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THRAS JUVENILES We ese oe tae cr enue q ee ce eons Cote) Bee ee uur Autores OME eo Peni Cee Pees) oe 4 (eC aac lrg Regie eS cae Tn se AU ea Cet CU Roms ule aa Fea Se Me vero ULM TCU! Le Sh lh lel te Ela eee "Viviendo a toda" Blo ctit sin cla levalersenn ite @-l (ex) MEMORIAS Y OLVIDOS Una revision sobre el vinculo de lo cultural y lo juveni] José Antonio Pérez Islas He vido 32 attos de mucho encantamiento (que pare mi no hha Sido stifciente. Hoy na tengo que escoger entre dos opcio- nes: sttusiera que hacerlo, no dudaria en escager las dos, Gregory Corso {poeta beat) ITRODUCCION ¥ DISCULPA 0 VICEVERSA ‘Antes de discutir el tema central de este texto, referido al anlisis de tos enfoques contemporaneos de los estudios sobre juventud, me parece que habria que hacer explicitas algunas problematizactones. que ai no debatirse, limitan los avances que se pueden lograr colectivamente con tun estado del arte sobre la cuestién. El primer asunto es que ya al plantear un tema como cultura y juventud, empiezan los problemas, pues se estan articulando dos conceptos de por si dificiles para definir cada uno. y sabe te, eu tardariamos dias y semanas enteros (siendo . porgue podrian ser aiios), para or sate raue poasion. ), para ponernos de acuerdo respecto re el concepto cull, Tos debates han sido tan amplios complicados seatin Jonge'A, Gonzales, in mayera de eles 82 han ccorwertido en didlogos de sordos caballeros. eso si, todos montados en sus respectivos machos'— que paso sin ver. confiado que en esta sala este presente gente mas enterada del estado de Ia batalla, Quiza, y por aquello de las dudas y de Ia cultwa que me incutcaron algunos de mis ma lad y a veces necedad, de cexplicitar siempre de partida, retomo de manera convencida Ja simple y a la plicada definielin que de este término hace Nestor Gareia Canclini como: el dmbito de produccién, cixeulacién y con 1 DA Gonailee, Mis) Cutts) Exseuys seve realidates plates, 1983, pp 12% 46 | sume de significaciones?; en este sentide me referiré cuando hable de cultura. En cuanto al concepto de juventud, como ya lo habia advertido Jorge iutis Borges: El sustantivo se forma por acumulacién de adjetivos®. éste fa acumulado tal cantidad de adjetivos que ha empariado totalmente su Gelimitacion que, dada su Ocxibildad, ya puede significar lo que sea. al grado de que para evitamos broncas optames por defini el concepto Pr ey medida, circunscribiéndolo a determinadas edades, que pueden ayu- dar pero no solucionar el problema. Este reto se le presenta a las ciencias sociales cada vez con mayor fuerza, a yaiz de las mismas manifestaciones juveniles que han ablerto. de manera paulatina, una serie de espacios sociales que han marcado como propios por sus mismas practicas, obligando a las instituciones sociales a otorgatle su certifieacién y a la academia a discutir esas cosas de muchachos. ‘Esto, es obvio, no se da autamética y fluldamente. Las resistencias son muchas, la persistencia de la idea 0 representacion estereotipada que se tiene de la juventud como una etapa transitoria que a fin de cuentas se ‘qua con el tiempo, ha detenido la refiexién sobre este sector poblacional: pero. como ditia una compafiera: en esta vida gqué no es transitori? ‘Sin embargo, existen algunos acuerdos en torno a ta juventud, como el de que esta inmersa en un proceso historico que la ha ido modelanco hhasta nuestros dias, donde la emergencia de los Jovenes como agentes sociales, se puede sintetizar como la historia de una representacion so Gal. que se va conformando en la interrelacion de dos fuerzas: la del Control, eercida por las instituciones de poder adultas: y Ja de resisten- fia, elaborada por parte de las nuevas generacionest. te conflicto esta articulado a la confrontacion general que se produc ce en la sociedad y, por lo tanto, asume las determinaciones historicas que se desarrollan a su alrededor, En este marco, la representacion Spcia! llamada juventud, se encuentra inmersa en el proceso de produc: tion de sentido, que liene que ver tanto con condiciones objetivas de una estructura social especifica, como con las relaciones simbdéticas que las sustentan. “Ahora bien, a territoriatizacién de este proceso obliga a replantear ¢! concepto genérico en tina reflexion mas particular, que tiene que ver con {a forma de ser joven de uma manera especifica en una region, ‘ciudad, un barrio o tna comunidad conereta: donde, como veremos mas adelante, se contradice permanentemente el concepto occidental-urba- no-centrista de La vuventud (con mayliscula). haciéndonos ver que mas bien existen juventudes en pharal y con minisculas. No obstante, esta reflexion tedrica-practica no se establece como un métado que nos pue- de ir acercando a clarificar este concepto, y tanto io genérico como lo ‘conereto permanecen desarticulados. Precisamente y como una humilde contribucién a este reciamo de necesidad de articulacién es que creo necesario hacer una breve historia de cémo se ha desarrollado esta explicacin entre lo cultural y lo juventl 110 QUE SE HA DICHO DE LA RELACION ENTRE LO JUVENIL Y LO CULTURAL 2) El segundo enfoque. se reflere al concepto de lo que Theodore Roszak Gfamaré'a finales de los sesenta la contracultura fuvenil, donde incluye 1izo a todo to que significaba contestatariot. Si el anterior concepto significaba un calificativo discriminador y su bordinado, el de contracultura Jo eva al ambito de lo reactivo y disfun- clonal, que pronto lo conduciré a lo marginal como opuesto a lo oficial 0 El término de subcultura proviene de la Escuela de Chicago que lo entiendle como la diversidad cultural correspondiente a los grupos socka- les ubicados en las areas de menor integracion al sistema; la transposi- cién que se hace a la poblacion juvenil de manera mecénica, implica dos El siguiente paso es inevitable, pues se afiade al concepto el calificatl- "vo de detincuente, lo que provoca toda una serie de consecuencias mora- listas segin las cuales la subcultura juvenil delincuente es propia de las clases proletarias y s6lo de ellas. Los trabajos de W.F. Whyte, A.K. Co: hen, Cloward & Ohlin entre otros. sobre las pandillas juveniles de los cincuenta y de los sesenta, son una muestra clara de estos enfoques, que seran duramente eriticados en un momento por autores como Ta- ‘mar Pitch, Franco Ferrarotl, Simon Frith y Jean Monod. sobre la base de que olvidan la referencia matertal conereta acerca de donde se desarro- lan este tipo de manifestaciones juveniles, calificandolas sélo como des- viadas o enfermas* 5 Viluerte ct al. Donuie empieza ol siento. Goneiogn de tas bontas wens. Méxie CREA-CBIM, 1684, pp. 60.62, 48 como nunca, la apropiacién de estas manifestaciones serin asumida casi de inmediato por las que ahora lamamos industrias culturales: como afir- man Raymundo Mier y Mabel Piccini: "Asi como el primer rocanrol de Elvis ¢s asociado a las bandas, las pandillas y los habitantes de las ciuda- Y son éstas, las indusirias culturales, las que permitiran hablar pos- teriormente de una cultura juvenil. El rock reuniré en este sentido las, dos tendencias: la posibilidad de fuga hacia los margenes de lo impensa- inle, y las lineas de recomposicion y refuncionalizacion de los focos sub- versivos 0 dispersos. De aqui surge fa pasion por lo joven como un elemento de consumo, como un valor de estatus. como una meta slempre inalcanzable a menos de que se tenga dinero. La industria discografica primero, la radiofénica

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