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17: Unicamente hay una causa, una sola causa que explique por qu yo no s nada de m, que Siddharta me sea

tan extrao y desconocido: Yo tena miedo de m mismo, hua de m mismo! uscaba el atman a Brahma; estaba dispuesto a despedazar y a descamar mi yo para encontrar en su interior el ncleo de todo, el atman, la vida, lo divino, lo ltimo. Pero me he perdido a m mismo. Siddharta abri los ojos y mir a su alrededor; una sonrisa ilumin su rostro y recorr i todo su cuerpo, hasta la yema de los dedos: era el profundo sentimiento del des pertar, despus de largos sueos. De repente se encontr andando otra vez, con paso rpi do, como el de un hombre que sabe lo que tiene que hacer. Oh! -pens respirando profundamente-. Ahora ya no permitir que se escape Siddharta! Ya no quiero empezar mis reflexiones y mi vida con el atman y con la pena del mund o. Ya no deseo matarme ni despedazarme para hallar un misterio detrs de las ruina s. Ya no me ensear el yogaveda, ni el atharva-veda, ni los ascetas, ni cualquier o tra doctrina. Quiero aprender de m mismo, deseo ser mi discpulo, conocerme, adentr arme en el misterio de Siddharta.

18:

Qu sordo y torpe he sido! -medit a paso ligero-. Si alguien lee un escrito para busc arle un sentido, no desprecia los signos y las letras, ni los llama engao, casual idad o cscara intil; al contrario, los lee, los estudia, los ama letra por letra. Sin embargo, yo quera leer el libro del mundo y el de mi propio carcter; sin embar go, he despreciado los signos y las letras en favor de un sentido imaginado ya d e antemano; llamaba al mundo visible un engao, consideraba mi ojo y mi lengua com o apariencias casuales y sin valor. No, esto ha pasado ya: ahora me he despertad o, realmente he conseguido desvelarme; y hoy, por fin, he nacido.

24: -Pero has querido. Mira, Kamala: si echas una piedra al agua, sta se precipita ha sta el fondo por el camino ms rpido. Lo mismo ocurre cuando Siddharta tiene un fin , cuando se propone algo. Siddharta no hace nada, slo espera, piensa, ayuna, sin hacer nada, sin moverse: se deja llevar, se deja caer. Su meta le atrae, pues l n o permite que entre en su alma nada que pueda contrariar su objetivo. Eso es lo que Siddharta ha aprendido de los samanas. Es lo que los necios llaman magia y c reen que es obra de demonios. Nada es obra de los malos espritus, stos no existen. Cualquiera puede ejercer la magia si sabe pensar, esperar, ayunar.

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