiva a la percepción. de manera típica, escuchar a una persona que habla se
acompaña de la vista de su rostro y labios; sin embargo, en general no estamos
conscientes de que las señales visuales desempeñen alguna función durante la
percepción del habla. de hecho, es razonable suponer que la percepción del habla
durante una conversación es únicamente un proceso auditivo: es claro que el habla se
escucha, no se ve. sin embargo, cuando una persona participa en una conversación
frente a frente, en especial en un ambiente ruidoso, ver el movimiento de los labios del
hablante puede mejorar de manera significativa la percepción del habla (summerfield,
1992). la ventaja de ver los movimientos labiales del hablante para la percepción del
habla hace surgir la siguiente pregunta para la neurociencia cognitiva: ¿tan solo ver las
14
señales relacionadas con el habla [como ocurre en la lectura de labios) facilita la
percepción del habla al involucrar a una región del cerebro que participa típicamente en el
procesamiento de las señales auditivas? en otras palabras, ¿por sí sola, la lectura
silenciosa de labios activa las regiones auditivas al igual que las regiones visuales del
cerebro?
calvert y colaboradores [1997) utilizaron irmf para evaluar la actividad neural en la región
auditiva del cerebro mientras que los individuos leían los labios a partir de una cinta de
vídeo que mostraba a una persona que pronunciaba números en silencio (p.ej., "75", "43")
a una tasa de dos por segundo. sin ninguna señal auditiva del habla, las señales visuales
relacionadas con el habla, por sí solas, activan los centros auditivos del cerebro. esto
significa que la detección de las señales visuales del habla, por sí mismas [es decir, la
lectura de labios en silencio), involucra regiones del cerebro auditivo que se activan de
manera típica durante la percepción del habla escuchada. esto también hace surgir la
posibilidad de que durante una conversación frente a frente, existe una vía común que
integra información de las modalidades auditiva y visual. este ejemplo de la neurociencia
cognitiva no sólo ilustra que las regiones del cerebro interactúan para dar lugar a
procesos perceptuales complejos, sino que las actividades perceptuales complejas
pueden implicar la integración de la estimulación que procede de diferentes modalidades
sensoriales.
a fin de que sean informativas para el organismo, las señales eléctricas en la neurona
deben enviarse al cerebro. los nervios, tractos y núcleos del sistema nervioso realizan
esta tarea. un nervio es un haz de axones que forma una vía que lleva las señales
neurales de una parte del sistema nervioso a otra. al igual que existen neuronas
sensoriales y motoras, también existen nervios sensoriales y motores. los nervios
sensoriales, también llamados nervios aferentes (del latín affere que significa "traer"),
transmiten la información sensorial al cerebro y la médula espinal y proporcionan nuestra
experiencia sensorial. los nervios motores o nervios eferentes (del latín effere que
significa "enviar") transmiten mensajes desde el cerebro y la médula espinal a los
efectores como los músculos y tendones.
las regiones del cerebro específicas para cada sistema sensorial se conocen como áreas
primarias de proyección cortical. como se muestra en la figura 1-10, el área primaria de
proyección cortical para cada sistema sensorial reside dentro de un lóbulo de la corteza.
(un lóbulo es un área anatómica delimitada de la corteza que se asocia con una función
específica.) el área primaria de proyección o área de recepción para la audición se
encuentra en el lóbulo temporal, localizado en los lados de la corteza; el área primaria de
proyección para el tacto (también conocida como corteza omatosensorial) se ubica en el
lóbulo parietal, en la parte superior de la corteza; el área primaria de proyección cortical
para la vista (también llamada corteza estriada) está en el lóbulo occipital, situado en la
parte posterior de la corteza; y la región del cerebro dedicada al olfato está en el bulbo
olfatorio, localizado por debajo del lóbulo temporal, con proyecciones a varias regiones
cerebrales.
receptores sensoriales
hasta el momento, este análisis se ha centrado en la actividad de unidades
sensorioneurales fundamentales. sin embargo, nuestro principal interés tiene un objetivo
más amplio: tiene que ver principalmente con el vínculo funcional entre la estimulación
ambiental y los órganos sensoriales que establecen el contacto inicial con el ambiente
físico. tal relación se atiende de manera específica en la siguiente sección.
aunque cada receptor sensorial es sensible principalmente a una forma de energía física,
todos los sistemas sensoriales comparten un medio común de señal neural; todas las
energías ambientales sensorialmente pertinentes se transducen y codifican como señales
16
electroquímicas. así, debido a la naturaleza bioeléctrica de la comunición neural, la
energía eléctrica tiene la propiedad única de excitar a todas las unidades sensoriales.
por último, debería destacarse que es en el cerebro donde las señales neurales
transmitidas por los nervios de un receptor sensorial específico dan lugar a una
experiencia sensorial. cada fibra de los nervios sensoriales tiene una vía neural y un sitio
final específicos en el cerebro que, cuando se activan, determinan una experiencia
sensorial dada. así, las señales neurales recogidas por el oído y enviadas al área
apropiada del lóbulo temporal del cerebro causan que escuchemos sonidos, las señales
de los ojos transmitidas a la región apropiada del lóbulo occipital del cerebro producen
que veamos cosas, y así sucesivamente. sólo se logra escuchar y ver cuando las señales
sensoriales neurales llegan a las áreas apropiadas de proyección cortical del cerebro.
el genetista george wells beadle (premio nobel de medicina y fisiología en 1958) captura
inteligentemente el mecanismo evolutivo de la selección natural con la siguiente analogía
simple (vogel, 1998, p. 22). una mecanógrafa escribe, una y otra vez, una sola página de
un manuscrito. en cada copia sucesiva se corrigen los errores; si no tiene errores, la
página sirve como modelo para copiarse. no obstante, si aparece un error, la página se
elimina, excepto en los raros casos en que un error tipográfico casual mejora, de hecho,
la claridad, gramática o prosa de la página del manuscrito. en este caso, la copia
"mejorada" con el error positivo se convierte en la nueva versión estándar para
mecanografiar las siguientes copias. los cambios producidos por la evolución funcionan
de manera similar. la selección natural de los atributos adaptativos en reacción a la
variabilidad inherente de la naturaleza es lenta y aparentemente ineficiente para una
especie dada, pero es también oportunista: como observa agudamente wolpert (1999), "la
evolución es más bien desidiosa; una vez que descubre maneras inteligentes de hacer
que los animales funcionen bien, las utiliza una y otra vez" (p. 33), con lo cual se asegura
la supervivencia de la especie.
17
variación y adaptación del receptor
este texto está organizado alrededor de un tema evolutivo amplio y funcional. de manera
específica, suponemos que las presiones evolutivas impulsadas por la selección natural y
distribuidas a través de incontables generaciones, conducen al logro de estructuras y
funciones sensoriales adaptativas que permiten que todas las especies lidien con aquellos
aspectos del ambiente necesarios para su supervivencia. por ende, en el análisis del
material acerca de la sensación y la percepción se evidencian muchas formas
especializadas de anatomía, mecanismos sensoriales y conducta que muestran claras
consecuencias adaptativas.
todas las formas de vida deben interactuar e intercambiar energía con su ambiente para
obtener información y recursos. para un animal unicelular, como la ameba, no existen
receptores especializados; la mayor parte de la superficie externa de la ameba responde
a la gravedad, luz, calor y presión o tacto. sin embargo, la mayoría de los animales
pluricelulares han desarrollado células y unidades receptoras especializadas. tales células
receptoras generan actividad neural en respuesta a la estimulación. en general, los
receptores sensoriales especializados han evolucionado para ayudar a una especie a
sobrevivir al reaccionar específicamente ante formas particulares de energía, la cual
proporciona información crucial sobre el hábitat de la especie.
su audición es tan aguda que puede golpetear en el tronco de un árbol y detectar las
regiones huecas dentro de él que indican la presencia de las larvas de escarabajo que
tanto desea. después, el animal desgarra el tronco con cuatro incisivos con forma de
cincel que, a diferencia de los otros primates, seguirán creciendo a lo largo de su vida. y,
por supuesto, está el extraordinario dedo medio del ayeaye, que es largo y delgado,
capaz de doblarse en todas direcciones, incluso hacia atrás hasta tocar su antebrazo. el
dedo es una herramienta universal que sirve para golpetear de manera delicada los
troncos de árbol, hacer orificios en los huevos, bombear el líquido para extraerlo del
huevo y extraer la leche de los cocos.
la ascidia tunicada, en estado de larva, nada libremente por todos lados, guiada por sus
ojos y oídos, encontrando alimento y evitando a sus depredadores. al llegar a la edad
adulta pierde la cola y se adhiere a una piedra. durante cerca de dos años, se sienta en
la piedra, en estado vegetativo. sus ojos y oídos, y después su cerebro, se degeneran y
se vuelven inútiles (alpern, lawrence, wolsk, 1967, p. 1)
preguntas orientadoras