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La lista de Pedro Dicen que fue pasada la mitad del s.

XXI Pedro, como siempre, estaba encargado de la revisin final de los mritos de los aspirantes. Esta vez su tarea no era fcil, haba un gran nmero de personas nacidas en las ltimas 4 dcadas del siglo anterior, y muchas de ellas haban compartido el trabajo por muchos aos. Pacientemente se puso a analizar los expedientes que recibi: orgenes, actuacin, superacin en la vida y finalmente el informe con el definitorio juicio de Miguel. Encontr que una veintena de ellos haban competido en desventaja frente a otros tres grupos semejantes en una justa. Pertenecan a una nacin pequea y despoblada en tierras del Sur, y por tanto haban tenido peores condiciones de vida y acceso a una educacin adecuada, incluso en la formacin para la lucha en el regimiento en que actuaban. Su pas era menos poderoso y entonces se encontraba con mayores dificultades en la evaluacin de los jueces en las justas en las que participaban, frente a naciones de las ms poderosas del planeta Ocho lustros atrs no haba alcanzado la final en una de ellas organizada por la Federacin, como las condiciones descriptas hacan preveer. Pese a ello las crnicas que le haban adjuntado hablaban de la gloria de su participacin en la misma, destacando la unidad de ese escuadrn, las cualidades de su conductor y la corona de laurel con que haban ceido a su guerrero principal. Impresionado por esos antecedentes decidi abrir sin dilacin el sobre con el juicio de Miguel, el elemento de mayor peso en la decisin a tomar. All encontr un total reconocimiento, pocas veces visto en las medidas evaluaciones del mismo, a la pureza de su corazn y la fuerza de su alma. Cuatro llevaban el nombre de Diego, y record con una sonrisa a su querido Tiago, el hermano de Juan, otros tres el de Sebastin, y vino a su memoria aquel otro guerrero que no mora ni bajo una lluvia de saetas, como ellos Otros se llamaban Martn, Fernando, Jorge, Mauricio, Ignacio, Maximiliano, todos nombres dulces a sus recuerdos y que el jefe aprobara con agrado. Estaba emocionado, todos los detalles de la justa, esa increble lucha contra la adversidad, su puro corazn Sin dilacin se levant, tom las llaves y les abri las puertas. Entraban al paraso (En reconocimiento a la seleccin celeste por su 4to. Puesto en el Mundial de Sudfrica 2010) Edmundo Rodrguez Prati

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